Las quejas

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Filipenses 2.13–16 NVI
13 pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. 14 Háganlo todo sin quejas ni contiendas, 15 para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, 16 manteniendo en alto la palabra de vida. Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano.
Filipenses 2.13–16 NVI
13 pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. 14 Háganlo todo sin quejas ni contiendas, 15 para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, 16 manteniendo en alto la palabra de vida. Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano.
Filipenses 2.12–16 NVI
12 Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre—no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia—lleven a cabo su salvación con temor y temblor, 13 pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. 14 Háganlo todo sin quejas ni contiendas, 15 para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, 16 manteniendo en alto la palabra de vida. Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano.
Filipenses 2.12–17 NVI
12 Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre—no sólo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia—lleven a cabo su salvación con temor y temblor, 13 pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. 14 Háganlo todo sin quejas ni contiendas, 15 para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, 16 manteniendo en alto la palabra de vida. Así en el día de Cristo me sentiré satisfecho de no haber corrido ni trabajado en vano. 17 Y aunque mi vida fuera derramada sobre el sacrificio y servicio que proceden de su fe, me alegro y comparto con todos ustedes mi alegría.

Introducción.

La BIblia nos habla mucho sobre las quejas, ¿Cómo vamos a enfrentar el disgusto o descontento? Podemos hacerlo de manera negativa pero también positiva.
¿Cómo vamos a enfrentar el disgusto o descontento? Podemos hacerlo de manera negativa pero también positiva.
En el capítulo 2, Pablo nos habla del carácter de Cristo, el canto del siervo nos enseña que Jesús siendo Dios se humilló así mismo. Jesús es nuestro ejemplo de comportamiento, es nuestra brújula. Nos enseña que el enfoque no debe ser “mirar por lo suyo” sino mirar por los de otroa. Nos habla de la humildad que es estimar a los demás como superiores y dice que no hagamos nada por contienda. Hay una conexión con un “por lo tanto”.
Pablo nos ordena a ocuparnos de la salvación y eso incluye hacer todos sin murmuraciones. Eso es ser irrepensibles, puros, hijos de Dios, sin mancha, en medio de una generación maligna y perversa. La murmuración o las quejas son expresiones de nuestro dolor e inconformidad.
La murmuración o las quejas son expresiones de nuestro dolor e inconformidad.
Muchos con pretexto de “sinceridad” son quejosos o quejicosos y hieren. Las redes sociales empoderan y dan voz a los indisciplinados emocionales, a los que son controlados por las emociones,
La sociedad tiende a unirse a las quejas como un placebo emocional o de culpa. Tienden a “proteger” al que se percibe como indefenso,
Caín.

Los sentimientos son energía.

La amargura es el pecado más contagioso.
Job 7.11 NVI
11 »Por lo que a mí toca, no guardaré silencio; la angustia de mi alma me lleva a hablar, la amargura en que vivo me obliga a protestar.
Job 10.1 NVI
1 »¡Ya estoy harto de esta vida! Por eso doy rienda suelta a mi queja; desahogo la amargura de mi alma.
Y la energía busca gastarse.

Ocasiones donde las quejas trajeron problemas.

Tengo una lista de 86 pasajes en la Escritura sobre quejas. En el A.T. una gran cantidad
Caín, Jonás,
Jonás.
Números 11.1–3 NVI
1 Un día, el pueblo se quejó de sus penalidades que estaba sufriendo. Al oírlos el Señor, ardió en ira y su fuego consumió los alrededores del campamento. 2 Entonces el pueblo clamó a Moisés, y éste oró al Señor por ellos y el fuego se apagó. 3 Por eso aquel lugar llegó a ser conocido como Taberá, pues el fuego del Señor ardió entre ellos.

Quejas bien encaminadas.

La clave es llevar nuestra queja a Dios en oracion.
Job 23.3–5 RVR60
3 ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. 4 Expondría mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos. 5 Yo sabría lo que él me respondiese, Y entendería lo que me dijera.
Cuando tengas una inconformidad preséntala a Dios. Varios lo hicieron. Moisés, David, Job, Jeremías el mismo Jesús.
Vamos a ver dos ejemplo.

Lea.

Génesis 29.31–35 NVI
31 Cuando el Señor vio que Lea no era amada, le concedió hijos. Mientras tanto, Raquel permaneció estéril. 32 Lea quedó embarazada y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén, porque dijo: «El Señor ha visto mi aflicción; ahora sí me amará mi esposo.» 33 Lea volvió a quedar embarazada y dio a luz otro hijo, al que llamó Simeón, porque dijo: «Llegó a oídos del Señor que no soy amada, y por eso me dio también este hijo.» 34 Luego quedó embarazada de nuevo y dio a luz un tercer hijo, al que llamó Leví, porque dijo: «Ahora sí me amará mi esposo, porque le he dado tres hijos.» 35 Lea volvió a quedar embarazada, y dio a luz un cuarto hijo, al que llamó Judá porque dijo: «Esta vez alabaré al Señor.» Después de esto, dejó de dar a luz.

Habacuc.

Quejas de hombres de Dios.
Misés.
Números 11.10–15 NVI
10 Moisés escuchó que las familias del pueblo lloraban, cada una a la entrada de su tienda, con lo cual hacían que la ira del Señor se encendiera en extremo. Entonces, muy disgustado, 11 Moisés oró al Señor: —Si yo soy tu siervo, ¿por qué me perjudicas? ¿Por qué me niegas tu favor y me obligas a cargar con todo este pueblo? 12 ¿Acaso yo lo concebí, o lo di a luz, para que me exijas que lo lleve en mi regazo, como si fuera su nodriza, y lo lleve hasta la tierra que les prometiste a sus antepasados? 13 Todo este pueblo viene llorando a pedirme carne. ¿De dónde voy a sacarla? 14 Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí! 15 Si éste es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia!
Jeremías.
primer queja.
Habacuc 1.2–4 NTV
2 ¿Hasta cuándo debo pedir ayuda, oh Señor? ¡Pero tú no escuchas! «¡Hay violencia por todas partes!», clamo, pero tú no vienes a salvar. 3 ¿Tendré siempre que ver estas maldades? ¿Por qué debo mirar tanta miseria? Dondequiera que mire, veo destrucción y violencia. Estoy rodeado de gente que le encanta discutir y pelear. 4 La ley se ha estancado y no hay justicia en los tribunales. Los perversos suman más que los justos, de manera que la justicia se ha corrompido.
Habacuc 1.12–2.1 NTV
12 Oh Señor, mi Dios, Santo mío, tú que eres eterno, ¡no puede ser que estés planeando acabar con nosotros! Oh Señor, nuestra Roca, tú has enviado a los babilonios para corregirnos y castigarnos por nuestros muchos pecados. 13 Pero tú eres puro y no soportas ver la maldad. ¿Serás indiferente ante la traición de ellos? ¿Guardarás silencio mientras los perversos se tragan a gente más justa que ellos? 14 ¿Somos tan sólo peces para ser capturados y matados? ¿Somos simples criaturas del mar que no tienen quien las guíe? 15 ¿Tenemos que terminar ensartados en sus ganchos y atrapados en sus redes, mientras ellos se alegran y celebran? 16 Entonces adorarán a sus redes y quemarán incienso frente a ellas. «¡Estas redes son los dioses que nos han hecho ricos!», exclamarán. 17 ¿Permitirás que se salgan con la suya para siempre? ¿Tendrán siempre éxito en sus conquistas despiadadas? 1 Subiré a mi torre de vigilancia y montaré guardia. Allí esperaré hasta ver qué dice el Señor y cómo responderá a mi queja.

Conclusión de la queja de Habacuc.

Habacuc 3.17–19 NTV
17 Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en las vides, aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacíos y no den fruto, aunque los rebaños mueran en los campos y los establos estén vacíos, 18 ¡aun así me alegraré en el Señor! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación! 19 ¡El Señor Soberano es mi fuerza! Él me da pie firme como al venado, capaz de pisar sobre las alturas». (Para el director del coro: esta oración se acompaña de instrumentos de cuerda).
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