Un hombre que cuida a su familia.
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Leer Eze 22:23-30
Hemos estado enfocandonos en las características de la clase de hombres que Dios busca para que se paren firmes en la brecha, el camino, para que intercedan a favor de la tierra para que Dios no la destruya.
Hemos visto que busca hombres de integridad y llenos del Espíritu (¡No puedes vivir con integridad si no te dejas controlar por el Espíritu!), pero hay otra característica muy importante del hombre que Dios busca: debe ser un hombre que cuida a su familia.
Provee cuidado físico.
Provee cuidado físico.
Pero si alguno no provee para los suyos, y especialmente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
Proveyendo para sus necesidades básicas.
Proveyendo para sus necesidades básicas.
Desde que el hombre pecó, Dios puso, sobre el hombre no sobre la mujer, la responsabilidad de proveer para las necesidades básicas del hogar:
Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”, maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Gen 3:17-19
Aunque este mundo diga lo contrario y trate de hacernos creer que es de los dos, la Biblia dice que es del hombre. A la mujer se le han dado sus responsabilidades: tener y criar a los hijos.
Y si la responsabilidad debe ser compartida, como dicen, ¿Por qué el hombre no comparte el doloroso proceso de dar a luz?
Ahora, ¿Cuales son las necesidades básicas? ¿Que el niño tenga un celular? ¿Que vaya a escuela privada? ¿Que tenga las zapatillas (tennis) de $200? ¡No!
Necesidades básicas son alimento, vestido, techo, y educación mientras sean menores. Dios busca hombres que estén dispuestos a “romperse el lomo” para llenar esas necesidades de sus amados.
Proveyendo protección.
Proveyendo protección.
Un hombre que cuida a su familia, no solamente provee lo material sino también la protección que ellos necesitan.
Protección de enemigos, de ataques injustificados, y de malas compañías.
Dios quiere que tu familia se sienta segura y protegida contigo. Ellos deben saber que tienen un león que los protege.
Un hombre cuya mujer no tenga temor de que ya va a llegar el monstruo a casa. ¡Un protector!
Prodiga cuidado espiritual.
Prodiga cuidado espiritual.
Prodigar va más allá que proveer. Proveer se limita a llenar la necesidad mientras que prodigar es dar abundantemente o generosamente. Por lo tanto, en el cuidado espiritual de la familia debemos darlo en abundancia.
El hombre que Dios busca es aquel que en todo momento recuerda que él es el sacerdote de su hogar y que lleva a cabo las funciones propias de un sacerdote, las cuales son la intercesión y la enseñanza.
Intercediendo por ellos.
Intercediendo por ellos.
Todos los miembros de nuestra familia necesitan oración porque todos están expuestos a las tentaciones del diablo. Como padres debemos aprender del ejemplo que nos da Job intercediendo por sus hijos:
Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba por ellos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre.
Job 1:5
De acuerdo a lo que dice la Palabra en , ¿Para qué buscaba Dios a ese hombre? ¡Para que intercediera por la tierra! Si ese tipo de hombre es el que Dios busca, no creo que vaya a escoger a alguien que ni siquiera intercede por su familia. Si no le importan los cercanos, no le importarán los lejanos.
Ora por tu esposa, por tus hijos, por tus hermanos, y por tus padres. Ora por sus necesidades materiales, pero principalmente por su vida espiritual.
Enseñándoles la Palabra.
Enseñándoles la Palabra.
La responsabilidad principal de enseñar la Palabra a tu familia no es del gobierno,, ni de la iglesia, ni del pastor, ni de los maestros sino del sacerdote de la familia, el padre.
Es a los padres que Dios da ese encargo en Deu 6:6-9
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.
Deu 6:6-9
En los tiempos de Nehemías, aunque el era el gobernador, no le enseñó la Palabra al pueblo. Nehemías dejó que lo hiciera Esdras porque Esdras era el sacerdote:
En los tiempos de Nehemías, aunque el era el gobernador, no le enseñó la Palabra al pueblo. Nehemías dejó que lo hiciera Esdras porque Esdras era el sacerdote:
Entonces el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la asamblea de hombres y mujeres y de todos los que podían entender lo que oían. Era el primer día del mes séptimo. Y leyó en el libro frente a la plaza que estaba delante de la puerta de las Aguas, desde el amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de los que podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.
Neh 8:2-3
¡No tienes que ser maestro o teólogo para enseñar la Palabra a tu familia! Simplemente enseñales lo que Dios te enseña a ti.
Les da el ejemplo.
Les da el ejemplo.
De temor a Dios.
De temor a Dios.
Si el pueblo estaba a punto de ser destruido era porque no tenían temor de Dios. Como muchos, decían tenerlo pero sus acciones demostraban lo contrario. Adoraban imágenes y les importaba poco lo que Dios decía, “¡Ah, pero ellos temían a Dios!” ¿Has conocido personas así?
Temer a Dios no es algo de labios sino de acción; temer a Dios es aborrecer lo que Dios aborrece. Así lo dice Proverbios:
El temor del Señor es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo aborrezco.
Pro 8:13
¿Temes a Dios? ¿Cómo andas en esas áreas? ¿Cómo anda tu boquita? ¿Cómo anda tu corazón?
Tus hijos y esposa necesitan ver a un hombre que teme a Dios para así poder imitarle. ¿Puede ver tu familia que temes a Dios?
De amor y respeto al prójimo.
De amor y respeto al prójimo.
Respeto y amor al prójimo e lo que menos había en los días de Ezequiel. Esos versos de Ezequiel nos hace ver que tanto profetas como sacerdotes, políticos, y la gente en general abusaban de otros. Cada uno, en su área respectiva, se aprovechaba de otros. El profeta, usando la religión, robaba a las almas y la viudas; y predicaba lo que no era palabra de Dios. Los principes, o políticos, derramando sangre y destruyendo vidas. La gente, en general, haciendo violencia, robando, y oprimiendo al pobre.
No podemos decir que tememos o amamos a Dios si no amamos y respetamos al prójimo. Los dos grandes mandamientos no se pueden separar...
Si no amamos al prójimo al cual vemos, ¿como podremos decir que amamos a un Dios que no vemos?
¿Cuál es el ejemplo de amor y respeto que das a tu familia? ¿Te escuchan hablando mal de otros? ¿Te ven ayudando al necesitado? ¿Te ven tratando bien a otros? ¿A tu esposa?
Dios no busca hombres perfectos, pero busca hombres de integridad, llenos del Espíritu, y que sepan cuidar a su familia.