Cinco diferencias entre la religión y la obra de Cristo

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La Epístola a los Hebreos 4. Un ritual temporario (cap. 9:6–10)

La barrera realmente efectiva para el libre acceso del hombre a Dios es interior y no material; existe en su conciencia. Sólo cuando la conciencia se purifica un hombre es libre de acercarse a Dios sin reserva y ofrecerle servicio y adoración aceptables

(NTV)
Introducción
Ilustracion: Se cuenta de una señora que entró en la capilla de cierta iglesia cargando un costal de peticiones, confesiones y culpas. Casi no podía caminar con semejante peso en su espalda. Al llegar al altar, colocó el costal en el piso y empezó a sacar las peticiones. “Oh, Señor”, decía, “no le enseñé a mi hijo tus caminos y ahora está perdido. Perdóname y salva a mi hijo. También, Señor, perdona mi amargura. He sufrido mucho, pero quiero confiar en tí. También te pido por mi esposo. Está muy enfermo y yo no puedo cuidarlo. Perdóname, Señor. Ahora, gracias por oirme y perdonarme. Dejo ante tí mis peticiones y mi dolor. Amén”.
Al terminar recogió el costal y en vez de irse libre de las cargas que había dejado ante Dios, volvió a meterlas dentro. Salió de la capilla igual que como entró, cargando el peso excesivo.
¿De qué sirve exponer ante Dios nuestras peticiones y culpas si no las dejamos en sus manos?
(Sandoval, G. (1986). Estudios Bı́blicos ELA: Hacia la madurez (Hebreos) (pp. 120–122). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.)
Una de las cosas que confunden a las personas en su búsqueda de Dios es la religión. La religión lleva al hombre a usar formas, creencias, costumbres y rituales para agradar a Dios. El hombre cree que a través de sus obras lograran quitar la culpa de sus pecados y así alcanzar la misericordia de Dios. En nuestra sociedad peruana la iglesia tradicional es la que ha enseñado muchas de estas prácticas: limosnas, rezos, penitencias, entre otros. Muchas personas que se convierten al cristianismo traen estas prácticas a su nuevo estilo de vida. Adoptan ciertas prácticas religiosamente en su afán de agradar a Dios. Realizan ayudas sociales, ofrendan grandes cantidades de dinero, sacrifican su tiempo y sus recursos sirviendo en la iglesia con el propósito de sentirse bien con Dios. En su deseo de callar su conciencia, por los pecados cometidos, realizan sacrificios pensando que así sus pecados serán perdonados y su comunión con Dios será mejor. Creen que sus obras pagarán la cuenta de sus pecados. La religión hace mucho mal al creyente lo confunde en su conocimiento de Dios y es de traba para su crecimiento espiritual.
Este mal también hacia mucho daño a los creyentes judíos. Cuando judíos estuvieron en el desierto realizaban sus sacrificios y rituales guiados por los sacerdotes en el tabernáculo y posteriormente en el templo de Jerusalén construido por Salomón. Los judíos realizaban sus ceremonias religiosas con el deseo de limpiar sus pecados y tener comunión con Dios. Con el paso de los años se aferraron a sus rituales como la única forma para el perdón de pecados y alcanzar el reino de los cielos. ¿Qué sucedía con el cristiano judío? Ellos querían seguir con sus prácticas religiosas con el deseo de estar bien con Dios.
El escritor ahora procede a comparar los convenios antiguo y nuevo con referencia a sus disposiciones respectivas para la comunión religiosa entre el hombre y Dios, con el propósito de mostrar la superioridad del ministerio sacerdotal de Cristo sobre el del sacerdocio levítico.
En los primeros cinco versículos da un inventario de los muebles del tabernáculo dispuestos en el desierto; en los próximos cinco describe los servicios religiosos que allí se llevaron a cabo. El propósito del escritor es señalar que el tabernáculo pertenecía a esta tierra, y por lo tanto poseía los atributos de todas las cosas terrenales, materialidad y perecedera. Los materiales pueden ser finos y costosos; aún así eran materiales y, como tales, podían envejecer y desaparecer.
En el versículo 9 el escritor de esta carta les dice cuál era el propósito de las leyes ceremoniales instituidas por Dios: “…esas ordenanzas… es una ilustración que apunta al tiempo presente...” en otras palabras, todas las ceremonias que los judíos tenían para adorar a Dios, y que son mencionadas en los versos del 2 al 7 solo era una figura de la obra perfecta de Cristo en la cruz. Todos los implementos del tabernáculo, junto con sus rituales y sacrificios, tenían el objetivo de mostrar la necesidad que tenían los judíos de la obra perfecta de Cristo. Los judíos se confundieron y tomaron las figuras que Dios les había dado para mostrar a Cristo, y la convirtieron en una religión.
El dia de hoy vamos a ver cinco diferencias entre la obra limitada y temporal de la religión y la obra perfecta de Cristo en la cruz.

1. LA RELIGIÓN NO TRAE COMUNIÓN CON DIOS - EN CRISTO TENEMOS PLENA COMUNIÓN CON DIOS (v.11a)

“Entonces Cristo ahora ha llegado a ser el Sumo Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que han venido…”
El sacrificio de nuestro sumo sacerdote Cristo, anula todo sistema ceremonial y sacerdotal antiguo que no era suficiente para lograr una plena comunión con Dios. “Las cosas buenas que han venido” son las bendiciones espirituales que trae la obra de Cristo. No hay mejor bendición espiritual que la restauración de la comunión con Dios a través de la obra de Cristo en la cruz. (8:10-12).
APLICACIÓN: Ninguna religión nos conduce a Dios, pero Cristo nos lleva a tener una comunión con Dios, no solo nos perdona del pecado sino es que nos lleva a tener una relación personal con Él.

2. LA RELIGIÓN NECESITA UN SANTUARIO TERRENAL - CRISTO NOS ABRE LAS PUERTAS A UN SANTUARIO CELESTIAL. (v.11b)

“… Él entró en ese tabernáculo superior y más perfecto que está en el cielo, el cual no fue hecho por manos humanas ni forma parte del mundo creado.”
Su santuario celestial es mucho mas grande y perfecto porque no fue hecho de manos humanas. Se recalca que no es de esta creación. El tabernáculo, donde los judíos ofrecían sus sacrificios, fue hecho por manos humanas: “…un lugar de culto aquí, en la tierra.” (v.1) la palabra “tierra” significa “de este mundo, de la tierra”. Dios le dio a Moisés el modelo desde el cielo, pero él construyo el tabernáculo, en la tierra y con materiales terrenales. Cristo, como sumo Sacerdote, entro ya en el santuario celestial y en Él los creyentes ya gozan de esa posición. “Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús.”
APLICACIÓN: La barrera realmente efectiva para el libre acceso del hombre a Dios es interior y no material; existe en su conciencia. Sólo cuando la conciencia se purifica, un hombre es libre de acercarse a Dios sin reserva y ofrecerle servicio y adoración aceptables

3. LA RELIGIÓN DEMANDA OBRAS EXTERNAS – EN CRISTO NO HAY NECESIDAD DE OBRAS EXTERNAS (v.12)

“Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros —entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.”
El verso 7 nos dice: “sólo el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo y lo hacía una sola vez al año. Y siempre ofrecía sangre por sus propios pecados y por los pecados que el pueblo cometía por ignorancia.” El sumo sacerdote entraba una vez al año al lugar santísimo a ofrecer la sangre de un animal. La sangre le daba la base a Dios para posponer la deuda del pecado. Es por esta razón que los sacrificios no podían quitar el pecado. Únicamente lo cubrían. En otras palabras, la sangre del animal era un anticipo que prometía un pago futuro, perfecto y suficiente, que sería hecho con la sangre de Cristo solo una vez y para siempre asegurando nuestra redención eterna.
APLICACIÓN: Ya no hay mas obras externas por la salvación. Lo que si debemos de entender es que el resultado de nuestra comunión nos lleva a hacer obras, Efesios dice: … nos preparo de antemano para buenas obras”. Las obras externas reflejan nuestra comunión a Dios, no que el nos acepte por nuestras buenas obras.

4. LA RELIGIÓN NECESITA OBRAS CONTINUAMENTE – EN CRISTO NO HAY MAS OBRAS QUE CUMPLIR (v. 12)

“Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros —entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.”
El verso 6 nos dice: “…los sacerdotes entraban con regularidad en la primera sala, durante el cumplimiento de sus deberes religiosos.” Y el verso 7: “…el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo y lo hacía una sola vez al año…” los sacerdotes sacrificaban dos corderos todos los días, uno en la mañana y otro en la tarde para purificar a los israelitas de sus pecados. El sumo sacerdote entraba al lugar santísimo una vez al año para que la sangre que se ofrecía los proteja del juicio de Dios por los pecados de la nación. Después de estos sacrificios el pueblo experimentaba una limpieza que los protegía de juicio por un año, pero esta experiencia no duraba en la mente del israelita por mucho tiempo pues volvía a pecar y sufría de culpabilidad hasta el siguiente año. Por eso tenía que hacer sacrificios diarios, porque el anual no podía limpiar su conciencia. (v.9) “…las ofrendas y los sacrificios que ofrecen los sacerdotes no pueden limpiar la conciencia de las personas que los traen.”
Con esto quiero decir que el sacrificio de la religión judía no podía proveer un perdón permanente porque su base era inadecuada, ya que descansaba en ordenanzas carnales (v10) “Pues ese sistema antiguo sólo consiste en alimentos, bebidas y diversas ceremonias de purificación, es decir, ordenanzas externas que permanecieron vigentes sólo hasta que se estableció un sistema mejor.”
APLICACIÓN:

5. LA RELIGIÓN LIMPIA SOLO LO EXTERIOR MOMENTÁNEAMENTE – CRISTO PURIFICA NUESTRAS VIDAS ETERNAMENTE. (v.12-14)

12 Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros —entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.
13 Bajo el sistema antiguo, la sangre de cabras y toros y las cenizas de una ternera podían limpiar el cuerpo de las personas que estaban ceremonialmente impuras.
14 Imagínense cuánto más la sangre de Cristo nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas para que adoremos al Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados.
Las ofrendas y sacrificios del verso 13 eran para la purificación de lo inmundo que era cuando un israelita tenía contacto con alguna persona o animal muerto o con alguna enfermedad inmunda como la lepra. Estos sacrificios tenían como propósito limpiar la inmundicia del pecado y la contaminación. Eran limitadas porque solo limpiaban lo externo, “…para la purificación de la carne”
Pero el problema básico del hombre es la inmundicia interior, y estos sacrificios no podían hacer nada por este problema. A diferencia de estas prácticas religiosas, el sacrificio de Cristo no solo limpia lo externo, sino también lo interno para siempre. “…limpiará vuestras conciencias de obras muertas.”
APLICACIÓN: Usted no podría comparar la luz articificial con el sol. Si asi tuviéramos que comparar, valga esta comparación,
Aquí surge una pregunta ¿Por qué tiene más valor la sangre de Cristo que la de los animales? El verso 14 nos dice
-Él fue sin mancha. La sangre de los animales estaba condenada, infectada por el pecado, pero la de nuestro Señor era inmaculada.
-La sangre de Cristo fue ofrecida voluntariamente, él “…se ofreció a sí mismo…” a Dios. En contraste con esto el animal tenía que ser atado para ser sacrificado
Podemos decir entonces que la sangre de Cristo es mejor, porque es sin mancha y voluntaria, y por esta razón podía limpiar la inmundicia interior.
CONCLUSION:
Ilustración: Hace más o menos una generación, el equipo para lavar ropa de toda ama de casa consistía de una cubeta, un lavadero o una tabla para tallar y un jabón amarillo. Con estos elementos lograban hacer un trabajo satisfactorio. Pero en la actualidad, las lavadoras automáticas, los detergentes químicamente mejor preparados y blanqueadores hacen un trabajo mucho mejor.
El equipo moderno lava mejor la ropa y ahorra a las lavanderas y amas de casa tiempo y esfuerzo. Esto es precisamente lo que el escritor de Hebreos quiere explicar a los recipientes de su misiva. ¿Por qué pensar en regresar a lo antiguo cuando la expiación que Cristo nos ofrece es mejor y dura eternamente? (Sandoval, G. (1986). Estudios Bı́blicos ELA: Hacia la madurez (Hebreos) (p. 122). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.)
Mientras el anterior contaba con un santuario terrenal, el nuevo con “el más amplio y más perfecto tabernáculo” Es mejor porque su origen es divino, no de esta creación); es eterno y no temporal; es celestial y no terrenal. Esto demuestra que Cristo es mejor que cualquier religión.
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