Artículos Blog: El propósito de la música en la adoración

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I. El cántico de adoración: un medio de enseñanza y exhortación

Gabriel Rodríguez
Gabriel Rodríguez
I. El cántico de adoración: un medio de enseñanza y exhortación
Con este artículo daremos comienzo a una serie en la cual desarrollaremos el tema de la música en la adoración. Es necesario aclarar que la adoración a Dios no se limita al cántico. De las 89 referencias a la adoración en el Antiguo Testamento, 75 provienen de la palabra שָׁחָה shakjá, que significa postrarse (; ; ; ; ). La palabra equivalente en griego es προσκυνέω proskunéo, la cual se utiliza en 40 de las 48 menciones a la adoración en el Nuevo Testamento. Significa postrarse en homenaje y se deriva de las palabras πρός pros (acercar) y κύων kúon (perro); la palabra lleva la idea de besar, como el perro lame la mano del amo (; ; ; ; ).
Adorar, pues, es el acto interior de doblegarse delante de una persona o cosa a la que consideramos superior. Se diferencia de la alabanza, que es el acto exterior de elogiar (; , , ; ; ; ). El cántico de alabanza forma parte de la adoración, así también la oración, el ofrendar y cualquier otra cosa que hagamos como acto de reverencia a Dios, postrando nuestro interior delante de Él, sometiéndonos con gozo a su autoridad.
Cabe resaltar que el hecho de que nuestros labios canten a Dios no implica que estemos adorando. Podemos estar arrodillados cantando y nuestro corazón estar de pie, la adoración es un acto interno. El tema de la adoración es muy extenso, sin embargo, en este escrito nos enfocaremos específicamente en la música como parte de la adoración.
Creo firmemente que todo estudio comprometido con este tema debe comenzar definiendo el objetivo de la música cristiana. Las conclusiones a las que lleguemos en cualquier área de este tema estarán subordinadas al entendimiento que tengamos del propósito de la música como parte de la adoración.
Este es uno de los temas que más controversia y divisiones ha generado durante los últimos años, aún entre fieles estudiosos de las Escrituras, que incluso armonizan en otros temas. Algunos piensan que la música es irrelevante, que el contenido doctrinal de la letra es lo único que puede establecer si el cántico es apto o no para la adoración. Otros piensan que la música posee cualidad moral (que tiene la capacidad de transmitir un mensaje bueno o malo), independientemente de la letra. Y aun hay quienes están tan ajenos al tema, que les es suficiente con que el contenido lírico haga referencia a Dios o a algo espiritual, aunque no lleve un mensaje relevante.
Ciertamente, si no entendemos cuál es el propósito que Dios ha establecido para la música en la adoración, no tendremos una base objetiva para discernir cuál sea la lírica aceptable, ni cuál sea la música adecuada para acompañarla. Se puede ser un excelente atleta y tener un espectacular rendimiento físico, pero eso no hace de nadie un buen baloncelista. Se necesita comenzar por entender las reglas y el objetivo del baloncesto. De la misma manera, el ser un buen músico no convierte a nadie en un buen adorador; para eso es necesario entender cuáles son los parámetros y objetivos que Dios ha establecido en su palabra.
La música cristiana se compone de un plano vertical (en dirección a Dios) y un plano horizontal (en dirección a los hermanos). Sabemos que el propósito primordial, tanto de la música cristiana como de todas las cosas, es glorificar a Dios (; ). Pero, ¿estamos conscientes de que la música cristiana también tiene el propósito de enseñar y exhortar? Sí, ese es su plano horizontal.
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,
Colosenses 3.16 RVR60
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría,
cantando con gracia en vuestros corazones al Señor
con salmos e himnos y cánticos espirituales.”
Colosenses 3.16 RVR60
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
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Durante esta serie desarrollaremos un breve estudio de lo que nos enseña con relación al rol de la música en la adoración. Este texto nos manda a que utilicemos los salmos, los himnos y los cánticos espirituales como un medio para enseñarnos y exhortarnos unos a otros en toda sabiduría, con el objetivo de que la palabra de Cristo more en abundancia en nosotros. Veamos qué implicaciones tiene esto.

La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros

Lo primero que nos enseña el texto es que la palabra de Cristo es lo que debe abundar en nosotros, independientemente de nuestras opiniones o experiencias. Debemos asegurarnos de que cada palabra que cantamos esté sustentada por el fundamento de las Escrituras (). Los cánticos son una herramienta que Dios nos ha dado para ayudarnos a que la palabra de Cristo more en nosotros en abundancia; es decir, que viva y se desborde en nuestro interior, que tome el control de nuestra mente y acciones, y nos mantenga alejados del pecado ().
Los cánticos funcionan como un motor que nos ayuda a impulsar y retener la doctrina bíblica en nuestro interior. Sabemos que la música es un poderoso vehículo de aprendizaje y retención, esa es la razón por la que la utilizamos para enseñar materias escolares a nuestros niños. El peligro está cuando lo que cantamos en nuestra adoración no está basado en “la palabra de Cristo”, sino en experiencias personales o filosofía humana, haciendo que lo que more en abundancia en nosotros sean peligrosas subjetividades y no la objetividad de las Escrituras.

Enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría

Muchos enseñan que los cánticos nos ayudan a preparar los corazones para el mensaje, pero eso no es acorde a lo que Dios dice. Aquí el Señor nos muestra, a través del apóstol Pablo, que los cánticos tienen la función de enseñarnos y exhortarnos (regañarnos con gentileza) unos a otros, por lo que debemos entender que estos forman parte del mensaje. De la misma manera que celamos la fidelidad de lo que se predica desde el púlpito, debemos celar la fidelidad a las Escrituras del contenido de los cánticos.
Nuestros cánticos deben estar impregnados de contenido doctrinal. En ellos debemos plasmar todo el consejo de Dios; de lo contrario, no estaríamos enseñando en toda sabiduría. Hay iglesias que solo cantan sobre el amor de Dios o de la victoria sobre Satanás; tenemos mucha doctrina que cubrir y es nuestra responsabilidad ser balanceados.
Otro punto a resaltar es que Dios ha establecido que la enseñanza y exhortación por medio del cántico sea “unos a otros”. El modelo bíblico para la adoración musical no es el que se practica en muchas iglesias, donde tienen grupos de adoración que cantan mientras la iglesia es edificada escuchando, como si fuera un concierto. Dios no manda que la iglesia sea pasiva en su participación de la adoración. El modelo bíblico es el canto congregacional; “unos a otros”, cada hermano participando activamente de los cánticos. Eso no quiere decir que no pueda haber música especial, pero esta no debe predominar sobre el canto colectivo.

Concluyendo

En esta primera parte hemos visto brevemente la idea detrás de las primeras palabras de . Hasta ahora nos hemos enfocado en el plano horizontal del cántico, en el próximo artículo hablaremos, entre otras cosas, sobre lo que tiene que decir este texto con relación al plano vertical del cántico en la adoración.
Que el Espíritu Santo nos guíe a toda verdad. ¡Bendiciones!
El propósito de la música en la adoración

II. El Señor de la adoración

II. El Señor de la adoración
Estamos haciendo un breve estudio sobre el rol de la música en la adoración, basado en . Dado que este artículo es continuación de una serie, es recomendable haber leído el primero antes de proceder con la lectura.
Anteriormente examinamos la primera parte del texto. Entre otras cosas, vimos que el cántico de adoración es un vehículo de enseñanza y exhortación. Ahora veremos algunas implicaciones en la parte central del texto: “cantando con gracia en vuestros corazones al Señor”.

Al Señor

Mencionamos que la música cristiana se compone de un plano vertical (en dirección a Dios) y un plano horizontal (en dirección a los hermanos). Ya hablamos de su plano horizontal, sin embargo, a pesar de que cantamos “unos a otros”, es importante entender que la audiencia principal de nuestros cánticos es el Señor. Esto pareciera ser de sentido común, pero ¿entendemos lo que implica?
En nuestra cultura la palabra “señor” suele utilizarse como manera respetuosa para referirse a un varón. Es tan cotidiano que fácilmente se pasa por alto que es una alusión al señorío de Dios. Aquí la palabra Señor es κύριος kúrios, proviene de κῦρος kúros (supremacía), un título de respeto que significa supremo en autoridad. Esta palabra puede ser intercambiable con soberano, amo o dueño. El hecho de que Dios sea nuestro Señor, nos coloca en la posición de siervos (, ; ; ) y subordinados (; ; ). Somos insignificantes (; ; ; ), por lo que no hay lugar para la altivez (; ).
Cantar al Señor implica hacerlo como siervos, por lo que nuestra manera de cantar debe reflejar el carácter y la actitud de un siervo; por lo tanto, debe hacerse con respeto, humildad, humillación y obediencia a Sus estatutos. El cántico de alabanza es una actividad sublime y solemne, no debe mostrarse irreverente.
La dificultad surge cuando cada cual tiene su propia idea de lo que es irreverente o sublime y solemne, por lo que muchos llegan a considerar este asunto como subjetivo. Sin embargo, Dios ha establecido parámetros objetivos para la adoración adecuada, entonces es responsabilidad de cada creyente estudiar el tema a la luz de las Escrituras, poniendo cada texto en su contexto. Los parámetros de nuestra adoración no deberían verse influenciados por razonamientos u opiniones personales, sino por lo establecido por el Señor. La Confesión de Fé de Westminster lo expresa de la siguiente manera:
"La forma aceptable de adoración al Dios verdadero, está instituida por Él mismo, y está de tal manera limitada por su propia voluntad revelada, que no debe ser adorado según las imaginaciones e invenciones de los hombres, o según las sugerencias de Satanás; bajo ninguna representación visible, o en alguna otra forma que no esté prescrita en la Biblia (; ; ; ).”
Es triste ver como hoy se da prioridad al razonamiento personal, antes que a la autoridad bíblica, para establecer parámetros en la adoración. Dado que nuestros cánticos van dirigidos al Señor, la alabanza nunca debe convertirse en un espectáculo de entretenimiento personal; el modelo bíblico de adoración no es el que vemos en estos mega conciertos donde van las masas a divertirse en nombre de la “adoración".

Cantando

presenta el cántico de alabanza como un medio utilizado por Dios para ayudarnos a que la palabra de Cristo more en abundancia en nosotros y así ayudarnos a ser llenos del Espíritu Santo. Por otra parte, en encontramos un pasaje paralelo donde se nos presenta el cantar, no como un medio para ayudarnos a ser llenos del Espíritu Santo, sino como resultado de la llenura del Espíritu.
El pasaje de Efesios compara la llenura del Espíritu Santo con la embriaguez. De la misma manera que un individuo controlado por el alcohol se conduce y habla de cierta manera que pone en evidencia su embriaguez, la llenura del Espíritu Santo se aprecia al ver las acciones y manera de hablar características de uno que es controlado por Dios; habla al Señor con cánticos y alabanzas, muestra una actitud de gratitud hacia Dios, se conduce con amor, lleva una vida de pureza, es sumiso a los demás, entre otras cosas que podemos ver a lo largo del capítulo.
John MacArthur define la llenura del Espíritu Santo de la siguiente manera:
"La llenura del Espíritu no es una experiencia de éxtasis emocional, sino un control asiduo de la vida coo resultado de la obediencia a la verdad de la Palabra de Dios."
El cántico produce llenura de la palabra de Dios, lo que a su vez produce llenura del Espíritu Santo, lo cual redunda en más cántico, formándose un ciclo de retroalimentación. Así vemos que nuestros cánticos son de Él, por Él y para Él, al igual que todas las cosas ().

Con gracia en vuestros corazones

El cántico de alabanza debe realizarse con gracia. La palabra gracia es χάρις [járis]; significa de manera o acción gratificante. Se refiere a la influencia divina sobre el corazón y su reflejo en la vida. También podría traducirse como "con gozo" o "con gratitud". Cantar con reverencia no es cantar en estado de desinterés, falta de entusiasmo o indiferencia. Si hay alguien que tiene motivos para emocionarse y adorar a Dios con gozo y sonrisa, es aquel que ha visto la hermosura de Cristo y le sigue. La adoración debe proyectar la continua obra de Dios sobre la vida del adorador.
Así como hay formalismos extremos, también existe una contraparte en la que se confunde el gozo con la algarabía; debemos mantener en perspectiva que adoramos al Rey de reyes, no hay cabida para el descontrol y el desorden. En Dios demanda reverencia desde su santo templo (el cielo; ) sobre toda la tierra. Cuando adoramos a Dios debemos entender que estamos adorando a Quien está sentado con majestad y poder sobre su trono, gobernando sobre toda la creación.
Dios es celoso, de tal manera que su nombre es Celoso () y cela la manera en la que le adoramos; por tanto dio a Israel directrices sobre la realización de su música en la adoración. Tales normas muestran Su carácter inmutable y, lamentablemente, con frecuencia son pasadas por alto.
Existe la idea de que la adoración es algo muy personal, que cualquier forma de hacerlo es aceptable y que Dios solo mira la intención. Sin embargo, Dios da importancia a la manera como se adora; su palabra muestra formas de adorar inaceptables. Nadab y Abiú pagaron con su vida el haber sido desobedientes a lo establecido por Dios en la forma de ofrendar el incienso (), lo cual era parte de la adoración. Dios no se conforma con buenas intenciones, demanda respeto a sus directrices.
Además, se nos manda a cantar “en vuestros corazones”. La palabra corazones es καρδία [kardía]; envuelve no solo el sentimiento, sino también el pensamiento. Si nuestra mente no está envuelta en lo que cantamos, ¿cómo seremos enseñados y exhortados? El tiempo de cantar alabanzas a nuestro Dios debería ser un tiempo de concentración, en el que nuestra mente esté sumergida en profunda meditación y reflexión. La falta de meditación en lo que se canta resulta en un infructuoso mover de labios.

Concluyendo

Con esto concluimos el segundo artículo de esta serie. Hasta ahora no hemos hablado nada sobre la parte musical de los cánticos, pero ¿tiene este texto algo que decir con relación al contenido musical? Lo discutiremos en el próximo artículo, cuando concluiremos con esta serie.
Que el Espíritu Santo nos guíe a toda verdad. ¡Bendiciones!

III. El cántico de adoración: sus formas y cualidades

III. El cántico de adoración: sus formas y cualidades
III. El cántico de adoración: sus formas y cualidades
Estamos realizando un breve estudio sobre el rol de la música en la adoración, a la luz de . Es recomendable haber leído los artículos anteriores antes de proceder con esta lectura. Para culminar la serie examinaremos la parte final del verso y veremos la aplicación de algunas de estas enseñanzas en algunos extractos de cánticos que cantaba la iglesia primitiva.

Salmos e himnos y cánticos espirituales.

Hay tres tipos de cánticos que Dios manda cantar: salmos, himnos y cánticos espirituales. Salmos (ψαλμός [psalmós]), literalmente se refiere a cantar del libro de los Salmos. Algunos han interpretado esto como música instrumental debido a que la palabra se deriva de ψάλλω [psállo] que significa tocar en un instrumento de cuerdas. Esta interpretación no es correcta por dos razones:
El texto habla de que utilicemos estos salmos para enseñarnos y exhortarnos unos a otros, se necesita letra para ello.El texto dice cantando, se canta con la voz. Eso no significa que la música cristiana instrumental sea inapropiada, pero ese tema no es abordado en este verso.
Himnos; del griego μνος [júmnos], aunque esta palabra también podría utilizarse para referirse a los salmos, se refiere más bien a una oda religiosa (composición dividida en estrofas o partes iguales, de carácter solemne).
Cánticos espirituales. La palabra cántico es ᾠδή [odé], se deriva de ᾄδω [ádo] que es un término general para cualquier palabra cantada. Ahora bien, en palabra odé no se refiere a cualquier cántico, sino a cualquier cántico que sea espiritual. La palabra himno (μνος [júmnos]) es más concreta, denota específicamente una composición métrica religiosa. La palabra salmos (ψαλμός [psalmós]) es aún más especifica al referirse al canto extraído del libro de los salmos.
El texto indica que cualquier cántico -desde algo tan específico como un salmo, hasta algo tan general como cualquier palabra cantada- es bueno para cantar al Señor, enseñarnos doctrina y exhortarnos unos a otros, siempre y cuando sea espiritual. Pero, ¿qué significa que algo sea espiritual? La palabra espirituales es πνευματικός [pneumatikós] y se refiere a algo que no es carnal sino religioso o regenerado.
Todos los elementos de nuestro cántico de alabanza deben ser espirituales, tanto en letra como en música.
Algunos piensan que no hay cualidad moral en la música (que la música en sí es incapaz de ser buena o mala); por ende, interpretan que la palabra espirituales no hace referencia a la música, sino a la letra de los cánticos. El problema de este argumento es que se interpreta el texto () a base de un entendimiento limitado sobre las cualidades de la música, cuando lo correcto es interpretar las cualidades de la música a la luz de la infalible palabra de Dios.
Otro argumento que se presenta para decir que la palabra espirituales no aplica a la música es que el texto habla de enseñar y exhortar, y la música no enseña ni exhorta, solo la letra tiene esa potestad. Sin embargo, este argumento pasa por alto que el texto no habla simplemente de enseñar y exhortar, habla de hacerlo por medio del cántico (integración de música y letra). Si a un cántico se le quita la música, ya no es cántico, sino poesía. No tiene sentido hablar de cánticos espirituales si se elimina la ecuación que le hace cántico (la música).
Este texto enseña claramente que la música tiene cualidad moral, si hay un cántico espiritual, también hay un cántico carnal; Dios dice que hay cualidad moral en la música. No es la intención de este escrito definir dónde está la línea que separa la música espiritual de la carnal, sin embargo, el entendimiento de estos principios básicos nos pueden ayudar a identificar extremos.
Nadie negaría que se puede hablar con una entonación sensual, la misma Palabra de Dios nos advierte sobre la suavidad del hablar de la mujer extraña (, ). Hay música llamada cristiana en la que escuchamos una entonación que posee la misma "suavidad" de las palabras de la mujer extraña (sensualidad), en su forma susurrante de cantar y en modos de deslizamiento de la voz que casi hacen sentir una caricia; como también hay música con sonidos que incitan a la violencia, emulando gritería o enojo. Nada de esto es un cántico espiritual.

El cántico de la iglesia primitiva

Dado que los cánticos de adoración cumplen el propósito de instruirnos en doctrina y exhortarnos, es lógico pensar que un buen cántico para la adoración necesita estar cargado de fundamento doctrinal y enseñanzas para nuestra vida cristiana. No hay más que estudiar los Salmos y ver cuánto contenido se puede sacar de ellos. En el Nuevo Testamento también vemos algunos ejemplos de himnos que cantaba la iglesia primitiva, donde podemos apreciar su alto contenido doctrinal.
Un ejemplo es . Hay consenso general en que aquí Pablo está citando un extracto de un himno cantado por la iglesia primitiva, debido a la uniformidad y paralelismo utilizados.
Dios fue manifestado en carne, (; ; , )
Justificado en el Espíritu, ()
Visto de los ángeles, (; ; )
Predicado a los gentiles, (; ; )
Creído en el mundo, ()
Recibido arriba en gloria. (; )
Es impresionante la cantidad de doctrina resumida en estas seis líneas, podría ser suficiente material para desarrollar todo un libro. Evidentemente no vamos a profundizar en esto, pero realizar un breve análisis de este himno nos da un valioso marco de referencia para comparar si la música que cantamos tiene el nivel de doctrina que cantaba la iglesia primitiva.
Otro ejemplo lo vemos en
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
Muy probablemente este es otro extracto de un himno cantado por la iglesia primitiva, esta vez basado en el texto de . Con estos dos ejemplos podemos apreciar que la iglesia primitiva resumía de manera profunda y concisa grandes doctrinas en sus himnos, como también cantaba himnos basados en porciones concretas de las Escrituras.
Exhorto al lector a buscar las siguientes citas, cuyas porciones muy probablemente también formaron parte de los cánticos de la iglesia primitiva: ; ; . Su contenido nos debe mover a analizar si lo que cantamos hoy cumple con los estándares doctrinales que caracterizaba la alabanza de los primeros creyentes.

Conclusión

Los cánticos de alabanza tienen el propósito de enseñarnos y exhortarnos, por lo que su contenido lírico no debe de ser superficial sino altamente doctrinal y profundo. En cuanto a la música, no es sencillo determinar los límites de lo que es apropiado para la adoración, pero la Biblia proporciona herramientas para ayudarnos a discernir, y estudiar es nuestra responsabilidad. La música tiene cualidad moral. Hay música apta para la adoración y música que no lo es. El contenido musical de nuestros cánticos debe ir acorde con la lírica, no debemos hablar de santidad con la letra y de sensualidad, gritería o enojo con la música.
Hemos abordado un tema muy controversial, sin embargo, por encima de las diferencias debe prevalecer la consideración y el respeto entre los hermanos. Podemos diferir, pero asegurémonos que el fundamento de nuestra diferencia esté apoyado por las Escrituras y que sea expresado en amor. El mundo nos está mirando. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros." ()
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