La presencia de Cristo en la familia. Resolución de conflictos - Tirando del mismo carro.

La Presencia de Cristo en la Familia  •  Sermon  •  Submitted
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Con Cristo central en la familia es mucho mas facil resolver conflictos.

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INTRODUCCIÓN:

Texto.

colosenses 3.1
Colosenses 3.12–13 NTV
Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.
Colosenses 3.12–13 RVR60
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Colosenses

INTRODUCCIÓN:

Los conflictos familiares no son nada nuevo, están desde el principio de la creación.
Cuando Eva comió del fruto y le dio de comer a Adán, ante el reclamo de Dios Adán le echa la culpa a Eva y a Dios, pero él no hace cargo de lo que hizo y dice: “La mujer que me diste”. Este fue el primer problema matrimonial.
Cuando Caín mata a Abel, Dios le pregunta por su hermano y él responde: “soy acaso yo guarda de mi hermano”… no se hace cargo tampoco. Este fue el primer conflicto entre hermanos.
Y si buscamos en la Biblia vamos a encontrar cientos de conflictos familiares. Que estaría bueno que los estudiáramos para sacar principios que nos puedan ayudar a resolver nuestros conflictos actuales. Para eso están.
La mayoría de los conflictos se originan por estar mal enfocados y no ver otra salida que la pelea, la discusión, la violencia, la separación, etc.
A modo de introducción vamos a ver un problema entre hermanos tratado por Jesús.
Lucas 12.13–15 RVR60
Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
lUCAS
En este pasaje vemos un par de cosas muy interesantes: Primero que Jesús no está para resolver conflictos, sino para transformar nuestras vidas. Segundo, Jesús descubre la verdadera causa del conflicto. No es la herencia, sino la avaricia.
Lucas 12.20–21 RVR60
Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Jesús no se enfoca en el conflicto en sí, porque el problema no es el problema, pero sí se enfoca en la causa del conflicto. La avaricia. Quita el foco de la avaricia, y lo pone en Dios. Tenes que ser rico para Dios, no para vos.
Y más adelante le da la salida practica.
Lucas 12.31–34 RVR60
Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Lucas 12.31–33 RVR60
Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
Entonces descubrimos que muchos de nuestros conflictos surgen por estar mal parados, mal posicionados, motivados por nuestros sentimientos más oscuros; egoísmo, avaricia, codicia, etc.
Eh aquí algunos cuestiones prácticas para tener en cuenta a la hora de relacionarnos con nuestra familia y con todas las demás personas.

DESARROLLO:

Colosenses 3.12–13 NTV
Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.
Colosenses 3.12-13

1. Nuestra Identidad.

Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él.
Romanos 8.29 NTV
Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor de muchos hermanos.
Los conflictos muchas veces se potencian no solo por estar mal enfocados en nuestras emociones, sino también por estar mal enfocados en nuestras relaciones partiendo de la base de quienes somos en esa relación.
Por ejemplo: “Yo soy tu madre”, “Yo soy tu padre”.... o pero “Yo soy la esposa”, etc. etc.
Si bien es como Dios lo estableció, muchas veces posicionarse rígidamente en esa postura nos juega en contra.
Entonces antes de posicionarnos en nuestra ubicación familiar, debemos pararnos en quienes somos en Cristo.
El pasaje dice que somos pueblo de Dios, un pueblo santo, y nuestra identidad personal para formar parte de este pueblo es ser como Cristo.

2. Nuestras Características.

Tenemos que vestirnos de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.
Si somos como Cristo debemos tener el mismo sentir que él y este sentir no viene sino por el Espíritu Santo.
Gálatas 5.22 RVR60
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
Gálatas 5.22–24 RVR60
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Los motivos del conflicto fueron crucificados con Cristo.

3. Nuestra Actitud.

Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda.
Efesios 4.32 NTV
Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.

4. Nuestra Condición.

Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.
Mateo 6.14–15 RVR60
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Las relaciones humanas son mas espirituales de lo que parecen.
Mateo 18.33–35 RVR60
¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Es más si tratamos mal a nuestras esposas, nuestras oraciones no llegan a Dios.
1 Pedro 2.7 RVR60
Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
1 Pedro 3.7 RVR60
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

CONCLUSIÓN:

Entonces a la hora de resolver un conflicto, en primer lugar, debemos pensar desde dónde nos estamos posicionando, si desde Cristo, o desde nuestra posición dentro de la familia.
Nuestra posición para relacionarnos debe ser Cristo.
En segundo lugar, debemos recordar que si reflejamos a Cristo debemos vestirnos de sus características, y para esto necesitamos sí o sí al Espíritu de Cristo.
En todas nuestras actitudes debe actuar el Espíritu Santo.
En tercer lugar, debemos ser perdonadores, y debemos ser considerados con las faltas de los demás.
En todas nuestras relaciones debe haber perdón y misericordia.
Y en cuarto lugar, no debemos olvidar nuestra condición delante de Dios.
Delante de Dios estoy en la misma condición que el que me está ofendiendo.
Si ponemos en practica estas cuatro cosas no solo vamos a resolver conflictos, sino que también los vamos a evitar.
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