LA PREOCUPACIÓN

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Un sentimiento de incomodidad y ansiedad sobre el futuro. Las Escrituras indican que dicha ansiedad es en última instancia provocada por la falta de confianza en Dios y sus propósitos.

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Las causas de la preocupación

Preocupación por el sustento.

Mateo 13.22 NVI
El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que ésta no llega a dar fruto.
Mateo 6.25 NVI
»Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
Mateo 6.34 NVI
Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
Mateo 13.22 NVI
El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que ésta no llega a dar fruto.
Lucas 12.29 NVI
Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse.
Lucas 21.34 NVI
»Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida. De otra manera, aquel día caerá de improviso sobre ustedes,
1 Corintios 7.33 NVI
Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa;
1 Corintios 7.32–34 NVI
Yo preferiría que estuvieran libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarlo. Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa; sus intereses están divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se preocupa de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo.

Falta de confianza en Dios

Juan 14.1 NVI
»No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.
Ver también ; ; ;
Mateo 6.26–32 NVI
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? »¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Los *paganos andan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.
Mateo 8.25 NVI
Los discípulos fueron a despertarlo. —¡Señor—gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!
Mateo 14.31 NVI
En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: —¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Mateo 16.8 NVI
Al darse cuenta de esto, Jesús les recriminó: —Hombres de poca fe, ¿por qué están hablando de que no tienen pan?

Abandonar a Dios

Deuteronomio 28.64–65 NVI
»El Señor te dispersará entre todas las naciones, de uno al otro extremo de la tierra. Allí adorarás a otros dioses, dioses de madera y de piedra, que ni tú ni tus antepasados conocieron. En esas naciones no hallarás paz ni descanso. El Señor mantendrá angustiado tu corazón; tus ojos se cansarán de anhelar, y tu corazón perderá toda esperanza.
Ver también ; ;
Lamentaciones 1.3 NVI
Humillada, cargada de cadenas, Judá marchó al exilio. Una más entre las naciones, no encuentra reposo. Todos sus perseguidores la acosan, la ponen en aprietos.
Ezequiel 4.16–17 NVI
Luego me dijo: «Hijo de hombre, voy a hacer que escasee el trigo en Jerusalén. La gente comerá el pan racionado y con mucha angustia; también el agua será racionada, la beberán con mucha ansiedad. Escasearán el pan y el agua, y cuando cada uno vea la condición del otro, todos irán perdiendo las fuerzas y acabarán muriéndose a causa de sus pecados.

La preocupación aleja a las personas de Dios

Salmo 37.8 NVI
Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal.
Ver también ; ;
Proverbios 12.25 NVI
La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra.
Mateo 13.22 NVI
El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que ésta no llega a dar fruto.
Lucas 10.40–42 NVI
Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! —Marta, Marta—le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.

La preocupación es inútil

Mateo 6.27 NVI
¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?
Ver también
Eclesiastés 2.22–23 NVI
Pues, ¿qué gana el hombre con todos sus esfuerzos y con tanto preocuparse y afanarse bajo el sol? Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes, y ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y también esto es absurdo!

Remedios para la preocupación

Estar centrado en Dios

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Isaías 26.3 NVI
Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.
Mateo 6.33 NVI
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
Ver también ;
Jeremías 17.7–8 NVI
»Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto.»
Romanos 8.6 NVI
La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.

Oración

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Salmo 55.22 NVI
Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.
Filipenses 4.6–7 NVI
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Ver también ; ;
Salmo 94.18–19 NVI
No bien decía: «Mis pies resbalan», cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría.
Salmo 139.23 NVI
Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos.
1 Pedro 5.7 NVI
Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
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