LECCIÓN 3
INTRODUCCIÓN
De Oseas, profeta de Israel durante la segunda mitad del siglo octavo. Libro de sermones que hacen un balance entre la ira y el amor de Dios, basados en la experiencia matrimonial del propio Oseas.
Introducción
Oseas es el único profeta escritor que creció y ministró en el reino de Israel del norte. Amós, que también predicó en Israel, había nacido en Tecoa, una pequeña aldea rural de Judá a 16 kilómetros al sur de Jerusalén. El escenario del norte donde ministró Oseas se combinó con su experiencia única de llamado para hacer que su ministerio y su mensaje se destacaran de los demás profetas. El mensaje de Oseas se centra en:
• La relación histórica de Israel con Dios
• La relación amorosa de Israel con los ritos de fertilidad del culto a Baal
• Las condiciones y las prácticas económicas, militares y políticas de Israel
• Lo que Dios esperaba de Israel
• El supremo amor de Dios por su pueblo
De Oseas, profeta de Israel durante la segunda mitad del siglo octavo. Libro de sermones que hacen un balance entre la ira y el amor de Dios, basados en la experiencia matrimonial del propio Oseas.
Oseas es el único profeta escritor que creció y ministró en el reino de Israel del norte. Amós, que también predicó en Israel, había nacido en Tecoa, una pequeña aldea rural de Judá a 16 kilómetros al sur de Jerusalén. El escenario del norte donde ministró Oseas se combinó con su experiencia única de llamado para hacer que su ministerio y su mensaje se destacaran de los demás profetas. El mensaje de Oseas se centra en:
• La relación histórica de Israel con Dios
• La relación amorosa de Israel con los ritos de fertilidad del culto a Baal
• Las condiciones y las prácticas económicas, militares y políticas de Israel
• Lo que Dios esperaba de Israel
• El supremo amor de Dios por su pueblo
AUTOR Y FECHA
Se atribuye el libro al profeta cuyo nombre lleva. La fecha se deduce de los reyes que se mencionan en el primer versículo: Uzías, Jotam, Acaz, Ezequías, Jeroboam. En el caso de este último, se trata de Jeroboam II (789–748 a.C.). La mención de Ezequías indica (715–686 a.C.) que el ministerio de O. se extendió más allá de la muerte de Jeroboam II, cuando en Israel reinaron Zacarías, Salum, Manahem, Pekaía y Peka.
EL CONTEXTO
Contexto político. El libro de Oseas describe la atmósfera política del tiempo de Oseas. En Ose 1:10, se establece una comunidad en la cual “se congregarán los hijos de Judá y los hijos de Israel, y nombrarán un solo jefe” (Ose 1:10). Dios no eligió a ninguno de sus reyes (Ose 8:1–6). De hecho, los reyes aprovecharon la oportunidad humana para mejorar su condición personal en lugar de escuchar a Dios y permitirle elegir quién gobernaría (Ose 7:7). Al final Israel estaría más decidida a agradar al rey que a Yavé (Ose 7:3–4). Oseas proclamó que en los tiempos de mayor necesidad, Israel aprendería que un rey que obtiene el trono por medio de asesinato rápidamente buscaría protegerse a sí mismo antes que cuidar a su pueblo. Cuando el enemigo trae la desesperación a Israel, entonces se vuelve a Dios. Recién entonces volverá Israel del exilio, buscará a Dios y a un rey davídico.
Nuevamente Israel se vuelve a los dioses y a las naciones extranjeras en busca de poder y protección. Mientras Israel y Judá procuraban obtener su seguridad por medio de Asiria y Egipto, dejaban de depender de Yavé. Israel y sus gobernantes, pensando que estaban fortaleciendo a la nación, no comprendieron lo débil que se estaba volviendo. Dios se convirtió en enemigo de Israel para disciplinarla (Ose 5:13–14; 7:8–12). Finalmente Dios los envió al exilio (Ose 7:11–12; 8:7–10). Israel buscaría a Yavé (Ose 5:15–6:3), pero su lealtad sería solamente provisoria: El pueblo se conformaría con realizar sacrificios rituales, pagando tributo a Dios como lo había hecho con las naciones extranjeras (Ose 6:4–6). La esperanza política residía en Judá (Ose 11:12). La solución final para los problemas políticos de Israel era la promesa de Dios de rescatar y redimir (Ose 13:14), no era Baal y el culto a la fertilidad y ciertamente no era el orgulloso ejército de Israel. No obstante, primero vendría el juicio político de Dios (Ose 13:16).
Todo Israel se había apartado del pacto con Dios, dedicándose a la idolatría. En el Reino del Norte (Israel) floreció un culto a Baal. En Judá, el rey Uzías había intentado una reforma. Pero ésta resultó incompleta, porque los lugares altos no fueron quitados. Además, el rey se enalteció intentando ejercer el oficio de sacerdote, por lo cual fue castigado con lepra y vivió el resto de sus días “en una casa apartada” mientras Jotam, su hijo, “tuvo cargo de la casa real” (2 Cr. 26:21). Uzías había encabezado una confederación de estos países para rechazar a los asirios, pero Jotam cambió de política y se acercó a éstos, por lo cual Rezín y Peka le atacaron. En el Reino del Norte, el rey Jeroboam II había desarrollado una era de gran expansión comercial para Israel, que vio aumentada su riqueza. Pero esta prosperidad vino atada a grandes injusticias sociales.
Tras la muerte de Jotam en Jerusalén, le sucedió su hijo •Acaz, el cual se distinguió por un comportamiento impío, llegando a quemar en sacrificio a sus propios hijos (2 Cr. 28:3–4). Eran ya grandes las amenazas de invasión desde Asiria, ante lo cual el rey de Israel, •Peka, y el de Siria, •Rezín, le propusieron una alianza defensiva. Acaz se negó, por lo cual esos reyes invadieron a Judá, le infligieron grandes derrotas y le tomaron muchos prisioneros (2 Cr. 28:5–8). Pero los asirios, aliados de Acaz, invadieron a Israel y Siria, conquistando Damasco y Samaria. La mayor parte del ministerio de Oseas tuvo lugar antes de este último acontecimiento.
Contexto económico. Durante el reinado de Jeroboam II, se desarrollaron prácticas económicas malvadas que agitaron la cólera de Dios y de su profeta. Un sistema de dos clases les proveyó a los terratenientes recursos para hacer lo que quisieran, dejando que los pobres se hundieran cada vez más en la pobreza y en la dependencia de los ricos cuyas tierras trabajaban. La guerra siro-efraimita del 733/32 a.C. trajo nuevos problemas económicos: Israel luchaba en dos frentes, contra Asiria y contra Judá. Después que Asiria tomó el poder, el problema aumentó. El gobierno procuró ayuda de los terratenientes para pagar los elevados tributos que exigía Asiria. Los terratenientes debían recuperar los ingresos perdidos exigiendo más trabajo y más pagos, lo que resultaba en el consiguiente sufrimiento de los pobres.
El contexto económico ponía de relieve el contraste entre los poderosos y los pobres. Israel hizo tratos militares y económicos tanto con Asiria como con Egipto (Ose 12:1). En esos tratos Israel era el poder más débil de manera que debió pagar tributo a la nación más fuerte. Esos tratos desobedecían a Dios (Ose 12:2).
Oseas también destaca el poder de Dios y la debilidad de Baal. Oseas afirmaba que los poderes de la fertilidad le pertenecían a Dios, poderes que Israel había concedido a Baal (Ose 2:8). Yavé afirmaba tener el poder para quitar las fuentes de las riquezas, pero prometía restaurar los ricos viñedos (Ose 2:12, 15). Dios les advertía que él, y no Baal, controlaba los campos agrícolas de Israel que producían riquezas. Yavé podía entrar en trato con los israelitas para que volvieran a tener grandes cosechas (Ose 2:21–23). Oseas declaraba que en el momento que Dios escogiera, proveería suficiente rocío como para que las plantas florecieran. Israel encontraría su tierra florecida gracias al amor y al perdón de Dios, no por sus maniobras políticas y económicas. Que Dios supliría ampliamente sus necesidades económicas y agrícolas. A diferencia de Baal, Yavé no desaparecería de la escena por grandes períodos del año. Yavé proveería fertilidad y riqueza en todo momento.
Contexto religioso. La fe dominante de Israel era el sincretismo politeísta, no el yavismo monoteísta (Stuart, Hosea-Jonah, 10). Varios pasajes expresan la valoración que el profeta hizo de la religión de Israel (Ose 2:10, 15, 18–19; 9:10; 11:2; 13:1). Los verdaderos adoradores de Yavé seguramente constituían una minoría entre los ciudadanos israelitas. Baal, el dios cananeo principal, atraía a muchos seguidores debido a:
• Sus invitaciones sexuales (aunque algunos estudiosos modernos se han alejado de la hipótesis de la actividad sexual explícita y de la prostitución en la adoración a Baal; ver Ackerman, Fertility Cult, 444; Healey, Fertility Cults, 792–93)
• Su promesa de controlar el estado del tiempo para los granjeros
• Su promesa de generar fertilidad en los cultivos
La adoración a Baal causó que el pueblo se apartara de Yavé.
La predicación de Amós y Oseas probablemente ganó algunos adeptos, que los seguían en sus viajes por el reino del norte y proveían los recursos para el ministerio de los profetas. No obstante, conociendo las prácticas y creencias tanto del yavismo como del culto a Baal, muchos israelitas querían las bendiciones de ambas religiones. Oseas insistía en que Yavé quería obediencia y obediencia sólo a él. Recordaba a la gente que: “Yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto” (Ose 12:9; comparar 13:4). Exigía que Israel eligiera entre el Dios histórico—el libertador militar—o los dioses de la tierra (Ose 12:9).
Oseas culpó a los sacerdotes y a los profetas por las prácticas religiosas de Israel, afirmando que habían sido llamados a guiar al pueblo en la adoración y a enseñarles o instruirlos en la Torá de Dios (Ose 4:1–2). Su descuido había generado la adoración sincrética y una nación que ignoraba las enseñanzas de Dios. Los profetas también se habían corrompido por no seguir comunicando la palabra de Dios al pueblo. Esos profetas también enfrentaban el juicio de Dios. El libro de Oseas muestra la reacción de Dios ante esos sacerdotes y profetas:
• Las lluvias no llegaban nunca, los cultivos no crecían, y los animales morían
• Dios los destituiría de su oficio. Sin sacerdotes y sin conocimiento, la nación y sus sacerdotes tendrían que enfrentar el juicio (4:8–14).
• Los profetas serían considerados necios dementes cuyos pecados serían castigados (Ose 9:7–9).
• Dios había mandado verdaderos profetas con su palabra, pero Israel los ignoró y continuó por el camino del mal (Ose 12:10–11).
El principal cargo contra los sacerdotes y el pueblo era el que habían abandonado su relación con Yavé para seguir a los dioses de la fertilidad (Ose 4:10):
• Habían ignorado y abandonado el pacto de Dios (Ose 6:4–7).
• El reino del norte, con sus grandes santuarios en Betel y Dan, había instalado becerros de oro en lugares de adoración que fácilmente podrían llevar a la idolatría (Ose 8:4–6; comparar 10:5–6).
• En Israel los altares funcionaban como medios para pecar, no como lugares para promover la adoración (Ose 8:11–9:3; comparar 10:6–8).
• Actos rituales dirigidos al dios equivocado generarían un nuevo exilio porque “Olvidó Israel a su Hacedor” (Ose 8:14; comparar 9:1–6).
Sin embargo la compasión y el amor de Dios sobrepasó a su enojo. Oseas muestra que Yavé buscará a su novia promiscua, la atraerá nuevamente hacia sí, y la llenará de regalos de boda (Ose 2:14–15). Muestra que la novia de Dios, Israel, volverá y olvidará los nombres de otros dioses (Ose 2:16–18).
Oseas advierte que Yavé reforzará los términos del pacto. Los relativamente escasos oráculos de salvación y esperanza de Oseas son escatológicos, hacen referencia a la esperanza sólo después de un severo castigo. Yee sugiere que Oseas puede ser un “innovador religioso, el vocero de una teología monoteísta en surgimiento” (Yee, “Hosea”, 203). Esto depende de si la religión israelita que Oseas condena es una continuación de prácticas antiguas o el abandono de dichas prácticas. También depende de si Oseas llama al pueblo a regresar a la adoración exclusiva a Yavé, o si anuncia esa demanda exclusiva por primera vez.
EL LENGUAJE
El texto hebreo de Oseas ofrece más dificultades que todos los demás libros del Antiguo Testamento salvo Job. Esos dos libros probablemente se dirigían a una audiencia fuera de Judá, y utilizaron dialectos del hebreo diferentes de los demás libros que se dirigían directamente a Judá. Los escribas que copiaron y preservaron el libro de Oseas al principio pueden no haber estado tan familiarizados con los dialectos del norte como lo estaban con la lengua de Judá. Las dificultades especiales aparecen en Oseas Ose 1:6; 4:2, 7–8, 18–19; 5:7; 6:9; 7:12, 16; 8:10, 12–13; 9:2, 6–8, 13; 10:1, 5–6, 11–12; 11:2, 6; 13:15.
El contenido también es difícil de analizar e interpretar porque se trata “aparentemente de una serie de fragmentos” (Garrett, Hosea-Joel, 24). Otras dificultades son:
• El texto con frecuencia es gramaticalmente incorrecto
• El texto es con frecuencia elíptico, es decir, omite palabras
• A menudo el texto contiene alusiones misteriosas
• El texto tiene una lógica paradójica
• El texto emplea palabras poco comunes
LA ESTRUCTURA
En el sur, después de la caída de Israel, Oseas y/o sus seguidores hicieron la selección final de los materiales que se preservarían, y crearon la palabra final de Dios según Oseas. Ose 1:1 (tal vez 2) y 14:1 probablemente pertenecen a los editores finales. Se debate si hubo otras agregados editoriales. Mays atribuye varios versículos a más de un editor (Ose 1:1, 2–6; 2:1; y al menos partes de 1:6; 3:5; 4:15; 5:5b; 6:11a; 10:11b; 11:10; 11:12b; 12:2; 14:1). Wolff sugiere más versículos o partes de los mismos que pueden pertenecer a editores: Ose 1:2–6, 7, 8–9; 2:10b, 18–23; 3:5; 4:5, 9, 15; 5:5; 6:10b, 11; 7:10a; 8:14; 11:10; 12:3; 14:5b entre otros (Wolff, Hosea, xxiii-xxvii).
El Texto Masorético se puede tomar como una unidad para identificar la estructura que revele mejor el propósito del libro canónico. Kruger divide el libro en dos partes desiguales: Ose 1–3 y 4–14. Esto resulta en la siguiente estructura (Kruger, “Hosea: Theology of”, 709–10):
• (Ose 1–3)—Significado del matrimonio del profeta
• (Ose 1:1–9)—Matrimonio constituido, nacimiento y nombres de los hijos
• (Ose 1:10–2:1)—Mensaje de esperanza
• (Ose 2:2–15)—Mala conducta conyugal de Israel y las medidas de Yavé para atraerla nuevamente
• (Ose 2:15–23)—Mensaje de esperanza
• (Ose 3:1–4)—Nueva relación de matrimonio
• (Ose 3:5)—Mensaje de esperanza
• (Ose 4–11)—Pecados morales, políticos y de culto de Israel
• (Ose 4:1–9:9)—Identificación de los pecados
• (Ose 9:10–11:9)—Historia del pecado de Israel y de la fidelidad de Yavé
• (Ose 11:10–11)—Mensaje de esperanza
• (Ose 11:12–14:3)—Historia del pecado de Israel y del amor imperecedero de Yavé
• (Ose 14:4–8)—Mensaje de esperanza
• (Ose 14:9)—Epílogo de sabiduría
Un libro profético refleja una predicación profética y las fuentes que utilizó el profeta para establecer una conexión con su audiencia. Aunque algunas fuentes se pueden preservar sin ser reconocidas en el escrito profético, otras fuentes se pueden reconocer como citas en paráfrasis de otros libros de la Biblia. La crítica que Oseas hace sobre su generación se podría basar enteramente en el Pentateuco (Garrett, Hosea-Joel, 28; Stuart, Hosea, xxxi-xliii). Stuart señala que los profetas se nutrieron en la teología del pacto del Pentateuco mosaico. Stuart identifica 27 categorías de maldiciones del pacto y 10 categorías de bendiciones de restauración. Stuart enumera otros siete elementos que caracterizan la poesía de Oseas (Stuart, Hosea, 9):
1. Infrecuencia de artículos y partículas prosaicas
2. Uso frecuente demaqqeph (trazo corto que une palabras en el sistema masorético e indica que la primera palabra no tiene acento)
3. Vocabulario poco común
4. Pares fijos de palabras
5. Falta de indicadores de sintaxis
6. Estilo semántico lacónico
7. Estructuras altamente retóricas
Mays sostiene que “Oseas no era dado a seguir las estructuras discursivas” (Mays, Hosea, 8). Los géneros típicos y las formas autóctonas del discurso profético son escasos en Oseas. La apertura y el cierre de los oráculos de Oseas no están definidos claramente. La disposición de los oráculos y la ausencia de formas o géneros estrictos hacen difícil determinar los límites de cada oráculo. La aparición frecuente de sinónimos o paralelismos antitéticos ayuda a identificar las unidades poéticas.
Garrett estudió Oseas como una unidad literaria en lugar de buscar las claves formales para los oráculos individuales.
Los géneros familiares en Oseas incluyen los capítulos 1 y 3, que representan biografía y autobiografía (Redditt, Introduction to the Prophets, 215–17). Oseas también utiliza discursos de juicio y profecías de desastre sin la fórmula típica del mensajero “Así dice el Señor” y la reflexión histórica como se ve en el capítulo 11.
LOS TEMAS DE OSEAS
El libro de la esperanza profética. El profeta esperaba que el pueblo centrara su vida en el arrepentimiento y en la búsqueda de Dios. Instaba a Israel a vivir con rectitud con todos y a desarrollar una relación con Dios que se basara en un pacto de amor fiel. Les aconsejaba que buscaran a Dios para que pudiera derramar sobre ellos la justicia como una lluvia (Ose 10:12). En Ose 13:4–5, se le recuerda al pueblo su historia: “Yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí. Yo te conocí en el desierto, en tierra seca” (Ose 13:4–5).
Se alienta a Israel a comenzar a ser aquello que su historia definió que eran—un pueblo totalmente dependiente del único Dios que los había librado—en lugar de intentar reescribir la historia. Oseas apremiaba al pueblo a arrepentirse y a volver a Yavé. Sólo después de haber sido redimidos habría lugar para el canto y las alabanzas (Ose 14:1–3). Cuando Israel sea perdonada habrá una nueva vida, una en la cual ni Asiria ni ningún otro ejército traerá temor y enfermedad (Ose 10:1–3).
El libro de las figuras teológicas. Oseas utiliza figuras para describir adecuadamente a Dios, mayormente imágenes de familia, donde Dios se equipara al esposo profético que trata con una esposa promiscua. Las figuras del capítulo 13 contrastan al esposo compasivo que busca el amor. Incluyen:
• Un león rugiente al asecho, en donde Israel es la presa.
• Un feroz leopardo que merodea por el camino listo para saltar sobre la pecadora Israel.
• Una osa madre fuera de sí decidida a encontrar a su cría perdida y a despedazar a los predadores.
Estas imágenes le muestran a Israel lo que se describe en Ose 13:9: “Voy a destruirte, Israel, y nadie podrá evitarlo” (DHH).
El libro del inagotable amor de Dios. Ose 1:9 anuncia, “Vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios”. Eso muestra que Israel había perdido su condición de pueblo elegido de Dios. Ose 2:3 indica que Dios estaría dispuesto a dejar que su esposa, que simboliza a Israel, muriera de sed; un Dios fiel requiere un pueblo fiel. No obstante, la disolución de la relación de pacto no es el final de Oseas. Dios amaba a su pueblo y se negaba a renunciar a él (Ose 2:23; comparar cap. 11). Aunque Israel siguiera a otros dioses, Yavé no podía renunciar a su amor por Israel (Ose 3:1).
DESARROLLO
El libro tiene dos grandes divisiones, del capítulo 1 al 3, y del 4 al 14. La primera parte contiene una narración simbólica. La segunda, una serie de oráculos.
En los primeros tres capítulos, Dios elabora una parábola con la vida misma del profeta, el cual recibe la orden de casarse con Gomer, una mujer de malas inclinaciones. Nacen tres hijos, que llevan nombres simbólicos: •Jezreel (“… porque yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel”); •Lo-ruhama (no compadecida), porque Dios dice: “no me compadeceré más de la casa de Israel”; y •Lo-ammi (no pueblo mío). Cada uno de estos nombres está relacionado con un juicio de Dios sobre el pueblo. Pero al final, Dios volverá a bendecir a los suyos (“Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar”). Se anuncia la futura unidad del reino de Israel (“… y nombrarán un solo jefe”) (Os. 1:1–11). La infidelidad de Israel es tipificada por Gomer. “Ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal”. Dios va a hacer juicio sobre ella (“… descubriré yo su locura.… Y la castigaré…”). Pero más tarde la perdonará (“… la atraeré … y hablaré a su corazón”). El resultado será un arrepentimiento de Israel (“… me llamarás •Ishi [mi marido, mi hombre] y nunca más me llamarás •Baali [mi señor]). Volverá la comunión con Dios (”… te desposaré conmigo para siempre”) [Os. 2:1–23]). Gomer es adúltera, pero Dios ordena al profeta que la busque. Tras hacerlo, Oseas dice a la mujer que estarían mucho tiempo sin relaciones, lo cual simboliza “los muchos días” que “estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines.… Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios…” (Os. 3:1–3).
El cuarto capítulo habla de la contienda de Dios con Israel, por su infidelidad y corrupción (“Perjurar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen”). Los israelitas habían desechado el conocimiento (“Mi pueblo fue destruido, porque les faltó conocimiento”). Se habían entregado a la idolatría (“Efraín es dado a los ídolos, déjalo”) (Os. 4:1–19).
La acusación de Dios se centra en los líderes (“Sacerdotes, oíd esto … para vosotros es el juicio…”). Luego señala que tanto Israel como Judá “tropezarán en su pecado”. Por lo tanto, el juicio es para ambos (“… yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa de Judá”, hasta que se arrepientan (“En su angustia me buscarán”), diciendo: “Venid, y volvamos a Jehová”. Se insiste en que los israelitas “cual Adán, traspasaron el pacto” (Os. 5:1–15; 6:1–11).
En el reino de Israel impera el robo, la mentira, la borrachera, el adulterio. Los príncipes son los primeros corruptos. Israel actúa como una paloma indecisa, no sabiendo si buscar ayuda de Asiria o de Egipto, las dos potencias al N y al S respectivamente, en vez de buscar al Señor. “¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí” (Os. 7:1–16).
La idolatría es la causa final del mal que vendrá sobre Israel (“Tu becerro, oh Samaria, te hizo alejarte; se encendió mi enojo contra ellos”). Los israelitas han desechado los mandamientos de Dios (“Les escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña”). Se habían olvidado del Señor (“Olvidó, pues, Israel a su Hacedor”), por lo cual vendrá el juicio divino (Os. 8:1–14).
Los israelitas “no quedarán en la tierra de Jehová”. El profeta anuncia: “Vinieron los días del castigo, vinieron los días de la retribución”. Perderán, por tanto, todos sus privilegios (“La gloria de Efraín volará cual ave”). Se anuncia la dispersión (“Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones”) (Os. 9:1–17).
Siguen los oráculos anunciando el exilio. El becerro que fue motivo de tropiezo “será llevado a Asiria”. En su espanto, los israelitas “dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados: Caed sobre nosotros”. El profeta les amonesta: “Es el tiempo de buscar a Jehová”. La destrucción de •Bet-arbel por los asirios (o por los sirios, según algunos eruditos) debe servir de advertencia (“… como destruyó •Salmán a Bet-arbel en el día de la batalla…”) (Os. 10:1–15).
Dios hace memoria del cuidado que había tenido para con Israel (“… yo lo amé.… Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor…”). Pero ahora “el asirio mismo será su rey”. Con todo, Dios no abandonará a Israel completamente (“… porque Dios soy, y no hombre”), por lo cual promete que volverán del exilio (“… y los haré habitar en sus casas”) (Os. 11:1–12).
Se reitera que el pleito de Dios es tanto con Israel como con Judá. Ambos deben arrepentirse (“… vuélvete a tu Dios; guarda misericordia y juicio”). La prosperidad del Reino del Norte le hace olvidarse de Dios, a pesar de que éste le envía constante mensajes (“… he hablado a los profetas, y aumenté la profecía”). En esta porción se cita dos veces a Jacob (“En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano.… Jacob huyó a tierra de Aram…”) (Os. 12:1–14).
Israel, sumido en idolatría, desaparecerá “como el tamo que la tempestad arroja de la era, y como el humo que sale de la chimenea”. Pero Jehová reitera que es su Dios “desde la tierra de Egipto”. Como se olvidaron de él en su abundancia, Dios será para ellos “como león; como un leopardo” que los acecha. Con todo, Dios los redimirá de la muerte (“Oh muerte, yo seré tu muerte”). Pero “Samaria será asolada” (Os. 13:1–16).
Israel debe arrepentirse (“Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído”). Dios promete: “Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia”. Y entonces vendrá la gloria de Israel (“… florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.… florecerán como la vid”). Entonces Israel dirá: “¿Qué más tendré ya con los ídolos?”
El libro termina con un llamamiento a los entendidos y prudentes (“Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos, mas los rebeldes caerán en ellos”) (Os. 14:1–9).
PREGUNTAS DE REPASO
El contexto político
• ¿Apoyó Oseas a alguno de los reyes de Israel?
• Si un rey no era la respuesta a los problemas políticos del norte ¿qué lo era?
• ¿Qué actitud tuvo Oseas hacia Asiria?
• ¿Cómo respondió Oseas a la guerra siro-efraimita?
• ¿Qué opinión tenía Oseas de los reyes davídicos del sur?
• Isa 3:5 ¿Es la expresión del pensamiento de Oseas o de un editor? ¿En qué se basa para decidir?
Preguntas sobre el matrimonio
• ¿Cómo les habla a los intereses de las modernas feministas el uso que hace Oseas de su experiencia de matrimonio?
• ¿Con cuántas mujeres se casó Oseas?
• ¿Reaparece Gomer en el capítulo 3, o se trata de una mujer diferente?
• ¿Qué dice acerca de Dios el mandato de casarse y poner a los hijos nombres tan horribles?
• ¿Es todo el lenguaje simbólico al punto que una esposa prostituta es simplemente Israel que ha seguido a Baal en lugar de a Yavé?
• ¿Qué clase de prostituta resultó ser la esposa?
• ¿Dónde debería ir Oseas para hallar una mujer así para casarse?
Preguntas cronológicas
• ¿Por qué se ubica a un profeta en el norte por enumerar reyes del sur?
• ¿Cuándo comenzó Oseas su ministerio?
• ¿Sobrevivió Oseas la destrucción de Samaria?
• ¿Huyó Oseas hacia el sur, o sus seguidores llevaron sus profecías al sur?
Preguntas religiosas
• ¿Aprobó Oseas alguna adoración en el norte?
• ¿Retuvo la religión del norte los antiguos elementos de la adoración a Yavé—adoración a El, Baal o Asera, árboles sagrados, piedras sagradas, cultos a la fertilidad?
• ¿Representó la condena de Oseas a la religión del norte una nueva manera de entender la religión, o se basaba en los antiguos fundamentos del único Dios Yavé?
• ¿Practicaban los cultos del norte la prostitución sagrada y los ritos de fertilidad, o esas acusaciones provenían de un punto de vista polémico y exagerado?
Preguntas ministeriales
• Las profecías de Oseas ¿comenzaron como proclamas orales o como literatura escrita?
• ¿Qué evidencias apoyan la idea de que Oseas tenía discípulos que reunieron y editaron su obra?
• ¿Qué evidencia habla en contra de que pudiera haber tenido discípulos?
• ¿Oseas ministró personalmente en Judá?
• Las referencias a Judá en el libro de Oseas ¿se deben quitar como obra de editores posteriores?
• ¿Como recibirían en el sur a Oseas y a su mensaje?
• ¿Cómo se convirtió en parte del canon del sur el mensaje de un predicador del norte?
• Los mensajes de salvación y liberación ¿son obra de Oseas o de editores posteriores?
• El uso de la tercera persona en el capítulo 1 ¿indica una inserción editorial más que las palabras originales de Oseas?