La Unidad en la Iglesia.
Vivimos en una época caracterizada por la rebelión y la lucha. El divorcio se hace cada día más común, aun entre los evangélicos. Los pleitos legales se multiplican como nunca. Cada uno quiere hacer valer sus propios derechos.
Aun en la iglesia de Jesucristo se ven antagonismos. Conservadoramente se ha calculado que las iglesias evangélicas se dividen a razón de cinco por ciento anual. La mayoría de los cristianos sólo aguantan cierto número de divisiones antes de abandonar por completo a sus congregaciones. Algunos soportan una de estas crisis pero muy pocos sobreviven a dos. Sólo un puñado de personas, las más fuertes, siguen siendo fieles después de pasar por tres, pero casi nadie resiste más.
En nuestro siglo existen gran número de iglesias, lo que ha producido que muchas personas emigren de una a otra, buscando a un gran maestro al que puedan seguir. Este problema es muy similar al que enfrentaban los corintios.