Tenemos que perder, si queremos ganar

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Si ganamos perdemos

Cuando fue la ultima ves que ganaste una discusión y perdiste la compania de un amigo, cuantas veces se ve afectado tu relación por que tu ganaste.
el ser humano tiene como instinto ganar nunca le gusta perder, siempre esta en constante competencia, no quiero que digas que el pastor te dijo que te vuelvas un perdedor de prestigio, y por eso vas a empezar a perder materias.
no estoy diciendo eso, estoy hablando del orgullo.

El rey inseguro

El rey inseguro
En el siglo VI a. C., el imperio babilónico creció hasta desplazar a Asiria y a Egipto como las potencias mundiales dominantes.
Pronto, invadió Judá y conquistó Jerusalén, exiliando a Babilonia a la clase profesional israelita, incluyendo a oficiales del ejército, artistas y académicos.
Al final, la mayor parte del mundo conocido estuvo bajo la égida del rey y general babilonio, Nabucodonosor. Sin embargo, en el libro bíblico de Daniel, capítulo 2, nos enteramos de que el hombre más poderoso del mundo no dormía bien.
Daniel 2.1–3 LBLA
1 En el año segundo del reinado de Nabucodonosor, éste tuvo sueños, y se turbó su espíritu y no podía dormir. 2 Mandó llamar el rey a los magos, los encantadores, los hechiceros y a los caldeos, para que le explicaran al rey sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey. 3 Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por el deseo de entender el sueño.
Nabucodonosor se quedó muy preocupado por su sueño.
En él había visto una figura inmensa, y quizá era esta la visión que deseaba que tuviera de él el mundo, “un gigante invencible, que se cernía sobre el mundo…” Sin embargo, la estatua tenía “pies de barro” y se vino abajo. Se despertó empapado en sudor. ¿Significaba eso que su imperio desaparecería? ¿O que llegaría alguien para explotar sus puntos débiles ocultos?

El rey reprendido

Los sabios de Nabucodonosor no pudieron interpretar su sueño. Por último, un oficial de la corte que era uno de los exiliados judíos, llamado Daniel, se adelantó.
Gracias al poder de Dios, fue capaz de decir al rey el contenido de su sueño, a pesar de que Nabucodonosor no lo había revelado. Luego, pasó a interpretarlo.
Daniel 2.31–35 LBLA
31 Tú, oh rey, tuviste una visión, y he aquí, había una gran estatua; esa estatua era enorme y su brillo extraordinario; estaba en pie delante de ti y su aspecto era terrible. 32 La cabeza de esta estatua era de oro puro, su pecho y sus brazos de plata, y su vientre y sus muslos de bronce, 33 sus piernas de hierro, sus pies en parte de hierro y en parte de barro. 34 Estuviste mirando hasta que una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra.
(Página108).
La estatua representaba los reinos del mundo. Tenía forma de ídolo gigantesco y representaba la conversión del poder y el éxito humanos en ídolos.
La estatua representaba los reinos del mundo. Tenía forma de ídolo gigantesco y representaba la conversión del poder y el éxito humanos en ídolos.
Era la civilización humana, el comercio y la cultura, el gobierno y el poder, ejercidos por los seres humanos para glorificarse a sí mismos.
Lo que hizo añicos al ídolo fue una piedra. En contraste con el resto de los materiales que formaban la estatua, la piedra “fue cortada, no con mano [humana]”.
Provino de Dios. Aunque la piedra valía menos que cualquiera de los metales que formaban la estatua, al final fue el componente más poderoso.
Daniel 2.44 LBLA
44 En los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino que jamás será destruido, y este reino no será entregado a otro pueblo; desmenuzará y pondrá fin a todos aquellos reinos, y él permanecerá para siempre,
Como dijo Daniel, fue el reino de Dios (v. 44) que un día se instauraría en este mundo.
El sueño era un llamamiento a la humildad.
Aunque a menudo parece que las circunstancias favorecen a los tiranos, al final Dios los derribará, ya sea gradual o dramáticamente.
Los que ocupan el poder deberían entender que no lo han alcanzado, sino que ha sido Dios quien se lo ha dado, y que toda potestad humana acaba deshaciéndose al final.
A Nabucodonosor se le pedía que cambiase su concepto de Dios. En su condición de pagano, sus creencias eran pluralistas: que en el mundo existían muchos dioses y fuerzas sobrenaturales.
Sin embargo, no había creído que existiera un legislador preeminente y todopoderoso a quien todo el mundo tuviera que dar cuentas, él incluido.
Se le dijo que existía un Dios único y supremo, soberano y juez, y ante quien era responsable del uso que hiciera de su poder.
Nabucodonosor aceptó el mensaje.
Daniel 2.46 LBLA
46 Entonces el rey Nabucodonosor cayó sobre su rostro, se postró ante Daniel, y ordenó que le ofrecieran presentes e incienso.
El rey confesó que Dios es “Dios de dioses” y el hombre más poderoso de la Tierra se postró, llevando a cabo un acto de humildad que no encajaba en absoluto con el orgullo habitual de Nabucodonosor.

EL espejismo de creer que estamos ganando

(Página114).
Si nuestra comprensión de Dios es vaga, no extrañemos que buena parte de nuestra adicción al poder y al control se debe a falsos conceptos de Dios. Los dioses que hemos hecho nosotros pueden permitirnos ser “señores de nuestro destino”.
(Página113).
Si nuestra comprencion de Dios es vaga, no extrañemos que buena parte de nuestra adicción al poder y al control se debe a falsos conceptos de Dios. Los dioses que hemos hecho nosotros pueden permitirnos ser “señores de nuestro destino”.
El sociólogo Christian Smith bautizó como “deísmo moralista, terapéutico” a la forma dominante de entender a Dios que encontró entre los jóvenes estadounidenses.
El describe este conjunto de dogmas.
Dios bendice y se lleva al cielo a quienes intentan llevar vidas buenas y honradas (la creencia “moralista”).
El objetivo central de la vida no es sacrificarse ni negarse a uno mismo, sino ser feliz y sentirse bien (la creencia “terapéutica”).
Aunque Dios existe y creó el mundo, no tiene por qué involucrarse especialmente en nuestras vidas excepto cuando surja un problema a este pensamiento se le llama deísmo
Esta visión de Dios nos convierte eficazmente en señores de nuestro destino y capitanes de nuestra alma. La salvación y la felicidad dependen de usted.
(Página115).
(Página114).
(Página114).
1 Corintios 4.6–7 NTV
6 Amados hermanos, puse el caso de Apolos y el mío propio como ilustración de lo que les vengo diciendo. Si prestan atención a lo que les cité de las Escrituras, no estarán orgullosos de uno de sus líderes a costa de otro. 7 Pues, ¿qué derecho tienen a juzgar así? ¿Qué tienen que Dios no les haya dado? Y si todo lo que tienen proviene de Dios, ¿por qué se jactan como si no fuera un regalo?
Nabucodonosor se había atribuido el mérito personal por su ascenso al poder. Ahora, empezó a humillarse y sus conceptos falsos de Dios quedaron modificados, pero los cambios no fueron muy profundos. Dios tendría que intervenir de nuevo.

Rey loco

En el capítulo 4, Nabucodonosor nos cuenta que estaba en su palacio, satisfecho y próspero, cuando le sobrevino otro sueño, esta vez no sólo inquietante, sino aterrador. Era un sueño sobre un árbol enorme:
Daniel 4.11–12 LBLA
11 “El árbol creció y se hizo fuerte, su copa llegaba hasta el cielo, y era visible desde los confines de la tierra. 12 “Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y en él había alimento para todos. Debajo de él hallaban sombra las bestias del campo, las aves del cielo hacían morada en sus ramas, y de él se alimentaban todos los seres vivientes.
Pero, entonces, se oyó una voz que ordenaba talar el árbol. Y la voz comenzó a hablar sobre el árbol, tratándole como a una persona y diciendo: “la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra… Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos”.
Pero, entonces, se oyó una voz que ordenaba talar el árbol. Y la voz comenzó a hablar sobre el árbol, tratándole como a una persona y diciendo: “la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra… Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos”. Con temor y temblor, el rey mandó a llamar a Daniel, quien escuchó el sueño y palideció. Después de guardar silencio durante un rato, dio la interpretación:
Con temor y temblor, el rey mandó a llamar a Daniel, quien escuchó el sueño y palideció. Después de guardar silencio durante un rato, dio la interpretación:
Daniel 4.24–27 LBLA
24 esta es la interpretación, oh rey, y este es el decreto del Altísimo que ha venido sobre mi señor el rey: 25 Serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo, y te darán hierba para comer como al ganado, y serás empapado con el rocío del cielo; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres y que lo da a quien le place. 26 “Y en cuanto a la orden de dejar el tocón con las raíces del árbol, tu reino te será afirmado después que reconozcas que es el Cielo el que gobierna. 27 “Por tanto, oh rey, que mi consejo te sea grato: pon fin a tus pecados haciendo justicia, y a tus iniquidades mostrando misericordia a los pobres; quizás sea prolongada tu prosperidad.”
En cierto sentido, el primer sueño había sido una lección académica.
Hablaba en términos generales sobre el carácter de Dios y el del poder humano. Esta vez, Dios se ponía personal.
Las lecciones académicas no habían servido; el rey seguía siendo un tirano.
Aún oprimía a razas y a clases concretas, y a los pobres (v. 27).
Ahora, Dios le enseñaría lo que tenía que aprender. Pero había esperanza. El árbol sería talado, pero el tocón quedaría arraigado en el suelo para que volviese a crecer.
Dios no andaba en busca de retribución, venganza o destrucción.
Aquello era un acto de disciplina, un sufrimiento infligido con miras a corregir y a redimir.
Por lo tanto, ¿cuál era la lección que Dios quería inculcar en el corazón de Nabucodonosor?
Era esta: “El Altísimo es soberano sobre los reinos de los hombres, y los da a quien quiere, y pone sobre ellos al más bajo de los hombres”.
Esto quiere decir que todo aquel que tiene éxito no es más que el receptor del favor inmerecido de Dios.
Incluso las personas que están en la cima de la jerarquía humana del poder, la riqueza y la influencia, son “los más bajos”, pues no son mejores que nadie.
Esta es una forma rudimentaria del evangelio: que lo que tenemos es el resultado de la gracia, no de nuestras “obras” o esfuerzos.
Dios decía algo así: “Rey Nabucodonosor, debes entender que el poder se te ha concedido por la gracia de Dios. Si supieras esto habrías estado más relajado y seguro, además de ser humilde y justo. Si crees que te has ganado el puesto gracias a tus méritos y a tus obras, seguirás viviendo con miedo y siendo cruel”.
Si crees que te has ganado el puesto gracias a tus méritos y a tus obras, seguirás viviendo con miedo y siendo cruel”.
Daniel 4.29–30 LBLA
29 Doce meses después, paseándose por la azotea del palacio real de Babilonia, 30 el rey reflexionó, y dijo: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?”
El rey contempló su reino y, al hacerlo, salió a la superficie el orgullo de su corazón.
En aquel momento, una voz del cielo dijo: “Serás alejado de las personas y vivirás con las bestias salvajes; comerás hierba como el ganado… hasta que admitas que el Altísimo es soberano sobre los reinos de los hombres y los da a quien quiere”
Daniel 4.31–32 LBLA
31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino del cielo: “Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado, 32 y serás echado de entre los hombres, y tu morada estará con las bestias del campo; te darán hierba para comer como al ganado, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y que lo da a quien le place.”
. Inmediatamente, Nabucodonosor cayó en lo que pareció un periodo de grave enfermedad mental, debido a la cual estaba demasiado trastornado como para habitar en el palacio; así que vivía en los terrenos del mismo entre los animales. La resurrección
Inmediatamente, Nabucodonosor cayó en lo que pareció un periodo de grave enfermedad mental, debido a la cual estaba demasiado trastornado como para habitar en el palacio; así que vivía en los terrenos del mismo entre los animales.

Ironia del Orgullo

(Página119).
(Página118).
(Página118).
¿Qué sucedió? Una de las grandes ironías del pecado es que, cuando los seres humanos intentan convertirse en algo más, ser como dioses, caen hasta un estado inferior al de las personas.
Ser nuestro propio dios y vivir para nuestra propia gloria y poder conducen al tipo de conducta más bestial y cruel.
El orgullo nos convierte en depredadores, no en personas. Esto es lo que le sucedió al rey.
Pero si usted permite que la muerte de su orgullo le humille en lugar de amargarle, y se vuelve a Dios en vez de vivir para su propia gloria, el proceso puede conducirle a una resurrección. Podrá surgir, al fin, plenamente humano, con un corazón de carne en vez de uno de piedra. Algo así le sucedió a Nabucodonosor. Según las palabras de su propio testimonio:
Daniel 4.34 LBLA
34 Pero al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y recobré mi razón, y bendije al Altísimo y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su dominio es un dominio eterno, y su reino permanece de generación en generación.
Daniel 4.36 LBLA
36 En ese momento recobré mi razón. Y mi majestad y mi esplendor me fueron devueltos para gloria de mi reino, y mis consejeros y mis nobles vinieron a buscarme; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.
daniel 4.34
Cuando “alzó sus ojos al cielo”, para mirar a Dios, el resultado fue algo más que la restauración de su cordura.
“Mayor grandeza le fue añadida” (v. 36).
Este es el patrón profundo de la gracia, cuya manifestación suprema es Jesús. Nuestros corazones dicen: “Me levantaré, seré como el Altísimo para mi propia gloria”; pero Jesús dijo: “Yo descenderé, me humillaré por amor a ellos”. Se hizo humano y fue a la cruz para morir por nuestros pecados ().
Jesús perdió todo poder y se convirtió en siervo para salvarnos. Murió, pero su muerte condujo a la redención y a la resurrección. De manera que si usted al igual que Nabucodonosor, cae en grandes debilidades, pero dice “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” , se producirá crecimiento, transformación y resurrección.
Únicamente si admitimos nuestro pecado, necesidad e impotencia, y nos confiamos a su misericordia, gozaremos de la seguridad de su amor y, por lo tanto, recibiremos un poder que no nos llevará a oprimir a otros.
La inseguridad ha desaparecido, el deseo de poder se ha cortado de raíz. Como dijo una vez un predicador: “El camino para ascender desciende; el camino para descender es ascender”.
(Página122).
(Página121).
(Página119).
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