Carácter forjado: La humildad

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Principios, promesas, ejemplos, Definición

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Propósito del sermón: Si por su gracia Dios tiene a bien bendecir la predicación, ha sido por medio de ella mi intención de exponer aquellos textos bíblicos que enseñen acerca de la humildad a fin de poder guiar a mi audiencia a través de las enseñanzas, principios bíblicos, promesas y ejemplos con el objetivo de poder acuñar las verdades en el corazón para que se forje en carácter de Cristo entre los creyentes que escuchan.
Objetivos
Enseñar el tema de la humildad desde las Escrituras con ejemplos concretos de la misma
Señalar la distancia que existe entre nuestra vida y la humildad para que de esta manera se pueda corregir el error
Instruir en la manera que la humildad debe ser acuñada en el corazón con la meta de ser mas como Cristo.
Introducción
La semana pasada iniciamos con la nueva serie de predicaciones hablando acerca del carácter cristiano. Confiado en que estuvieron orando por mí, como yo también estuve orando por ustedes, creo que esta serie forma parte de la guía del Señor al rumbo que Él le quiere dar a su iglesia. Me siento particularmente bendecido de poder tratar con este tema ya que me obliga a lidiar con asuntos que por ciertas razones no abordo de manera intencional, particularmente con el tema que quiero iniciar abordando este día: la humildad.
Si preguntamos a la mayoría de los hombres si la humildad es una virtud deseable, nos contestarían que sí. Sin embargo, a la hora de ser humildes nadie parece verlo como algo deseable. Nuestra tendencia es alejarnos de la humildad, especialmente en los momentos en que podemos ser humillados. Nos gusta que nuestra opinión sea tomada en cuenta. Nos gusta ser reconocidos por lo que somos, por lo que tenemos, o por lo que hemos logrado. Nos gusta ser correspondidos en el bien que hacemos a otros. Nos gusta ser respetados inclusive cuando seamos los de mas bajo rango en una jerarquía. Nos gusta someternos, siempre y cuando aquella persona a quien nos sometamos sea alguien admirable y poco exigente, y ese poco con mucho tacto y amor.
Esa es nuestra tendencia y por esa razón la humildad no es algo que parezca compatible con nosotros. Incluso cuando llegamos a mostrar humildad la mayoría de las veces lo hacemos para ser vistos o tener motivo de presunción. Creo que ningun hombre importante tiene problema en agarrar una pala y cavar, siempre y cuando le tomen una foto para salir en el periodico o una revista importante. Sin embargo, tales clases de actos no son muestras de humildad sino de hipocresía.
La hipocresía es la sutil manera en que una persona tiene apariencia de humildad mientras en su interior es orgulloso. Como en los tiempos del Señor, el ayunar, orar en público, ofrendar grandes cantidades eran apreciadas como el comportamiento humilde de una persona piadosa, hubo un grupo que ganó prestigio por hacer esas cosas. Entonces, el camino al reconocimiento y aplauso de los hombres consistía en mantener esa clase de actividades. Jesús denunció esas prácticas haciendo ver los motivos de las personas que las practicaban. Ellos hacian eso no por devoción a Dios sino para ser vistos por los hombres.
En el sermón del monte el Señor dijo...
Mateo 6.1 RVR60
Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
Posterior a decir eso el Señor pasó a denunciar las prácticas de los que buscaban exhibir cierta conducta para ser reconocidos como hombres espirituales. En el capitulo 6 Se habla de la ofrenda, de la oración y del ayuno, prácticas que eran buenas pero que por causa de los motivos, intenciones, los fariseos las usaban solo para mostrar una apariencia de piedad.
Mis amados hermanos, no pensemos que nosotros jamás caeríamos en un error así. La realidad es que la humildad es algo que facilmente se desliza de nuestras manos para convertirse en hipocresía. La hipocresía es algo de lo cual usted debe estar muy consciente que es la tentación que ataca directamente a la humildad. Si usted quiere forjar en su carácter la humildad debe saber que batallará constantemente con la hipocresía.
Es increíble la infinita creatividad que tenemos para convertir toda cosa buena en algo pecaminoso. Podemos iniciar por la mañana humillando nuestro espíritu, postrandonos ante el Señor, buscando su rostro, leyendo su Palabra, intercediendo por nuestros hermanos, solo para que unas pocas horas después estemos buscando que alguien nos pregunte como estamos para poder hablar de lo que hicimos.
Tan a menudo decimos cosas que no pasan la prueba de la humildad. ¿Con qué propósito decimos que hemos leído tantos capítulos de la Biblia? ¿Con qué propósito decimos que hemos orado tanto tiempo? ¿Con qué propósito decimos que le hemos compartido a tanta gente de Cristo?, incluso ¿Con qué propósito decimos que estamos arrepentidos de nuestros pecados? ¿Será que buscamos con nuestros comentarios edificar a los hermanos o será que buscamos sutilmente presumir de algo que hicimos?
Por esta razón, la primer prueba de que usted ha empezado a trabajar en la humildad es que usted empezará a luchar con el orgullo y la hipocresía. Los primeros comentarios de alguien que esta aprendiendo a ser humilde son por lo general comentarios de presunción, ¡que ironía! ¿verdad?, esto es debido a que la persona que se ha humillado ha visto tanto provecho en ser humilde que no puede dejar de presumir. Así de escurridiza es la humildad.
Aunado a esto a la hipocresía y el orgullo está el externalismo como una distorsión mas de la verdadera humildad. Pablo le dijo a los colosenses
Colosenses 2.18 LBLA
Nadie os defraude de vuestro premio deleitándose en la humillación de sí mismo y en la adoración de los ángeles, basándose en las visiones que ha visto, hinchado sin causa por su mente carnal,
Los falsos maestros que estaban afectando a la iglesia de Colosas eran personas que se sentían orgullosas de sus actos de humillación. Eso suena contradictorio, pero así era.
¿Cuales prácticas tenían estos falsos maestros? no sabemos con exactitud, muy probablemente incluían el ayuno prolongado y la flagelación. Como dice el v. 23 tenían que ver con un trato severo del cuerpo.
Estos falsos maestros creían que por el mero hecho de hacer esas cosas ya debían ser considerados como personas humildes. ¡Pensaban que la humildad consistía en actos externos y no en un asunto del corazón!
Sin embargo, tanto la hipocresía como el externalismo solo son distorsiones de la verdadera humildad.
Colosenses 2.23 LBLA
Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabiduría en una religión humana, en la humillación de sí mismo y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno contra los apetitos de la carne.
Hasta aquí hemos tratado el tema de la humildad partiendo de lo que no es. Algunas cosas se definen mejor cuando antes de decir qué son decimos qué no son, este es el caso de la humildad.
Entonces… ¿qué es la humildad?

Aquella actitud que reconoce el propio lugar bajo la condición de criatura de Dios

Una actitud de modestia y obediencia, fundamentada en el reconocimiento de la posición de uno como criatura delante de Dios.

Me gustan estas definiciones, pero el problema con ellas es que no son lo suficientemente abarcadoras. Cuando los cientificos logran formular una teoría que logra abarcar la mayor parte de las variables se dice que tiene una teoría sólida. Sin embargo, aun quedan ciertas cosas sin resolver. En el campo de la teología no nos podemos dar muchos lujos de ello, las definiciones deben ser lo suficientemente abarcadoras y precisas como para no permitir el error.
Para nuestro caso, ambas definiciones dejan fuera a uno que no es criatura y que dijo de sí mismo que era “manso y humilde de corazón”. ¿sabe de quien estoy hablando? Jesucristo.
Entonces sería mas apropiado decir que la humildad es...
LA ACTITUD DE MODESTIA Y SUMISIÓN FUNDAMENTADA EN EL RECONOCIMIENTO DE LA CONDICIÓN DE UNO DELANTE DE DIOS.
Tiempo atrás escuché de un misionero que se dedicaba a vender paletas de hielo a personas que viven en temperaturas de -20 grados bajo cero. Honestamente eso me pareció una locura hasta que supe que su negocio era bastante exitoso en eso.
Esta definición es lo suficientemente amplia para abarcar a todas las personas, muy particularmente a una, y lo suficientemente clara para no dejar espacio al error.
Jesucristo no puede estar fuera del concepto de la humildad porque Él es el ejemplo supremo de humildad. Él no tenía que humillarse delante del Padre porque fuese criatura, porque Él no es creado. Él se humilló haciéndose hombre para salvar a los pecadores.
Filipenses 2.5–8 RVR60
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
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Si bien es cierto que la humillación de Cristo inició en la encarnación, también es cierto que previo a ello mostró un carácter sumiso cuando escogió ser quien se somete a la voluntad del Padre por salvar a los perdidos.
Si a nosotros nos dieran a escoger entre el que manda y el que se somete no dudaríamos escoger el que manda, pero Cristo escogió someterse para poder salvarnos.
Él es la única persona que puede decir con todo derecho que es humilde, porque aquello a lo que renuncio fue incomparable, y para aquello que renunció es simplemente increíble. Cristo renunció a su gloria en el cielo, para recibir la burla en la tierra. Cristo dejó su trono para venir a ser siervo de todos en la tierra. Cristo dejó su alabanza en el cielo para recibir el desprecio en la tierra. ¿Con qué propósito? Para salvarnos, para mostrar al mundo la maravillosa gloria de Dios reflejada en su amor y su justicia, las cuales se vieron mas intensamente al mediodía de la pascua mientras Él estaba crucificado.
Cristo es por excelencia el ejemplo de humildad. Él dijo...
Mateo 11.29 RVR60
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
Si queremos aprender de la verdadera humildad entonces debemos centrar nuestra mirada en Aquél que es el ejemplo supremo de humildad, Jesucristo. Esto quiere decir que mientras mas conozcamos del tema de la humildad a su vez estaremos conociendo mas del carácter de nuestro Señor Jesucristo.
Partiendo de ahí estaré exponiendo los principios bíblicos junto con las promesas y ejemplos que también serán cotejados con la vida misma del Señor Jesucristo. El principio que quiero destacar en este día es que...

I. LA HUMILDAD NOS COLOCA EN LA POSICIÓN DONDE ESTÁ LA BENDICIÓN DE DIOS

Mateo 5.19 NTV
Entonces, si no hacen caso al más insignificante mandamiento y les enseñan a los demás a hacer lo mismo, serán llamados los más insignificantes en el reino del cielo; pero el que obedece las leyes de Dios y las enseña será llamado grande en el reino del cielo.
Santiago 4.6 RVR60
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
1 Pedro 5.5 RVR60
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
Ese versículo ha venido a reforzar
Proverbios 3.34 RVR60
Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia.
En los tres versículos encontramos la misma expresión. Si tan solo lo hubiésemos hallado en el libro de proverbios entenderíamos que se trataba de un dicho de sabiduría pero el hecho que lo encontremos en Santiago y Pedro nos deja ver que se trata de una promesa. La diferencia entre uno y lo otro es significativa.
Un dicho de sabiduría es “el que con lobos anda, a aullar se enseña”, pero esto no es una promesa. Jesús caminó con pecadores pero Él mismo no cometió pecado.
Una promesa es una palabra bajo la cual Dios se ha puesto en obligación de cumplir. Para nuestro caso, Dios se ha puesto bajo obligación dar gracia a los humildes. Por esto digo que LA HUMILDAD NOS COLOCA EN LA POSICIÓN DONDE ESTÁ LA BENDICIÓN DE DIOS.
¿Le gustaría estar en el lugar donde Dios tiene sus ojos fijos, donde los oídos de Dios estan atentos, donde la lluvia llega en el momento apropiado para refrescar la tierra y hacerla producir toda clase de frutos agradables? Ese lugar se llama humildad.

A HUMILDAD NOS COLOCA EN LA POSICIÓN DONDE ESTÁ LA BENDICIÓN DE DIOS

Lo contrario también es cierto, LA SOBERBIA NOS COLOCA EN LA POSICIÓN DONDE ESTÁ LA OPOSICIÓN DE DIOS.
Así como no existe algo tan maravilloso como estar bajo la bendición de Dios viéndole complacido de favorecernos, asi mismo no existe algo tan terrible como tener al Rey de reyes, el Soberano Todopoderoso Señor en contra de nosotros.
Algunos esposos que han hecho enojar a sus esposas sienten que su día se les amarga por completo, sus esposas pasan el día resistiéndoles, su cara está en contra de ellos. No existe comparación entre eso y que Dios mismo esté resistiendo al hombre soberbio.
Quizá usted quiera pensarlo dos veces la próxima vez de asumir una actitud orgullosa y soberbia delante de Dios, usted tendrá a Dios de enemigo y no crea que por ser cristiano eso no puede ocurrir porque la experiencia nos ha dejado ver que hasta los mas nobles cristianos cuando se han ensoberbecido han sufrido una dura disciplina del Señor.
Como en muchos casos, no existe un punto intermedio entre la humildad y la soberbia. Si no estamos siendo humildes estamos siendo soberbios.
Muy importante aquí destacar que no se habla de acciones humildes y acciones soberbias, el texto bíblico usa adjetivos, esto quiere decir que son aspectos que caracterizan a las personas. Una persona cuyo carácter es humilde es una persona que se encuentra constantemente bajo la bendición de Dios y una persona cuyo carácter es soberbio se encuentra constantemente con Dios resistiéndole.
Como el carácter se forma a partir de hábitos, una persona que no ha sabido actuar con humildad frente a las circunstancias será aquella persona que ya ha forjado un carácter soberbio y por ello mismo Dios le resiste a su camino. Por otro lado, la persona que ha sabido responder con humildad frente a las circunstancias será aquella persona que ha forjado un carácter humilde y por ello Dios bendice su camino.
Resulta entonces de vital importancia reconocer tanto las respuestas equivocadas que hemos tenido frente a las circunstancias como también entender cómo debemos responder en diferentes escenarios a fin de poder forjar un carácter humilde.
Puede iniciar pensando...
¿Cómo reacciono cuando mi opinión no es tomada en cuenta? ¿Me resiento? ¿Busco imponerme?… o evalúo si realmente mi opinión sirve para un propósito bueno.
¿Cómo reacciono cuando alguien no nos reconoce por lo que somos, tenemos o por lo que hemos logrado?
¿Cómo reacciono cuando no soy respetado?
¿Cómo reacciono cuando debo someterme a alguien difícil?
Piénselo por un momento, el Señor Jesús tuvo que sufrir todo eso. En la vida del Señor vemos que toda vez que el buscó el respeto, el reconocimiento y que sus palabras fueran tomadas en cuenta era debido a que eso resultaba en el bien de la audiencia y no para un motivo de orgullo. Esto es importante saberlo porque la humildad no es la ausencia de coraje o valentía, por el contrario, hay veces que por humildad el hombre de Dios debe defender alguna de estas cosas para traer el mayor bien posible a los demás.
Jesucristo hablaba las palabras de Dios, palabras que dan vida eterna a aquél que escucha con fe.
Juan 12.49–50 RVR60
49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
Juan 12.
¡Si el Señor defendía lo que decía era porque eso era para nuestro bien!
El Señor también buscó ser reconocido porque en el reconocimiento de quien es Él los hombres hallaban el perdón de sus pecados
Juan 8.24 RVR60
24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.
Juan
Siendo el Señor el heredero de la tierra no dudó en someterse al gobierno aun cuando reinaba la tiranía.
Mateo 17.24–27 RVR60
24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? 25 El dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? 26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. 27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, y dáselo por mí y por ti.
De esta manera vemos cómo reaccionó el Señor cuando en humildad tenía que defenderse para el bien de su audiencia, pero también podemos conocer cómo reaccionó el Señor cuando el mayor bien vendría al no defenderse.
Isaías 53.7 RVR60
7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Isaías
La persona humilde busca por encima de todo aquello que dé gloria a Dios y traiga mayor beneficio a los demás. Habrá momento en que eso signifique defenderse, como cuando Pablo defendió su apostolado porque los falsos maestros estaban dividiendo a la iglesia, habrá veces en que eso signifique quedar callado y soportar como cuando insultaban a Esteban, primer mártir de la iglesia.
Si usted es jefe, patrón, esposo o padre, es decir, alguien que tiene autoridad sobre otros, debe aprender a distinguir cuando defender y cuando soportar humildemente si es que desea vivir su vida bajo la bendición.
A veces los esposos, embriagados de poder y autoridad se quejan de que tienen esposas que son irrespetuosas y no son sujetas. Un vistazo al matrimonio deja ver que las esposas no estan haciendo algo que atente contra el matrimonio, y para esos casos no queda de otra que el esposo aprenda a ser humilde, soportar y amorosamente guiar a su esposa a lo que pueda resultar mejor. Si por otro lado, la esposa está a punto de tomar una decisión que va a fracturar el matrimonio no hay otra cosa mejor que el esposo pueda hacer que ponerse firme y con toda autoridad le pida a su esposa que no haga tal cosa, eso también sería un acto de humildad. Se necesita sabiduría y alejar el orgullo de nosotros para distinguir entre uno y lo otro. No sea usted como el hombre que armaba una revolución en su casa porque su esposa no iba a dormir temprano.
No sea usted como el hombre que armaba una revolución en su casa porque su esposa no iba a dormir temprano.
Luego preguntamos por qué no veo la bendición de Dios en mi vida, y resulta que no la vemos porque todas nuestras acciones son tan orgullosas, hipócritas y egoístas.
Jesucristo disfrutó la plenitud de la bendición de Dios complaciendo al Padre porque su vida fue una vida de humildad. Él se sometió al Padre hasta en el mas minúsculo detalle y por eso cuando Jesús inició su ministerio en el bautismo se nos dice...
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La humildad, es la tierra arada y nutrida de donde crece toda virtud deseable en el hombre.
Mateo 3.17 RVR60
17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Mateo
aclarar lo que no es humildad
Conclusión
Aun faltan muchos puntos a tratar acerca de la humildad pero vamos a indicar los que hemos visto ahora.
La humildad es escurridiza, facilmente nos alejamos de ella para volvernos hipócritas, orgullosos o externalistas.
Nuestro máximo ejemplo de humildad es Jesucristo
Formar un carácter humilde nos coloca en el lado donde está constantemente la bendición de Dios.
Lo que es humildad
Lo opuesto a la humildad
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