Corazones Atribulados
INTRODUCCIÓN
I. UN CORAZÓN ENGAÑOSO
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” dice el Octavo Mandamiento (Éxodo 20:16). Salomón lo plantea sin ambigüedades en el versículo 17; o decimos la verdad o decimos la mentira.
Frente a esta realidad innegable, muchos piensan todavía que pueden ser descuidados con lo que hablan. Las palabras dichas sin pensar y las mentiras acerca de los demás, hieren hasta el punto de provocar expresiones como: “¡Lo que dijo me lastimó el corazón!” Los sabios usan el don del habla de modo muy diferente; diciendo “la verdad en amor” (Efesios 4:15) tratan de curar con sus palabras.
La verdad perdura. La Palabra de Dios, la Biblia, es eternamente cierta. Como dijo Isaías, “La hierba se seca y se marchita la flor, más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8).