Una lagartija en el palacio
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Tema: El pecado.
Tema: El pecado.
Hay cuatro cosas sobre la tierra que son pequeñas pero extraordinariamente sabias:
las hormigas no son fuertes
pero almacenan su alimento todo el verano.
Los damanes no son poderosos
pero construyen su hogar entre las rocas.
Las langostas no tienen rey
pero marchan en fila.
Las lagartijas son fáciles de atrapar
pero se encuentran hasta en los palacios reales.
Pro. 30:24-28 Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios: 25 Las hormigas, pueblo no fuerte, Y en el verano preparan su comida; 26 Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa en la piedra; 27 Las langostas, que no tienen rey, Y salen todas por cuadrillas; 28 La araña que atrapas con la mano, Y está en palacios de rey.
Introducción:
La hormiga. Prepárate, el primer paso, proyecta, espera su momento de trabajar y su momento para estar esperando, puede levantar más de su peso, prepárate para el día malos, para las pruebas, Puedes aplastar las hormigas y las demás siguen adelante,
os conejos. Ubícate en la roca, son indefensos por eso se meten en las cuevas, su defensa son las cuevas, esa es su protección, tenemos que estar en Cristo, protegidos de el, depender del, saber que el es nuestra defensa, La langosta, son los saltamontes, Son organizados, nunca andan solos, saben que necesitan a los otros, debemos trabajar juntos, debemos compartir la visión, el proyecto, no estas solo, nuestra fortaleza está como iglesia, La araña. Tan débiles pero están en la casa del rey, despreciable pero mira donde vive, por insignificante que parezca tenemos una posición importante en el reino de Dios, que atrapas con la mano, qe cualquiera podría matar, es libre en el palacio del rey, León fuerte. No vuelve atrás por nada, el León toma la decisión
Los conejos. Ubícate en la roca, son indefensos por eso se meten en las cuevas, su defensa son las cuevas, esa es su protección, tenemos que estar en Cristo, protegidos de el, depender del, saber que el es nuestra defensa,
La langosta, son los saltamontes, Son organizados, nunca andan solos, saben que necesitan a los otros, debemos trabajar juntos, debemos compartir la visión, el proyecto, no estas solo, nuestra fortaleza está como iglesia,
INTRODUCCIÓN AL TEMA
1. El caso de Saúl
1. El caso de Saúl
Amalec ataca al pueblo de Israel. Era una poderosa tribu nómada. Eran saqueadores y peligrosos, descendientes de Esaú.
por oponerse a Israel. Israel estaba en Refidim tomando agua de la Peña de Horeb, Israel es atacado Moisés levanta las manos, se cansa y Aarón y Hur sostenían sus manos. Dios ordena a Saúl destruirlo Saúl le pide a los ceneos que se aparten Saúl vence a los Amalecitas Tomaron vivo a Agag y a lo mejor de las ovejas y el ganado mayor. Y los perdonaron. y 9 Dios le habla a Samuel Saúl dice haber cumplido “bendito seas tu de Jehová” (sabía decir paz de Cristo) sabía en lenguaje cristiano, espiritual, Samuel le reprocha y Saúl es rechazado, Dios rasga su reino, V. 27 y 28 Samuel llama a Agag, el vino alegremente, y lo mató en pedazos. Dios se decepcionó de Saul ¿Cual es tu araña? Anécdota de la hermana que decía “Dios quita las telarañas de mi vida” LA que está en el rincón, La araña que nadie ve, Satanás ha seguido tentando a todos en sus deseos más primarios (comida, bebida, sexo), como en su codicia, orgullo y ambición. Seducirnos con nuestra propia concupiscencia. santiago 1:13-15 Es la incitación de mis propios deseos con una invitación hermosa y provocativa, que surge de mi, para intentar seducirme a hacer mal (Misael, 2007) anécdota del camello arabe hemos humillado al enemigo pero no lo hemos destruido Saúl es asesinado. Suicidio. y 1 crón. 10:1 Asesinado.
CULCLUSIÓN
Israel es atacado Moisés levanta las manos, se cansa y Aarón y Hur sostenían sus manos.
Mata a tu araña antes de que ella te mate a ti.
Mientras el pueblo de Israel aún se encontraba en Refidim, los guerreros de Amalec lo atacaron.
Dios ordena a Saúl destruirlo
Mientras el pueblo de Israel aún se encontraba en Refidim, los guerreros de Amalec lo atacaron.
Esto es lo que el Señor de los Ejércitos Celestiales ha declarado: “He decidido ajustar cuentas con la nación de Amalec por oponerse a Israel cuando salió de Egipto. Ve ahora y destruye por completo a toda la nación amalecita: hombres, mujeres, niños, recién nacidos, ganado, ovejas, cabras, camellos y burros”».
Esto es lo que el Señor de los Ejércitos Celestiales ha declarado: “He decidido ajustar cuentas con la nación de Amalec por oponerse a Israel cuando salió de Egipto.
Ve ahora y destruye por completo a toda la nación amalecita: hombres, mujeres, niños, recién nacidos, ganado, ovejas, cabras, camellos y burros”».
Lo que Saúl hace
Luego Saúl mató a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, al oriente de Egipto.
Capturó a Agag, el rey amalecita, pero destruyó por completo a todos los demás.
Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Sólo destruyeron lo que no tenía valor o que era de mala calidad.
Entonces Samuel le dijo a Saúl:
—¡Basta! ¡Escucha lo que el Señor me dijo anoche!
—¿Qué te dijo? —preguntó Saúl.
Saúl vence a los Amalecitas
El Señor rechaza a Saúl
Y Samuel le dijo:
—Aunque te tengas en poca estima, ¿acaso no eres el líder de las tribus de Israel? El Señor te ungió como rey de Israel,
Luego el Señor le dijo a Samuel:
«Lamento haber hecho a Saúl rey, porque no me ha sido leal y se ha negado a obedecer mi mandato». Al oírlo, Samuel se conmovió tanto que clamó al Señor durante toda la noche.
Temprano a la mañana siguiente Samuel fue a buscar a Saúl. Alguien le dijo: «Saúl fue a la ciudad de Carmelo a levantar un monumento en su propio honor y después continuó a Gilgal».
Cuando por fin Samuel lo encontró, Saúl lo saludó con alegría. —Que el Señor te bendiga —le dijo—. Llevé a cabo el mandato del Señor.
—Entonces, ¿qué es todo ese balido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo? —le preguntó Samuel.
—Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado —admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos al Señor tu Dios. Hemos destruido todo lo demás.
Entonces Samuel le dijo a Saúl: —¡Basta! ¡Escucha lo que el Señor me dijo anoche! —¿Qué te dijo? —preguntó Saúl.
Y Samuel le dijo: —Aunque te tengas en poca estima, ¿acaso no eres el líder de las tribus de Israel? El Señor te ungió como rey de Israel,
te envió en una misión y te dijo: “Ve y destruye por completo a los pecadores —a los amalecitas— hasta que todos estén muertos”.
¿Por qué no obedeciste al Señor? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a los ojos del Señor?
—¡Pero yo sí obedecí al Señor! —insistió Saúl—. ¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos los demás.
Entonces mis tropas llevaron lo mejor de las ovejas, de las cabras, del ganado y del botín para sacrificarlos al Señor tu Dios en Gilgal.
Pero Samuel respondió: —¿Qué es lo que más le agrada al Señor: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.
La rebelión es tan pecaminosa como la hechicería, y la terquedad, tan mala como rendir culto a ídolos. Así que, por cuanto has rechazado el mandato del Señor, él te ha rechazado como rey.
Tomaron vivo a Agag y a lo mejor de las ovejas y el ganado mayor. Y los perdonaron.
Capturó a Agag, el rey amalecita, pero destruyó por completo a todos los demás. Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Sólo destruyeron lo que no tenía valor o que era de mala calidad.
(1) Obediencia parcial,
Luego el Señor le dijo a Samuel:
«Lamento haber hecho a Saúl rey, porque no me ha sido leal y se ha negado a obedecer mi mandato». Al oírlo, Samuel se conmovió tanto que clamó al Señor durante toda la noche.
Ve ahora y destruye por completo a toda la nación amalecita: hombres, mujeres, niños, recién nacidos, ganado, ovejas, cabras, camellos y burros”».
Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Sólo destruyeron lo que no tenía valor o que era de mala calidad.
(2) No se da cuenta de su infidelidad, ;
Temprano a la mañana siguiente Samuel fue a buscar a Saúl. Alguien le dijo: «Saúl fue a la ciudad de Carmelo a levantar un monumento en su propio honor y después continuó a Gilgal».
Cuando por fin Samuel lo encontró, Saúl lo saludó con alegría. —Que el Señor te bendiga —le dijo—. Llevé a cabo el mandato del Señor.
(3) Un fracaso público, ;
—Entonces, ¿qué es todo ese balido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo? —le preguntó Samuel.
—Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado —admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos al Señor tu Dios. Hemos destruido todo lo demás.
Entonces Samuel le dijo a Saúl: —¡Basta! ¡Escucha lo que el Señor me dijo anoche! —¿Qué te dijo? —preguntó Saúl.
Y Samuel le dijo: —Aunque te tengas en poca estima, ¿acaso no eres el líder de las tribus de Israel? El Señor te ungió como rey de Israel,
te envió en una misión y te dijo: “Ve y destruye por completo a los pecadores —a los amalecitas— hasta que todos estén muertos”.
¿Por qué no obedeciste al Señor? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a los ojos del Señor?
(2) Una profesión de fidelidad, ;
(4) Una pobre excusa, ;
—¡Pero yo sí obedecí al Señor! —insistió Saúl—. ¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos los demás.
Entonces mis tropas llevaron lo mejor de las ovejas, de las cabras, del ganado y del botín para sacrificarlos al Señor tu Dios en Gilgal.
(3) Un fracaso público, 14–19; (4) Una pobre excusa, 20–21; (5) Un regaño profético, 22–23; (6) Un pretendido arrepentimiento, 24–27; (7) Una destrucción predicha, 28–31.
(5) Un regaño profético, ;
Pero Samuel respondió: —¿Qué es lo que más le agrada al Señor: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.
La rebelión es tan pecaminosa como la hechicería, y la terquedad, tan mala como rendir culto a ídolos. Así que, por cuanto has rechazado el mandato del Señor, él te ha rechazado como rey.
(6) Un pretendido arrepentimiento, ;
Entonces Saúl le confesó a Samuel: —Es cierto, he pecado. He desobedecido tus instrucciones y el mandato del Señor, porque tuve miedo del pueblo y por eso hice lo que ellos me pidieron.
Pero ahora, por favor, perdona mi pecado y regresa conmigo para que pueda adorar al Señor.
Pero Samuel respondió: —¡No volveré contigo! Ya que tú rechazaste el mandato del Señor, él te ha rechazado como rey de Israel.
Cuando Samuel se dio vuelta para irse, Saúl trató de detenerlo y rasgó el borde de su túnica.
(7) Una destrucción predicha, .
Entonces Samuel le dijo: —Hoy el Señor te ha arrancado el reino de Israel y se lo ha dado a otro: a uno que es mejor que tú.
Y aquél que es la Gloria de Israel, no mentirá ni cambiará de parecer porque no es humano para que cambie de parecer.
Entonces Saúl volvió a implorar: —Sé que he pecado. Pero al menos te ruego que me honres ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel al volver conmigo para que adore al Señor tu Dios.
Entonces Samuel por fin accedió y regresó con él, y Saúl adoró al Señor.
El mandato fue: destruye todo (3), una frase que significa literalmente “poner bajo maldición”. El término (charam, cherem) se usa generalmente para objetos o personas que están bajo el juicio de Dios y han de ser destruidos o convertidos en propiedad especial de Dios. Corresponde a la escisión radical de un cáncer realizada por un cirujano para impedir la difusión del mismo por el cuerpo. Para grabar en todos el hecho de que no se trataba de una guerra ordinaria de saqueo y rapiña, se le ordenó a Israel no tomar botín.
Luego el Señor le dijo a Samuel:
Saúl dice haber cumplido “bendito seas tu de Jehová” (sabía decir paz de Cristo) sabía en lenguaje cristiano, espiritual,
No den lugar al diablo.
ni deben darle al diablo oportunidad de tentarlos.
Samuel le reprocha y Saúl es rechazado, Dios rasga su reino, V. 27 y 28 Samuel llama a Agag, el vino alegremente, y lo mató en pedazos. Dios se decepcionó de Saul
Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados,
porque el enojo da lugar al diablo.
—Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado —admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos al Señor tu Dios. Hemos destruido todo lo demás.