El Evangelio de Jesucristo
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El Evangelio Trae Libertad
El Evangelio Trae Libertad
9 Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad y que había engañado a la gente de Samaria haciéndose pasar por alguien importante. 10 A este oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, y decían: «Este es el gran poder de Dios».
11 Estaban atentos a él, porque con sus artes mágicas los había engañado por mucho tiempo. 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. 13 También creyó Simón mismo, y después de bautizado estaba siempre con Felipe; y al ver las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito.
La santería con todas sus variantes y muchas otras formas de religiones ocultas también han sido parte de este engano a los seres humanos.
Quiero que vean conmigo varios puntos en este relato que leí:
Luego de señalar el impacto de la predicación del evangelio por parte de Felipe, Lucas ahora nos introduce a un personaje particular de ese lugar.
Un hombre llamado Simón..... (9-11)
Quien ejercía la magia (ocultismo) en Samaria.
Había enganado a muchos pues decía que era alguien digno de respeto. Lo hizo por mucho tiempo.
Tenia a todos cautivos / atónitos con los actos de magia que hacia.
En el original la palabra para el oficio de Simón era “mageuo” (magyoo) e implicaba el uso del ocultismo para “embrujar, hechizar, encantar o fascinar” (enganar deliberadamente) a las personas.
Implica hacer conjuros para ganar control sobre las personas. Muchas veces usando brebajes preparados para desorientar a las personas.
Poder que no proviene de Dios sino de Satanás.
8 »Oye, pueblo mío, y te amonestaré.
¡Si me oyeras, Israel!
9 No habrá en ti dios ajeno
ni te inclinarás a dios extraño.
10 Yo soy Jehová tu Dios,
que te hice subir de la tierra de Egipto;
abre tu boca y yo la llenaré.
En Cristo no necesitamos nada mas.
El pueblo en su ignorancia le atribuían ser “el gran poder de Dios” - titulo que se daba a Zeus, “el gran dios Greco - Romano.”
Aquí podemos ver el grado de control que tenia esta persona sobre los locales en Samaria.
Este tipo de actividad se ve hoy con mucha naturalidad entre la sociedad.
Pablo, dice que quienes practican este tipo de cosas no heredaran el reino de los cielos.
Lucas establece que este personaje había enganado por mucho tiempo a los locales en Samaria.
Practicaba como
19 Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
La Predicación de Felipe. (12-13)
Felipe anunciaba el evangelio “del reino de Dios y el nombre de Jesucristo.”
Y es lo que Su Iglesia tiene que anunciar siempre.
Como acto de obediencia tanto hombres como mujeres se bautizaban para testificar de Jesús de Nazaret.
Implica que la gente creyó al mensaje que predicaba Felipe y lo vieron como algo superior a lo que decía y hacia Simón.
Y dentro de los que creyeron se sumo Simón mismo.
Luego vemos que el siguió el ministerio de Felipe pero parece ser que le llamaba la atención “las senales y grandes milagros que se hacían.”
Notemos que el interés de Simón no estaba en Jesús sino en “los poderes” que veía a Felipe hacer.
Cabe señalar también que Felipe no puso en dudas la conversión de este mago quien se bautizo.
Nunca debemos juzgar quien se salva o no.
El pueblo reacciono favorablemente al mensaje que este traía.
14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, una vez llegados, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, 16 pues aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19 diciendo:
—Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo.
20 Entonces Pedro le dijo:
—Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón, 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
24 Respondiendo entonces Simón, dijo:
—Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.
25 Ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.
El hablaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo.
El relato toma otro rumbo de momento para resaltar:
Tenemos que evaluar que estemos siempre predicando lo mismo.
La iglesia en Jerusalen enviaron a Pedro y a Juan para confirmar lo que allí pasaba.
Como acto de obediencia y para testificar públicamente su conversión, la gente se bautizaban.
Jesús había prometido a Pedro las llaves del reino.
Somos salvos solo al creer en Jesús, el bautismo es nuestra confesión publica de este acto.
Y entendemos que aquí Dios lo esta usando con ese propósito.
Simón también cree y se bautiza.
Pedro y Juan son los enviados.
El hombre que antes los fascinaba con las “artes mágicas” ahora cree también y se bautiza.
Pedro con su carácter y temperamento aprenderá que la Iglesia es una formada por gente mas allá de Jerusalen.
Pero todo nos indica que el estaba solamente atraído por las manifestaciones poderosas del Espíritu.
Juan es quien había pedido a Jesús () que si debía pedir fuego para que quemara a Samaria.
Y no al mensaje de salvación en Cristo.
Pero ambos parecían ser los mas destacados y maduros en Jerusalen para este trabajo de ir a Samaria.
Tenemos que tener cuidado que no nos pase como a Simón y prestemos tanta atención a lo “sobrenatural” que al centro del menaje del evangelio, Cristo Jesús.
El Espíritu Santo es impartido por la imposición de manos de los apóstoles.
La atracción a seguir lo sensacional fue y sigue siendo algo de lo que tenemos que cuidarnos siempre.
En ningún momento esto significa el orden a seguir para recibir el Espíritu Santo.
Mas tarde en Hechos veremos a Pablo recibir el Espíritu por la imposición de manos de un discípulo.
En la casa de Cornelio veremos que el Espíritu Santo desciende sobre el y los de su casa sin imponer manos.
El Espíritu se manifiesta como el desee hacerlo sin seguir necesariamente un patrón definido.
Jesús había prometido a Pedro las llaves del reino.
Entendemos que aquí esta siendo usado con ese propósito.
14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, una vez llegados, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, 16 pues aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19 diciendo:
—Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo.
20 Entonces Pedro le dijo:
—Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón, 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
24 Respondiendo entonces Simón, dijo:
—Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.
25 Ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.
También entendemos, como muchos comentaristas, que para acabar la discordia entre judíos y samaritanos Dios permite a los segundos ser parte de lo que había pasado en Jerusalen.
Y para que la unidad del cuerpo de Cristo no se hubiera visto interrumpida permite que sean los apóstoles quienes confirmen a los samaritanos con el mismo poder que habían recibido ellos el día de Pentecostes.
Simón demuestra estar errado. (18-20)
Al estos enterarse de que el evangelio había sido recibido por los de Samaria inmediatamente envían a Pedro y a Juan.
Y dice Lucas que los nuevos creyentes allí aun no habían recibido el Espíritu Santo, y una vez los apóstoles imponen las manos estos reciben el mismo.
Tenemos que considerar algunos puntos aquí.(14-17)
Jesús prometió a Pedro las llaves del reino.
Vimos como en el día de Pentecostes fue la primera vez que el apóstol uso estas llaves.
Lo veremos mas adelante en la casa de Cornelio también.
Los hermanos samaritanos fueron salvos inmediatamente creyeron en Cristo.
Pero era necesario que Pedro fuera usado por Dios para confirmar estos hermanos.
La Situación histórica entre samaritanos y judíos.
Dios permite que los samaritanos escuchen el evangelio de los judíos.
También permite a los judíos ver que Jesús vino para hacer de todos sus creyentes un solo pueblo.
Así la relación de odio y desprecio entre estos pueblos quedaría unida bajo la sangre de Cristo.
El Espíritu no es transmitido por sucesión apostólica o imposición de manos.
Pablo recibió el Espíritu cuando Ananias, un discípulo oro por el.
Cornelio y su casa reciben el Espíritu sin imposición de manos.
Mientras la Iglesia se estuvo formando y organizando hizo falta la intervención de los apóstoles para estar seguros de la unidad en el mensaje.
Simón reaparece en escena. (18-19)
Antes se mostró fascinado al ver los portentos que se hacían en el ministerio de Felipe.
Ahora quiere comprar ese “poder” que ve en los apóstoles.
Simón estaba acostumbrado a que en la magia negra se intercambia dinero a cambio de ensenar estas artes a las personas.
Por eso quizás creyó que el poder del Espíritu también se trabajaba igual.
Desgraciadamente hoy día hay gente que aun creen que pueden comprar el favor de Dios.
Por eso es que nuestra vida en Cristo es una nueva, lo pasado tiene que quedar atrás y morir.
Al pretender comprar el don de Dios demuestra que el solo estaba fascinado con el poder de Dios que veía fluir del ministerio de Felipe y los apóstoles.
Y quien crea hoy día que a Dios se le puede comprar o pagar por Sus bendiciones o manifestaciones de poder esta totalmente bajo el mismo espíritu que guió a Simón a tal aberración.
No sabemos el efecto total de la reprensión de Pedro a Simón pero si podemos ver en el verso 24 vemos que el solo le ruega a Pedro que ore por el para que nada de lo que dijo el apóstol le pasara, no pide perdón.
Que podemos aprender esta tarde?
1. Que siempre que Dios manifiesta su poder de alguna manera, Satanás también tratara de imitar o desacreditar lo que haya sucedido.
2. Que Dios protege a los suyos. Simón, si no hubiese sido descubierto por los apóstoles, hubiera provocado malestar en el ministerio de Felipe.
3. La importancia de trabajar bajo una iglesia local si Dios nos llama a servirle.
4. Si dependemos del Espíritu en lo que hacemos, a su tiempo Satanás quedara descubierto junto con sus trucos.