La certeza de la resurreccion de Jesus

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1 Corintios 15.3–5 RVR60
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce.

INTRODUCCION

La doctrina de la resurrección de Cristo es transcendental para la fe cristiana, debido a que tiene implicaciones directas sobre la eternidad del cristiano. Paul Enns dice; que la resurrección de Cristo determina la validez de la fe cristiana.
Pablo dijo en (slide 1)
1 Corintios 15.17 RVR60
17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.

Pablo había enseñado lo que asimismo había aceptado primero: la verdad de la muerte de Cristo y la resurrección en beneficio de los que están perdidos en sus pecados. Estos vv. son el verdadero corazón del evangelio y constituyen un credo cristiano primitivo que Pablo enseñaba primeramente adondequiera que iba, porque es de vital importancia. En realidad, el credo consta de dos partes: Cristo murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día. Estos hechos se podían verificar en las Escrituras (e.g., Sal. 16:10; Is. 53:8–10) y a través de la evidencia histórica, e.g., el tiempo que el Señor pasó en el sepulcro y fuera de él, presentándose ante individuos que todavía estaban con vida. El hecho de que fue sepultado, corrobora su muerte física, y el de que apareció a Cefas, y después a los doce, su resurrección. Pedro fue el primer varón que vio a Cristo resucitado, pero poco después, los demás discípulos tuvieron la misma experiencia. Ellos integraban el círculo íntimo de amigos del Señor.

Los detractores de la resurrección han querido poner en duda este evento, utilizando la mentira como la principal arma para desacreditar el evento glorioso de la resurrección. Desde el mismo día en que Jesús resucitó.
La resurrección de Cristo debe ser percibida como el arquetipo y garantía de nuestra propia resurrección, es decir; si Él vive, nosotros también viviremos, así lo expresa el mismo Cristo en cuando le dijo a sus discípulos; “y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis” Si expresamos esta declaración de manera negativa tendríamos que decir que “si Cristo no vive, tampoco nosotros viviremos” es decir, que si Cristo no resucito, tampoco nosotros resucitaremos[1].
Pablo había enseñado lo que asimismo había aceptado primero: la verdad de la muerte de Cristo y la resurrección en beneficio de los que están perdidos en sus pecados. Estos vv. son el verdadero corazón del evangelio y constituyen un credo cristiano primitivo que Pablo enseñaba primeramente adondequiera que iba, porque es de vital importancia. En realidad, el credo consta de dos partes: Cristo murió por nuestros pecados y resucitó al tercer día. Estos hechos se podían verificar en las Escrituras (e.g., ; ) y a través de la evidencia histórica, e.g., el tiempo que el Señor pasó en el sepulcro y fuera de él, presentándose ante individuos que todavía estaban con vida. El hecho de que fue sepultado, corrobora su muerte física, y el de que apareció a Cefas, y después a los doce, su resurrección. Pedro fue el primer varón que vio a Cristo resucitado, pero poco después, los demás discípulos tuvieron la misma experiencia. Ellos integraban el círculo íntimo de amigos del Señor.
Los primeros en utilizar la mentira fueron los líderes religiosos. narra que los guardias romanos fueron a la ciudad a contarle a los principales sacerdotes y ancianos que Jesús había resucitado (v.11).
Sin embargo, las autoridades religiosas al escuchar el testimonio de los soldados romanos tomaron una actitud vil y mentirosa. Ellos sabían que si se regaba la voz de que Cristo había resucitado ellos serían señalados por el pueblo, como los responsables de llevar al Hijo de Dios a la cruz.
Entonces dice el texto que convocaron a una reunión para sobornar a los soldados con mucho dinero (v.12). Y acordaron con los soldados, que dirían que los discípulos de Jesús vinieron durante la noche, mientras ellos dormían, y se robaron el cuerpo (v.13).
Esta mentira estaba también orquestada que dijeron que si la noticia llegaba a oídos del gobernador, de que los discípulos habían robado el cuerpo, ellos iban a interceder por los soldados, para que estos no se metieran en problemas (v.14).
12 Se convocó a una reunión con los ancianos, y decidieron dar a los soldados un gran soborno.
John F. Walvoord y Roy B. Zuck, El conocimiento bíblico, un comentario expositivo: Nuevo Testamento, tomo 3: 1 Corintios-Filemón (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 60.
13 Les dijeron: «Ustedes deben decir: “Los discípulos de Jesús vinieron durante la noche, mientras dormíamos, y robaron el cuerpo”.
Mateo dice en el 28.15 que los guardias aceptaron el soborno y dijeron lo que los sacerdotes y ancianos les habían ordenado.
corrió por todas partes entre los judíos y la siguen contando hasta el día de hoy.
Sin embargo, lo mas triste es que esta mentira se corrió por todas partes entre los judíos y la siguen contando hasta el día de hoy (v.15).
J. Harris Murray menciona, que Son muchas las dificultades de esta teoría de que los discípulos robaron el cuerpo.
En primer lugar:
(slide 2)
Mateo 27.62–66 RVR60
62 Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
Mateo 27.62
J. Harris Murray elabora la siguiente pregunta:
(slide 3)
¿Cómo iban los discípulos a sortear o a reducir a la guardia judía que estaba apostada en la puerta de la tumba precisamente para que nadie robara el cuerpo ()?
Observemos lo siguiente, segun
(slide 4)
Ellos mismos habían ido a asegurar el sepulcro.
Sellaron la piedra con el sello romano.
Pusieron a la guardia.
Por otro lado, Es difícil creer que unos discípulos descorazonados, que eran incapaces de recordar las predicciones que Jesús había hecho de su resurrección iban a robar el cuerpo.
De hecho cuando los varones con vestiduras blancas les hablaron a María Magdalena, Juana y María la madre de Jacobo no se acordaban de los que Jesús había dicho acerca de su resurrección.
Mira lo que dice
(slide 5)
Lucas 24.6–8 RVR60
6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea,7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día.8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
Lucas
En el verso.11 dice que los mismos apóstoles les parecía locura el asunto de la resurrección.
Así que, parece ilógico que los discípulos tuvieran las fuerzas y la capacidad necesarias para planear el robo del cuerpo del cuerpo del Señor.
En segundo lugar
¿Cómo iban los discípulos a sortear o a reducir a la guardia judía, que estaba apostada en la puerta de la tumba precisamente para que nadie robara el cuerpo ()?
(slide 6)
Juan dice que cuando Pedro llego corriendo vio el sudario enrollado, separado de los lienzos.
(slide 7)
Juan 20.6–7 RVR60
6 Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí,7 y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.
Juan 20:
Así que, preguntémonos....
(Slide 8)
¿Por qué se iban a molestar los ladrones en desenvolver el cuerpo y en doblar cuidadosamente la larga envoltura de lino que cubría el cuerpo del muerto (ver )?
Por otro lado como dice Matthew Henry y Francisco Lacueva ...
Murray J. Harris, 3 preguntas clave sobre Jesús: ¿Existió Jesús? ¿Resucitó Jesús de los muertos? ¿Es Jesús Dios?, ed. Nelson Araujo Ozuna, Anabel Fernández Ortiz, y Dorcas González Bataller, trans. Dorcas González Bataller, Colección Teológica Contemporánea (Viladecavalls, Barcelona: Editorial CLIE, 2005), 42.
Que tarde o temprano, se habría descubierto el engaño y los enemigos habrían podido presentar el cadáver al pueblo.
Desacreditando totalmente de los seguidores de Jesús.
Asimismo, no debemos olvidar que fueron muchos los seguidores de Cristo que sellaron su testimonio con su propia vida. Por lo tanto, resulta bien difícil considerar que los apóstoles hallan sostenido tal engaño hasta el martirio.
Mis amados Hermanos...
Antes que podamos demostrar que Jesús se levantó de los muertos, tenemos que probar que realmente murió.
El libro sagrado de los musulmanes EL Corán afirma que Jesús solo fingió morir según (Sura IV: 157),
Es decir, si Él vive, nosotros también viviremos, así lo expresa el mismo Cristo en cuando le dijo a sus discípulos; “y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis”
Y lamentablemente han sido muchos los escépticos que dicen que Jesús solamente parecía estar muerto. Otros han dicho que simplemente estuvo drogado, y que por eso salió caminando de la tumba.
No obstante...
Para que la resurrección tenga significado, Jesús tuvo que morir primero, y para comprobarlo debemos considerar varios puntos.
Así que vamos al primer punto de este sermón
Si expresamos esta declaración de manera negativa tendríamos que decir que “si Cristo no vive, tampoco nosotros viviremos” es decir, que si Cristo no resucito, tampoco nosotros resucitaremos.
Apologética JESÚS REALMENTE MURIÓ EN LA CRUZ

JESÚS REALMENTE MURIÓ EN LA CRUZ

Jesús realmente murió.

(slide 9)
En primer lugar… Según Norman Geisler y Ron Brooks, en su libro de Apologética
(slide 10)

No hay evidencia que sugiera que Jesús haya sido drogado.

El Señor Jesucristo rechazó el analgésico que usualmente les administraban a las víctimas de la crucifixión así lo dice ().
(slide 11)
Marcos 15.23 RVR60
23 Y le dieron a beber vino mezclado con mirra; mas él no lo tomó.
Marcos 15.36 RVR60
36 Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle.
Por otro lado…
Su evidente agonía y muerte no encajan en el cuadro de un hombre que está por quedar como muerto en un estado inducido por la droga.
dice que Justo antes de morir le ofrecieron un sorbo de vinagre para aliviar su reseca garganta, lo que no alcanzó a intoxicarlo (v. 36).
(slide 12)

La abundante hemorragia confiere alta probabilidad a la muerte.

Su extremo estado emocional le hizo sudar como grandes gotas de sangre mientras oraba en el huerto ().
Probablemente Jesús estaba ya en estado grave o crítico antes de que lo crucificaran..
Pues la noche anterior a la crucifixión fue golpeado y azotado repetidas veces con un látigo romano (de tres puntas recubiertas con pedazos de hueso o metal).
Los látigos desgarraron seguramente los músculos esqueléticos, y debió preparar las condiciones para un colapso circulatorio.
Además, la Biblia dice que le habían insertado en su cabeza una corona de espinas.
Luego… El día viernes entre las nueve de la mañana y poco antes del ocaso, El Señor había sufrido heridas importantes, de las cuales cuatro fueron las de clavos usados para fijarlo a la cruz.
El señor mismo había anunciado en .
Lucas 22.25–33 RVR60
25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores;26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve.27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve. 28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. 29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, 30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel. 31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. 33 El le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.
Marcos 15.25–33 RVR60
25 Era la hora tercera cuando le crucificaron. 26 Y el título escrito de su causa era: EL REY DE LOS JUDÍOS. 27 Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a su derecha, y el otro a su izquierda. 28 Y se cumplió la Escritura que dice: Y fue contado con los inicuos. 29 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas, 30 sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz. 31 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. 32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le injuriaban. 33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
(slide 13)
Marcos 10.33–34 RVR60
33 He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte, y le entregarán a los gentiles; 34 y le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará.
Lucas 24.25–33 RVR60
25 Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. 28 Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. 29 Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. 30 Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. 31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. 32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? 33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos,
Marcos 10.
Lucas 24.
Restos hallados de palestinos crucificados, nos permiten saber que esos clavos eran de 12 a 17 centímetros de largo y 1 centímetro de grosor.
INSERTAR IMAGEN DE CLAVOS (slide 14)
(slide 15)

Agua y sangre salieron de su costado cuando lo atravesaron con una lanza.

La mejor evidencia señala que esto fue un lanzazo asestado por un soldado romano para asegurarse de su muerte.
INSERTAR IMAGEN DE CRISTO CON LA LANZA (slide 16)
La lanza penetró sus costillas perforando su pulmón derecho, la bolsa membranosa que guarda el corazón y este mismo, dejando salir los líquidos pleurales y la sangre.
dejando salir los líquidos pleurales y la sangre. Jesús estaba incuestionablemente muerto antes de que lo bajaran de la cruz y, quizás antes de que le infligieran la herida con la lanza. Las heridas en sus muñecas y pies deben haber cortado nervios principales. El golpe final atestado a su costado era fatal de por sí (v. 34).
Jesús estaba incuestionablemente muerto antes de que lo bajaran de la cruz.
Y quizás antes de que le infligieran la herida con la lanza.
Por otro lado… Las heridas en sus muñecas y pies deben haber cortado nervios principales. El golpe final atestado a su costado era fatal de por sí (v. 34).
El procedimiento habitual de la crucifixión incluía quebrar las piernas de las víctimas para que no pudieran levantarse y exhalar.
Los crucificados se asfixiaban pues sus pulmones se llenaban dióxido carbónico.
Es importante mencionar que a todos los crucificados les quebraban las piernas, desde luego esto lo hacia los verdugos romanos, quienes eran unos profesionales de este arte.
Sin embargo, vale a aclarar que a Jesús no le aplicaron la crueldad de quebrarle sus piernas, ya que los soldados lo declararon muerto, antes de hacer esto.
Tres aspectos más que dicen que efectivamente el Señor murió es que...
Jesús fue embalsamado con treinta o cuarenta y cinco kilos de especias y vendas, y puesto en una tumba custodiada (vv. 39, 40). Aunque hubiera despertado en la tumba no podría haberse sacado las vendas solo, haber movido la piedra de la entrada por su riel, y a la misma vez pasar entre los guardias y escapado sin que lo vieran ().
“y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis”
Otro aspecto es que el mismo Pilato pidió pruebas de la muerte de Jesús antes de entregar el cuerpo para el funeral.
Ahora bien...
Si Jesús hubiera controlado y manipulado todo esto, su apariencia habría sido la de un miserable resucitado, que la de un Salvador.
De haber sido así, sería sensato que el mundo no hubiese sido transformado por la predicación de los apóstoles.
Finalmente…
[1] Paul Enns, Compendio Portavoz De Teología (Grand Rapids, Michicgan: Portavoz, 2010), 233-34.
Corinto era una ciudad griega, y los griegos no creían en la resurrección de los muertos. De hecho, cuando Pablo predico en Atenas los exhorto a que se arrepintieran, puesto que Dios había establecido un día para juzgar al mundo, y precisamente el elegido era Jesús para ser el juez de todos. Pablo señala que esta designación de Dios quedo demostrada con el evento de la resurrección de Cristo. Sin embargo, cuando les hablo de la resurrección de Cristo algunos de los oyentes literalmente se rieron de Pablo ().
Quiero mencionar lo que dijo… La revista de la Asociación Médica Americana, en Estados Unidos, cuando publicó en su número del 21 de marzo de 1986 (p. 1463), un artículos sobre el tema cuya conclusión dice:
(Slide 17)
“El peso de la evidencia médica e histórica indica claramente que Jesús estaba muerto antes de que le inflingieran la herida en su costado; esa misma evidencia respalda el enfoque tradicional de que la lanza metida entres sus costillas derechas, le perforó probablemente no solo el pulmón derechos sino también el pericardio y el corazón, asegurando así su muerte”.
(slide 18)
“Las interpretaciones que se basan en el supuesto de que Jesús no murió en la cruz parecen, consecuentemente, contrariar la ciencia médica moderna”.
(SLIDE 19)

EVIDENCIAS DE SU RESURRECCION

Denver Sizemore, citanto F. E. Marsh MENCIO: menciona que ...

F. E. Marsh escribe: “La resurrección de Cristo es el corazón del cristianismo, lo que lo hace pulsar con la vida de Dios. Es la piedra del ángulo para el arco de la verdad, que mantiene unida toda la fe del evangelio. Es el fundamento de la iglesia. Es el motivo principal de la actividad cristiana. Es el eslabón que une a todos los creyentes”. Una declaración elocuente y verídica.

“La resurrección de Cristo es el corazón del cristianismo, lo que lo hace pulsar con la vida de Dios.
Dice.... Es la piedra del ángulo para el arco de la verdad, que mantiene unida toda la fe del evangelio.
Es el fundamento de la iglesia. Es el motivo principal de la actividad cristiana. Es el eslabón que une a todos los creyentes”.
Definitivamente es una declaración verídica.
Pero…
Es lamentable que algunos no creen que Jesús se levantan los muertos.
Por ejemplo: el judaísmo no cree que Jesús se levantó de la tumba.
El budismo no cree en una resurrección corporal de los muertos. Su interés principal es acerca de la vida aquí y ahora, y cómo vivirla.
El budismo no cree en una resurrección corporal de los muertos. Su interés principal es acerca de la vida aquí y ahora, y cómo vivirla.
El islam cree en una resurrección, pero no sobre la base de la resurrección de Jesús. Ellos no creen en la muerte de Jesús, mucho menos en su resurrección.
Algunas religiones paganas creen en una vida después de la muerte, pero en una sobrevivencia del espíritu, no del cuerpo.
Niegan cualquier resurrección corporal como la que enseña el Nuevo Testamento.
Pero lo más triste que algunos que se llaman cristianos niegan la resurrección corporal de Jesús.
Sin embargo...
El ápostol Pablo, declara que el creer en la resurrección de Jesús es un requisito para ser salvo, para ser cristiano! ().
(slide 20)
Romanos 10.9 RVR60
9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
El creer en la resurrección de Jesús es una creencia cristiana, definitivamente distintiva de cualquier otra religión.
(slide 21)

El proposito de la resurrección

Denver Sizemore menciona que El propósito principal de la resurrección de Cristo era para convencer a sus discípulos de que él estaba vivo.
El propósito principal era para convencer a sus discípulos de que él estaba vivo, que era la prueba suprema de que él era el Mesías, el Hijo de Dios (; ). Todas sus apariencias tuvieron objetivos determinados. “Si Jesús quería reclamar a Pedro, disipar las dudas de Tomás, secar las lágrimas de María o dar enseñanza extensiva a los apóstoles, él hizo cada ocasión con propósito” (Tenney, The Reality of the Resurrection [La realidad de la resurrección], pp. 133–134
Y que además, era la prueba suprema de que él era el Mesías, el Hijo de Dios.
Romanos 1.4 RVR60
4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,
Romanos 1.3–4 RVR60
3 acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,
Romanos 1.4 RVR60
4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,
Mateo 12.38–40 RVR60
38 Entonces respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. 39 El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. 40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.
Romanos 1.14 RVR60
14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.
Los propósitos. El propósito principal era para convencer a sus discípulos de que él estaba vivo, que era la prueba suprema de que él era el Mesías, el Hijo de Dios (; ). Todas sus apariencias tuvieron objetivos determinados. “Si Jesús quería reclamar a Pedro, disipar las dudas de Tomás, secar las lágrimas de María o dar enseñanza extensiva a los apóstoles, él hizo cada ocasión con propósito” (Tenney, The Reality of the Resurrection [La realidad de la resurrección], pp. 133–134
Romanos 1.14 RVR60
14 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.
Es importante que tengamos en mente que Todas sus apariencias tuvieron objetivos determinados.
M. H. Manser, Diccionario de temas bíblicos, ed. Guillermo Powell (Bellingham, WA: Software Bíblico Logos, 2012).
En los relatos que los escritores del evangelio presentan se ve la intención en sus apariciones.
Por ejemplo a Tomás le quería disipar las dudas.
Cuando se les apareció a las mujeres fue para secar sus lagrimas.
Denver Sizemore, Lecciones de doctrina bíblica, ed. Bob Marsh y Mary Marsh, trans. Susan Calderón, vol. 3 (Joplin, MO: Literatura Alcanzando a Todo el Mundo, 2012), 41.
Lucas describe su ministerio de 40 días así: “Apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios” ().
Jesús nunca se reveló a sí mismo sólo para sobresaltar o sorprender o evocar asombro o aplausos.
No fueron apariencias fugaces, sino “entrevistas prolongadas”.
Eran sesiones de enseñanza tocante al reino de Dios – sin duda diseñadas para preparar a los apóstoles para establecer y guiar a su iglesia.
Incluso...
Es muy probable que Jesús instruyó a sus apóstoles a elegir a un sucesor a Judas, como vemos en .
Él tenía mucho que decirles. Eran cuarenta días muy ocupados para nuestro Señor.

Manifestaciones de su resurrección

Ernesto Trenchard Bosquejos de Doctrinas Fundamentales. Menciona que En el Nuevo Testamento encontramos diversas manifestaciones del Señor resucitado, por lo menos 10 podrían citarse.
Todas ellas se hicieron bajo las más variadas condiciones y circunstancias.
Como dije antes…
Lucas, el autor del libro de Los Hechos, escribe diciendo: Jesús «después de haber padecido se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoles por cuarenta días» (; véase 13:31).
Una de estas pruebas indiscutibles es la que declaró el apóstol pedro en su predicación en casa de Cornelio: «A éste [Jesús] levantó Dios el tercer día, e hizo que se manifestase … a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de los muertos» ( y 41).
En efecto, el Señor resucitado «comió» y «bebió» con ellos (véase ; ).

Conclusión

Finalmente…
El testimonio del apóstol Pablo es de un valor incalculable.
El Señor resucitado y glorificado se le apareció también a él, lo que le constituye en testigo ocular de Su resurrección, como los demás apóstoles.
Su testimonio nos llega a través de un auténtico documento de su puño y letra (, epístola ).
Para confirmar lo que dice, apela al testimonio de los supervivientes de «más de 500 hermanos» que le vieron en una sola ocasión.
Es indudable que todas las pruebas de credibilidad pueden aplicarse con éxito a este testimonio.
Debemos considerar, además, como prueba amplia e irrefutable, la repentina y total transformación moral de los testigos, y la formación inmediata de la Iglesia.
En Jerusalén, los aterrados y fugitivos discípulos que habían negado a su Señor se reúnen de nuevo, y, con intrépido coraje, proclaman esta «antipática» doctrina de la resurrección, con el resultado de que se convierten millares de personas ( ; ; ; y 33; 5:32, etc.).
Aquellos testigos ya no hacen caso ni de peligros ni aun de la muerte. Ahora bien, el fraude no produce tales ejemplos de valentía ni la desilusión crea reinos de celestial poder.
Un árbol no puede producir otro fruto que el correspondiente a su especie. Así ocurrió con los mártires cristianos: el fruto que ellos produjeron tuvo por causa eficiente la fe en la resurrección de Jesús.
Los creyentes podemos descansar en una sobria certidumbre, y exclamar con voz de triunfo, al unísono con Pablo: ¡Cristo ha resucitado de los muertos …! ().
Corintios era una ciudad griega, y los griegos no creían en la resurrección de los muertos. De hecho, cuando Pablo predico en Atenas los exhorto a que se arrepintieran, puesto que Dios había establecido un día para juzgar al mundo, y el elegido para ser el juez de todos era Jesús. Pablo señala que esta designación de Dios quedo demostrada con el evento de la resurrección de Cristo. Sin embargo, cuando les hablo de la resurrección de Cristo algunos de los oyentes literalmente se rieron de Pablo (Hechos 17:30-32).
“30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos”. 32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.” Hechos 17:30-32
Hechos de los Apóstoles 17.30–32 RVR60
30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. 32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.
[1] W. T. Purkiser, «RESURRECCIÓN DE CRISTO», ed. Richard S. Taylor et al., trans. Eduardo Aparicio, José Pacheco, y Christian Sarmiento, Diccionario Teológico Beacon (Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones, 2009), 602.[1] Paul Enns, Compendio Portavoz De Teología (Grand Rapids, Michicgan: Portavoz, 2010), 233-34.
[1] Paul Enns, Compendio Portavoz De Teología (Grand Rapids, Michicgan: Portavoz, 2010), 233-34.
[2] W. T. Purkiser, «RESURRECCIÓN DE CRISTO», ed. Richard S. Taylor et al., trans. Eduardo Aparicio, José Pacheco, y Christian Sarmiento, Diccionario Teológico Beacon (Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones, 2009), 602.
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