En el proceso de Dios

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Elías enfretna los profetas de Baal y pide a Dios que envie fuego del cielo.

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21Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.

1º Reyes 18.21 RVR60
Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.

1º Reyes 18.21 RVR60
Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.

Introducción

Hermanos y hermanas el fuego cae en el altar. El altar de nuestras vidas debe estar preparado para que el fuego de Dios descienda.
Vengo de una familia que, por tradición ha tenido fogones. El fogón era lo que hoy es la estufa. El fogón estaba compuesto de una base en tierra sobre la que se exponían algunas piedras, en la mayoría de las veces, tres. Sobre las piedras se colocaba alguna parrilla, en ocasiones no porque los carderos de antes eran grandes y normalmente se colocaba el cardero o la olla sobre las piedras. La echaba se colocaba entre las piedras. Se prendía y ahí se realizaba toda comida. Lo que aprendí del fogón fue que mi abuelo, en una ocasión comenzó a recoger las cenizas y tirarla sobre las brasas que estaban ardiendo. Abuelo me dijo que lo hacía porque estaba lloviendo y trataba de conservar el fogón prendido. Le dije a mi abuelo que no era posible que hubiese fuego donde colocó cenizas, sin embargo, al otro día, fue con abuelo y descubrimos las cenizas hasta encontrar las brazas encendidas y yo quedé como quien descubrió lo más grande de la vida. Allí había un fogón que nunca se apagó.
Eso implicó toda una preparación. En medio del obrar de Dios nuestras vidas están en un proceso. Elías no vio el fuego de manera inmediata. Tuvo que pasar por un arduo proceso. Un proceso de preparación.
Le preguntaron a un escultor: ¿Cómo tallas un elefante? El respondió: “tomo un bloque de marmo y comienzo a cincelar todo aquello que no es el Elefante”.
Cuando Dios nos escoge, moldea y corta todo lo que está interfiriendo en el camino de nuestro servicio para él. El enfoque de Dios no está en lo que hacemos, no se trata de qué bien toques, de que bien cantes, de que bien dirijas sino de lo que somos. Se trata de saber que estamos en un proceso en el que el cincel de Dios nos forma de la manera que entiende nos hace bien. Dios quita todo lo que no se asemeje a Cristo.
No tienes que ser perfecto para que Dios te use. No tienes que ser grande, solo debes estar en el proceso de Dios y en ese proceso hará contigo una obrar maravillosa.
¿Para qué Dios estaba preparando a Elías? ¿Para qué tanta experiencia? Elías iría a confrontrar al pueblo, ya que estaban en una adoración pagana de Baal y tenía que dejarles saber quién era el verdadero Dios.
La experiencia de Elías comenzó con una Palabra de Dios:
1º Reyes 17.1 RVR60
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.
Dios le dijo a Elías que no habría lluvia, ni rocío…
Tambien Dios le dijo a Elías:
1º Reyes 17.3–4 RVR60
Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.
Dios estaba preparando algo. El obrar de Dios es lo complejo. Dios permite la sequía y en ella provoca el quebranto. En este caso era la sequía la manera porque Baal era “un ídolo de los fenicios, dios del sol. Adorado de forma perversa por los israelitas en el tiempo de los jueces.
Incluso era considerado el dios dela lluvia, pero ¿es el dios que puede hacer que llueva? Los campos están secos hace tres años, pero todavía no llueve porque es una palabra de Dios no de Baal. Dios no solo está preparando a Elías sino toda la nación. Es un tiempo de preparación y es mejor que no reniegues de tu sequía. Tu sequí puede ser el tiempo de preparación de Dios. Hay tiempos secos en los que Dios está y esos son procesos.
La harina cuando es harina no es muy valiosa, pero luego de ser procesada se convierte en pan y es cuando adquiere más valor. El olivo mientras es olivo no sirve para mucho, excepto cuando es procesado y se convierte en aceite, así sí sirve para mucho.
Usted y yo mientras seamos usted y yo solo seremos eso, pero si estamos en el proceso de Dios son usted y Dios y eso lo cambia todo:
Romanos 8.18 RVR60
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
Los procesos nos quebrantan pero nos hacen de nuevo. Y ese “nuevo” que hace en nosotros es incomparable, maravilloso y glorioso. Los procesos nos enseñan, nos educan, nos maduran y también renuevan nuestras vidas.
Dios permite dificultades en nuestras vidas, iglesia, ciudades y naciones para prepararnos.
Dios preparó a Elías para ser un gran lider en tiempos donde el pueblo de Dios adoraba a quien no debía.
Lo primero que Dios le dijo a Elías fue que se escondiera:
1º Reyes 17.3 RVR60
Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán.
Es ese momento en que no podemos estar caminando de un lado para otro sino de estarnos quietos/as.
Salmo 46.10 RVR60
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
Tambien le dijo que bebería del arroyo y que los cuervos le traerían comida por la mañana y por la tarde.
1º Reyes 17.6 RVR60
Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
1 reyes 17.

Procesos de Dios:

1. Aprende a depender de Dios (aunque su forma o método sea extraño).

a. Dios no preparó un comedor, ni le dio un celular para mandar a buscar pizza. Dios utilizó lo que a ojos de muchos es inmundo.

porque leemos de «todo cuervo según su especie» en la clasificación de animales inmundos (Lv. 11:15; Dt. 14:14). El cuervo, al salir del arca de Noé, pudo indudablemente hallar alimentos (aunque la paloma no pudo), porque se alimentaba de carroña (Gn. 8:7). Que cuervos carnívoros llevaran comida así como pan a Elías constituye evidencia del poder de Dios; los usó para alimentar a Su siervo (1 R. 17:4, 6). Son comilones ávidos, y no tienen ni despensa ni granero, pero Dios los alimenta, y ciertamente alimentará a aquellos que confían en Él (Job 38:41;

b. Dios le estaba mostrando a Elías a depender de él. Elías tenía comida a domicilio. Son estos procesos los que van forjando nuestro carácter y nos permiten ver la manera extraordinaria del obrar de Dios.
Entienda desde ya que los procesos nos acercan más a Dios y conocemos algo nuevo de Él mientras salimos de uno. Si evitamos las pruebas tendremos un conocimiento muy limitado de Dios, pero si las pasamos viviremos toda una vida conociendo aspectos diferentes y dinámicos de nuestro Creador.

2. Debemos estar dispuestos a cambiar

Si Dios te envía a un lugar es mejor que vayas. Día tras día estamos afirmando lo que Dios dice. Usted comienza a darse cuenta que el agua empieza a faltar en el arroyo, pero Dios te dijo que estuvieras ahí. Estás pasando un momento difícil y dices, es que Dios me dijo que era aquí. Las cosas no son iguales. No, hermano/a.
Debes aprender a depender de Dios.
Debes aprender a cambiar, según lo que Dios nos guíe.
No podemos depender del día en que experimentamos a Dios. Dios quiere moverte del arroyo y lo seca para que salgas pero tú quieres seguir así.
Dios te envía a más del arroyo. Dios te dice no dependas más del arroyo, esa corriente ya no sirve. Sal a otro lugar. No quiero que te quedes en la zona de confort.
Sal de la cueva porque quiero que venzas a Baal. Tu vences y detrás de tu victoria llega la bendición. Viene el aguacero de bendición.
Dios hará lo que sea para que salgamos de la comodidad de nuestras vidas y ministerios y llevarnos a espacios nuevos dentro del plan de Dios.
Dios quiere hacer algo nuevo contigo pero tienes que estar dispuesto a cambiar. No permitas que tu obediencia anterior sea enemiga de la obediencia de hoy.
¿quién no se quiere quedar donde le dan de tomar y de comer sin tener que moverte? Corre el peligro de acostumbrarte. Dios no quiere que sigas comiendo lo mismo ahora quiere darte una torta de arina.
Dios se mueve a favor tuyo.
Jeremías 29.11–12 RVR60
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;
Haz lo que Dios te diga:
Si Dios dice que te muevas a Sarepta, pues camine a Sarepta.
Te sacaré de la zona de confort para usarte no para que te quedes haciendo nada.
El Getsemaní (en Arameo “lagar de aceite”) era un huerto de olivos situado al comienzo del monte de los Olivos. En los tiempos de Cristo el aceite se obtenía mediante “prensas” en lugares preparados para machacar los olivos y sacar el aceite. Cuando no utilizaban las prensas, solían poner los olivos en especie de “recipientes grandes” y pisarlos con los pies hasta sacar todo el aceite que había dentro. Ese aceite servía para cocinar pero también para medicina, para ungir a los profetas, reyes, leprosos, enfermos, etc.
Nosotros somos como el olivo y en ocasiones Dios amerita “machacarnos” para sacar de nosotros un aceite especial que de no ser por ese proceso, tal aceite no saldría. Para sacar este aceite de nosotros, Él puede usar “la prensa” (la prueba) o usar personas para que sean quiénes nos “pisen” y “machaquen” hasta que quede poco de nosotros o nada. Solo así es cuando empieza a salir toda la unción que tiene que fluir de nuestro interior a nuestro exterior y entonces somos ungidos...
la completa unción es producida al ser quebrantados y procesados en el Getsemaní.
Solo cuando vivimos bajo esa unción es que podemos experimentar cosas grandes en el Señor. El éxito no forma el carácter; la fama y la gloria no nos fortalecen. Lo que nos forja y nos da fortaleza son aquellos momentos de tribulaciones y angustias, pues cuando salimos de ese proceso entonces conocemos un aspecto de Dios que no conocíamos y nuestra vida es transformada.
¿Puede testificar del Dios Sanador (Rafá en hebreo) si antes no ha estado enfermo? ¿Puede testificar del Dios que prospera si antes no ha estado en una situación difícil económicamente? No conocerá a Jehová Tsikenú (Justicia Nuestra) al menos que esté pasando por un momento injusto donde necesite un defensor. No conocerá a Jehová Nissi (Él que levanta mi bandera) al menos que hayan bajado su bandera de la esperanza, del consuelo. No conocerá a Jehová Shalom (Dios de Paz) al menos que esté en momentos de conflictos, donde la tormenta esté recia y necesite un momento de paz.
Mientras más grande es un edificio más fuerte son sus zapatas. Mientras más alto es un árbol más profundas deben ser sus raíces. Lo mismo sucede en nuestros tiempos difíciles, Dios está creando grandes profundidades, grandes raíces ya que las bendiciones y el éxito que se avecina también es grande, pero necesitamos estar fundamentados y firmes. ¿Por qué? Porque muchas personas que no han sido procesadas antes del éxito, cuando lo alcanzan se pierden, el poder los corrompe y los desvanece pues; ya que no echaron raíces, no tienen zapatas.
Por eso creo fielmente que los momentos difíciles son a gran escala una antesala de los momentos exitosos que disfrutaremos. La vida de éxito casi siempre está conectada a una vida de procesos y dificultades.
Por lo tanto, en esos momentos duros no puede perder su santidad, su integridad y su comunión. No puede dejar que la situación lo saque de la visión, porque es esa situación la que lo llevará a la promoción. No puede perder los estribos, no puede perder la paciencia. Mujer, es posible que esté perdiendo los cabales con su esposo, que cada vez le hace las cosas más difíciles y a veces quisiera hacer como dice un pastor argentino: “agarrarlo por el cuello y decirle a Dios: ó te lo llevas ó te lo mando”.
Es posible que ese jefe del trabajo le esté complicando todo y al estar haciéndole la guerra haya tenido deseo de imitar a Jesús cuando entró al templo con el látigo y bueno, mejor lo dejo ahí. Hombre: tal vez su esposa lo ha llevado a un límite que cada día pierde la paciencia y quisiera ponerle la mano en la cabeza y decir: Señor elimínala, digo ilumínala. Permítame decirle que esos momentos, si son bien manejados por usted, harán de su futuro inmediato algo glorioso, cuando Dios determine darle la victoria sobre esa situación. Es cuestión de cómo usted enfrente ese proceso por el que está pasando.
El proceso de Dios en tu vida es una bendición. No olvides depender de Dios y está dispuesto a cambiar. Hoy es tun nuevo tiempo.
Swanson, J., Nave, O., & Powell, G. D. (2012). Nuevo índice de temas de la Biblia de Nave. Bellingham, WA: Logos Bible Software
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