BAJO EL MISMO SOL
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Transcript
Propósito del sermón. Por la gracia de Dios, guiar a mi audiencia a una apreciación mas alta de la justicia de Dios de modo que sirva para advertencia e impulso a confiar en Cristo para quienes les espera el juicio, como que también sirva de consuelo e instrucción para aquellos que confiando en Cristo le han buscado agradar.
Objetivos
Que mi audiencia conozca el significado del texto bíblico en su contexto histórico, literario y redentor
Que mi audiencia crezca en su apreciación de la justicia de Dios
Que mi audiencia sea advertida y alentada a confiar en Cristo, en caso de que la justicia de Dios implique su condenación, o que sea consolada e instruida en caso de que la justicia de Dios implique su salvación.
Introducción
Lectura de
EL MISMO SOL QUE PARA UNOS ES ABRASADOR PARA OTROS ES CONFORTABLE
Podemos pensar en un sol de mediodía, en una tierra de cultivos donde ha pasado mucho tiempo sin llover. Las hojas de los sembradíos estan secas, el sol se siente abrasador y los rayos del sol pasan a reflejarse en un objeto que a su vez concentra su calor sobre una de las hojas del sembradío como si fuese una lupa. No pasa mucho tiempo cuando esa hoja se enciende y al paso de unos cuantos minutos todo aquél sembradío pasa a estar en llamas.
Podemos ahora imaginar otra escena, de madrugada en un corral donde tienen encerrados a unos becerritos. Hace días que no han salido a comer, el lugar está oscuro y maloliente. De pronto se acerca el ranchero a la puerta del corral, los animalitos estan debilitados y entumidos empiezan a emocionarse, y tan pronto el hombre abre la puerta los animales salen uno por uno brincando de emoción mientras comienza a salir el sol de un nuevo día que les va iluminando el lugar donde se encuentra su comida y su bebida.
EL MISMO SOL QUE PARA UNOS ES ABRASADOR PARA OTROS ES CONFORTABLE
Así también Cristo, como el Juez de vivos y muertos, será para unos motivo de espanto y para otros motivo de consuelo.
Contexto
El libro de Malaquías concluye con esta sección (4:1-6) la cual mantiene estrecha relación con la forma en que también otros profetas concluyeron la profecía escrita. Es común observar en el mensaje de los profetas un señalamiento de pecado, una advertencia de juicio y un mensaje de esperanza. Malaquías no es la excepción.
A través del mensaje de este profeta hemos entendido la causa mas probable de la decadencia espiritual de la nación, ésta fue la manera en cómo vieron la paciencia de Dios con los paganos al prosperarlos mientras que vieron el trato de Dios hacia ellos como injusto.
Fue esa perspectiva originada de un corazón soberbio lo que los llevo a la irreverencia ante Dios, palabras duras contra Él, indiferencia y descuido de la religión.
Por lo general, estos son sintomas de una persona decepcionada, especialmente si el aprecio y la expectativa que existía era demasiado alta. Algunas veces las personas dentro de las iglesias llegan a atravesar un momento de decepción hacia el pastor, su familia, alguno de los líderes de ministerios o simplemente hacia toda la iglesia. Esa persona siente tal amargura que la derrama con todos, sus palabras son duras, su servicio está lejos de la excelencia y su conducta es pecaminosa. En ultima estancia estas personas no estan decepcionadas mas que con Dios y eso les lleva a distanciarse de Él.
Mis amados, la decepción es muy peligrosa. Llega a ser una forma muy sutil de orgullo que enfoca el problema en los demás antes que en nosotros mismos. Usted dígale a una persona decepcionada que necesita arrepentirse y responderá de la misma manera en que el pueblo de Israel le respondía a Dios –¿de qué necesito arrepentirme? yo no soy el que estoy mal, yo soy la persona defraudada.
Jamás he visto a una persona decepcionada que se convierta en una persona mas santa y dedicada, entonces debemos entender que sentirnos decepcionados es un camino que nos lleva al distanciamiento de Dios, la iglesia y toda buena obra que contribuye al reino.
La sorpresa para los decepcionados es que en el día del juicio no existirá ninguna excusa que se podrá presentar frente a Dios para haberse rehusado a obedecer mandatos como congregarse, servir, amar, perdonar y ayudar a otros.
Así mismo, los que abiertamente rechazan arrepentirse de sus pecados y no reciben la provisión de salvación de Dios para salvación pasarán por un juicio de condenación.
Debemos
Pero mientras tanto eso no ocurre, este mensaje se da como una advertencia, como un llamado urgente para llamar a las personas al arrepentimiento y la confianza en el Señor y Salvador Jesucristo.
Previamente he expresado la ilustración del sol, hoy quiero dividir el mensaje en los dos efectos del sol sobre las dos distintas clases de personas.
EL SOL ARDIENTE
EL SOL ARDIENTE
1 Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.
3 Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Sería sádico de mi parte exponer esta porción de las Escrituras sin llevar una carga pesada en mi corazón. Mientras medito en esas palabras también mi corazón se conmueve dentro de mi al reconocer la gran misericordia de Dios para salvarme de una condenación eterna gracias a la vida y muerte de Jesucristo. Pero también mi corazón se conmueve al reconocer que hay personas que fueron muy cercanas a mi y muy queridas que ya estan sufriendo los tormentos del infierno y otras tantas personas cercanas y queridas, que de no arrepentirse y creer en Cristo serán también objeto de la condenación eterna.
Sería sádico de mi parte exponer esta porción de las Escrituras sin llevar una carga pesada en mi corazón. Mientras medito en esas palabras también mi corazón se conmueve dentro de mi al reconocer la gran misericordia de Dios para salvarme de una condenación eterna gracias a la vida y muerte de Jesucristo. Pero también mi corazón se conmueve al reconocer que hay personas que fueron muy cercanas a mi y muy queridas que ya estan sufriendo los tormentos del infierno y otras tantas personas cercanas y queridas, que de no arrepentirse y creer en Cristo serán también objeto de la condenación eterna.
De modo que no pretendo decir estas palabras con presunción de que por alguna buena obra en mí yo esté libre del juicio, sino por la pura gracia de Dios. Tampoco pretendo ser cruel con usted si aun permanece desobediente al deber de arrepentirse y creer en Cristo, en lugar de ello espero que mis palabras sirvan como un ruego o si usted lo prefiere como un grito desesperado de alguien que le grita a otro que va dormido en su carro a punto de lanzarse a un barranco sin fondo.
La descripción de la imagen que da este versículo no me permite ser indiferente al sufrimiento ajeno.
Primeramente se describe el día del juicio como un horno ardiente. Entendemos que un horno es un lugar calentado intensamente con fuego. Aquí no hemos de pensar en una clase de horno como el que se usa para preparar el pan sino a la clase de horno que era usado para castigar con muerte a los que se rebelaban. Este fue el caso con el emperador Nabucodonosor, quien airado contra Sadrac, Mesac y Abed Nego ordenó que el horno fuese calentado siete veces mas de lo acostumbrado porque estos hombres se habían negado adorar su estatua. De este evento se nos dice...
20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo.
21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo.
22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego.
Daniel 3.20-21
El horno estaba tan caliente que las llamas que salían de ese lugar podían quemar a una persona a una distancia considerable.
La imagen de juicio con fuego es común en las Escrituras. Juan el bautista, precursor de Cristo anunció que el bautizará con fuego.
11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Aquí el fuego ha de tomarse como un acto de juicio.
En los días de Jesús existía un basurero que constantemente ardía porque ahí se acumulaba toda la basura de Jerusalén. En ese lugar no solo había objetos sino también cadaveres de personas que por no tener una sepultura, o al ser crucificados eran lanzados ahí para que el fuego los consumiera. Este lugar era el Geheena, el cual era el valle de Hinon.
Jesús asoció ese basurero como una ilustración adecuada para hablar del sufrimiento eterno.
28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
La verdad es que nadie a regresado del infierno para contarnos como es, porque ese es un lugar sin salida. La única fuente que tenemos para conocer lo que ahí se experimenta es lo que Dios mismo nos dice, por cuanto es Dios mismo quien inflinge el insoportable dolor que las criaturas sufren en ese lugar.
Jesús contó la historia (lo mas seguro es que sea una parábola) de un hombre que durante su vida vivió placidamente en comodidades, soberbio y orgulloso, desinteresado en mostrar misericordia a un pobre mendigo llamado Lázaro. Tal hombre en la parábola, después de muerto, fue objeto del castigo eterno, y en ese lugar nos cuenta el Señor...
23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.
26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
Hay personas que se consuelan con el pensamiento de que no existe cosa alguna como tormento eterno sino que Dios aniquilará el alma de las personas, es decir, que simplemente dejarán de existir. El problema con eso es que no le hace justicia a textos bíblicos que describen un sufrimiento interminable.
43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado,
48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
24 Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre.
41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Mateo
10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Originalmente el infierno fue un lugar diseñado para el diablo y sus ángeles, pero debido a la rebelión del hombre y su obstinado pecado éste también es objeto de la misma condenación.
Nuestro pasaje en Malaquías ilustra que no hay esperanza alguna bajo esa condenación. Un árbol que ha perdido sus hojas aun puede volver a crecer, un árbol que ha sido cortado pero tiene su raíz, aun puede crecer, pero el juicio de Dios conlleva arrancar por completo el árbol de raíz.
El hacha de Dios ya está puesta en la raíz y de no existir arrepentimiento y fe en Cristo esa hacha golpeará la raíz hasta derribar completamente el árbol sin remedio para ser trasplando y sin rama para ser injertado, sino que su tronco será usado para el fuego.
¡MIREMOS CUAN SERÍA ES LA ADVERTENCIA!
SE TRATA DE LA IRA DE UN DIOS PERFECTAMENTE SANTO Y JUSTO QUE NO TIENE POR INOCENTE AL CULPABLE. EL INFIERNO ES EL CASTIGO PERFECTAMENTE JUSTO Y PROPORCIONAL A LA OFENSA HECHA CONTRA DIOS. PARA ALGUNOS QUE ESTAN AQUÍ CON UNA VIDA DECENTE Y EDUCADA PERO SIN ARREPENTIMIENTO Y FE EN JESUCRISTO HABRÁ UNA CONDENACIÓN MAYOR QUE LA DEL ABORIGEN QUE SACRIFICÓ A SUS HIJOS FRENTE A UN ÍDOLO.
No me preocupa ofenderle ni sonar demasiado alarmista si al decir esto podré de alguna manera hacer despertar a alguno para no ir a ese lugar de ruina y miseria.
El hombre que ve una casa incendiandose y una familia dentro, se olvida de los formalismos y las palabras educadas si de alguna manera con sus gritos y sus palabras logra hacer despertar aquella familia que duerme sin darse cuenta que estan a punto de quedar atrapada en el fuego sin salida.
Así llamo su atención a escapar de ese juicio y refugiarse en el lugar que Dios ha provisto para que los pecadores sean librados de las llamas devoradoras. Ese lugar donde el Juez se convierte en el Abogado defensor, donde el que condena es el que salva, donde el que castiga ahora consuela… porque...
EL MISMO SOL QUE PARA UNOS ES ABRASADOR PARA OTROS ES CONFORTABLE
EL SOL NACIENTE
EL SOL NACIENTE
1 Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.
2 Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
3 Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
4 Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.
2 Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
3 Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Para los judíos estos versículos llegaban a significar el día en que Dios haría justicia salvandolos de sus enemigos. Sin embargo, el Nuevo Testamento ha arrojado mas luz sobre este texto ayudándonos a ver que el Sol de justicia no es otro que Jesucristo.
Es Jesucristo por medio de quien Dios declara a los pecadores judicialmente justos delante de Él.
Una hermana muy querida contaba la historia de un grupo de personas que estando en el campo vieron un terrible incendio dirigirse hacia ellos. Este grupo corrió tanto como pudo hasta llegar a una de las partes que el fuego ya había consumido. Como ya no tenían aliento para seguir corriendo se detuvieron ahí esperando lo peor. El fuego que avanzaba ferozmente se detuvo de forma instantanea delante de ellos porque el fuego no podía continuar en el lugar que ya estaba quemado. Ese grupo de personas estaba seguro en ese lugar porque el fuego ya había pasado por ahí.
De la misma manera, aquellos que estan en Cristo no deben temer del juicio de Dios porque los tormentos que nos tocaba sufrir, los sufrió nuestro Salvador y por su herida fuimos nosotros sanados.
De ahí que la manifestación de Jesucristo no es motivo de espanto sino nuestra gloriosa esperanza, es la consumación de nuestra salvación, seremos completamente despojados de toda corrupción y consecuencia del pecado y revestidos con una santidad y justicias perfectas, con ropas limpias y resplandecientes (con brillo) de manera que seamos un reflejo de la santidad de Jesucristo.
Entre tanto que eso ocurra, el pueblo recibió en aquél entonces instrucciones finales que cierran la revelación del Antiguo Testamento.
4 Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
5 He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
6 El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.
El pueblo debía observar la ley con especial atención ¿por qué? Porque la ley, aunque no salva si nos muestra el pecado para que en el reconocimiento de nuestro pecado volteemos la mirada al Salvador.
24 Así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe.
Vemos entonces que Dios le dejó al pueblo la instrucción de estar atentos a la ley de Moisés para que cuando Cristo viniese, ellos estuvieran preparados para buscarle como el Salvador de sus pecados y no como el sanador de sus enfermedades.
Juan el bautista, quien fungió su ministerio con el poder de Elías guió a los pecadores al arrepentimiento y después les señaló su camino cuando dijo
29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Pero aún vendrá el tiempo en que alguien mas vendrá a predicar y por la misericordia de Dios habrá un gran avivamiento mundial por medio del cual muchas familias sean restauradas a la comunión con Dios y debido a ello no vendrá la destrucción total sobre la tierra.
Así concluye Malaquías, dejando a las personas con la expectativa del que había de venir...
Conclusión
Puede parecernos injusto el castigo de Dios sobre algunas personas, sin embargo, la única razón para que se pudiera considerar su trato como algo injusto es que los hombres nunca hayan pecado y aún así sean objetos de la ira de Dios, pero ese no es el caso.
Puede parecernos entonces que el castigo de Dios es desproporcionado a la ofensa, sin embargo, la única razón para que se pudiera considerar desproporcionado es si la ofensa hubiese sido pequeña en contra de una persona con poca dignidad, pero este no es el caso. El pecado es una rebelión contra el Soberano de todo el Universo y por ello es una ofensa grave que amérita un castigo infinito.
No veo que “pero” le podemos poner al Señor para arrepentirnos de nuestro pecado, confiar en Cristo y rendir nuestras vidas a Él. No solo hay esperanza en Cristo sino que andar en sus caminos son una bienaventuranza, una dicha y para toda dificultad Él provee la fortaleza y la salida.
Usted ha ofendido a Dios y a menos que se reconcilie con Él a través del mediador que Él mismo ha provisto (Jesucristo) usted está sujeto en cualquier momento a la condenación que he descrito en este mensaje. Vaya a Cristo, haga las paces con Dios por medio de Él.
7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Para cuantos ya gozan de la esperanza bienaventurada, mantengamos siempre viva la esperanza gloriosa de que en cualquier momento saldrá el sol para nosotros, el Sol de Justicia trayendo en sus rayos salvación.