Entrando en la Tentación: Los Síntomas.

Lo Que Debemos Saber de la Tentación   •  Sermon  •  Submitted
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INTRODUCCIÓN.
No se cuento de ustedes algunas vez lucharon o luchan con un pecado recurrente en sus vidas. Se que en tales situaciones, hay momentos de victorias y momentos de recaída. Cuando cedes a la tentación y caes en un pecado en particular, seguramente lo confiesas y te arrepientes. Pero entonces ¿Porque nuevamente estamos cayendo en lo mismo?
Cuando el pecado te rezaba, la respuesta es confesarlo y muchos se arrepienten de haber caído en esa situación y se apartan, pero la pregunta es ¿Porque nuevamente estamos cayendo en lo mismo?
Cuando cedemos ante un pecado que ya hemos confesado una y otra vez, no quiere decir necesariamente que no estamos arrepentidos de lo que hacemos y que en realidad quisiéramos salir de eso, pero fallamos en identificar los síntomas que nos llevan a un pecado en particular.
Quizás estamos como dice Pablo:
Romanos 7.15 RVR60
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Si una persona desea evitar entrar en la tentación, es necesario que conozca los síntomas de una experiencia como esta.
PROPOSICIÓN: el día de hoy quisiera considerar con ustedes, cinco síntomas de una persona que esta dando lugar a la tentación en su vida y al pecado en su vida.

I. Cuando Cedemos a la Tentación.

I. Cuando ya es demasiado tarde y el pecado ha sido cometido
Una persona perspicaz, es una persona que tiene la facultad para percatarse de cosas que pasan inadvertidas a los demás.
Cuando hablamos de la tentación, debemos ser perspicaces en entender que todo pecado comienza o es incitado por la tentación, y no puede haber pecado sin la tentación.
Todo pecado comienza o es incitado por la tentación, y no puede haber pecado sin la tentación.
Todo hijo de Dios que busca al Señor aborrece el pecado, ahora ¿Porque es que estamos cediendo tanto al pecado?
alguno me dirá, bueno eso es fácil, es por razón de nuestra naturaleza pecaminosa y tiene razón, pero hay una causa prácticas que me gustaría que vieras.
La respuesta a este primer punto como ya mencione parece ser algo evidente. Lo que nos lleva a al pecado, es la tentación. Todo pecado comienza o es incitado por la tentación, y no puede haber pecado sin la tentación.
Santiago 1.14–15 RVR60
sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Una de las tareas que obviamos a menudo, es identificar que fue la tentación, cual fue la causa o el motor que nos atrajo y nos sedujo.
Stg 1.14-15
odo pecado viene de la tentación, y no puede haber pecado sin la tentación.
Gálatas 6.1 RVR60
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Tengo que admitir que la responsabilidad de las decisiones que tomamos recaen mi, pero bien haremos en identificar la tentación que anima mi decisión. Si deseamos tener victoria sobre cualquier pecado, usted debe considerar qué es lo que le tienta a ese pecado y evitarlo.
Cuando somos sorprendidos por el pecado, nos arrepentimos pero fallamos en identicar que fue la tentación la causa o el motor que impulso
Generalmente somos consciente de nuestros pecados, pero no somos consientes de la tentación que nos esta arrastrando al pecado. La tentación es la raíz y el pecado es su fruto amargo. Nos molesta y disgustamos con los frutos amargos del pecado, pero muchas veces no tomamos ninguna precaución para evitar la raíz venenosa de la tentación.
Ahora, para identificar la tentación, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo de Dios, que nos va guiando y enseñando, como caminar de una manera segura. Necesitaremos la palabra de Dios, que es la materia prima que usa el Espíritu Santo para convencernos de nuestro caminar (). Indudablemente necesitaremos ser dependientes de Dios en todo tiempo si queremos ser capaces de identificar estos puntos de inflexión ()
Muchas personas cuando son rebasadas por algún pecado, se arrepienten de él y sin embargo fallan al no reconocer que la causa de ello fue la tentación. Si usted desea triunfar sobre cualquier pecado, usted debe considerar qué es lo que le tienta a ese pecado y evitarlo. La tentación es la raíz y el pecado es su fruto amargo. También, muchas personas son conscientes de sus pecados pero no de sus tentaciones. Muchos están disgustados con los frutos amargos del pecado, pero no toman ninguna precaución para evitar la raíz venenosa de la tentación. Usted nunca caerá repentinamente en el pecado sin primero entrar en la tentación.
Cualquier hombre que cae en algún pecado, ha de estar seguro de que llegó a él a través del camino de la tentación. Todo pecado viene de la tentación, y no puede haber pecado sin la tentación. ( y ) Muchas personas cuando son rebasadas por algún pecado, se arrepienten de él y sin embargo fallan al no reconocer que la causa de ello fue la tentación. Si usted desea triunfar sobre cualquier pecado, usted debe considerar qué es lo que le tienta a ese pecado y evitarlo. La tentación es la raíz y el pecado es su fruto amargo. También, muchas personas son conscientes de sus pecados pero no de sus tentaciones. Muchos están disgustados con los frutos amargos del pecado, pero no toman ninguna precaución para evitar la raíz venenosa de la tentación. Usted nunca caerá repentinamente en el pecado sin primero entrar en la tentación.
La tentación es la raíz y el pecado es su fruto amargo.
Algunos de estos puntos son muy evidentes, por ejemplo, las malas conversaciones.
1 Corintios 15.33 RVR60
No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
Las malas conversaciones provienen de malas compañía, y probablemente estas malas compañías por ahora las disfrutamos, pero la verdad es que después lo lamentaremos.
Algunos de estos puntos que la tentación utiliza para llevarnos al pecado no son tan evidentes, e incluso se disfrazan de cosas muy loables.
1 Timoteo 6.9 RVR60
Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
Alguien puede llegar a pensar, que teniendo una capacidad económica bien sostenida, puede ser parte del sostenimiento de la obra de Dios. Pero debe tener mucho cuidado, porque la línea divisoria entre ese pensamiento y la tentación es muy pequeña.
Ciertas ambiciones pueden ser un deslizadero del punto en el cual Dios nos quiere que estemos.
Entonces en primer lugar identifique que es aquello que le está empujando al pecado.

II. Cuando la tentación gana fuerza

Como ya hemos señalado, las tentaciones pueden venir en diferentes grados. Entrar en tentación, no es solamente ser tentado, sino entrar en una dimensión donde la tentación es violenta o que se repite de forma continua sin dar reposo al alma.
Es cierto que los deseos pecaminosos de nuestra concupiscencia, tiene el poder para seducir a una persona sin ninguna tentación ajena () pero esto no es lo mismo que entrar en tentación.
Veamos una ilustración:
Lo que cada creyente debería saber sobre la tentacion II. Cuando la tentación toma fuerzas siendo violenta o prolongada

Los deseos pecaminosos son como un arroyo en su camino hacia el mar, y la tentación es como un viento poderoso que sopla sobre aquel arroyo

Nuestra naturaleza pecaminosa (sin la gracia preventiva de parte de Dios) indudablemente nos lleva al mar profundo del pecado, pero la Tentación es como el viento que azota con fortaleza nuestra barca, destruyéndonos contra las rocas y llevándonos con furia hasta el mar del pecado.
Lo que cada creyente debería saber sobre la tentacion II. Cuando la tentación toma fuerzas siendo violenta o prolongada

Durante muchos años resistió su deseo pecaminoso de censar al pueblo, pero cayó en este pecado cuando Satanás se levantó y le provocó a hacerlo. (2 Sam. 24:1–9 comp. con 1 Crón. 21:1–8).

Cada uno de nosotros tenemos deseos pecaminosos. En ocasiones se presenta la oportunidad en forma agobiante, para que estos deseos sean satisfechos. Cuando esto sucede hemos entrado en tentación.
También, muchas personas son conscientes de sus pecados pero no de sus tentaciones. Muchos están disgustados con los frutos amargos del pecado, pero no toman ninguna precaución para evitar la raíz venenosa de la tentación. Usted nunca caerá repentinamente en el pecado sin primero entrar en la tentación.
Casi es seguro que la compañía de ciertas personas le conducirá a pensamientos, palabras o hechos pecaminosos (); también es posible que ahora disfrute de esas compañías y más tarde tenga que lamentar el pecado resultante de ello. Ciertas metas o ambiciones, por ejemplo el amor al dinero (), pueden causar un efecto similar y mucha gente pudiera estarlas siguiendo sin apreciar la tristeza que el pecado les traerá

III. Cuando la Tentación Llega de Manera Sutil.

Una persona puede entrar en tentación sin estar consciente de que un deseo pecaminoso se ha despertado en él.
Una persona puede entrar en tentación sin estar consciente de que un deseo pecaminoso se ha despertado en él.
Un ejemplo de esto es cuando el corazón de una persona empieza secretamente a gustar la tentación y está contento a alimentar y darle oportunidad para crecer en varios aspectos pero sin cometer abiertamente el pecado.
Ejemplo: Un hombre comienza a ganar una reputación de piedad, sabiduría, aprendizaje, etc. (Cosas buenas en sí mismas). Algunas personas le alaban por ello y él comienza a disfrutarlo hasta que su orgullo y ambición son afectados. Entonces, se pone a esforzarse mucho para mejorar sus dones y sus gracias pero sus motivos son equivocados.
En el AT. tenemos el ejemplo de Jehú ()
Aquellos que están involucrados en la obra del ministerio y en la predicación de Evangelio son especialmente propensos a caer en esta clase de tentación sutil.
Lo que cada creyente debería saber sobre la tentacion III. Cuando la tentación llega sutilmente o inconscientemente

Aquellos que están involucrados en la obra del ministerio y en la predicación de Evangelio son especialmente propensos a caer en esta clase de tentación sutil.

Es casi imposible que una persona que se encuentra frente a oportunidades para cumplir sus deseos pecaminosos no sea atrapado en ellos.

IV. Cuando los Deseos Pecaminosos se Encuentran con la Tentación

Ejm: una persona que está luchando con la pornografía, puede empezar a alimentar su lujuria mirando a una mujer que camina por la calle.
El material inflamable debe colocarse en un lugar apartado del fuego.
Ejm: Una persona deprimida (no siempre la fuente de la depresión es un pecado), puede verse a sí mismo, como lo más insignifante que puede existir, porque los demás no le dan el lugar que el cree que debe ocupar.
Pero
Lo que cada creyente debería saber sobre la tentacion IV. Cuando los deseos pecaminosos se encuentran con la tentación

Cuando una persona se halla en una situación en donde sus deseos pecaminosos tienen la oportunidad de ser satisfechos, y se encuentra a sí mismo siendo animado a tomar provecho de la oportunidad, entonces esa persona ha entrado en la tentación.

Pr 6:
Proverbios 6.27–28 RVR60
¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen?

IV. Cuando los deseos pecaminosos se encuentran con la tentación

Cada uno de nosotros puede llegar a un punto donde los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa pueden ser satisfecho con facilidad y encontrarnos tomando provecho de la oportunidad.
Es casi imposible que una persona que se encuentra frente a oportunidades idóneas para cumplir sus deseos pecaminosos no sea atrapado.
Cuando una persona se halla en una situación en donde sus deseos pecaminosos tienen la oportunidad de ser satisfechos y toma oportunidad de esto, entonces esa persona ha entrado en la tentación.
El material inflamable debería ser guardado lejos del fuego. De la misma forma, es importante guardarnos o alejarnos de las cosas que pudieran despertar nuestros deseos pecaminosos. Algunas personas piensan que pueden jugar con serpientes sin ser mordidos, tocar la pintura fresca sin mancharse, jugar con el fuego sin quemarse, pero están equivocados. ¿Le brindan su trabajo, su estilo de vida o sus amistades oportunidades para satisfacer sus deseos pecaminosos? Si así es, entonces usted ha entrado en tentación y solamente Dios sabe como terminará.
Es casi imposible que una persona que se encuentra frente a oportunidades para cumplir sus deseos pecaminosos no sea atrapado en ellos.
Ejm: una persona que está luchando con la pornografía, puede empezar a alimentar su lujuria mirando a una mujer que camina por la calle.
Owen, J. (2010). Lo que cada creyente debería saber sobre la tentacion. (O. I. Negrete & T. R. Montgomery, Trads.) (p. 38). Graham, NC: Publicaciones Faro de Gracia.
El material inflamable debe colocarse en un lugar apartado del fuego.
Proverbios 6.27–28 RVR60
¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen?

V. Un Estado Debilitado del Alma

V. Cuando Entramos en Debilidad del Alma

De la misma manera que un estado pobre de salud física te hace más propenso a enfermarte, así también un estado pobre de salud espiritual te hace más propenso a caer en la tentación.
Cuando la vida espiritual de una persona está debilitada, esa persona ha entrado en la tentación. Puede ser que al principio se ignore la tentación particular en que ha entrado, pero ya entró en una tentación.
La siguiente, es una regla infalible: Si el corazón del creyente se vuelve flojo, negligente o formal en la adoración a Dios, entonces alguna tentación ha empezado a obrar en su corazón.
El amor al mundo, o el orgullo, o la impureza, o el egoísmo, o la malicia y la envidia, o alguna otra cosa se ha apoderado de su espíritu.
Ahora, que estemos participando de la adoración en una iglesia o parte de un ministerio de la iglesia
Es importante tomar en cuenta que un creyente, a fin de suavizar su conciencia, puede participar en forma externa en la adoración de Dios.
Puede orar y puede leer y escuchar la predicación de la Palabra de Dios, pero todo con un corazón frío e indiferente (sin una vivencia real en la realización de estos deberes).
La iglesia en Sardis mantenía la forma externa de sus deberes religiosos y así ganó reputación de ser una iglesia viva. Pero el Señor sabía la verdad y su veredicto fue: “Tienes nombre de que vives y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir.” ()
CONCLUSIÓN.
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