EL PROCESO DE BENDICIÓN (Jeremías 18.1-4)

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Propósito: Motivar al oyente para que mediante su relación con Dios, disponga su vida para la gloria de Dios.

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La Biblia compara nuestra vida a una vasija, refiriéndose a que, de alguna manera somos instrumentos para ser usados de diferentes maneras.
-El texto que leímos nos dice que el alfarero hizo otra vasija, pero no de otro barro, sino de la misma vasija que se había echado a perder; pero “la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla” (18.4).
-Después de haber experimentado la experiencia de la renovación, así como el alfarero hizo una nueva vasija de barro, y la hizo “mejor”; y
-No creo que el alfarero haya invertido su tiempo y esfuerzo solo para hacerla de ‘adorno”, sino para su utilidad. De la misma manera, el “alfarero divino” nos ha transformado para que seamos instrumentos para Su gloria.
-Pablo dijo estas palabras:
2 Timoteo 2.20–21 NTV
20 En una casa de ricos, algunos utensilios son de oro y plata, y otros son de madera y barro. Los utensilios costosos se usan en ocasiones especiales, mientras que los baratos son para el uso diario. 21 Si te mantienes puro, serás un utensilio especial para uso honorable. Tu vida será limpia, y estarás listo para que el Maestro te use en toda buena obra.
-Para este propósito, es necesario que el proceso se complete para que sea de bendición en nuestra vida. Pero este proceso se iniciará y se completará si dejamos que Jesucristo sea el Señor de nuestra vida.

TRES PETICIONES IMPORTANTES

-Para que nuestra vida tenga un sentido real y un propósito definido, es necesario pedir a Dios y dejar que El efectúe tres acciones importantes:

1. Señor límpiame

-De lo primero que debemos ser limpiados es del pecado. David, en su arrepentimiento por haber fallado a Dios dijo:
Salmo 51.1–2 RVR60
1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
salmo 51.1-
-Otro aspecto que puede ensuciar nuestra vida, es el personal y psicológico. Me refiero a los errores de carácter y de pensamiento (prejuicios, complejos, etc). Lo que Pablo llama “de todo peso y del pecado...”.
Salmo 19.12–14 RVR60
12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. 13 Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. 14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
salmo 19.12-14
-La muerte del Señor Jesucristo nos ha justificado de nuestras culpas. Esa obra en la cruz es la que nos limpia de todo pecado. Pero para experimentar esta limpieza, debemos confesar nuestros pecados delante de Dios.
1 Juan 1.7 NVI
7 Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.
1 juan 1.
1 Juan 1.9 NVI
9 Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.
-Dile a Dios: “Señor límpiame”.

2. Señor lléname

-Este es el segundo acto del proceso de bendición. Un vaso limpio pero vacío no cumple su función. Fuimos creados para ser llenos de la presencia de Dios.
-El peligro de estar limpios pero vacíos: podemos ser llenos de “otras cosas”.
Mateo 12.43–45 NTV
43 »Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va al desierto en busca de descanso, pero no lo encuentra. 44 Entonces dice: “Volveré a la persona de la cual salí”. De modo que regresa y encuentra su antigua casa vacía, barrida y en orden. 45 Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes. Eso es lo que le ocurrirá a esta generación maligna.
-En el milagro que Jesús hizo en las bodas de Cana de Galilea (), El cambió el agua en vino. El milagro no consistió propiamente en “llenar” las tinajas (fueron llenas de agua por el hombre), sino en “transformar” el elemento natural de un estado mineral a un estado vegetal.
-Si tu vida está llena de cosas vanas y pecaminosas, el Señor puede hacer un milagro, puede cambiar la naturaleza de tu corazón, puede hacer de ti una “nueva criatura”.
-David continúa su oración de arrepentimiento diciendo:
Salmo 51.10–11 RVR60
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
-Dile a Dios: “Señor lléname”.

3. Señor úsame

-El último acto en el que Dios actúa es ser “usarnos” para llevar a cabo Sus planes.
-Si una vasija está limpia y llena, estará lista para ser usada; para satisfacerse no solo así mismo, sino a otros.
-Hay quienes quieren estar limpios y tal vez llenos, pero no permiten que Dios los “use”. El proceso de bendición se completa cuando dejamos que nuestra vida sea usada por Dios.
-David deseaba que el proceso de bendición se completara en su vida:
Salmo 51.12–13 RVR60
12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente. 13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.
-No podemos anhelar que Dios nos limpie y nos llene solo para nuestra satisfacción. Dios quiere que estemos limpios de errores, de prejuicios, complejos y de pecados. El quiere que seamos llenos de Su presencia y de Su gozo y plenitud. Pero El también desea usar nuestros talentos, habilidades, fuerza, capacidades.
-Es para lo que el Señor te ha hecho de nuevo, una vasija mejor para un propósito mejor. ¿En qué estas sirviendo al Señor? ¿A qué estas dedicando tus fuerzas, tus recursos, tu energía y tus habilidades? ¿Solo para cumplir tus sueños y satisfacer tus deseos?
-No hay nada de malo en querer alcanzar los sueños y vivir bien en esta tierra, pero no debe ser lo primordial. ¿Porqué? R/ Porque las cosas de esta vida terrenal son pasajeras. Entonces hay que vivir para disfrutar lo terrenal, pero para obtener lo celestial y eterno.
1 Juan 2.15–17 NTV
15 No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece porque cuando aman al mundo, no tienen el amor del Padre en ustedes. 16 Pues el mundo sólo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; 17 y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.
-Cuando había una multitud que oía a Jesús y estaban hambrientos, hubo un joven que estuvo dispuesto a ser usado por el Señor, el cual dio lo poco que tenía (5 panes de cebada -lo más sencillo, y 2 pececillos) para que fuera de bendición a esa multitud.
-Dile a Dios: “Señor úsame”.
Permite que Dios complete en tu vida el proceso de bendición, así tenga que “hacerte” de nuevo.
en las manos de Dios, somos instrumentos útiles para Su gloria.
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