Salazar-Guerron Wedding Homily

Finalmente estamos aquí. Ha llegado el día donde toda la planificación de los detalles grandes y pequeños se unen. Sabes, las bodas solían ser una celebración de siete días. No tanto para hacerlo oficial, sino para regocijarse con aquellos que se habían casado. Y aunque mucho ha cambiado desde entonces hasta ahora, todavía es un momento de celebración y alegría para ambas familias.

Ahora ha llegado el momento de dar el siguiente paso en esta unión amorosa ante aquellos por lo cual tienen tanto cariño en sus corazones. Amamos la Escritura que fue elegida para ser leída hoy. Este pasaje de la Biblia es uno que muestra como debe ser un matrimonio que agrada al Señor.

Esta parte de la Biblia comienza recordándonos lo importante que es someterse unos a otros en el matrimonio. Insta a la esposa a someterse a su esposo y, al mismo tiempo, reta al esposo a amar a su esposa de la misma manera que CRISTO amaba a la iglesia. Y la forma en que Cristo finalmente mostró su amor por la iglesia fue dando su vida por ella. Lo que todos estamos testificando hoy en esta santa unión es una representación de Dios y su pueblo.

Dios compara la relación entre esposo y esposa con alguien que cuida su propio cuerpo físico. William, esta Escritura es un desafío para ti para mostrarle a Luisana tu amor por ella en toda forma que sepas cómo y más. Habrá momentos en que ella puede enfermarse, frustrarse o impacientarse. En esos momentos recuerda las promesas que estás haciendo hoy. Luisana, esta Escritura también es un desafío para ti para mostrar a William tu amor a través de tu respeto por él. Habrá momentos en los que no estén de acuerdo, pero al final sabrán que el amor que tienen el uno por el otro y por Dios es lo que ayudará a mantener esta relación unida.

Esta Escritura también menciona cómo los dos están unidos como uno solo. Hoy tendrás la oportunidad de participar en lo que llamamos la ceremonia de la vela de la unidad. Lo cual representará simbólicamente que ustedes dos se vuelvan uno a los ojos del Señor.

Algo que un amigo cercano compartió en la homilía de nuestra boda no hace mucho fue nunca olvidar que Gio es un regalo. Hoy los exhortamos a que siempre recuerden que son un regalo uno para el otro y que nunca tomen por dado a la otra persona. Ustedes dos han sido reunidos por mucho más que para alegrarse mutuamente, pero para ayudarse mutuamente a ser lo mejor que pueden ser a los ojos del Señor. Hoy comenzarán un viaje en la Tierra que tendrá un impacto por el resto de la eternidad.