Dios te ha llamado
Vamos a ver como Dios llama a 2 personas para servirle y ser parte de su ministerio
INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
143. SALVO PARA SERVIR A DIOS
Gén. 37:13–28; 39:21a; 41:38–46; 45:4–13. Ex. 2:1–10; 3:1–12; 12:29–38, 51; 1 Sam. 18:10–16; 19:9–12; 20:30–33; 21:10; 22:1–4; 24:3, 12–16; 2 Sam. 2:4; 5:1–5; Dan. 1:3–7; 3; 6; Jon. 1; 2:1, 2, 11; 3; Mat. 2:1–8, 13; 27:29, 37, 54; 28:6, 18; Apoc. 1:4–7; 6:1; 7:9–17; 14:1–3; 19:1–16; 21:21–27; 22:1–3; Luc. 22:31; Mat. 26:69–75; Mar. 14:66–72; Hch. 2:14–42; Hch. 9:3–6, 13–15; 25:10, 11; 26:27; 28:16–31.
Un niño de siete años de edad quería saber para qué había nacido, y se lo preguntó a su papá. El papá le dijo que él y su mamá habían orado pidiendo a Dios un niño. El pequeño interrogador no quedó muy satisfecho e hizo otra pregunta: “¿Eso es todo?” Entonces el padre explicó lo mejor que pudo a su hijito que Dios tiene un propósito para cada persona y por lo mismo le conserva la vida; y que tal vez Dios quería usarlo de alguna manera. No mucho tiempo después el niño trepó a un árbol y accidentalmente se cayó y quedó herido de gravedad. Todas las personas que lo veían creían que no viviría; pero Dios hizo el milagro de conservarle la vida. Cuando el niño pudo pensar normalmente, dijo: —Papá, tú me dijiste que tal vez Dios quería usarme, ¿te acuerdas? El padre contestó: —Sí, hijito. Y el niño agregó: —Tal vez por esto Dios no quiso que yo muriera en este accidente. —En seguida, con lágrimas en sus ojos, agregó—: Espero poder hacer aquello para lo cual Dios me devolvió la vída.—Adaptación.