Dominio Propio (2)
Physical and emotional self-mastery, particularly in situations of intense provocation or temptation.
DOMINIO PROPIO Virtud que permite el control de las pasiones, especialmente los apetitos sensuales (2 P. 1:4–8). El término “templanza” se usa para traducir el griego enkrateia, que significa ser dueño de sí mismo (Tit. 1:8; 2:2). El d. p. es fruto del Espíritu Santo en los creyentes (Gá. 5:23). Pablo predicó a •Félix “acerca de la justicia, del d. p. y del juicio venidero”, lo cual espantó al gobernador romano (Hch. 24:25). La palabra “abstenerse” se relaciona con el d. p. Así, “todo aquel que lucha, de todo se abstiene” (1 Co. 9:25), especialmente “de los deseos carnales que batallan contra el alma” (1 P. 2:11). Hay que abstenerse “de toda especie de mal” (1 Ts. 5:22).
Las Escrituras alaban a los que pueden controlar su ira, porque “mejor es … el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad” (Pr. 16:32). Por lo cual se nos anima a no permitir que la ira dure demasiado tiempo (Ef. 4:26). Incluso hay que velar y no dejarse dominar por nada, aunque sean cosas legítimas (1 Co. 6:12). De igual manera, hay que ejercer d. p. en el uso de la lengua (Stg. 3:1–10).