Un Inmutable Salvador
Un Inmutable Salvador
—Un Sermón para el Año Nuevo—
Hebreos 13:8
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.”
Otro año más ha pasado. Un nuevo año ha llegado. Hemos visto muchos cambios. Hemos visto cambios en nuestro país, y cambios también en el mundo. La sociedad está cambiando. A veces los cambios son dramáticos y rápidos; otros son más lentos e imperceptibles. Nosotros mismos hemos cambiado. Somos peores o mejores que el año pasado. Puede que algunas áreas de nuestras vidas hayan empeorado, mientras otras hayan mejorado. Somos más o menos piadosos, más o menos temerosos de Dios.
Heráclito decía que lo único permanente era el cambio. Nadie se baña en el mismo río dos veces. Sin dudas el cambio es una gran realidad de nuestra existencia. Tan sólo lo transcurrido en un año nos ofrece una muestra de esa realidad.
Económicamente tenemos más o menos que antes. Para algunos el año que pasó implicó la alegría de nuevos miembros en sus familias. Para otros tristemente hubo pérdidas. Las cosas no se quedan estáticas. Nuestros hijos cambian delante de nuestros ojos.
Algunos comenzaron el año con buena salud, pero terminaron con gran debilidad. Todo parece estar en movimiento y bajo el proceso de los cambios.
Una joven con quien hablaba esta semana me decía que había decidido no estudiar Ing. de Sistemas por el temor a perder su inversión y su tiempo, pues a la hora de terminar la carrera las cosas que aprendió ya están obsoletas. La tecnología va demasiado rápido. Nadie puede caerle atrás.
Cuando el hombre decide poner su confianza en las cosas de este mundo, no importa el lugar donde ponga sus ojos, todo viene a ser arena movediza.
La esperanza misma de salvación los hombres la colocan sobre arena movediza. El Señor habló de eso cuando habló del hombre que construyó su casa sobre la arena. Construir la esperanza del cielo sobre aquello que no tiene estabilidad es el riesgo más grande que el hombre puede tomar.
Hay sólo una cosa que no cambia. Sólo hay una cosa que no cambia. Es una Roca que Heráclito desconocía; una Roca a la que la mayoría no le ha prestado atención.
[Leer Hebreos 13:8]
Contexto
Concepto
Consolación
Compromiso
I. Contexto
El versículo 8 no es una hermosa expresión diseñada a formar parte de un cuadro a colgar en una pared. Fue escrita en un contexto específico con un propósito determinado. ¿De qué está hablando el autor? ¿Cuál es la relación del v.8 con todo el contexto? ¿Qué debía este dicho producir en la mente y corazón de sus lectores?
Este versículo tiene relación directa con el versículo anterior.
R60 Hebrews 13:7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.
Algunos ven aquí una referencia a muerte por martirio cuando se les dice “considerad cuál haya sido el resultado de su conducta”. Vivieron de tal manera para Dios que estuvieron dispuestos a dar sus vidas por el Señor; ‘imitad su fe’. Estos pastores sellaron el mensaje que proclamaban con su propia sangre. Son un modelo a imitar.
“Moldeen vuestras vidas de tal manera que también en el caso de ustedes, cuando surja la necesidad, no será algo difícil o extraño ofrecer vuestras vidas por causa de Cristo, sino lo natural… porque en todas las cosas han sido inspirados por el pensamiento de la negación personal, del sufrimiento y la renuncia voluntaria” (Geerhardus Vos, Grace and Glory, p.199).
En este sentido el pasaje también está relacionado con lo narrado en el capítulo 11 con respecto a los héroes de la fe. Ese catálogo de ejemplos que tenemos allí nos muestra el resultado que sobrevino a muchos que se negaron a aceptar liberación a costa de su obediencia y fidelidad al Señor.
R60 Hebrews 11:35 …Mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. 36 Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38 de los cuales el mundo no era digno.
Lo que hace el capítulo 12 luego es estimularnos a seguir el ejemplo de esos siervos del Señor.
R60 Hebrews 12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. 4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado.
Los ojos de esos creyentes del pasado estaban puestos en el Mesías venidero. Ahora nosotros somos llamados a poner nuestros ojos en el Mesías que ya vino, en Jesús, el autor y consumador de la fe. Los líderes vienen y se van, pero Jesucristo no cambia y permanece.
Con ese trasfondo recién en mente el autor les confirma la inmutabilidad y la eternidad de Jesucristo, pues es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
La misma gracia que sostuvo a aquellos que predicaron la Palabra de Dios a ustedes hasta el punto de ofrendar aun sus propias vidas de manera triunfante, es la gracia que está disponible para nosotros hoy.
Pero puede que el pasaje no esté haciendo referencia directa al martirio, y que sólo esté señalando el buen ejemplo de la conducta de esos líderes. “Consideren la vida de estos hermanos de principio a fin; imiten su fe.” Pero sea una cosa u otra, la implicación es la misma.
Aparentemente el autor ha empezado a notar una disminución en el celo y el compromiso de estos creyentes. Si ellos iban a impactar la sociedad como lo hicieron sus antecesores, tenían que aferrarse al hecho de que Jesucristo no había cambiado. Ellos habían cambiado en su compromiso. Algo había empezado a erosionar su esperanza; la fortaleza de su fe no se encontraba en el mismo plano que la de los demás. Y tal como vemos en el resto de la epístola, el peligro de la apostasía era latente.
Antes que decaer, el Cristo que ellos profesaban creer debía estimularles a seguir hacia delante y a crecer en la gracia. Cuando el progreso espiritual se detiene es porque algo malo está ocurriendo.
“El cristiano estacionario no existe. Es tan sólo la apariencia externa de la vida cristiana que puede parecer estacionaria—dentro las fuerzas y procesos siempre están activos operando en una dirección o en otra” (G. Vos, p.201).
Sus antiguos líderes habían muerto, pero Jesucristo permanece siempre el mismo. La constancia de Jesús nos capacita a imitar la fe de los líderes del pasado. El poder y la gracia que estaba disponible para ellos es la misma que está disponible para nosotros. Por la misma persona, por la misma obra, Dios suple nuestras necesidades así como lo hizo con aquellos.
Otro aspecto del contexto lo encontramos en los versículos 5 y 6.
5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.
La relación obvia es que así como el Señor estuvo con Josué y no lo desamparó, así estará con nosotros. El Señor es el mismo. Su fidelidad es permanente. Podemos seguir depositando nuestra confianza en Él. El mundo puede cambiar; nuestras circunstancias pueden cambiar; nuevos retos pueden llegar; los peligros pueden amenazar; las tormentas pueden azotar; pero las palabras del Señor seguirán siendo ciertas: “No te desampararé, ni te dejaré.”
El ejemplo de los patriarcas fue bueno y estimulante. La instrucción y la conducta de sus antiguos pastores les fueron de gran ayuda. Pero el objeto de nuestra fe debe permanecer inconmovible, es la Roca de nuestra salvación. Es Jesucristo, el mismo ayer, hoy y por los siglos; Él es el líder de todos los líderes, el Príncipe de los pastores. Recuerden a los hombres del pasado, pero pongan su confianza únicamente en Aquel que tiene vida en sí mismo. ‘Lo que fue Cristo para ellos, es lo mismo que será para ustedes’, es lo que les dice el autor.
II. Concepto
¿Cuál es el concepto que se nos plantea aquí? ¿Qué doctrina está planteando?
Se nos está hablando de la inmutabilidad del Señor.
En primer lugar, podemos hablar de la inmutabilidad de Cristo en su naturaleza.
Es una referencia a su divinidad, no su humanidad. Su naturaleza humana tuvo un comienzo; su naturaleza divina, no.
Jonathan Edwards dice:
It had a beginning. It was conceived in the womb of the Virgin. It was in a state of infancy, and afterwards changed from that state to a state of manhood, and this was attended not only with a change on his body, by his increasing in stature, but also on his mind. For we read that he not only increased in stature but also in wisdom. Luke 2:52. And the human nature of Christ was subject to sorrowful changes, though not to sinful ones. He suffered hunger, and thirst, and cold… But the divine nature of Christ is absolutely unchangeable, and not liable to the least alteration or variation in any respect. It is the same now as it was before the world was created. It was the same after Christ's incarnation as before, when Christ was born in a stable, and laid in a manger, and underwent many changes on earth, and at last suffered that dreadful agony in the garden, and suffered on the cross. It made no real alteration in the divine nature. And afterwards when Christ was glorified, and sat on the right hand of the Majesty of high, it made no alteration in his divine nature.
La inmutabilidad de Dios no quiere decir que Dios es inmóvil o que permanece en un estado de inercia. Para Aristóteles el ser supremo es el Inmóvil. En el cristianismo bíblico Dios no es así. Nuestro Dios es activo; activo en el mundo; activo en la vida de su pueblo.
Dios no cambia en su naturaleza. No sufre mutaciones. En Dios no hay potencial. No tiene el potencial de ser algo mejor mañana. Él es lo más excelente y excelso que puede existir. No puede ser mejorado.
Exodo 3:13-15
13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?
14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos.
R60 Numbers 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?
R60 Hebrews 6:18 para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.
LBA James 1:17 Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación.
Ver Hebreos 1:12
La mente de Cristo no cambia.
Por eso la ley moral de Dios es permanente. La idolatría siempre va a ser aborrecible para Dios. Lo mismo que la mentira, que el adulterio, el robo y la codicia.
No le podemos dar información nueva, porque ya lo sabe todo. Cuando oramos nosotros no informamos a Dios. Nosotros no oramos para que Dios cambie de opinión.
Su carácter no cambia.
La santidad de Cristo no cambia.
La regla y criterio de comparación no es la justicia del hombre más santo y justo que esté pisando la tierra en la actualidad. La regla de comparación siempre será Jesucristo, y por cuanto Él no cambia, Dios nunca rebajará su criterio de justicia y santidad. No se acomodará al hombre. No hará una curva determinada por el hombre más santo de la actualidad.
La santidad es una santidad inmutable.
Todos sus atributos son inmutables.
Lo más terrible que nos puede pasar es que Dios cambie, que pierda su memoria, que pierda su poder, que pierda su santidad. Ese sería el desastre más grande del mundo. La inmutabilidad de Dios es la Roca de nuestra fe y salvación.
“Esta afirmación ha sido una fuente de fortaleza y aliento para los creyentes cristianos en cada generación. Ha sido correctamente entendido como una expresión de la confiabilidad indefectible de aquel que es nuestro Salvador, antes que como una definición ontológica” (Philip Hughes, p.570).
En segundo lugar, podemos hablar de la inmutabilidad de Cristo en su obra redentora.
El valor de sus méritos nunca cambiará. La justicia con la que vivió en la tierra siempre será válida, y por lo tanto, será la única justicia necesaria para la justificación de los pecadores de todas las generaciones.
Su sacrificio fue el perfecto, y seguirá siendo el sacrificio suficiente y completo para la salvación de los pecadores.
Hebreos 10:10-14
10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
La Biblia habla del sacrificio de Cristo como algo llevado a cabo en la mente de Dios desde antes de la creación del mundo.
1 Pedro 1:18-20
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.
Se llevó a cabo tal como fue diseñado y cumplió su propósito. Es el Redentor perfecto, el Cordero perfecto, el sacrificio perfecto.
“Aquel que ayer fue la fuente y objeto de la fe triunfante de aquellos líderes que les instruyeron en la Palabra de Dios (ver el versículo anterior) todavía hoy es el mismo Redentor y Señor todo-suficiente y todopoderoso, y continuará así por los siglos.” (Philip Hughes, ibid.).
Pero como sacerdote no sólo ofreció el sacrificio perfecto que será válido por toda la eternidad, también intercede por nosotros y seguirá intercediendo fiel. Seguirá siendo nuestro abogado defensor en gloria.
R60 1 John 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
R60 Romans 8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
Hebreos 7:24-28
24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.
Hebreos 4:14-16
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. 16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
El rol de Cristo como Redentor es inmutable.
Christ is at all times equally sufficient for the office he has undertaken. He undertook the office from eternity, and he was sufficient for it from eternity. He has been in the exercise of his office from the fall of man, and remains equally sufficient throughout all ages. His power and his wisdom, his love, his excellency, and worthiness is at all times equally sufficient for the salvation of sinners, and for the upholding and glorifying of believers. He is forever able to save, because he lives forever. His life is an endless and unchangeable life. He is at all times equally accepted as a Mediator in the sight of the Father, who is ever well pleased in him. He is always equally worthy and lovely in his eyes. He is daily his delight, rejoicing always before him. The sacrifice that he has offered, and the righteousness that he has performed, is at all times equally sufficient. His blood is as sufficient to cleanse away sin now, as when it was warm from his wounds (Jonathan Edwards).
Nunca será necesario reemplazarlo. Su obra nunca será obsoleta. No necesita actualizaciones ni adiciones para mantener su perfección. Es suficiente y siempre lo será.
¿Y qué si Cristo no fuera inmutable? ¿Cuáles son las implicaciones de que Cristo no fuera inmutable? ¿Cómo afectaría eso nuestra salvación y la esperanza de la vida eterna?
¿Y qué si Cristo fuera como uno de nosotros—si fuera inconstante y caprichoso? Nosotros hacemos resoluciones y no cumplimos. ¿Recuerdas tus resoluciones al inicio del año pasado? ¿Y qué si Cristo fuera así con sus resoluciones, si fuera como nosotros en su carácter y en capacidad? Estaríamos perdidos.
Un día estamos fuertes, al siguiente estamos en gran debilidad. Un día estamos firmes con gran resolución; al siguiente estamos titubeando. En una ocasión firmes; a la siguiente inseguros como la arena. Los hombres nos decepcionan; no cumplen su palabra. Es el precio de poner nuestra confianza en los hombres.
R60 Malachi 3:6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.
R60 Lamentations 3:22 Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.
Si cambiara de opinión, si perdiera su poder y capacidad, si aun perdiera el deseo de salvarnos, estaríamos perdidos. La inmutabilidad del Señor es nuestra esperanza y consuelo.
R60 Hebrews 7:25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Imagínense que se cansara de su rol como sumo sacerdote y dejara de interceder por nosotros. Hay profesiones que caen en descrédito porque muchos prometen una cosa que no cumplen. ¿Y qué si Cristo fuera así? Estaríamos en graves problemas.
Pensemos por un instante que de repente ya Él dejara de compadecerse de nuestras debilidades; o que dejara de estar disponible en su trono de gracia para el momento de necesidad. Si Jesucristo no es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos, ¿de qué consuelo nos serán sus promesas? Si tan sólo cambiara de opinión… todo sería un desastre.
Hebreos 8:10-12
10 Por lo cual, éste es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; 11 Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. 12 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Si este versículo 12 no fuera siempre verdad, entonces estamos perdidos.
Pero qué bueno que nuestro Señor no cambia en su carácter, no cambia en su resolución, ni pierde su capacidad de salvarnos, porque Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
III. Consolación
You may greatly comfort yourself that you have an unchangeable friend in Christ Jesus. Constancy is justly looked upon as a most necessary and most desirable qualification in a friend.
Esta doctrina nos confirma que estamos seguros en Jesucristo. Su amor no cambia. Dispuso su corazón a amarnos cuando ni siquiera le amábamos (antes bien le aborrecíamos).
R60 John 13:1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
La inmutabilidad del Señor es un gran contraste con todo lo que demás que conocemos. Todo lo demás cambia. Hay variación, envejecimiento, transformación, movimiento. La transitoriedad es la marca de todo lo demás.
Como humanos somos impredecibles. Hoy podemos estar sanos y mañana enfermos; hoy fuertes y mañana débiles. Pero en realidad no es que somos en un momento fuertes; la realidad es que siempre somos débiles y vulnerables. Las fluctuaciones nos caracterizan. Pero nuestro Dios es el mismo. La historia bíblica nos demuestra este punto. ¡Cuántas fluctuaciones en los hombres! ¡Cuánta firmeza en Dios!
Es por eso que en lugar de encontrar la respuesta a nuestros problemas, faltas y necesidades en nosotros mismos, debemos buscarla en Dios. Sólo Él nos puede salvar de los peligros de las fluctuaciones de nuestra fe y de las debilidades de nuestro carácter.
Sólo aferrándonos del Cristo inmutable es que podemos salir airosos.
Posiblemente ellos habían depositado demasiada confianza en los líderes espirituales que antes les habían guiado. Ahora sienten de manera aguda su ausencia. No ven en ellos los mismos recursos, el mismo material para llevar a cabo la obra. Este era el momento para que ellos poner sus ojos en Jesús.
“He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).
No importa lo que este año nos depare, de una cosa podemos estar seguros, Cristo seguirá siendo el mismo. Su amor seguirá siendo el mismo.
¿Cómo vemos a Cristo actuando en los evangelios? Le vemos actuando con gran compasión y misericordia. Su deleite era ayudar a los débiles y necesitados. Cuando veía la angustia de los padres con un hijo enfermo, él se identificaba con ellos y les asistía. Sus entrañas se conmovían ante el dolor de los demás. Y como Él no cambia, su interés y preocupación siguen siendo los mismos.
Rom 5
Romanos 8
Nada nos separará del amor de Dios que es en Cristo Jesús.
He is unchangeable in his acceptance of those that believe in him, and never will reject them. And he is unchangeable in his complacency and delight in them… And as Christ is unchangeable in his intercession, so he is unchangeable in upholding and preserving those that are his, and ordering all things for their good, until they are brought to his heavenly glory. He is constant and unchangeable in taking care of them in all respects, and will hereafter receive them to a constant and unchangeable enjoyment of himself.
Mat 11:28-30
Es el mismo Salvador que nos da descanso y alivio de nuestros pecados.
Es el mismo Salvador que nos santifica.
Todavía es una segura ancla del alma (heb 6).
Por la gracia de Dios podemos ser mejores este año que lo que fuimos el año que acaba de pasar. La misma gracia de Cristo que estuvo disponible para los santos del pasado, está disponible para nosotros.
IV. Compromiso
R60 Hebrews 13:9 No os dejéis llevar de doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón con la gracia, no con viandas, que nunca aprovecharon a los que se han ocupado de ellas.
Tenemos un compromiso con Cristo; con el mismo Cristo de siempre; con el único mensaje verdadero del evangelio. No hay dos o tres evangelios diferentes. Hay un solo mensaje evangélico, y su contenido es Jesucristo y éste crucificado.
Sólo hay un cristianismo, no un cristianismo de ayer y otro para hoy. El Señor es el mismo; el mensaje es el mismo.
R60 Hebrews 10:23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
And though Christ be unchangeable, yet you are not. You are changed for the worse since the time when you were awakened. Christ is equally an enemy of sin, and you are become more sinful than you then were.
When you were first converted, your heart seemed to be wrapt up in love to Christ, and delight in him and his praises. You were then continually meditating on Christ and the things of Christ, and your meditations on him were sweet. And you were then much in speaking of those things, and you delighted to speak of them. And why is it so much otherwise with you now? Is Christ less excellent than he was then? Is he less worthy of your love?
Quizás hemos cambiado para lo peor, y las circunstancias también han cambiado. A pesar de ello, el Jesús que nos ayudó ayer, y que inspiró a los líderes que admiramos en el pasado, es el mismo hoy. ¿Quién puede saber lo que el mañana nos depara? Pero una cosa es cierta: Jesús no será diferente.
Cristo es como el sol: o te endurece como el barro, o te derrite como la cera.
III. The truth in the text may be applied by way of reproof.
First, to those that have been heretofore under awakenings, but have now become senseless and careless. This doctrine shows your folly. You act as if Christ were altered, as though he were not now so dreadful a Judge, and his displeasure not so much to be feared, as heretofore. Time was when you were afraid of the displeasure and wrath of Christ. You were afraid of the dreadful sentence from his mouth, "Depart, ye cursed, into everlasting fire." And why is it so much otherwise with you now? Is not the wrath of this Judge as much to be dreaded now, as ever it was? Time was, when those threatenings, that Christ has denounced against sinners, were terrible things to you. And why do you make so light of them now? Is this your great Judge grown weaker than he was, and less able to fulfill his threatenings? Are you less in his hands than you were, or do you imagine that Christ is become more reconciled to sin, and has not such a disposition to execute vengeance for it as he had?
Time was, that you seemed to feel yourself to be in lamentable circumstances that you had not an interest in Christ, and to have a great mind to get an interest in him. You sought it, and prayed to God daily for it, and took considerable pains, and went and asked others what you should do to obtain an interest in Christ. Why is it that you are so much more careless about it now? Is Christ altered? Is an interest in him less valuable, or less necessary, now, than it was then? Was acceptance with him worth earnestly seeking, and praying, and striving for then, and is it good for nothing now? Did you stand in great need of it then, and can you do well enough without it now?
Time was when you seemed to be much concerned about your having been guilty of so much sin against God and Christ, and, it may be, wept about it in your prayers. But now, you are not concerned about it. The thought of your having so often and so greatly offended him does not so much trouble you, but that you can be easy and quiet, and have your heart taken up about one vanity or another, without being very much disturbed with the thoughts of your sins. Then you used to be careful to avoid sin. You were watchful to avoid those things that were forbidden in God's holy word. You were careful that you did not sin by profaning the Sabbath, or by unsuitably spending the time in God's house, or by neglecting the duties of reading and prayer. You were careful of your behavior among men, lest you should transgress. If you suspected anything to be sinful then, you dared not do it. But now there is no such care upon your spirit, there is no such watch maintained, you have no such guard upon you. But when you are tempted to do or omit anything, it is not a thought coming with weight upon your heart, "Is this sinful or not?" "Is this contrary to the mind and will of God, or not?" You do not dwell long on such kind of thoughts as these. You are grown very bold, and live in neglects and practices that are sinful, and that you have light enough to know to be so. Just as if you thought that Christ's disposition with respect to sin was altered, and that he was less an enemy to sin now than he was then. Instead of being less an enemy to sin than you then thought he was, and instead of being a less dreadful Judge of ungodly men than you then imagined, or had a sense of in your heart, he is a thousand times more so. For then, when you was most awakened and convinced, you conceived but very little of what is in reality. You apprehended very imperfectly the enmity of Christ's nature against sin, and the dreadfulness of his wrath against the ungodly. It was but a little sense you had of it. His wrath is infinitely more dreadful than ever you have yet had any conception of.
1.) It shows that as Christ invited such sinners, when these invitations were spoken and penned, so he does now, for he is the same now that he was then. So that you are to look on the invitations that you find in your Bible, not only as invitations that were made then when they were first spoken or written, but that are made now. Christ makes them now as much as he made them then. Those invitations which proceeded out of Christ's mouth when he was on earth are made to you now as much as if they now this moment proceeded from Christ's mouth. For there is no alteration in Christ. He is the same as ever he has been. So that when you read or hear any of the invitations of Christ, you may look upon them as if they now came from his blessed lips.
2.) It shows that if you come to Christ, he will surely prove to be the same in accepting that he is in inviting. Christ will be consistent with himself. He will not appear one way in calling and inviting you, and then another way in his treatment of you when you come to accept of his invitation. Christ will not appear with two faces, with a pleasant winning face in inviting, and with a frowning countenance in his treatment of persons that come at his call. For he is ever the same. You see that Christ is exceedingly gracious and sweet in his invitations. And he surely will be as gracious and sweet in his acceptance of you, if you close with his call. And then Christ does not merely invite, he also promises, that if you accept of his invitation, he will not reject you. John 6:37, "Him that cometh unto me I will in no wise cast out." He that is the same yesterday, today, and forever, will be found the same in fulfilling that he is in promising.