El Tesoro de mi Corazón

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¿Cual es el tesoro de su corazón?

que es lo que usted mas valora en su vida, su estudio, posición social, su dinero, propiedades, su empresa, su conocimiento, por un momento piense y conteste lo mas honesto que pueda, no en voz alta pero si en su corazón busque y encuentre si tuviera que salvar algo ù alguien aparte de su familia que salvaria.
A quien salvaria?
En que es lo primero que piensa al levantarse, que es lo que mas consume sus neuronas, que es lo que le roba el sueño, en que piensa antes de dormir.
Salmo 119.9–16 LBLA
9 ¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando tu palabra. 10 Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. 11 En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti. 12 Bendito tú, oh Señor; enséñame tus estatutos. 13 He contado con mis labios de todas las ordenanzas de tu boca. 14 Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que en todas las riquezas. 15 Meditaré en tus preceptos, y consideraré tus caminos. 16 Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra.
Salmo 119.9–16 LBLA
9 ¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando tu palabra. 10 Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. 11 En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti. 12 Bendito tú, oh Señor; enséñame tus estatutos. 13 He contado con mis labios de todas las ordenanzas de tu boca. 14 Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que en todas las riquezas. 15 Meditaré en tus preceptos, y consideraré tus caminos. 16 Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra.
Si tuviéramos que definir un objetivo máximo de la vida basados en estos versículos serian dos.
salmos 119.9-16
salmos
Si tuviéramos que definir un objetivo máximo de la vida basados en estos versículos serian dos.
Una manera positiva y otra negativa.
Colección de sermones de John Piper En mi corazón he atesorado tu palabra

una manera positiva y otra negativa. De una manera positiva podríamos decir: el objetivo máximo de la vida es glorificar a Dios disfrutando de Él por toda la eternidad. La forma negativa sería: el objetivo máximo de la vida es no pecar. Las dos quieren decir lo mismo, porque al pecar dejamos de glorificar a Dios, ya que valoramos otras cosas como más placenteras.

Colección de sermones de John Piper En mi corazón he atesorado tu palabra

una manera positiva y otra negativa. De una manera positiva podríamos decir: el objetivo máximo de la vida es glorificar a Dios disfrutando de Él por toda la eternidad. La forma negativa sería: el objetivo máximo de la vida es no pecar. Las dos quieren decir lo mismo, porque al pecar dejamos de glorificar a Dios, ya que valoramos otras cosas como más placenteras.

De una manera positiva podríamos decir: el objetivo máximo de la vida es glorificar a Dios disfrutando de Él por toda la eternidad.
La forma negativa sería: el objetivo máximo de la vida es no pecar.
Una manera positiva y otra negativa. De una manera positiva podríamos decir: el objetivo máximo de la vida es glorificar a Dios disfrutando de Él por toda la eternidad. La forma negativa sería: el objetivo máximo de la vida es no pecar. Las dos quieren decir lo mismo, porque al pecar dejamos de glorificar a Dios, ya que valoramos otras cosas como más placenteras.
Las dos quieren decir lo mismo, porque al pecar dejamos de glorificar a Dios, ya que valoramos otras cosas como más placenteras.
De modo que si aprendemos a glorificar a Dios disfrutando de Él, sabremos cómo dejar de pecar. Y si aprendiésemos a dejar de pecar, sabríamos cómo glorificar a Dios disfrutando de Él.
Colección de sermones de John Piper En mi corazón he atesorado tu palabra

De modo que si aprendemos a glorificar a Dios disfrutando de Él, sabremos cómo dejar de pecar. Y si aprendiésemos a dejar de pecar, sabríamos cómo glorificar a Dios disfrutando de Él.

El versículo 11 nos da una de las claves para no pecar. Dirigiéndose a Dios, dice: “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti”. La manera de no pecar es atesorar la palabra de Dios en vuestro corazón. Esto quiere decir que el camino para alcanzar el objetivo máximo de la vida —vivir para la gloria de Dios, disfrutando de Él eternamente— es atesorando la palabra de Dios en vuestro corazón.

El versículo 11 nos da una de las claves para no pecar. Dirigiéndose a Dios, dice: “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti”.
La manera de no pecar es atesorar la palabra de Dios en vuestro corazón. Esto quiere decir que el camino para alcanzar el objetivo máximo de la vida —vivir para la gloria de Dios, disfrutando de Él eternamente— es atesorando la palabra de Dios en vuestro corazón.
Así que vamos a centrar nuestra atención por un momento en lo que esto significa. Observemos las tres frases clave:
1) Tu palabra,
2) he atesorado,
3) en mi corazón.

“Tu Palabra”

La Palabra que el salmista tiene en mente no es una impresión subjetiva que acude a su mente cuando ora para que le sea revelada la voluntad de Dios.
Es la revelación de Dios en su palabra escrita, esto lo pueden ver en la forma como acumula palabras conocidas, para la palabra escrita revelada por Dios en el contexto.
Por ejemplo, en el versículo 10b: “No dejes que me desvíe de tus mandamientos.”
Versículo 12: “Bendito tú, oh SEÑOR; enséñame tus estatutos.”
Versículo 13: “He contado con mis labios de todas las ordenanzas de tu boca.”
Versículo 14: “Me he gozado en el camino de tus testimonios.”
Versículo 15: “Meditaré en tus preceptos.”
Estas palabras —mandamientos, estatutos, ordenanzas, testimonios, preceptos— en la Biblia se refieren a la palabra escrita de Dios, especialmente en los libros de Moisés, aunque también, implícitamente, a todas las obras escritas, reveladas por Dios.
En la actualidad diríamos que “Tu palabra” se refiere a la Biblia en su totalidad. De modo que el salmista en el versículo 11 no se refiere a impresiones subjetivas sino a las enseñanzas objetivas de Dios en las Escrituras.
“En mi corazón he atesorado esa palabra, Tu palabra”.

“En Mi corazón”

Colección de sermones de John Piper En mi corazón he atesorado tu palabra

Así que vamos a centrar nuestra atención por un momento en lo que esto significa. Observemos las tres frases clave: 1) Tu palabra; 2) he atesorado y 3) en mi corazón.

“Tu Palabra”

La Palabra que el salmista tiene en mente no es una impresión subjetiva que acude a su mente cuando ora para que le sea revelada la voluntad de Dios. Es la revelación de Dios en su palabra escrita, principalmente en la Tora, los libros de Moisés, y también en los escritos de los profetas que Dios envió a Israel. Esto lo pueden ver en la forma como acumula palabras conocidas, para la palabra escrita revelada por Dios en el contexto. Por ejemplo, en el versículo 10b: “No dejes que me desvíe de tus mandamientos.” Versículo 12: “Bendito tú, oh SEÑOR; enséñame tus estatutos.” Versículo 13: “He contado con mis labios de todas las ordenanzas de tu boca.” Versículo 14: “Me he gozado en el camino de tus testimonios.” Versículo 15: “Meditaré en tus preceptos.”

Estas palabras —mandamientos, estatutos, ordenanzas, testimonios, preceptos— en la Biblia se refieren a la palabra escrita de Dios, especialmente en los libros de Moisés, aunque también, implícitamente, a todas las obras escritas, reveladas por Dios. En la actualidad diríamos que “Tu palabra” se refiere a la Biblia en su totalidad. De modo que el salmista en el versículo 11 no se refiere a impresiones subjetivas sino a las enseñanzas objetivas de Dios en las Escrituras. “En mi corazón he atesorado esa palabra, Tu palabra”.

“En Mi corazón”

Tomemos ahora la frase “en mi corazón”. El punto aquí dice básicamente: dentro de mí; no sólo en una tabla fuera de mí. Las palabras de Dios no se conservan por escrito simplemente para que el salmista las consulte en un libro fuera de sí mismo. Se conservan para que las pueda consultar interiormente, en su corazón. En el Antiguo Testamento se habla del corazón como un lugar donde se piensa y se siente (Génesis 6:5; Job 36:13). De modo que estas palabras de Dios se atesoran en un lugar donde su puede pensar y donde se pueden sentir.

“He atesorado”

Finalmente centrémonos en la frase del medio. “He atesorado.” “En mi corazón he atesorado tu palabra.” Se preguntarán: ¿cómo se sabe que la palabra de Dios está “en el corazón,” en lugar de que simplemente el hecho de atesorar la palabra, permaneciendo ésta en los pergaminos fuera del corazón? Por ejemplo, podría decir: “He atesorado a mi esposa en mi corazón”, y con ello no estoy diciendo que mi esposa está dentro de mi corazón sino sólo que la he atesorado en mi corazón.

La razón por la que sabemos que la palabra de Dios está en el corazón, es porque de las treinta y tantas veces que la palabra hebrea “He atesorado” (tsaphan) se usa en el Antiguo Testamento, en casi todas se refiere a “esconder” o “guardar”. Sólo de forma secundaria quiere decir “atesorar”, ya que esconder los tesoros era lo que se hacía por aquel entonces, antes de que existieran los bancos. (ver Job 23:12; Proverbios 2:1). De esta forma sabemos que cuando el salmista dice: “En mi corazón he atesorado tu palabra”, no sólo indica que el acto de atesorar se produce en su corazón, sino que la palabra está guardada y escondida ahí como algo valioso -como un tesoro.

Y lo que nos enseña este versículo es que una de las formas de alejarse de pecar —una forma de obtener el objetivo primordial de existir, de vivir para la gloria de Dios disfrutando de él para siempre— consiste en guardar la palabra de Dios en nuestros corazones como algo muy valioso. Cuando tenemos la palabra de Dios guardada y oculta en nuestros corazones, y la atesoramos como el oro y la plata, esa palabra cumplirá la función de alejarnos del pecado.

Tomemos ahora la frase “en mi corazón”.
El punto aquí dice básicamente: dentro de mí; no sólo en una tabla fuera de mí. Las palabras de Dios no se conservan por escrito simplemente para que el salmista las consulte en un libro fuera de sí mismo.
Se conservan para que las pueda consultar interiormente, en su corazón.
En el Antiguo Testamento se habla del corazón como un lugar donde se piensa y se siente.
Génesis 6.5 NTV
5 El Señor vio la magnitud de la maldad humana en la tierra y que todo lo que la gente pensaba o imaginaba era siempre y totalmente malo.
genesis 6.5
Job 36.13 NTV
13 Los incrédulos están llenos de resentimiento. Aun cuando Dios los castiga, se niegan a pedirle auxilio.
job
De modo que estas palabras de Dios se atesoran en un lugar donde su puede pensar y donde se pueden sentir.
De modo que estas palabras de Dios se atesoran en un lugar donde su puede pensar y donde se pueden sentir.

“He atesorado”

Finalmente centrémonos en la frase del medio. “He atesorado.” “En mi corazón he atesorado tu palabra.”
Se preguntarán: ¿cómo se sabe que la palabra de Dios está “en el corazón,” en lugar de que simplemente el hecho de atesorar la palabra, permaneciendo ésta en los pergaminos fuera del corazón? Por ejemplo, podría decir: “He atesorado a mi esposa en mi corazón”, y con ello no estoy diciendo que mi esposa está dentro de mi corazón sino sólo que la he atesorado en mi corazón.
La razón por la que sabemos que la palabra de Dios está en el corazón, es porque de las treinta y tantas veces que la palabra hebrea “He atesorado” (tsaphan) se usa en el Antiguo Testamento, en casi todas se refiere a “esconder” o “guardar”.
Sólo de forma secundaria quiere decir “atesorar”, ya que esconder los tesoros era lo que se hacía por aquel entonces, antes de que existieran los bancos. (ver ; ).
Job 23.14 NTV
14 Por lo tanto, él hará conmigo lo que tiene pensado; él controla mi destino.
Job 23.12 LBLA
12 Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida.
Proverbios 2.1 LBLA
1 Hijo mío, si recibes mis palabras, y atesoras mis mandamientos dentro de ti,
proverbios
De esta forma sabemos que cuando el salmista dice: “En mi corazón he atesorado tu palabra”, no sólo indica que el acto de atesorar se produce en su corazón, sino que la palabra está guardada y escondida ahí como algo valioso -como un tesoro.
Y lo que nos enseña este versículo es que una de las formas de alejarse de pecar —una forma de obtener el objetivo primordial de existir, de vivir para la gloria de Dios disfrutando de él para siempre— consiste en guardar la palabra de Dios en nuestros corazones como algo muy valioso.
Cuando tenemos la palabra de Dios guardada y oculta en nuestros corazones, y la atesoramos como el oro y la plata, esa palabra cumplirá la función de alejarnos del pecado.

Dos cosas que nos mantienen alejados del pecado

No es sólo una, sino son dos las cosas que nos apartan del pecado y nos llevan a glorificar y disfrutar de Dios.
No es sólo guardar la palabra, o sólo valorarla; es ambas.
Colección de sermones de John Piper En mi corazón he atesorado tu palabra

Dos cosas que nos mantienen alejados del pecado

No es sólo una, sino son dos las cosas que nos apartan del pecado y nos llevan a glorificar y disfrutar de Dios. No es sólo guardar la palabra, o sólo valorarla; es ambas. Ambas cosas son fundamentales. Valoramos la palabra y por ello la llevamos guardada en nuestro corazón. Y estas dos cosas juntas nos dan el poder para hacer frente a las tentaciones del pecado. Es (1) es un tesoro superior, (2) presente y activo, que vence al pecado.

Por ello creo que la Biblia nos enseña a memorizar las escrituras de la misma forma que una hormiga recolecta alimentos en el verano: es muy valiosa y será necesaria durante los meses de invierno. “[La hormiga] prepara en el verano su alimento, y recoge en la cosecha su sustento” (Proverbios 6:8). La memorización de las escrituras no es una disciplina por sí sola. Su mérito se debe a que las escrituras son un tesoro y serán necesarias antes de acabar el día, para ayudaros a escapar de actitudes pecaminosas, y vivir una vida que glorifique a Dios.

Ambas cosas son fundamentales. Valoramos la palabra y por ello la llevamos guardada en nuestro corazón.
Y estas dos cosas juntas nos dan el poder para hacer frente a las tentaciones del pecado. Es (1) es un tesoro superior, (2) presente y activo, que vence al pecado.
Por ello creo que la Biblia nos enseña a memorizar las escrituras de la misma forma que una hormiga recolecta alimentos en el verano: es muy valiosa y será necesaria durante los meses de invierno.
Proverbios 6.8 LBLA
8 prepara en el verano su alimento, y recoge en la cosecha su sustento.
Prover
“[La hormiga] prepara en el verano su alimento, y recoge en la cosecha su sustento” ().
La memorización de las escrituras no es una disciplina por sí sola. Su mérito se debe a que las escrituras son un tesoro y serán necesarias antes de acabar el día, para ayudaros a escapar de actitudes pecaminosas, y vivir una vida que glorifique a Dios.

¿Puede Memorizar la biblia?

¿Puede Memorizar la biblia?

Si te ofreciera Q 1,000 por cada versículo que memorizaras durante la próxima semana, ¿cuántos crees que podrías memorizar? Sin embargo Dios, en el , dice acerca de su palabra: “[Son] deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal. Además, tu siervo es amonestado por ellos; en guardarlos hay gran recompensa”.
Salmo 19.10–11 NTV
10 Son más deseables que el oro, incluso que el oro más puro. Son más dulces que la miel, incluso que la miel que gotea del panal. 11 Sirven de advertencia para tu siervo, una gran recompensa para quienes las obedecen.
Colección de sermones de John Piper En mi corazón he atesorado tu palabra

si te ofreciera $1,000 por cada versículo que memorizaras durante la próxima semana, ¿cuántos crees que podrías memorizar? Sin embargo Dios, en el Salmo 19:10–11, dice acerca de su palabra: “[Son] deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal. Además, tu siervo es amonestado por ellos; en guardarlos hay gran recompensa”. El valor real de la palabra es muy superior a $1,000 por versículo. La cuestión es, ¿lo crees así? Creer esto es la motivación fundamental que necesitas.

Y ésta no es una tarea que lo supera, o que sólo sea para niños. El Señor Jesús memorizó las escrituras palabra por palabra. Sabemos que lo hizo, porque cuando ayunaba en el desierto no había bibliotecas ni libros, pero con cada tentación del demonio Él citaba un pasaje de la Biblia para vencerlo (Mateo 4:4, 7, 10).

El valor real de la palabra es muy superior a Q 1,000 por versículo. La cuestión es, ¿lo crees así? Creer esto es la motivación fundamental que necesitas.
Y ésta no es una tarea que lo supera, o que sólo sea para niños. El Señor Jesús memorizó las escrituras palabra por palabra.
Sabemos que lo hizo, porque cuando ayunaba en el desierto no había bibliotecas ni libros, pero con cada tentación del demonio Él citaba un pasaje de la Biblia para vencerlo (, , ).
Mateo 4.4 LBLA
4 Pero El respondiendo, dijo: Escrito está: “No solo de pan vivira el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”
Deuteronomio 8.3 LBLA
3 Y te humilló, y te dejó tener hambre, y te alimentó con el maná que no conocías, ni tus padres habían conocido, para hacerte entender que el hombre no sólo vive de pan, sino que vive de todo lo que procede de la boca del Señor.
dt
Mateo 4.7 LBLA
7 Jesús le dijo: También está escrito: “No tentaras al Señor tu Dios.”
Deuteronomio 6.16 LBLA
16 No tentaréis al Señor vuestro Dios, como le tentasteis en Masah.
dt 6.16
Mateo 4.10 LBLA
10 Entonces Jesús le dijo*: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: “Al Señor tu Dios adoraras, y solo a El serviras.”
Deuteronomio 6.13 LBLA
13 Temerás sólo al Señor tu Dios; y a El adorarás, y jurarás por su nombre.
Jesús venció las tentaciones del demonio con el uso de pasajes de las Escrituras que había memorizado.
Efesios 6.17 LBLA
17 Tomad también el yelmo de la salvacion, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
Colección de sermones de John Piper En mi corazón he atesorado tu palabra

Jesús venció las tentaciones del demonio con el uso de pasajes de las Escrituras que había memorizado. Y en Efesios 6:17, Pablo denominó la palabra de Dios “espada del Espíritu”. No podemos vencer con éxito el pecado y al demonio sin el tesoro presente de las preciosas palabras de Dios:

Pablo denominó la palabra de Dios “espada del Espíritu”. No podemos vencer con éxito el pecado y al demonio sin el tesoro presente de las preciosas palabras de Dios
Colección de sermones de John Piper En mi corazón he atesorado tu palabra

¿Cómo se encuentra tu fe? ¿Es débil o es fuerte? Nunca he conocido a un verdadero cristiano que no haya memorizado una buena parte de las escrituras. Existe una razón para ello. Dios concibió la fe para que se alimente de las promesas de las escrituras durante todo el día. La fe, para que se mantenga, depende de que se disponga de un acceso constante a la preciosa verdad bíblica. Veamos cómo se expresa esto en Proverbios 22:18–19 “[porque] te será agradable si las guardas dentro de ti, para que estén listas en tus labios. Para que tu confianza esté en el SEÑOR, te he instruido hoy a ti también”.

¿Cómo está tu confianza? ¿Tu paz, tu alegría y tu seguridad? ¿Son débiles o fuertes? Dios dice que nos da su palabra para que habite en nosotros y para que podamos confiar en Él. La fe aumenta o disminuye en la medida en que se alimenta a cada momento del tesoro de la verdad de Dios guardada en nuestros corazones.

Si no optaran por la memorización de la Biblia (no de nuestro programa en particular) entonces estarán optando en contra del alimento de la fe; y se convertirán, en el mejor de los casos, en cristianos débiles, y en el peor de los casos, demostrarán ser cristianos falsos. Es mejor decir lo que dice el salmo 119:97: “¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación”.

No se me ocurre una mejor forma de animarlos a aceptar el reto de memorizar las escrituras, que contándoles algunas historias de mi propia vida en las que la memorización de las escrituras ha sido muy valiosa.

La fe se alimenta de las escrituras todos los días

¿Cómo se encuentra tu fe? ¿Es débil o es fuerte? Nunca he conocido a un verdadero cristiano que no haya memorizado una buena parte de las escrituras. Existe una razón para ello.
Dios concibió la fe para que se alimente de las promesas de las escrituras durante todo el día.
La fe, para que se mantenga, depende de que se disponga de un acceso constante a la preciosa verdad bíblica. Veamos cómo se expresa esto en “[porque] te será agradable si las guardas dentro de ti, para que estén listas en tus labios. Para que tu confianza esté en el SEÑOR, te he instruido hoy a ti también”.
Proverbios 22.18–19 NTV
18 Pues es bueno guardar estos dichos en tu corazón y tenerlos siempre a flor de labios. 19 Yo te enseño hoy —sí, a ti— para que confíes en el Señor.
Proverbios 22
¿Cómo está tu confianza? ¿Tu paz, tu alegría y tu seguridad? ¿Son débiles o fuertes? Dios dice que nos da su palabra para que habite en nosotros y para que podamos confiar en Él.
La fe aumenta o disminuye en la medida en que se alimenta a cada momento del tesoro de la verdad de Dios guardada en nuestros corazones.
Si no optaran por la memorización de la Biblia entonces estarán optando en contra del alimento de la fe; y se convertirán, en el mejor de los casos, en cristianos débiles, y en el peor de los casos, demostrarán ser cristianos falsos.
Es mejor decir lo que dice el salmo 119:97: “¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación”.
Salmo 119.97 NTV
97 ¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas! Pienso en ellas todo el día.
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