HECHOS, TESTIMONIO EN JUDEA Y SAMARIA

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II. Testimonio en toda Judea y Samaria (6:8–9:31)

A. Martirio de Esteban (6:8–8:1a)

1. Arresto de esteban (6:8–7:1)

El ministerio, arresto y juicio de Esteban son tremendamente similares a los del Señor.
6:8. Como Cristo y los apóstoles, Esteban estaba lleno de gracia y de poder de Dios (cf. 4:33; , ). Es interesante notar que Esteban estaba “lleno de” o controlado por cinco factores: el Espíritu, la sabiduría, la fe, la gracia y el poder (, , ). ¡Qué líder tan sobresaliente! Además, hizo grandes prodigios y señales p 152 (cf. 2:22; ; también cf. ). Estas evidencias de la gracia de Dios se mostraban aparte de las responsabilidades que tenía en la ministración diaria a las viudas.
6:9–11. La sinagoga … de los libertos posiblemente se componía de aquellos que, ya fuera ellos mismos o sus ancestros, habían sido puestos en libertad por ser prisioneros de guerra o esclavos. Pero no se conoce con seguridad quiénes eran.
Los miembros de esa sinagoga provenían de tres áreas distintas: el Norte de África (Cirene y Alejandría eran dos de sus principales ciudades), Asia (la parte occidental de la moderna Turquía) y Cilicia. Posiblemente esta era la asamblea a la cual asistía Pablo, porque Tarso estaba situada en la provincia de Cilicia.
Además de ser uno de los siete y de los que hacían milagros, Esteban también fue un polemista muy destacado. Sus enemigos no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba (cf. “lleno del Espíritu Santo y sabiduría” en el v. 3 y “lleno … del Espíritu Santo” en v. 5 y 7:55).
Para eliminar a Esteban, los miembros de la sinagoga indujeron encubiertamente a ciertos individuos para que iniciaran una acusación en su contra. Como aquellos que acusaron al Señor Jesús, estos hicieron responsable a Esteban de hablar palabras blasfemas (cf. ).
6:12–14. Eso fue suficiente para exacerbar a laicos y gobernantes. Apresaron a Esteban y lo acusaron ante el concilio. Esta es la tercera de cuatro veces en Hechos en que los seguidores del Señor son llevados a la corte judía; los otros fueron Pedro y Juan (4:15), Pedro y los apóstoles (5:27) y Pablo (22:30).
Los testigos falsos no eran del todo mentirosos. Probablemente Esteban había mencionado las cosas de que lo acusaban. Sin embargo, hicieron una mala presentación de las intenciones y el sentido en que había hecho sus declaraciones (cf. ; ; ). El Señor mismo había predicho la destrucción del templo (; ; ) aunque nunca dijo que él lo haría. La otra parte de la acusación contra Esteban involucraba la naturaleza temporal del sistema mosaico. Indudablemente, él vio las implicaciones teológicas de la justificación por la fe y el cumplimiento de la ley en Cristo. Además, si el evangelio es para todo el mundo (), la ley tenía que haber sido temporal.
6:15. Todos … en el concilio, los 71 miembros, fijaron los ojos en él esperando su respuesta, vieron su rostro como el rostro de un ángel. Es evidente que su cara resplandecía con gran gloria (cf. el rostro de Moisés en , ).
7:1. El sumo sacerdote mencionado aquí probablemente es Caifás, el mismo que presidió los juicios del Señor (; ; ; , ; cf. el comentario de ).
2. discurso de esteban (7:2–53)
7:2–53. Este es el mensaje más largo de los registrados en Hechos, lo cual muestra la importancia que Lucas le dio. Esteban, un greco judío, por su vida y palabras, preparó el camino para que el evangelio llegara más allá de los límites del judaísmo.
Pero, ¿qué fue lo que dijo Esteban en su discurso que provocó su muerte? Aunque se refirió a las acusaciones que se le habían hecho, Esteban no hizo una defensa rigurosa de sí mismo. p 153 Al contrario, expuso ordenadamente la historia de Israel y las obras pasadas de Dios para justificar el cristianismo.
En su discurso, corren tres ideas como los hilos de un tejido.
1. En el programa de Dios hay progreso y cambios. Dios había sido creativo e innovador en su trato con los humanos y particularmente con Israel. Esteban desarrolló este pensamiento en cinco puntos: (a) La promesa a Abraham (vv. 2–8). De haber empezado a trabajar con toda la raza humana, el Señor soberanamente llamó a Abraham, padre de los judíos, desde Mesopotamia a la tierra prometida, y le dio doce bisnietos que llegaron a ser los progenitores de las tribus de Israel. (b) La estancia de José (vv. 9–16). Este cambio a Egipto fue el cumplimiento de la predicción de Dios registrada en los vv. 6–7. También fue un cambio radical para los descendientes de Jacob. (c) La liberación bajo el mando de Moisés (vv. 17–43). Una gran parte del discurso de Esteban se centra en Moisés y el Éxodo, otro de los aspectos importantes de la historia de Israel. (d) La edificación del tabernáculo (vv. 44–46). Se construyó el tabernáculo en forma portátil, implicando así que era temporal. (Se le llamó el tabernáculo del testimonio porque testificaba la presencia de Dios entre ellos.) (e) La construcción del templo (vv. 47–50). Aun en ese caso, el templo era símbolo de la presencia divina y no la verdadera casa de Dios.
En las obras efectuadas por Dios en la nación desde Abraham hasta Salomón, había habido innovaciones y cambios. El punto es muy claro: si el Señor hizo tantos cambios durante la historia de Israel, ¿quién podía decir que la ley y el templo eran permanentes?
2. Las bendiciones de Dios no están limitadas a la tierra de Israel y al área del templo. Algunos de los más grandes beneficios fueron conferidos a Israel desvinculados del templo y la tierra.
A continuación, Esteban dio cuatro ejemplos: (a) los patriarcas de Israel y los gobernantes fueron bendecidos estando fuera de la tierra. Abraham fue llamado en Mesopotamia y recibió promesas antes que morase en Harán (vv. 2–5). José encontró en Egipto el favor de Faraón porque Dios estaba con él (vv. 9–10). Moisés fue comisionado por Dios en Madián (vv. 29–34). Para respaldar el hecho de que Dios bendijo a Moisés mientras estaba en Madián, Esteban cuidadosamente relató que sus dos hijos nacieron en aquel lugar. (b) La ley misma fue dada fuera de la tierra: Moisés estuvo en la congregación en el desierto (v. 38). (c) El tabernáculo fue construido en el desierto y estuvo con ellos en el desierto (v. 44). De hecho, los judíos lo introdujeron con ellos al tomar posesión de la tierra (v. 45). (d) Aun el templo, aunque fue construido en la tierra, no estaba limitado en su teología. ¿Como iba el templo a ser la morada de Dios cuando las Escrituras declaran: el cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies? (v. 49; ).
3. En el pasado, repetidamente Israel había dado evidencia de su oposición a los planes de Dios y a sus siervos. Este es el punto principal del discurso de Esteban, como lo afirma su clímax (). Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. Este tema se ve a través del mensaje, pero hay unos puntos específicos. (a) En vez de ir directamente desde Mesopotamia a la tierra prometida, p 154 Abraham acampó en Harán (vv. 2–4). (b) A José sus hermanos lo vendieron como esclavo en Egipto (v. 9). (c) Moisés fue rechazado por los hijos de Israel (vv. 23–29). Es altamente significativo que tanto José como Moisés no hayan sido aceptados, sino hasta su segunda aparición (vv. 13, 35–36). Este paralelismo con Cristo no debe haber pasado desapercibido a los oyentes de Esteban. (d) Israel rechazó la verdadera adoración y se volvió a los ídolos (vv. 39–43). Su vulgar incredulidad se hizo obvia en la idolatría, un pecado que odiaban los judíos, particularmente los de la era apostólica. Como resultado, Dios juzgó a la nación enviándola al exilio en Babilonia (v. 43). (e) El pueblo de Israel no entendió la razón de ser del templo (vv. 48–50). La fuerte y clara afirmación de Esteban (v. 48) implica que los judíos creyeron que el templo era la morada de Dios sobre la tierra, o sea, la contraparte judía del monte Olimpo. En realidad, el templo estaba puesto como lugar de adoración y oración; pero no era la casa de Dios (cf. ).
Los tres puntos principales de Esteban en este discurso encajan bien. Ya que existe una progresión en el programa de Dios y que sus bendiciones no están limitadas al templo, Israel debería ser más cuidadoso y no “resistirse” () a las obras del Todopoderoso, como lo había hecho en el pasado. Ellos se estarían oponiendo al propósito divino al rehusarse a ver su obra en la iglesia y su bendición fuera de las fronteras de Israel. Esta defensa se relacionó específicamente con la acusación hecha a Esteban en 6:11–14.
Existe un problema cronológico en 7:6, donde Esteban dice que Israel sería reducido a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. En , Pablo da a entender que el período de tiempo que transcurrió desde la promesa hecha a Abraham en hasta el monte Sinaí, fue de 430 años. La diferencia entre 400 y 430 años puede ser fácilmente explicada al entenderse que Esteban usó números redondos. Otra explicación es que los 400 años fueron en verdad el tiempo que duró la esclavitud, mientras que los 430 años describen el período desde la confirmación del pacto en hasta el Éxodo, que ocurrió en el 1446 a.C. Sin embargo, el mayor problema se encuentra en el tiempo que Israel pasó como esclavo en Egipto. Si significa que fueron 430 años desde la promesa dada a Abraham () hasta el Éxodo, el tiempo que pasaron en Egipto sería entonces de 215 años. Sin embargo, si se toma literalmente, la esclavitud duró 400 años. Tal vez la mejor solución es decir que Pablo estaba considerando períodos de tiempo. Las promesas fueron dadas a Abraham, Isaac y Jacob y estos tres patriarcas, todos recibieron la promesa de Dios. La promesa fue reconfirmada en Jacob en Beerseba, mientras viajaba rumbo a Egipto. Desde ese punto (el fin de la entrega de la promesa de Dios a los patriarcas) hasta el Éxodo, pasaron 400 años. (Cf. Harold W. Hoehner, The Duration of the Egyptian Bondage. “Duración de la esclavitud en Egipto”, Bibliotheca Sacra 126. Octubre-Diciembre de 1969: 306–16).
Otra aparente discrepancia en el discurso de Esteban está en . Esteban estableció que eran setenta y cinco personas las que componían la parentela de Jacob, pero el texto hebr. dice “setenta” tanto en como en . En p 155 ambos lugares, la LXX menciona setenta y cinco. Comúnmente se dice que Esteban, por ser un judío que hablaba griego, debe haber citado la LXX y por lo tanto, sólo cometió un error involuntario. Sin embargo, esta dificultad puede resolverse de otras maneras. Una de las más ampliamente aceptadas es reconocer que el texto hebr. incluye a Jacob, a José, y a los dos hijos de José, Efraín y Manasés (un total de 70), pero que la LXX omite a Jacob y a José, pero incluye los siete nietos (mencionados en , ). Esto se sostiene por el texto hebr. de que enumera 66 nombres, omitiendo los de Jacob, José y los dos hijos de José. Otra solución es que los 75 de la LXX incluyen a los 66 más las 9 esposas de los doce hijos de Jacob (las esposas de Judá y Simeón habían muerto y la de José estaba en Egipto).
contiene otra aparente discrepancia. Las palabras de Esteban implican que Jacob fue enterrado en Siquem, mientras que el A.T. claramente afirma que él y su esposa Lea (así como sus padres Isaac y Rebeca y sus abuelos Abraham y Sara) fueron sepultados en la cueva de Macpela en Hebrón (). Sin embargo, los cuerpos enterrados en Siquem no incluían el de Jacob, pero sí el de José y sus hermanos. José fue sepultado en Egipto, pero lo volvieron a enterrar en Siquem (; ; ). Aunque se refiere sólo a los huesos de José, evidentemente sus hermanos también fueron sepultados en Siquem (aunque Josefo opina de otra forma). Entonces, el pronombre los cuales () no incluye a Abraham, Isaac, y Jacob, pero ve retrospectivamente a las palabras nuestros padres del v. 15 y se refiere a José y a sus hermanos.
La frase de Esteban el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem (v. 16) presenta otro problema. En realidad, fue Jacob y no Abraham el que compró el pedazo de tierra (). Esto debe ser explicado porque fue Abraham en un sentido, el que hizo la compra de la propiedad a través de la persona de su nieto. A Abraham se le daría título de Siquem a través de Jacob.
Esta alusión favorable a Siquem, la capital de los samaritanos no debe haber sido del agrado de quienes escuchaban a Esteban. Pero esta referencia a Samaria prepara a los lectores para el siguiente paso en la extensión del evangelio ().
3. ataque contra esteban (7:54–8:1a)
7:54–56. La respuesta de las autoridades religiosas al mensaje de Esteban era fácilmente predecible: Se enfurecían en sus corazones (cf. 5:33), y crujían los dientes contra él.
En vez de sentirse intimidado, Esteban, lleno del Espíritu Santo (cf. 6:3, 5, 10), vio la gloria de Dios, y a Jesús (“de pie”, NVI) que estaba a la diestra de Dios. El Señor Jesús normalmente está sentado a la mano derecha del Padre (; ; ; , ; ; ; ; ). La posición “de pie” (NVI) quizá implique que el Salvador estaba parado para dar la bienvenida a Esteban.
es un v. culminante en este cap. por varias razones. Primero, repite la afirmación hecha por Cristo en su juicio delante del sumo sacerdote (). Así como resultó en la acusación que se le hizo a Jesús de blasfemia, la misma afirmación produjo p 156 una respuesta violenta hacia Esteban. Segundo, el término Hijo del Hombre está lleno de significado. Esta es la última vez que se usa en el N.T., y es la única que no es mencionada por el Señor Jesús. Esta expresión, Hijo del Hombre, muestra que Jesús es el Mesías porque viene de la cita de . Definitivamente es escatológica. (V. el comentario adicional sobre “el Hijo del Hombre” en .) Tercero, combina dos grandes pasajes mesiánicos: y . El primero hace énfasis en el aspecto universal del gobierno del Señor. No dice que simplemente era un gobernador judío; sino que es el Salvador del mundo. presenta al Mesías como sentado a la diestra de Dios. Además de hacer hincapié en el poder y la posición, esto también muestra aceptación. Cristo es por lo tanto el Mediador (cf. ), probando así que la gente tiene acceso a Dios por otros medios aparte del templo y sus sacerdotes.
7:57–58. La respuesta del sanedrín fue inmediata y violenta porque entendieron las implicaciones teológicas de la doctrina de Esteban: Israel era culpable, la ley era temporal y el templo iba a ser deshecho. Así que echándole fuera de la ciudad, le apedrearon. La blasfemia se castigaba con la muerte (). Es irónico que los judíos martirizaran a Esteban, cuando sus antecesores habían adorado a “Moloc” (). De acuerdo a la ley de Moisés, ellos deberían haber sido condenados a muerte ().
Un joven teólogo que se llamaba Saulo estuvo de acuerdo en que apedrearan a Esteban. Los testigos pusieron sus ropas a sus pies. Esto significa que al guardar sus ropas, Saulo estaba dando su aprobación al asesinato (; ).
7:59–60. En palabras que recuerdan las del crucificado, Esteban encomendó su espíritu al Señor y clamó a favor de sus enemigos (cf. , ). Lucas registró el hecho de su muerte al decir simplemente que Esteban durmió. Para un cristiano, su cuerpo (no su alma) duerme al morir (cf. ; , ).
8:1a. La palabra consentía (syneudokōn) indica una aprobación activa, no simplemente un consentimiento pasivo (cf. ). Esto da un significado más completo a la participación de Saulo en .

B. Ministerio de Felipe (8:1b–40)

1. en samaria (8:1b–25)

a. Persecución de la iglesia (8:1b–3)

El cap. 8 está íntimamente ligado con los caps. 6 y 7. El tema de persecución que comenzó en el 6 continúa en el 8. Además, el personaje de Saulo, quien fue presentado en el 7, también se encuentra en el 8. Existe una cercana relación entre Felipe (cap. 8) y Esteban (caps. 6 y 7) porque ambos pertenecían al grupo de los siete (6:5). Hasta se sigue el mismo orden de sus nombres de 6:5 en la secuencia de la narración de 6:8–8:40.
8:1b. En aquel día indica que la persecución de la iglesia se inició con el martirio de Esteban. Eso implica que los gobernantes judíos aprobaron la ejecución del discípulo. Israel estaba en el proceso de confirmar su trágica decisión de rechazar a Jesús como su Mesías.
El hecho de que todos los creyentes de Jerusalén … fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles, fue el p 157 método que Dios usó para cumplir el mandato de 1:8. La palabra “esparcidos” (diesparēsan), que también se usa en 8:4, viene del vb. speirō que se refiere a la siembra de la semilla (; , ; , ; ; ; etc.) Esta afirmación también prepara el camino para el ministerio de Felipe en Samaria ().
Aunque Lucas se refiere a “todos”, no intenta incluir a cada uno, porque la iglesia siguió funcionando en Jerusalén. Por el contexto, debe entenderse que los blancos principales de la persecución eran los judíos de habla griega ya que podían identificarse fácilmente y ser asociados con Esteban.
No se establece por qué los apóstoles no salieron de la ciudad. Tal vez fue el sentido de responsabilidad por la iglesia en Jerusalén lo que los mantuvo allí. Indudablemente, la iglesia en esa ciudad llegó a ser más judía con la evacuación de la gente que sería más parecida a Esteban. Al mismo tiempo, esa persecución profundizó la división entre la iglesia y el judaísmo.
8:2–3. Estos vv. contrastan grandemente entre sí. Hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Por otro lado, Saulo asolaba la iglesia. La palabra que se usa para “asolaba” (elymaineto, usada sólo aquí en el N.T.) aparece en la LXX en (80:13 en la RVR60) refiriéndose a los cerdos salvajes que destruyen una viña. El celo de Saulo contra los cristianos fue tan grande, que era como si estuviera lanzando un ataque despiadado contra ellos (cf. , ). Con violencia arrastraba a hombres y a mujeres (cf. 9:29; 22:4–5) y los azotaba (22:19; 26:11). Esto causó estragos en Jerusalén (9:21). El encarcelamiento posterior de Saulo como apóstol de Jesucristo se contrasta al que hizo con estos seguidores.
El martirio de Esteban junto con la persecución subsecuente de la iglesia confirmó la incredulidad de Israel y su rechazo obstinado a aceptar a Jesús como su Redentor.

b. Proclamación del mensaje (8:4–8)

8:4. En gr., este v. principia con “pero por su parte” (men oun que se traduce con un simple “pero” en la RVR60). Por causa de la persecución, los creyentes fueron esparcidos (cf. v. 1) y la palabra de Dios divulgada (cf. ; ; ) Esta es otra evidencia del control soberano de Dios; a pesar de la oposición, la palabra del Señor crecía (cf. ; ).
8:5. Felipe, un greco judío y, por lo tanto, de un criterio más amplio que los judíos de habla aramea de Israel (cf. 6:1) fue a los samaritanos. Samaria está al norte de Jerusalén, pero Lucas dice que descendió porque la ciudad estaba más abajo en elevación que Jerusalén. El significado del ministerio de Felipe en una ciudad no nombrada se ve cuando se compara con , y .
8:6–7. La proclamación de Felipe acerca de Cristo fue confirmada por señales milagrosas (sēmeia; cf. v. 13) de manera que todos escuchaban atentamente las cosas que decía Felipe. Además, los milagros (echar fuera espíritus inmundos, i.e. demonios, y sanar paralíticos y cojos [cf. 3:1–10]) autenticaron su mensaje (cf. 2:43).
8:8. Una vez más, el evangelio dio como resultado gran gozo (cf. el comentario de 2:46–47).

c. Profesiones de fe (8:9–13)

8:9–10. Existen muchas tradiciones en cuanto a Simón el mago. Se p 158 argumenta: (a) que fue el fundador de las herejías gnósticas, (b) que fue a Roma y pervirtió la doctrina cristiana en ese lugar, y (c) que se involucró en un concurso de milagros con Pedro y perdió. De cualquier forma, este Simón de Samaria ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria. A causa de su “magia”, habilidad de ejercer control sobre la naturaleza o las personas por medio de un poder demoniaco, la gente lo llamó a él gran poder. Puede que hayan pensado, o tal vez no, que poseía una cierta forma de deidad. De cualquier forma, Simón se hizo pasar por algún grande, y la gente de Samaria creyó en él. Además, aceptaba sus adulaciones.
8:11–12. Las artes mágicas de Simón significan su magia y poderes demoniacos (las palabras gr. que se traducen como “ejercía la magia” y “artes mágicas” están relacionadas entre sí). Cuando Felipe llegó a Samaria, anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre (cf. 3:16) de Jesucristo. El término “el reino de Dios” se refiere al reino venidero (cf. 1:3, 6). “El nombre de Jesucristo” se refiere a su posición como Mesías (cf. 8:5, “el Cristo” lit. el Mesías). En otras palabras, el mensaje significa que algunos samaritanos llegarían a heredar el milenio por fe en Jesús, el Mesías.
Como evidencia de su fe, los samaritanos se bautizaban hombres y mujeres (cf. “a hombres y a mujeres” en v. 3). Los contrastes y similitudes entre Simón y Felipe son asombrosos. Ambos hacían milagros, Simón por medio del poder demoniaco y Felipe por el poder divino. Simón se jactaba y recibía la aclamación para sí mismo, pero Felipe proclamaba a Cristo. La gente estaba sorprendida de la magia de Simón, pero se convirtieron a Cristo por el ministerio de Felipe.
8:13. Es sorprendente que creyó Simón mismo y fue bautizado. Ahora, en vez de que la gente siguiera a Simón, ¡él seguía a Felipe! Su respuesta debe haber tenido un efecto profundo en sus propios seguidores.
¿Recibió Simón la salvación? Lucas no especifica esto claramente, así que es difícil ser dogmático en esto. Pero siete hechos sugieren que probablemente Simón no nació de nuevo: (1) El vb. “creer” (pisteuō) no siempre se refiere a la fe salvadora. La fe de Simón pudo haber sido como la de los demonios de , un asentimiento meramente intelectual. (2) Además, la fe basada en señales no es una fe digna de confianza (cf. ; ). (3) Lucas nunca afirmó que Simón recibiera el Espíritu Santo (). (4) Simón siguió teniendo un interés egocéntrico en la expresión del poder milagroso (vv. 18–19). (5) El vb. “arrepentirse” (metanoeō) que se usa en el v. 22 se aplica normalmente a gente que se encuentra perdida. (6) El término “perezca” (eis apōleian) que se usa en el v. 20 es fuerte. Está relacionada con la palabra “se pierda” usada en . (7) La descripción de Simón en es más la de un hombre perdido que la de uno salvo (cf. ). Aun así, no podemos ser dogmáticos en este punto. El Señor conoce a los que son suyos ().

d. La prueba de la obra (8:14–17)

8:14–17. Era necesario que los apóstoles que estaban en Jerusalén comisionaran a Pedro y a Juan para ir a Samaria por varias razones. Generalmente, el Espíritu Santo bautiza, mora y sella al creyente en el momento en que éste viene a la fe, pero en esa ocasión, el retraso tuvo varios propósitos: p 159 (1) la oración de Pedro y Juan (para que los nuevos creyentes fueran investidos del Espíritu Santo) y su imposición de las manos (lo cual resultó en la venida de esa divina persona sobre ellos), confirmó el ministerio de Felipe entre los samaritanos y autenticó la nueva obra entre los apóstoles que estaban en Jerusalén. (2) También confirmó el ministerio de Felipe a los samaritanos. El mensaje que él predicó fue convalidado por la llegada del Espíritu Santo, una señal de la venida del reino (cf. v. 12; ; ; ). (3) Tal vez la razón más importante de que Dios retuviera la llegada del Espíritu hasta que los representantes apostólicos vinieran desde la iglesia de Jerusalén, fue para evitar un cisma. Debido a la propensión natural a vivir separados que tenían los judíos y los samaritanos, era esencial para Pedro y … Juan dar oficialmente la bienvenida a la iglesia a los creyentes samaritanos. Es muy significativo el contraste entre la actitud de Juan aquí y en .

e. Perversión de la verdad (8:18–24)

8:18–19. La frase vio Simón que … se daba el Espíritu Santo implica que había algunas manifestaciones externas que hacían evidente la venida del Espíritu Santo. Posiblemente era el hablar en lenguas, aunque las Escrituras no lo mencionan (cf. 2:4; 10:45–46; 19:6).
El término simonía, que se refiere a la compra o venta de cosas que se consideran religiosas o sagradas, tales como un oficio eclesiástico, viene del deseo de Simón de comprar ese poder para impartir el Espíritu Santo a otros.
El propósito de Lucas al incluir este incidente con relación a Simón, fue mostrar la superioridad del cristianismo sobre el ocultismo y los endemoniados. Varias veces tuvo lugar esta clase de conflicto en Hechos, y Cristo siempre obtuvo la victoria (13:6–12; 16:16–18; 19:13–20; 28:1–6).
8:20. La respuesta de Pedro a la petición de Simón fue de enojo: Tu dinero perezca contigo.
La razón de que el apóstol usara un lenguaje tan áspero fue la incapacidad de Simón para entender la gracia y la naturaleza gratuita de la salvación y las bendiciones de Dios. Pedro explicó su acerba respuesta diciendo: has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
8:21–22. El lenguaje usado en este v., no tienes tú parte ni suerte en este asunto (logō “palabra, asunto”) implica que Simón no era cristiano. (Para ver una terminología similar, V. ; . Así como los levitas no tendrían herencia en la tierra prometida, así tampoco Simón tenía parte en el asunto de la salvación.) El adverbio quizás no significa que Dios esté renuente a perdonar el pecado. La cuestión es si Simón se arrepentiría de las intenciones de su corazón.
8:23–24. La alusión de Pedro a la “amargura” (lit., “hiel de amargura”, j̱olēn pikrias) parece referirse a , que habla de la idolatría y de la amargura de la apostasía (cf. ). Simón había sido cautivado por la falsa doctrina y el pecado. La respuesta de Simón pudo haber sido genuina o un simple lamento de temor. Por lo menos se preocupó del resultado de su trágica petición ().

f. El avance de la obra (8:25)

8:25. Pedro y Juan estaban tan convencidos de la obra de Dios entre p 160 los samaritanos, que cuando volvieron a Jerusalén también compartieron el evangelio … en muchas poblaciones de los samaritanos. ¡Fue un hecho muy asombroso para estos apóstoles judíos!

2. al eunuco etíope (8:26–40)

a. El mandamiento (8:26)

8:26. Aunque Lucas no registró ningún mandato de Dios para que Felipe predicara a los samaritanos (v. 5), sí dice que el Señor dirigió soberanamente a Felipe hasta Gaza (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353). Se hace referencia a la carretera como a el camino … desierto. La expresión puede referirse tanto a un camino desértico como a una ciudad que estaba desierta. La antigua Gaza fue destruida en el año 93 a.C. y reconstruida más cerca del Mediterráneo en el 57 a.C. La ciudad antigua se llama Gaza Desértica. El término gr. usado para el mandamiento del ángel se ha traducido correctamente: Levántate y vé hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. La referencia al camino en 8:36 puede implicar que éste, y no la ciudad, se encontraba en un área desértica.

b. El contacto (8:27–30)

8:27. El etíope, eunuco, se describe ampliamente como funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros. “Etiopía” no se refiere aquí a la que se conoce en el mundo moderno, sino a la antigua Nubia, la región comprendida entre Asuán en el sur de Egipto hasta Jartum en Sudán. Candace era un título que se daba a la reina madre, así como se usa el nombre faraón para designar al rey de Egipto. El poder gubernamental descansaba en manos de Candace, porque su hijo, que era adorado como vástago del sol, era demasiado sublime como para ocuparse de actividades tan mundanas como gobernar a la nación. Por eso, la nación era dirigida por la reina madre. Es interesante el hecho de que este eunuco haya venido a Jerusalén para adorar, porque la ley prohibía que los eunucos entraran en la asamblea del Señor (). Sin embargo, predijo grandes bendiciones para los eunucos en la era milenial. Es evidente que éste era un adorador de Jehová, aunque no fuera un prosélito en todo el sentido de la palabra.
8:28–30. La riqueza del eunuco se revela en la descripción de que volvía sentado en su carro. Mientras que ese oficial de la tesorería viajaba, iba leyendo al profeta Isaías. Puesto que era costumbre leer en voz alta, Felipe fácilmente oyó la porción de la Escritura que leía el eunuco (v. 30). Es interesante notar que Felipe fue guiado primero por un ángel (v. 26) y luego por el Espíritu Santo (v. 29).

c. La conversión (8:31–35)

8:31–35. La cita de había dejado perplejo al eunuco. Aprovechando la oportunidad de contar con la presencia de Felipe para que le explicara el pasaje, invitó al apóstol a que subiese a su carro. El etíope sabía que el pasaje describía a un individuo, pero ¿era Isaías o algún otro? Felipe usó bien la ocasión para presentar el evangelio de Jesús partiendo de (cf. ).

d. Los consecuencias (8:36–40)

8:36–39. El primer resultado de la evangelización de Felipe fue la conversión p 161 del eunuco. Su respuesta, ¿qué impide que yo sea bautizado? indica que el bautismo de agua era evidencia de una decisión personal de confiar en Cristo (cf. ) El segundo resultado fue de alegría para el eunuco, quien siguió gozoso su camino. Un tercer resultado fue que el evangelio tuvo un alcance más amplio al llegar a alguien que no era judío ni samaritano, sino un gentil (africano) adorador de Jehová, pero que no era un prosélito del judaísmo en plena comunión. Posiblemente el eunuco era incircunciso. (La NVI menciona que sólo algunos mss. gr. posteriores añaden el v. 37 y que probablemente éste no estaba incluido en los originales.)
Cuando el bautismo se realizó, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más. Se desconoce qué sucedió al eunuco etíope después de esto.
8:40. Pero Felipe se encontró en Azoto. Esta es la ciudad de Asdod, antigua capital Filistea. Mientras que viajaba para Cesarea … anunciaba el evangelio en todas las ciudades a lo largo del camino (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353). Es evidente que Felipe se estableció en Cesarea, porque todavía vivía allí veinte años después (cf. 21:8). Es significativo que un evangelista puede vivir como residente o como itinerante, y Felipe desempeño ambos tipos de ministerios.
El área que rodea a Azoto y Cesarea fue posteriormente visitada por Pedro (9:32–43). Aunque Felipe el evangelista residía en Cesarea, el Señor llamó a Pedro desde Jope para llevar el evangelio a Cornelio, que también vivía en esa ciudad (caps. 10–11).

C. El mensaje de Saulo (9:1–31)

Algunos creen que la conversión de Saulo (Pablo) es el acontecimiento más importante de la historia de la iglesia desde Pentecostés. Lucas en verdad lo consideró muy significativo, porque lo registró tres veces en Hechos (caps. 9, 22 y 26).
La inclusión de la conversión de Saulo en esta coyuntura prepara a los lectores para la narrativa de la forma en que se extendió el evangelio a los gentiles (cap. 10). Sin embargo, el apóstol a los gentiles (; ) fue precedido en su ministerio por la evangelización que Pedro hizo de Cornelio y su casa.
El relato de la experiencia de Saulo en el camino a Damasco puede haber sido registrado aquí para relacionarlo con el martirio de Esteban. El discurso de Esteban parece haber estimulado a Saulo para que redoblara sus esfuerzos de aplastar a la cristiandad () Si la doctrina propagada por Esteban era correcta, entonces la ley estaba en peligro. Así que Saulo, celoso como era, siguió persiguiendo a la iglesia (; ).
¡Pero Saulo el perseguidor estaba a punto de convertirse en Pablo el apóstol de Jesucristo! Su trasfondo y cualidades se combinaban perfectamente para realizar la obra a que Dios lo había llamado: (1) Conocía bien la cultura y lenguaje judíos (; ). (2) Ya que había crecido en Tarso, tenía conocimiento profundo de la cultura griega y sus filosofías (; ). (3) Poseía todos los privilegios de un ciudadano romano (; ; ). (4) Había sido entrenado y adiestrado en teología judía (). (5) Puesto que estaba capacitado para realizar un trabajo secular, podía sostenerse a sí mismo (; ; ; ; ). (6) Además, p 162 Dios le dio celo, así como cualidades de liderazgo y discernimiento teológico.

1. conversión de saulo (9:1–19a)

a. Convicción de Saulo (9:1–9)

9:1a. El adverbio aún va retrospectivamente hasta 8:3. Mientras el evangelio seguía avanzando fuera de Jerusalén, Saulo seguía su inexorable persecución de la iglesia.
9:1b–2. Tan grande era el odio de Saulo por la iglesia, que vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco. (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353.) Esta ciudad no estaba bajo el control de Judea, Galilea ni Decápolis. Entonces, ¿qué jurisdicción podría tener el sumo sacerdote sobre las sinagogas de Damasco? Esto generalmente se responde diciendo que Roma reconocía el derecho de extradición cuando el sumo sacerdote de Jerusalén lo invocaba. Pero esto también puede explicarse de otro modo. En ese tiempo, tal vez Damasco estaba bajo la jurisdicción de Areto IV, rey nabateo (cf. ). Puesto que odiaba a los romanos, ese monarca tal vez concedió ese favor al sumo sacerdote con el fin de ganarse el favor de los judíos antiimperialistas.
La mención que el autor hace de las sinagogas de Damasco indica que el cristianismo todavía se asociaba con el judaísmo (en palabra “congregación” viene del gr. synagōgēn, “sinagoga”). La referencia que hace a Damasco muestra que el cristianismo se extendió muy rápidamente.
Es extraño que Saulo se haya referido al cristianismo como este Camino, término que sólo se usa en Hechos (19:9, 23; 22:4; 24:14, 22).
9:3–4. Saulo no sólo oyó la voz del Señor Jesús, sino que también lo vio (cf. 9:17, 27; 22:14; 26:16; , ). Aunque no se declara en forma explícita este hecho, sí se implica en la referencia que hace el autor a un resplandor de luz del cielo. Para el apostolado de Saulo, era imprescindible que viera a Jesús resucitado (cf. ).
La interrogante ¿por qué me persigues? (cf. ) está cargada de significado porque muestra la unión de Cristo con su iglesia. El Señor no preguntó “¿por qué persigues a mi iglesia?” La referencia a “me” le dio a Saulo el primer atisbo de la gran doctrina de que los cristianos están en Cristo. Esa misma verdad fue expresada antes por Lucas al decir que el Señor sigue su obra en la tierra a través de la iglesia (1:1). También el engaño de Ananías a Pedro fue una mentira al Espíritu Santo (5:3). Lucas, junto con Pablo, vieron a Cristo y a la iglesia como la Cabeza y su cuerpo.
9:5. Algunos interpretan la palabra “Señor” incluida en la pregunta de Saulo ¿Quién eres, Señor? (kyrie) como “señor” en el sentido de un nombre común de respeto dado a alguien desconocido. Es posible que este sustantivo tenga ese significado, como lo tiene en ; ; ; y en otras partes. Sin embargo, hay muchas cosas sobrenaturales en el pasaje como para usar el simple vocativo “señor”. Aunque Saulo no reconoció inmediatamente a éste como Jesús, debe haber intuido que era un ser sobrenatural. Fue entonces que el Señor se identificó ante Saulo diciendo: Yo soy Jesús (cf. 9:17).
Las palabras, “dura cosa te es dar coces contra el aguijón”, no se encuentran en los mejores y más antiguos p 163 mss., pero aparece en .
9:6. El Señor resucitado comisionó a Saulo diciendo: levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Esto no significa que Ananías (v. 10) enseñó a Saulo la doctrina de la justificación, como algunos afirman. En vez de ello, se le dijo que debía proclamar el evangelio, lo cual incluiría sufrimientos (vv. 15–16; 22:10, 15; 26:16–20). El Señor mismo le enseñó a Pablo la verdad acerca de la justificación por la fe en el camino a Damasco; es claro en este punto (cf. ).
9:7. Una aparente discrepancia surge entre el v. 7 y 22:9. En 9:7 Lucas registró que los hombres que viajaban con Saulo oyeron la voz (fōnēs), pero en 22:9, Lucas escribió que “no entendieron la voz” (fōnēn). La cláusula en 22:9 puede traducirse “no escucharon el sonido”. La RVR60 traduce correctamente el versículo, porque el vb. “oir” con el caso genitivo puede significar “escuchar un sonido” y con el caso acusativo, “escuchar con entendimiento”. El caso genitivo se usó en 9:7 y el acusativo en 22:9. De manera que los acompañantes de Saulo escucharon el sonido (9:7) pero no entendieron lo que Cristo dijo (22:9).
9:8. Si el “aguijón en la carne” de Saulo era un problema de la vista (cf. el comentario de ), ésto debe haber sido el preludio de su padecimiento. De cualquier forma, hay un agudo contraste entre el Saulo de 9:1 y el del v. 8. Al principio, iba iracundo por el camino, decidido a capturar y encarcelar a los cristianos. Poco después, era guiado como un niño y por la mano, le metieron en Damasco. La gracia de Dios a menudo se manifiesta en actos llenos de poder y en aparentes catástrofes.
9:9. Los tres días de ceguera, ayuno y oración (v. 11) fueron un tiempo de espera. Saulo todavía no recibía el mensaje que Dios le había prometido (v. 6).

b. La contrición de Saulo (9:10–19a)

9:10–14. Por medio de una visión, Dios instruyó al renuente Ananías para que restaurara la vista de Saulo, por lo que tuvo que ir hasta donde estaba Saulo, posando con un hombre llamado Judas cuya casa estaba en la calle … Derecha que era una de las dos calles paralelas que corrían desde el muro oriental hasta el occidental. La primera referencia al lugar de nacimiento de Saulo (Tarso) se da en el v. 11 (V. “Mapa de Palestina, Siria, Cilicia y Chipre” en el Apéndice, pág. 353 cf. el comentario de v. 30).
Es interesante notar que los creyentes son llamados santos aquí por primera vez en el libro de Hechos (v. 13). La iglesia consta de “los puestos aparte” (jagiois; cf. “santos” en ; ; ). Por se hace evidente que las noticias de la llegada de Saulo para perseguir a los creyentes de Damasco lo habían precedido, por lo que Ananías tenía miedo de lo que Saulo pudiera hacer.
9:15. El Señor aseguró a Ananías … que instrumento escogido le era éste, para llevar su nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel. Saulo llegaría a ser Pablo, el apóstol de los incircuncisos (; , ; ), incluyendo reyes (cf. el gobernador Félix [], el gobernador Porcio Festo [24:27–25:12], el rey Herodes Agripa II [25:13–26:32] y posiblemente el emperador Nerón [25:11]). Por supuesto, el apóstol también ministró “a los hijos de Israel” (cf. 9:20; 13:5, 14; 14:1; 17:2, 10, 17; 18:4, 19; p 164 19:8; 26:17–20; ). ¡Qué sorprendente que aquel violento perseguidor de los cristianos fuera transformado en testigo del evangelio, tan dinámico y lleno de fuerza.
9:16. El cumplimiento parcial de esta predicción se ve en el resumen que Saulo hizo de sus sufrimientos ().
En el diálogo entre Ananías y el Señor se incluye tres veces en tres vv. la palabra nombre (; cf. 3:16).
9:17. Hermano Saulo … ¡Qué consoladoras deben haber sido estas palabras para Saulo! El primero que se registra que llamó a Saulo hermano cristiano fue Ananías. Se da una declaración más completa acerca de las palabras de Ananías en 22:14–16. El recelo de Ananías por Saulo fue transformado en amor por el apóstol a los gentiles gracias a la dirección del Señor. Ananías se identificó con Saulo poniendo sobre él las manos.
La llenura del Espíritu Santo que Saulo experimentó claramente siguió a su conversión (cf. 4:8, 31; ).
9:18. Al sanar de su ceguera, le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista. La palabra “escamas” (lepides del vb. lepō, “pelar”) se aplica a las escamas de peces y cocodrilos. Como en varias conversiones que se registraron antes en Hechos, el bautismo de agua siguió a la conversión (8:12, 38).
Después de estas cosas, Ananías desaparece de la escena y no se vuelve a mencionar con excepción del cap. 22, donde Pablo narra su conversión.
9:19a. Los tres días sin comida ni bebida, además del impacto de su “encuentro” con el Cristo resucitado, dejaron a Pablo muy débil. Sin embargo, varias cosas le ayudaron a recobrar las fuerzas: su encuentro con Ananías, su sanidad, la llenura del Espíritu, el bautismo de agua, y el haber tomado alimento.

2. conflictos de saulo (9:19b–31)

a. La confesión de Saulo (9:19b–22)

9:19b–20. Después de pasar unos días con los cristianos en Damasco, Saulo comenzó a predicar a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. La predicación a los judíos en las sinagogas fue una de las estrategias que usó el apóstol en sus viajes misioneros (V. el primer viaje [13:5, 14; 14:1]; el segundo viaje [17:2, 10, 17; 18:4]; el tercer viaje [18:19; 19:8]). contiene la única vez que se usa la frase “Hijo de Dios” en Hechos. La primera cosa que Saulo aprendió en su experiencia del camino a Damasco fue saber quién es Jesús.
9:21. Los judíos estaban atónitos, lo cual es comprensible. El vb. gr. existanto lit. significa “estaban fuera de sí mismos, habían perdido sus sentidos”; mucha gente respondió de la misma manera a Jesús (; ; ). Esta palabra se usa cinco veces en Hechos (2:7; 8:13; 9:21; 10:45; 12:16). Indudablemente, la campaña de intensa persecución de Saulo causó estragos en Jerusalén (cf. 8:3; 22:19; 26:11).
9:22. Saulo usó su preparación teológica con ventaja al insistir en la verdad de que el Señor Jesús era el Mesías. Él había ido a Damasco a perseguir a la iglesia y había terminado predicando a Jesús. ¡Qué contraste! ¡Qué gracia tan admirable! No es de extrañarse que los judíos damascenos estuvieran confundidos (synej̱ynnen, “aturdidos” de synj̱eō, usado en el N.T. sólo en 2:6; 9:22; 21:27, 31).
p 165 b. Conspiraciones contra Saulo (9:23–31)
(1) En Damasco. 9:23–25. Uno de los temas de Hechos, subrayado en este párrafo, es la oposición de los líderes judíos al evangelio. establece claramente que éste fue un esfuerzo conjunto entre los judíos y el gobernador que estaba bajo el rey nabateo Areto siendo los judíos los principales instigadores. Los seguidores de Saulo le advirtieron que existía la resolución de los judíos de matarle … Y … le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta, porque las puertas de la ciudad estaban vigiladas. Los planes de Saulo de perseguir a los cristianos de Damasco tomaron un giro inesperado. Él había entrado a la ciudad ciego y ¡salió de ella escondido en una canasta! Irónicamente él llegó a ser objeto de persecución.
La referencia a los “discípulos” (mathētai) muestra que ya Pablo estaba teniendo un ministerio fructífero y que era un líder muy bien dotado.
Al resumir la narración, Lucas omite el breve viaje de Saulo a Arabia, el cual menciona el apóstol en . Probablemente, éste tuvo lugar entre y 23, aunque se desconoce el propósito de que pasara un tiempo en ese lugar. Tal vez fue allí para evangelizar, pero el área estaba muy escasamente poblada y la estrategia de Saulo consistía en ir a los centros metropolitanos más poblados. Puede haber dejado Damasco para reducir la persecución de la iglesia. Pero lo más probable es que viajó a Arabia para meditar y estudiar.
(2) En Jerusalén (9:26–30). 9:26–28. Saulo había salido de Jerusalén como jurado enemigo de los cristianos con objeto de perseguir a la iglesia en Damasco; pero debido a la gracia soberana de Dios, se unió a la iglesia y predicó el evangelio en esa misma ciudad. También se unió a la obra de Jerusalén, pero los creyentes de esa ciudad no quisieron confiar en él (cf. el mismo temor de Ananías, v. 13). En Damasco, Saulo necesitó de un amigo, Ananías. En Jerusalén necesitaba otro, y ese fue Bernabé, cuyo nombre significa “hijo de consolación” (4:36) y que probó ser eso precisamente para Saulo. Bernabé se menciona en Hechos en otras cuatro ocasiones. (a) 11:22–24; (b) 11:30; 12:25; (c) 13:1–2, 50; 14:12; (d) 15:2, 12, 22, 25, 37. Los creyentes de Jerusalén, convencidos por Bernabé de que en verdad se había convertido, permitieron a Saulo quedarse con ellos. En Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús, y en Jerusalén … hablaba denodadamente en el nombre del Señor (cf. comentarios acerca de “denuedo” en 4:31).
9:29. Saulo hablaba … y disputaba con los judíos griegos, continuando así la obra de Esteban (cf. 6:8–10). Es evidente que la habilidad de Saulo para debatir era muy superior a la de los judíos griegos, porque éstos procuraban matarle.
9:30. Los hermanos (cf. v. 17) de Jerusalén lo escoltaron hasta Cesarea, puerto que se encontraba a unos 100 kms. de distancia por carretera, y le enviaron a Tarso, su ciudad natal, que era una población antigua. En ese entonces, sobrepasaba los 4,000 años, y era un centro intelectual del imperio romano. (Para una investigación breve de los eventos importantes de la historia de Tarso, V., V. Gilbert Beers, The Victor Handbook of Bible Knowledge, “Manual de Conocimiento Bíblico de Victor”, Wheaton, Ill.: Scripture Press, Victor Books, 1981, p. 555.)
Los primeros viajes de Saulo en el p 166 marco cronológico del cap. 9 pueden resumirse como sigue:
1. Jerusalén (vv. 1–2)
2. Damasco (vv. 3–22)
3. Arabia ()
4. Damasco (, ; )
5. Jerusalén (; )
6. Cesarea ()
7. Tarso (v. 30; )
(3) Conclusión. 9:31. En la frase las iglesias … por toda Judea, Galilea y Samaria la palabra que se traduce como “iglesias”, en gr. aparece en realidad en sing. Obviamente, Lucas se estaba refiriendo a la iglesia universal que estaba dispersa en Palestina.
Tan fuerte era el antagonismo judío contra Saulo y su ministerio, que después de que salió de aquella región, la iglesia disfrutó de un tiempo de paz.
La iglesia seguía confinada a los judíos, a los medio judíos (los samaritanos), y a los prosélitos del judaísmo que se convirtieron en cristianos (con la única excepción del eunuco de Etiopía, 8:26–40). Pero todo estaba listo para que se extendiera a un nuevo segmento de la población mundial.
Con este tercer informe de avance, de los siete que dio acerca del crecimiento espiritual y numérico de la iglesia (cf. 2:47; 6:7; 12:24; 16:5; 19:20; 28:30–31), Lucas pone término a esta sección del libro.
John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 2: San Juan, Hechos, Romanos (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 151–166.
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