Clase: ¿Espíritu de Dios o del anticristo?

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Caracteristicas de los anticristos y falos maestros

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INTRODUCCIÓN

La crisis de violencia en el Estado de Chihuahua.

Asesinatos.
Desconcierto de las autoridades.
Muerte de varios policías a lo largo del estado.
Detención de personas que se hacen pasar por autoridades.
Aplicación del los exámenes de confianza.
Muchos pueden pasarlo, y anualmente se realiza, lo que lleva a casos que pasaron uno, dos o tres años, y luego no.
Si no son aprobados ya no pueden continuar laborando.

La crisis en la iglesia

El daño mas grande proviene de la misma iglesia.
Las enseñanzas de afuera de la iglesia, no han sido tan dañinas como las que han surgido de adentro.
Algunos podríamos anhelar un examen, un instrumento que nos ayude a determinar el nivel de “hereje” que somos.
Imagínate: Antes de ir a una iglesia, poder consultar el examen de aquellos que enseñan, o predican constantemente en esa iglesia, y poder encontrar una calificación que diga: Nivel de herejía 3%. Nivel de herejía 60% ¡Uy creo que correríamos de ahí!
Sin embargo no existe un aparato como tal, sino que Dios nos ha dejado algunas reglas a seguir y lo ha hecho para que podamos estar alertas con el fin de apartarnos de todo eso que no es de Dios y no es de edificación para nosotros.
Cómo en la policía, hay dentro de la iglesia—y no me refiero a la iglesia nuestra, sino a la iglesia en general—maestros, pastores, predicadores, que son intrusos y que han infiltrado enseñanzas que no provienen de Dios.

DESARROLLO

Leamos y prestemos atención a los detalles.

Receptores: ¿A quien habla Juan específicamente?

¿Quienes son los amados según el contexto?
En base al adjetivo que que se les aplica a los receptores ¿Cuál crees que sea la motivación del autor a escribir esta parte de la carta?
El amor que el apóstol sentía hacia ellos. Su amor lo motivaba a advertirles sobre un peligro en particular.

La advertencia: ¿Sobre qué advierte Juan a los Amados?

Tener una fuerte confianza o dependencia de algo o de alguien. En este caso Juan se refiere a los “todo espíritu”.
La mención del Espíritu de Dios lleva a Juan a tratar de los «espíritus» (con minúscula). El vocablo «espíritu», en este contexto, significa el influjo sobrenatural que mueve a los hombres a pensar y obrar de una forma determinada: mala (influjo demoníaco) o buena (influjo divino). Dice Rodríguez-Molero: «Los espíritus que Juan aconseja examinar no son ni los ángeles, ni los demonios, ni ninguna otra potencia sobrehumana; son simplemente los hombres en cuanto inspirados por Dios o por el demonio».
Los cristianos falsos de la época de Juan utilizaban dos palabras especiales para describir su experiencia: “conocimiento” y “unción”. Decían tener una unción especial de parte de Dios que les daba un conocimiento particular. Eran “iluminados” y, en consecuencia, vivían en un nivel mucho más elevado que cualquier otra persona. ¡Pero Juan señala que todos los creyentes verdaderos conocen a Dios y han recibido el Espíritu de Dios! Y por el hecho de que han creído la verdad, cuando se enfrentan con una mentira, la reconocen.(Wiersbe, W. W. (1994). Genuinos en Cristo: Estudio Expositivo de la Primera Epístola de Juan (p. 82). Sebring, FL: Editorial Bautista Independiente).

Los cristianos falsos de la época de Juan utilizaban dos palabras especiales para describir su experiencia: “conocimiento” y “unción”. Decían tener una unción especial de parte de Dios que les daba un conocimiento particular. Eran “iluminados” y, en consecuencia, vivían en un nivel mucho más elevado que cualquier otra persona. ¡Pero Juan señala que todos los creyentes verdaderos conocen a Dios y han recibido el Espíritu de Dios! Y por el hecho de que han creído la verdad, cuando se enfrentan con una mentira, la reconocen.

La Instrucción: No solo Juan advierte, sino que da una instrucción ¿Cuál es?

“Prueben los espíritus si son de Dios”.
Examinar, poner a prueba, juzgar, probar. (Tuggy, A. E. (2003). Lexico griego-español del Nuevo Testamento (p. 244). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano)

La mención del Espíritu de Dios lleva a Juan a tratar de los «espíritus» (con minúscula). El vocablo «espíritu», en este contexto, significa el influjo sobrenatural que mueve a los hombres a pensar y obrar de una forma determinada: mala (influjo demoníaco) o buena (influjo divino). Dice Rodríguez-Molero: «Los espíritus que Juan aconseja examinar no son ni los ángeles, ni los demonios, ni ninguna otra potencia sobrehumana; son simplemente los hombres en cuanto inspirados por Dios o por el demonio».

Examinar, poner a prueba, juzgar, probar. (Tuggy, A. E. (2003). Lexico griego-español del Nuevo Testamento (p. 244). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano)

La mención del Espíritu de Dios lleva a Juan a tratar de los «espíritus» (con minúscula). El vocablo «espíritu», en este contexto, significa el influjo sobrenatural que mueve a los hombres a pensar y obrar de una forma determinada: mala (influjo demoníaco) o buena (influjo divino). Dice Rodríguez-Molero: «Los espíritus que Juan aconseja examinar no son ni los ángeles, ni los demonios, ni ninguna otra potencia sobrehumana; son simplemente los hombres en cuanto inspirados por Dios o por el demonio».

Tuggy, A. E. (2003). Lexico griego-español del Nuevo Testamento (p. 244). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
Mirar críticamente y minuciosamente. Ej. El joyero, quien recibe algo cuando va a ser empeñado. El fin de hacerlo es comprobar su veracidad. Utilizar una cosa o ponerla a prueba para verificar su eficacia, saber cómo funciona o qué resultado produce (Cayuela, N. L. (Ed.). (1997). Diccionario general de la lengua española Vox. Barcelona: VOX).
Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 1892). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
Cayuela, N. L. (Ed.). (1997). Diccionario general de la lengua española Vox. Barcelona: VOX.
¿Que es lo que debemos de ver?
Si son de Dios. Es decir, si tienen la cualidad de ser de Dios.
Con la ternura va la urgencia a tener cuidado. Aquí es para que no crean, sin el debido discernimiento, a cualquier espíritu. No les urge a examinar la calidad de la doctrina, sino el origen. Hay que poner a prueba (gr. dokimázete, el conocido verbo tan frecuente en los escritos de Pablo, pero única vez que sale de la pluma de Juan) a los espíritus (comp. con ), para ver si proceden de Dios. (Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 1892). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE)
Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 1892). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.

La Razón: ¿Quien ha salido por el mundo?

¿Cómo definirías a un falso profeta?
Wiersbe, W. W. (1994). Genuinos en Cristo: Estudio Expositivo de la Primera Epístola de Juan (p. 82). Sebring, FL: Editorial Bautista Independiente.
Persona que deliberadamente engaña y que pretende ser un profeta. En el capítulo 2 ya ha hecho referencia a los falos profetas. Los llama seudoprofetas, esto es, profetas falsos, pero que se hacían pasar por verdaderos, como si hablasen directamente de parte de Dios, de quien aseguraban haber recibido una iluminación superior a la que poseían los simples fieles. Para poner de relieve el peligro que se cierne sobre las comunidades cristianas, dice que son muchos (Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 1892). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLI).
Finalmente, hace notar que han salido al mundo, como si, después de entrenarse bien en sus tenebrosos cubiles, se hubiesen lanzado ahora a la luz pública; «en propaganda descarada», dice Rodríguez-Molero. La admonición de Juan tiene una especial relevancia en nuestros días, cuando las sectas que pretenden tener el monopolio de la verdad son tantas, y muchas de ellas se revisten con ropaje «cristiano» (Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 1892). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE).
Finalmente, hace notar que han salido al mundo, como si, después de entrenarse bien en sus tenebrosos cubiles, se hubiesen lanzado ahora a la luz pública; «en propaganda descarada», dice Rodríguez-Molero. La admonición de Juan tiene una especial relevancia en nuestros días, cuando las sectas que pretenden tener el monopolio de la verdad son tantas, y muchas de ellas se revisten con ropaje «cristiano».
Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 1892). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
Jesús también advirtió sobre los falsos maestros, falsos profetas, etc. ; ; ; ;
Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p. 1892). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.

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Conocer al Espíritu de Dios nos da discernimiento

¿Quién es Jesucristo? ¿Es Cristo meramente “un Ejemplo”, “un buen Hombre”, “un maravilloso Maestro”, o es Dios manifestado en carne?
Los falsos maestros a menudo dirán: “Nosotros adoramos al Padre. Creemos en Dios el Padre, aunque no estamos de acuerdo contigo en cuanto a Jesucristo”.
Pero negar al Hijo significa negar también al Padre. No puedes separar al Padre del Hijo, puesto que ambos son un Dios. Jesús dice: “Yo y el Padre uno somos” (). También deja claro el hecho de que los verdaderos creyentes honran a ambos, al Padre y al Hijo: “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió” (). Si tú dices que “adoras a un Dios”, pero dejas fuera de tu adoración a Jesucristo, no estás adorando como un creyente verdadero.
Conozco a muchos creyentes que cree que para tener un discernimiento y ser protegidos del error tienen que conocer todas las corrientes doctrinales y religiones que hay ahorita, pero no es así.
El ciego que no pudo ser estafado con billetes falsos
Wiersbe, W. W. (1994). Genuinos en Cristo: Estudio Expositivo de la Primera Epístola de Juan (p. 84). Sebring, FL: Editorial Bautista Independiente.

Entonces ¿Que debemos de conocer del Espíritu de Dios?

“Todo espíritu que confiesa que Jesús ha venido en carne, es de Dios”.
Aquí el apóstol establece la única regla fija que nos puede ayudar a reconocer a quienes no proceden de Dios. El que pretende ser enviado por el Altísimo, debe aceptar que Jesucristo, el Hijo de Dios, se encarnó para salvación de muchos (Collins, A. (1995). Estudios Bı́blicos ELA: Comunión sublime (1ra Juan) (p. 56). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.).
Decir que Jesucristo vino «en carne» es decir que él estaba verdaderamente unido con la carne humana y no que él entró en un cuerpo humano y habitó en él (posiblemente sólo durante un período limitado). Sin duda debemos entender «ha venido» como un verbo que implica que Jesús vino de Dios. Se presupone la pre-existencia de Jesucristo antes de la encarnación. Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (p. 203). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.

Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3

Es posible que los opositores de Juan hayan pensado que podían confesar a Jesús como Señor, pero sin aceptar el hecho de que él era el Verbo encarnado, y por tanto Juan haya tenido que enfatizar que la confesión debía hacerse en esta forma. Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (p. 204). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.

Si el Espíritu de Dios confiesa que Jesús ha venido en carne ¿Qué hacen los que no son de Dios?

Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (p. 203). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
"... no confiesa que Jesucristo ha venido en carne”
Collins, A. (1995). Estudios Bı́blicos ELA: Comunión sublime (1ra Juan) (p. 56). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.
Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (p. 204). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.

3y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.

Por lo tanto: “no es de Dios” Si no es de Dios ¿De quién es?
Si no es de Dios ¿De quién es?
“este es el espíritu del anticristo”.
Luego de dar evidencia positiva de que el espíritu de un hombre está inspirado por el Espíritu de Dios, Juan se ocupa de lo opuesto. Una persona que no reconoce a Jesús no es de Dios. La forma abreviada de la confesión «[Yo reconozco] a Jesús» indica que lo que está en juego es la lealtad personal a Jesús. Pero la lealtad implica estar dispuesto a hacer la confesión más completa que se encuentra en el versículo 2, la cual indica claramente quién es el Jesús en quien una persona pone su confianza. Si una persona afirma que cree en Jesús, es justo preguntarle: «¿Es su Jesús el Jesús verdadero?» Porque es muy fácil formarnos una imagen de Jesús de acuerdo con nuestros gustos pero que pase por alto aspectos vitales de la presentación que el Nuevo Testamento hace de él. Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (pp. 204–205). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
Lo que Jesús es para otros
Hinduismo. "El hindú practicante, ya sea de origen asiático u occidental, siempre va a tener un respeto hacia la figura de Jesús como un maestro, un ser iluminado".
"El hindú practicante, ya sea de origen asiático u occidental, siempre va a tener un respeto hacia la figura de Jesús como un maestro, un ser iluminado".
Budismo. "Para muchos budistas, Jesús fue un ser iluminado, un gran maestro. Yo siento a Jesús más cerca por su humanidad; no lo veo como un dios. Su mensaje de amor me acerca a él, pero si lo veo como un dios, su figura se hace tan lejana que jamás lo podré imitar", le dijo a BBC Mundo, José Castelao, reverendo Toan Sunim del templo Zen de la Ciudad de México.
"Para muchos budistas, Jesús fue un ser iluminado, un gran maestro. Yo siento a Jesús más cerca por su humanidad; no lo veo como un dios. Su mensaje de amor me acerca a él, pero si lo veo como un dios, su figura se hace tan lejana que jamás lo podré imitar", le dijo a BBC Mundo, José Castelao, reverendo Toan Sunim del templo Zen de la Ciudad de México.
Judaísmo. En el Judaísmo, Jesús no es considerado el Mesías porque las expectativas que planteaban los profetas para la llegada del Mesías no se vieron realizadas, según le explicó a BBC Mundo, Gustavo Kraselnik, vocero de la Congregación Kol Shearith Israel de Panamá.
Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (pp. 204–205). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
Islam. En el Islam, Jesús (Isa en árabe) es considerado -como Abraham, Moisés, Mahoma- uno de los más grandes profetas de la humanidad. "Jesús, la paz esté con él, fue el hijo de María y no de Dios", le enfatizó a BBC Mundo Muhammadali Ibrahim Bokhari, supervisor general de la Asociación de la Liga Mundial Musulmana, desde Caracas. "Creemos que Jesús fue un siervo de Dios, igual que creemos que su madre fue una santa sierva de Dios. Ninguno de los dos son socios de Dios en la administración del Universo", acotó.
Mormones. En el Mormonismo, Jesús es una creación, el producto de relaciones sexuales entre dios y su su diosa esposa que eran personas en otro mundo (Doctrina Mormónica por Bruce McConkie, las págs. 192, 321, 516, 589). Jesús es literalmente hermano espiritual del diablo, de usted y mio (McConkie, pp, 192, 589). También, en la teología Mormónica, dios tiene un cuerpo de carne y huesos (Doctrina & Convenios, 130:22.) Así como su mujer, y juntos ellos producen descendientes espirituales en el cielo los cuales habitaran en el cuerpo de los humanos en la tierra. "Al presentar testimonio de Jesucristo, el Presidente Hinckley habló de ésos fuera de la Iglesia que dice que Los Santos de Los últimos Días ‘no cree en el Cristo tradicional'. 'No, por supuesto que no. El Cristo tradicional de quien ellos hablan no es el Cristo de quien hablo yo. Porque el Cristo de quien hablo ha sido revelado en esta la Dispensación Plena de estos Tiempos. El, junto con Su Padre, aparecieron al joven Joseph Smith en el año 1820, y cuando Joseph dejó la arboleda ese día, él supo más de la naturaleza de Dios que todos los ministros eruditos del evangelio de las épocas'." (Semanario Noticiero de Iglesia de LDS que termina el 20 de junio de 1998, P. 7)
"Jesús, la paz esté con él, fue el hijo de María y no de Dios", le enfatizó a BBC Mundo Muhammadali Ibrahim Bokhari, supervisor general de la Asociación de la Liga Mundial Musulmana, desde Caracas.
"Creemos que Jesús fue un siervo de Dios, igual que creemos que su madre fue una santa sierva de Dios. Ninguno de los dos son socios de Dios en la administración del Universo", acotó.
"Al presentar testimonio de Jesucristo, el Presidente Hinckley habló de ésos fuera de la Iglesia que dice que Los Santos de Los últimos Días ‘no cree en el Cristo tradicional'. 'No, por supuesto que no. El Cristo tradicional de quien ellos hablan no es el Cristo de quien hablo yo. Porque el Cristo de quien hablo ha sido revelado en esta la Dispensación Plena de estos Tiempos. El, junto con Su Padre, aparecieron al joven Joseph Smith en el año 1820, y cuando Joseph dejó la arboleda ese día, él supo más de la naturaleza de Dios que todos los ministros eruditos del evangelio de las épocas'." (Semanario Noticiero de Iglesia de LDS que termina el 20 de junio de 1998, P. 7)
Testigos. Sí. Jesús mismo dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (). Estamos convencidos de que Jesús vino a la Tierra desde el cielo para entregar su vida humana perfecta en sacrificio (). Su muerte y resurrección hicieron posible que quienes tengan fe en él reciban vida eterna (). También creemos que Jesús gobierna como Rey del Reino celestial de Dios que pronto traerá paz a toda la Tierra (Revelación [Apocalipsis] 11:15). Sin embargo, él dijo: “El Padre es mayor que yo” (). Nosotros aceptamos estas palabras y no creemos que Jesús sea el Dios Todopoderoso. Por lo tanto, no lo adoramos.
Juan dice que todo aquél que no confiese que Jesucristo ha venido en carne no es de Dios, sino que es del anticristo.
¿El anticristo?
Este término es usado solamente por Juan en sus dos primeras epístolas, aunque hay mención de él en otros pasajes de las Escrituras bajo otros nombres. El término significa a la vez que se opone a Cristo y que usurpa Su lugar. Es importante distinguir entre un anticristo y el anticristo. Con respecto a lo primero, «han surgido muchos anticristos»; en cambio, «el anticristo viene» (). El anticristo final «niega al Padre y al Hijo». Ventura, S. V. (1985). En Nuevo diccionario biblico ilustrado (p. 60). TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
Pablo menciona «el hombre de pecado», que usurpa el lugar de Dios en el templo de Dios, en el futuro escatológico (). Éste viene por obra de Satanás, confederado con él, y obrará señales y maravillas mentirosas con todo engaño de iniquidad para los que se pierden. Los que han rehusado la verdad serán entregados a la mentira de este inicuo. Los judíos apóstatas lo recibirán como su Mesías (). Hará que todos adoren la imagen de la Bestia que aparece en Apocalipsis (cap. 13:11–18). Su final será el lago de fuego a la venida del Señor Jesús (; ). Ventura, S. V. (1985). En Nuevo diccionario biblico ilustrado (p. 60). TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
Este término es usado solamente por Juan en sus dos primeras epístolas, aunque hay mención de él en otros pasajes de las Escrituras bajo otros nombres. El término significa a la vez que se opone a Cristo y que usurpa Su lugar. Es importante distinguir entre un anticristo y el anticristo. Con respecto a lo primero, «han surgido muchos anticristos»; en cambio, «el anticristo viene» (). El anticristo final «niega al Padre y al Hijo».
Ventura, S. V. (1985). En Nuevo diccionario biblico ilustrado (p. 60). TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
Ventura, S. V. (1985). En Nuevo diccionario biblico ilustrado (p. 60). TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
El espíritu que Juan condena es el del anticristo. Es por tanto una señal de los últimos días y de la rebelión final contra Jesucristo. Los lectores sabían, por la enseñanza de Jesús, que podían esperar que esto sucediera; ahora ya estaba en el mundo ejerciendo su influencia maligna. Juan no tiene dudas de que la negación de la confesión apostólica respecto a Jesús no es sólo un error intelectual, menos aún una «teología avanzada»: representa el espíritu mismo de rebelión contra Dios y debe ser condenada. Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (pp. 205–206). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
Según Juan ya habían escuchado que el “anticristo” vendría” ¿Donde? posiblemente de los otros apóstoles (); además “que ahora ya está en el mundo”.
El espíritu que Juan condena es el del anticristo. Es por tanto una señal de los últimos días y de la rebelión final contra Jesucristo. Los lectores sabían, por la enseñanza de Jesús, que podían esperar que esto sucediera; ahora ya estaba en el mundo ejerciendo su influencia maligna. Juan no tiene dudas de que la negación de la confesión apostólica respecto a Jesús no es sólo un error intelectual, menos aún una «teología avanzada»: representa el espíritu mismo de rebelión contra Dios y debe ser condenada. Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (pp. 205–206). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
Wiersbe, W. W. (1994). Genuinos en Cristo: Estudio Expositivo de la Primera Epístola de Juan (p. 82). Sebring, FL: Editorial Bautista Independiente.
el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.

Los hijos posesión de Dios

Otras personas pueden ser sorprendidas por los falsos maestros que niegan a Cristo, pero Juan no cree que lo serán sus «hijos». El origen de ellos está en Dios (), y por tanto tienen el poder interior de la verdad para resistir el error. En este sentido se puede decir que ellos han «vencido» a los que sostienen la falsa enseñanza. Probablemente esto no signifique que ellos los han echado físicamente de la iglesia, sino más bien que se han mostrado victoriosos sobre la tentación de aceptar la doctrina falsa. La creencia falsa es tan pecaminosa como la conducta injusta o la falta de amor. Con todo, la victoria sobre ella no es el resultado de una fuerza innata de los creyentes sino del hecho de que el que vive en ellos es mayor, i.e., más poderoso que el que actúa en el mundo. Dios es más poderoso que el maligno. Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (p. 206). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
Es entonces claro lo que Juan dice:
Hijitos: son de Dios
Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (p. 206). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
Hijitos: son de Dios
Vencen a los falsos cristos
Vencen a los falsos cristos
Dios está con los hijos y es mayor que el que está en el mundo.

Características de los falsos profetas

Ellos son del mundo
Por eso hablan del mundo
El mundo los oye
Juan acaba de hablar del poder que está obrando en el mundo. Ha dicho también que los falsos profetas han salido por el mundo. Pero, para que no haya ningún malentendido, subraya que los falsos profetas pertenecen al mundo, y que por tanto están inspirados por el poder maligno que está obrando en el mundo. El mundo es su campo misionero en el sentido de que los que están en el mundo y bajo su influencia los escuchan complacidos y son confirmados en sus errores (cf. ). Así pues, «el mundo» significa tanto la humanidad unida en oposición contra Dios como la mala actitud característica de esas personas. Aquellos que niegan a Cristo demuestran así que pertenecen a este mundo malo y no son de Dios. Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (pp. 206–207). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (pp. 206–207). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.

Características de los hijos de Dios

Características de los hijos de Dios

Nosotros somos de Dios
El que conoce a Dios, nos oye
El que no es de Dios, no nos oye
Lo que Juan acaba de decir en el versículo 5 le permite hacer una división mucho más clara. En contraste con los falsos profetas está la comunidad cristiana de los creyentes verdaderos, que incluye a Juan y sus lectores; quizás la idea incluya especialmente a los maestros de la iglesia. Ellos pertenecen a Dios (cf. v. 4), y por tanto toda persona que conozca a Dios aprobará el mensaje de ellos, mientras que todo el que no pertenezca a Dios no los escuchará. Por tanto es por la respuesta que den a la predicación de la iglesia verdadera que es posible distinguir a los que están dirigidos por el Espíritu de verdad, i.e. el Espíritu Santo,21 y el espíritu de falsedad o error. Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (p. 207). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.

CONCLUSIÓN

Marshall, I. H. (1991). Las cartas de Juan (p. 207). Buenos Aires; Grand Rapids, MI: Nueva Creación; William B. Eerdmans Publishing Company.
Lo genuino de nuestro cristianismo se ve en nuestra actitud y reconocimiento de y hacia Jesús. Para esto hagámonos unas cuantas preguntas:

¿Que pienso de Jesús?

¿Creo firmemente que él es el Hijo de Dios que vino en carne?
¿Mi vida esta sometida a su Señorío?
¿O como el anticristo me he rehusado y me opongo a la verdad?
¿Me gusta mas lo que el sistema del mundo, las tendencias que me llevan a vivir el placer y lo terrenal más que vivir para Jesús?
Llamado al arrepentimiento, agradecimiento y vivir sometidos al Señor y confesando lo que su palabra dice de él.

1Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,

1Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.

15Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16Por sus frutos los conoceréis.

11Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;

24Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.

26¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.

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