El Remedio para la incredulidad
Introducción
Comentario de Adam Clarke
Comentario de Adam Clarke
¿Cómo es posible que los cristianos, que estamos unidos por agencias tan poderosas, tengamos disputas mucho más grandes que los incrédulos? Y ¿cómo es que en una confederación en la que hasta ahora prevalece el amor fraternal, hayan surgido violentas disputas a causa de dioses ajenos? Respuesta: Porque la verdadera piedad, por medio de la cual se le rinde a Dios la adoración y la oración verdaderas, ha desaparecido de entre nosotros.
ULRICO ZWINGLIO
La verdadera causa de que a muchos les disguste el Evangelio es la santidad de vida que exige. Pocos verán defectos en la enseñanza de doctrinas puramente abstractas. Pero si censuramos los pecados en boga en nuestro tiempo y llamamos a los hombres al arrepentimiento y a seguir el camino de Dios, habrá miles que se ofenderán de inmediato. La verdadera razón de que muchos profesen su incredulidad y vituperen el cristianismo es el testimonio que da de la maldad de sus propias vidas. Igual que Acab, lo odian “porque nunca [les] profetiza bien, sino solamente mal” (1 Reyes 22:8).
El niño iba a ser una “señal” Esto significa que él iba a señalar, no hacía sí mismo, sino hacia Quien lo envió, cuya imagen él reflejaría y cuyas obras él realizaría. Al pretender esta estrecha relación con su Padre celestial, se “hablaría en su contra” o sería contradicho. Que esto fue lo que realmente sucedió
Por medio de su actitud hacia Jesús, los hombres estarían constantemente revelando los pensamientos o reflexiones de sus corazones. Mostrarían si estaban en “pro” o en “contra” de él. La neutralidad sería para siempre imposible
Piensa que la religión debe recibir la alabanza del mundo y se esfuerza en obtenerla. El hombre de Dios recuerda que la religión verdadera “no contenderá, ni voceará”, ni buscará publicidad.