Sus adornos le hacen preciosas

I. Comienza por una pregunta: «Mujer hacendosa (éste es el sentido de la expresión hebrea, lo mismo aquí que en Rut 3:11) ¿quién la hallará? Como si dijese: «Una mujer como ésta es muy difícil de hallar, pero dichoso es el que la halle, pues es de valor inestimable».

Quién la hallará plasma que es anhelada.

Comentario Bíblico de Matthew Henry Versículos 10–31

Muchas son las virtudes que se incluyen en la expresión hebrea éset jayil con que se designa a esta mujer: prudencia, fidelidad, laboriosidad, generosidad, iniciativa, como se verá al analizar esta porción. Cuanto más escasas son estas mujeres, tanto más son de estimar (v. 10b).

Características:

Leal - de confianza y ello merece la estima y afecto de su marido. Su lealtad no depende de su humor, tampoco sus atenciones sino que como buena esposa y madre lo hace sin descanso cada día.

Nos ahorra fatigas y lo hace de buena gana. Emplea bien el tiempo y no le gusta perder el tiempo. Se puede apagar la luz del día pero ellas encienden la lámpara de noche para hacer hasta el cansancio. Duerme únicamente lo indispensable y se levanta muy temprano cuando todavía es de noche. Es por ello que asigna tareas cual dueña de todo lo que hay en la casa. La mujer virtuosa no se las pasa alardeando pues sus manos están siempre muy ocupadas.

Hace lo indispensable por hacerle provisión a los que ama.

Es sabia y su discreción y prudencia la caracterizan en el buen consejo. Abre su boca con sabiduría y la instrucción bondadosa está en su lengua. Su instrucción es más que una corrección es una enseñanza.

su corona principal entre sus cualidades es que teme a Dios (v.30). Este es el valor primordial y que da su valor a todas las demás virtudes. El temor de Dios al reinar en el corazón es la genuina belleza del alma. Es por ello que es de estima a los ojos de Dios. Es por ello que perdura por toda la eternidad, la muerte jamás consumirá su hermosura.

Madre

Una madre es amor: el amor a los hijos es único y particular, perpetuo, transparente, carente de egoísmo y de ambición personal. Por este amor la madre desafía hasta sus propias capacidades y realiza actos verdaderamente increíbles para proteger o beneficiar a los hijos.

El amor es el principio y el fin de los valores humanos, es el que provee el punto de partida de las demás virtudes. Al mirar la raíz de cada uno de los anteriores, el centro donde estos convergen, es el amor. Porque amor no significa sacrificio sino donación, no significa rencor sino perdón, no significa egoísmo sino tolerancia, amor es… MADRE.

2. Dedicada: Una madre vela por el bienestar de sus hijos y de su hogar cueste lo que le cueste, asume su rol con entereza, cumple con sus deberes y reconoce la gran responsabilidad con dedicación que se la ha sido asignada al consignarle la crianza de unos seres humanos para hacer de ellos, maravillosas creaturas.

3. Reconciliadora: sus palabras calman, sus caricias sanan y sus besos reconfortan. Nadie conoce mejor a sus hijos que su propia madre; ella tiene la capacidad de entender los distintos factores que influyen en su estado de ánimo y comportamiento. El alto nivel de percepción de una madre, desarrollado por ese fuerte vínculo que hay con el hijo, la hace en definitiva, la portadora por excelencia del valor de la comprensión.

4. Extraordinaria: paciente ante las situaciones arduas e ineludibles de la vida, paciente ante los conflictos naturales que se presentan en el núcleo familiar, paciente ante las incansables enseñanzas para hacer de sus hijos personas íntegras y valerosas: obra que realizará sin tregua durante años y que tal vez nunca verá terminada. Una madre vive la paciencia en grado excelso.

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