Emociones, condiciones y respuestas
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· 39 viewsEl creyente experimentará emociones positivas y negativas a las cuales debe responder de acuerdo a la palabra de Dios.
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Emociones: todos las sentimos
Emociones: todos las sentimos
Los sentimientos y las emociones son parte de lo que somos. Todos las experimentamos y no podemos escoger las que sentimos o no. Son una respuesta de nuestro ser a lo que nos pasa y han sido puestas por Dios en nosotros con un propósito.
Si alguien de tu familia enferma te sentirás preocupado. Si una relación termina, te sentirás triste. Si te otorgan un premio te sentirás satisfecho. Si nace un hijo, te sentirás feliz. No escogemos cómo nos sentiremos, simplemente reaccionamos.
Algunas personas tratan de suprimirlas, de negarlas, de no prestarles importancia. Esa es su forma de manejarlas. Otras personas permiten que lo que sienten en un momento dado condicione su vida y las emociones los controlan.
Como todo en la vida, aunque sean una respuesta natural a un suceso, podemos reaccionar de forma correcta o incorrecta. Es como el hambre. Es una sensación natural y tiene un propósito. Nuestra respuesta no puede ser: no tengo hambre, eso no es cierto. Tampoco puede ser: voy a comer hasta que me dé una indigestión. Debemos responder de una forma equilibrada a lo que sentimos.
13 ¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.
Santiago 5.13-1
13 ¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.
14 ¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.
15 La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha pecado, su pecado se le perdonará.
16 Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
17 Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio.
18 Volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos.
Algunas respuestas son pecaminosas
Algunas respuestas son pecaminosas
Debemos tener en cuenta que muchas de nuestras formas de ser han sido marcadas por el pecado que hay en nosotros. Eso significa que nuestra respuesta emocional a lo que nos pasa podría no ser de agrado a Dios y forma parte de nuestra vieja naturaleza.
Tomemos como ejemplo el enojo. Nuestra respuesta cuando estamos enojados podría no ser lo que Dios espera.
26 «Si se enojan, no pequen.» No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol,
13 De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo.
Si eso es así, si nuestra forma de manejar las emociones ha sido marcada por el pecado, eso es algo que debemos abandonar.
13 Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible,
22 Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos;
8 Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno.
Colosenses
Si usted se enoja y eso lo hace decir palabras hirientes o usted se encierra y no le habla a la persona con la que se siente enojada, ha estado manejando esa emoción de una manera pecaminosa, necesita reconocerla como tal y arrepentirse.
¿Qué uno hace cuando está afligido?
¿Qué uno hace cuando está afligido?
Diferentes respuestas
Diferentes respuestas
Ya que somos diferentes vamos a responder a la angustia de forma diferente. Algunos vamos a negar que nos sentimos afligidos. Diremos que no es nada. Mientras que otros reconocerán que se sienten angustiados por algo.
Admitir cómo me siento
Admitir cómo me siento
Santiago no les dice a los hermanos que si se sienten angustiado por algo lo nieguen. No lo minimiza tampoco. No le resta importancia.
Después de ser cristianos pensamos que si admitimos que nos sentimos mal por algo (tristes, angustiados, desanimados, etc.), significa que no tenemos fe suficiente o que no somos espirituales.
Jesús admitió cómo se sentía
Jesús admitió cómo se sentía
38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
¿Significa esto que Jesús era débil? ¿que no tenía fe en su padre celestial? ¿que no era maduro? A nadie se le ocurría tal pensamiento.
Así que reconocer que me siento mal por algo no es indicador de mi condición espiritual, la forma en que respondo a esa emoción sí lo es.
¿Qué hacemos entonces?
¿Qué hacemos entonces?
Santiago 5
13 ¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.
Cuando nos sintamos afligidos por lo que sea, ahora que somos creyentes en el Señor Jesús, debemos pensar en Dios como nuestro primer recurso. Dios escuchará nuestra angustia y nos dará lo que sea necesario en ese momento.
15 Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás.»
Dios nos insta a buscar su rostro cuando nos sintamos en cualquier tipo de angustia. Nos insta a que saquemos de nuestro corazón todo lo que nos entristece, preocupa, angustia, enoja, frustra.
3 “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.”
7 Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.
28 »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
Hay que admitir lo que siento delante de Dios
Hay que admitir lo que siento delante de Dios
Lleve su queja delante de Dios y no quiera mostrarle a él que usted ha crecido tanto como creyente que ciertas cosas no le afectan.
19 Oh Dios, ¡si les quitaras la vida a los impíos! ¡Si de mí se apartara la gente sanguinaria,
20 esos que con malicia te difaman y que en vano se rebelan contra ti!
21 ¿Acaso no aborrezco, Señor, a los que te odian, y abomino a los que te rechazan?
22 El odio que les tengo es un odio implacable; ¡los cuento entre mis enemigos!
salmo 139
Si Dios te va a sanar de lo que sea, debes admitir lo que sientes. Si te sientes herido con alguien, no puedes decirle a Dios que no lo estás.
Un paso importante para que Dios te sane es tener una conversación sincera con él sobre lo que te pasa.
A través de su Espíritu Dios hará una obra de sanidad, consolación, fortaleza, lo que sea que necesite tu corazón en ese momento dado, él hará una obra con su Espíritu en tu espíritu.
¿Qué uno hace si está alegre?
¿Qué uno hace si está alegre?
Uno pensaría que si la emoción es positiva no es necesario saber cómo responder. La Biblia nos muestra casos de decisiones muy desacertadas que se tomaron en momentos de euforia y mucha alegría. La vida misma nos ha enseñado eso también.
21 Por fin se presentó la oportunidad. En su cumpleaños Herodes dio un banquete a sus altos oficiales, a los comandantes militares y a los notables de Galilea.
22 La hija de Herodías entró en el banquete y bailó, y esto agradó a Herodes y a los invitados. —Pídeme lo que quieras y te lo daré—le dijo el rey a la muchacha.
23 Y le prometió bajo juramento: —Te daré cualquier cosa que me pidas, aun cuando sea la mitad de mi reino.
24 Ella salió a preguntarle a su madre: —¿Qué debo pedir? —La cabeza de Juan el Bautista—contestó.
25 En seguida se fue corriendo la muchacha a presentarle al rey su petición: —Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.
26 El rey se quedó angustiado, pero a causa de sus juramentos y en atención a los invitados, no quiso desairarla.
27 Así que en seguida envió a un verdugo con la orden de llevarle la cabeza de Juan. El hombre fue, decapitó a Juan en la cárcel
28 y volvió con la cabeza en una bandeja. Se la entregó a la muchacha, y ella se la dio a su madre.
La gran alegría que le causó el baile de esta joven hizo que un rey prometiera algo desproporcionado. No midió lo que dijo a causa de lo alegre que estaba.
Algunas personas tomarán decisiones económicas en momentos de euforia. Dirán palabras que los meterán en compromisos de los que se arrepentirán.
Disfrute el gozo y la alegría
Disfrute el gozo y la alegría
13 ¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas.
Lo natural cuando hayamos sido bendecidos de alguna manera es sentirnos alegres. Debemos mostrarlo.
Aunque no parezca tener sentido, algunas personas deben aprender a expresar más su alegría y disfrutar el regalo de la vida que Dios les ha dado.
Hay personas que tienen una visión de la vida tan pesimista que cuando algo les sale bien se preguntan cuándo terminará. Otros pueden ser tan cínicos que si hay un período en el que todo sale bien, dicen que están esperando un golpe de mala suerte en algún momento.
10 Luego Nehemías añadió: «Ya pueden irse. Coman bien, tomen bebidas dulces y compartan su comida con quienes no tengan nada, porque este día ha sido consagrado a nuestro Señor. No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza.»
10 Por eso entregaré sus mujeres a otros hombres, y sus campos a otros dueños. Porque desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño.
Dios espera que seamos expresivos
Dios espera que seamos expresivos
De la misma manera que Dios espera que expresemos nuestra tristeza a él, espera que expresemos nuestra alegría por sus bendiciones.
4 ¡Aclamen alegres al Señor, habitantes de toda la tierra! ¡Prorrumpan en alegres cánticos y salmos!
23 ¡Canten de alegría, cielos, que esto lo ha hecho el Señor! ¡Griten con fuerte voz, profundidades de la tierra! ¡Prorrumpan en canciones, montañas; y bosques, con todos sus árboles! Porque el Señor ha redimido a Jacob, Dios ha manifestado su gloria en Israel.
Ya que somos diferentes, vamos a expresar nuestra alegría de forma diferente. No lo haremos de la misma forma ni de la misma intensidad.
Reconozca la fuente de su gozo
Reconozca la fuente de su gozo
Cuando nos sintamos así, debemos cantar alabanzas. Alabar a Dios. Esto significa que estamos reconociendo que él es la fuente de nuestras bendiciones, de nuestro bienestar y de nuestra alegría. De hecho, es la fuente de todo lo bueno que nos pasa.
17 Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras.
Usted debe ser esforzado, diligente y responsable. Eso ayudará a que las cosas salgan bien, pero si Dios no bendice sus esfuerzos, diligencia y responsabilidad, nada de lo que haga prosperará. Toda bendición es producto de la gracia de Dios.
Por eso, cuando Dios nos bendiga debemos sentirnos gozosos (no orgullosos), agradecerle y mostrar esa alegría.
Dele gloria a Dios
Dele gloria a Dios
El gozo en nuestra vida debe atraer a otros al Señor. Cuando la gente escuche nuestra alabanza (fuera de la iglesia) se sentirán curiosos. La gente no anda cantando por ahí. Están desesperanzados, temerosos, pesimistas para poder cantar.
Cuando alguien nos dice lo muy bendecidos que somos, debemos dirigir la atención de las personas hacia Dios y no hacia nosotros.
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1 Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.
2 Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias;
4 él rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y compasión;
5 él colma de bienes tu vida y te rejuvenece como a las águilas.
6 El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos.
7 Dio a conocer sus caminos a Moisés; reveló sus obras al pueblo de Israel.
8 El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.
9 No sostiene para siempre su querella ni guarda rencor eternamente.
10 No nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga según nuestras maldades.
11 Tan grande es su amor por los que le temen como alto es el cielo sobre la tierra.
12 Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente.
13 Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos.
14 Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro.
Conclusión
Conclusión
Somos seres emocionales. Responderemos con emoción a las cosas que nos pasan. Lamentablemente, el pecado ha marcado la forma en que manejamos nuestras emociones.
Por esto, debemos examinar cómo manejamos esto para saber si es una forma que agrada a Dios y es beneficiosa para nosotros y nuestro prójimo.