Hombres con propósitos
El glorioso propósito de Dios para el hombre
¿Cuál es el propósito de nuestra vida? ¿Por qué estamos aquí? En nuestra frenética sociedad, muchos corren de aquí para allá, pasando de una tarea urgente a otra. Las cosas que con frecuencia llenan la vida, y el ciego apuro con que las llevamos a cabo, pueden revelar el hecho de que nuestra vida no tiene una verdadera dirección. ¡Hasta podemos ir en la dirección equivocada! Abrumados por la presión de los deberes y las obligaciones cotidianas, tenemos poco tiempo para considerar un tema tan profundo como la razón de nuestra existencia; parecería que es mejor dejárselo a los teólogos y a los filósofos.
Sin embargo, todos establecen metas personales; todos tienen razones para vivir. Puede ser que no siempre es evidente en lo que dicen, pero lo es en su manera de vivir. Para algunos, el propósito de la vida es acumular riquezas, adquirir conocimientos o buscar el respeto de sus compañeros. Otros viven generosamente para la familia y los amigos. Aun otros sólo viven para pasarla bien.
El propósito de Dios para nuestras vidas
El propósito de Dios para nosotros
Sin embargo, ¿cuál es el propósito de Dios para nosotros? La Biblia dice que Dios nos creó para su gloria (Isaías 43:7). Él nos creó y nos puso en la tierra para servirle y glorificar su nombre. Por eso el apóstol Pablo escribió: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Desde el momento en que nos despertamos una mañana hasta el momento en que nos levantamos la mañana siguiente, Dios quiere que todo lo hagamos para glorificarlo. Jesús les dijo a sus discípulos: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres” (Mateo 5:16). ¿Por qué? No para que ellos sean alabados, sino para que otros puedan ver sus buenas obras y alabar a su Padre celestial (versículo 16). También Pedro animó a sus lectores a anunciar las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9). La Biblia nos dice muchas veces que Dios quiere que lo glorifiquemos, que le demos honor, que le mostremos a todos cuan maravilloso, bondadoso, amoroso y generoso Dios es él.