NUESTRA ORACIÓN

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La oración que es hecha con hipocresía.

Mateo
Mateo 6.5 RVR60
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Lucas 18.10–14 NTV
10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro era un despreciado cobrador de impuestos. 11 El fariseo, de pie, apartado de los demás, hizo la siguiente oración: “Te agradezco Dios, que no soy un pecador como todos los demás. Pues no engaño, no peco y no cometo adulterio. ¡Para nada soy como ese cobrador de impuestos! 12 Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”. 13 »En cambio, el cobrador de impuestos se quedó a la distancia y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada al cielo mientras oraba. Sino que golpeó su pecho en señal de dolor mientras decía: “Oh, Dios, ten compasión de mí, porque soy un pecador”. 14 Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados».
Recompensa: Término que, aunque en ocasiones usado de retribución para el mal se usa más generalmente de algo que se da en reconocimiento de una conducta satisfactoria para quien la da.

RECOMPENSA. Término que, aunque en ocasiones usado de retribución para el mal (Sal. 91:8; Abd. 15), se usa más generalmente de algo que se da en reconocimiento de una conducta satisfactoria para quien la da.

En el NT se habla con frecuencia de las futuras recompensas para los cristianos. Dirigiéndose a los Suyos, el Señor anuncia: «He aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según su obra» (Ap. 22:12). El que se dedica al servicio del Señor, si su obra permanece, recibirá recompensa (1 Co. 3:8, 14; cfr. 2 Jn. 8).

La recompensa, aunque un aliento, no debiera ser el motivo de la actuación del cristiano, que debe poder decir de corazón: «Porque el amor de Cristo nos constriñe» (2 Co. 5:14). El creyente es exhortado a no ser privado de su premio (Col. 2:18; cfr. 3:23, 24; Ap. 3:11). No se debe confundir, sin embargo, la salvación eterna con las recompensas. La salvación no es una recompensa, sino un don de pura gracia (cfr. Ef. 2:8, 9). La recompensa se da a cada creyente en base a las obras que haya hecho en fidelidad al Señor (v. 10). En el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10) serán evaluadas, y se dará la recompensa por la construcción que cada uno haya llevado cabo (1 Co. 3:10–14). Si la obra de un creyente es indigna de recompensa, la perderá, pero sin embargo él será salvo, sobre el terreno de la obra de Cristo, de pura gracia (vv. 14–15). (Véase JUICIO, 3.)

Salmo 91.8 RVR60
Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos.
Abdías 15 NTV
»¡Se acerca el día cuando yo, el Señor, juzgaré a todas las naciones paganas! Como le hiciste a Israel, así se hará contigo. Todas tus malas acciones recaerán sobre tu cabeza.
En el NT se habla con frecuencia de las futuras recompensas para los cristianos. Dirigiéndose a los Suyos, el Señor anuncia:
Apocalipsis 22.12 RVR60
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.

En el NT se habla con frecuencia de las futuras recompensas para los cristianos. Dirigiéndose a los Suyos, el Señor anuncia: «He aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según su obra» (Ap. 22:12). El que se dedica al servicio del Señor, si su obra permanece, recibirá recompensa (1 Co. 3:8, 14; cfr. 2 Jn. 8).

El que se dedica al servicio del Señor, si su obra permanece, recibirá recompensa

1 Corintios 3.8 RVR60
Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.
1 Corintios 3.14 RVR60
Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
2 Juan 8 RVR60
Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.

La recompensa se da a cada creyente en base a las obras que haya hecho en fidelidad al Señor

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La recompensa se da a cada creyente en base a las obras que haya hecho en fidelidad al Señor (v. 10). En el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10) serán evaluadas, y se dará la recompensa por la construcción que cada uno haya llevado cabo (1 Co. 3:10–14).

2 Corintios 5.10 RVR60
Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

En el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10) serán evaluadas, y se dará la recompensa por la construcción que cada uno haya llevado cabo

La recompensa se da a cada creyente en base a las obras que haya hecho en fidelidad al Señor. En el tribunal de Cristo serán evaluadas, y se dará la recompensa por la construcción que cada uno haya llevado a cabo.
2 Corintios 5.10 NTV
Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal.

La recompensa se da a cada creyente en base a las obras que haya hecho en fidelidad al Señor (v. 10). En el tribunal de Cristo (2 Co. 5:10) serán evaluadas, y se dará la recompensa por la construcción que cada uno haya llevado cabo (1 Co. 3:10–14).

1 Corintios 3.10–14 NTV
10 Por la gracia que Dios me dio, yo eché los cimientos como un experto en construcción. Ahora otros edifican encima; pero cualquiera que edifique sobre este fundamento tiene que tener mucho cuidado. 11 Pues nadie puede poner un fundamento distinto del que ya tenemos, que es Jesucristo. 12 El que edifique sobre este fundamento podrá usar una variedad de materiales: oro, plata, joyas, madera, heno u hojarasca; 13 pero el día del juicio, el fuego revelará la clase de obra que cada constructor ha hecho. El fuego mostrará si la obra de alguien tiene algún valor. 14 Si la obra permanece, ese constructor recibirá una recompensa,
Si la obra de un creyente es indigna de recompensa, la perderá.

TU APOSENTO Y CERRADA LA PUERTA.

Isaías 26.16–19 NTV
16 Señor, en nuestra angustia te hemos buscado; bajo la carga de tu disciplina hemos orado. 17 Como la mujer encinta se retuerce y grita de dolor mientras da a luz, así estábamos en tu presencia, Señor. 18 También nosotros nos retorcemos de agonía, pero nuestros sufrimientos no resultan en nada. No le hemos dado salvación a la tierra, ni le trajimos vida al mundo. 19 Pero los que mueren en el Señor, vivirán; ¡sus cuerpos se levantarán otra vez! Los que duermen en la tierra se levantarán y cantarán de alegría. Pues tu luz que da vida descenderá como el rocío sobre tu pueblo, en el lugar de los muertos.
Isaias 26:
Isaías 26.16–17 NTV
16 Señor, en nuestra angustia te hemos buscado; bajo la carga de tu disciplina hemos orado. 17 Como la mujer encinta se retuerce y grita de dolor mientras da a luz, así estábamos en tu presencia, Señor.
isaias 26:16 - 17
Isaías 26.18–19 NTV
18 También nosotros nos retorcemos de agonía, pero nuestros sufrimientos no resultan en nada. No le hemos dado salvación a la tierra, ni le trajimos vida al mundo. 19 Pero los que mueren en el Señor, vivirán; ¡sus cuerpos se levantarán otra vez! Los que duermen en la tierra se levantarán y cantarán de alegría. Pues tu luz que da vida descenderá como el rocío sobre tu pueblo, en el lugar de los muertos.
Isaias
Isaías 26.20 RVR60
Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.
isaias
Tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto.
El énfasis principal ni siquiera está en el lugar de la oración sino en la actitud de la mente y el corazón.
2º Reyes 4.30–35 RVR60
30 Y dijo la madre del niño: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. 31 El entonces se levantó y la siguió. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el báculo sobre el rostro del niño; pero no tenía voz ni sentido, y así se había vuelto para encontrar a Eliseo, y se lo declaró, diciendo: El niño no despierta. 32 Y venido Eliseo a la casa, he aquí que el niño estaba muerto tendido sobre su cama. 33 Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová. 34 Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor. 35 Volviéndose luego, se paseó por la casa a una y otra parte, y después subió, y se tendió sobre él nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos.
2º Reyes 4.30–35 RVR60
Y dijo la madre del niño: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. El entonces se levantó y la siguió. Y Giezi había ido delante de ellos, y había puesto el báculo sobre el rostro del niño; pero no tenía voz ni sentido, y así se había vuelto para encontrar a Eliseo, y se lo declaró, diciendo: El niño no despierta. Y venido Eliseo a la casa, he aquí que el niño estaba muerto tendido sobre su cama. Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová. Después subió y se tendió sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre él, y el cuerpo del niño entró en calor. Volviéndose luego, se paseó por la casa a una y otra parte, y después subió, y se tendió sobre él nuevamente, y el niño estornudó siete veces, y abrió sus ojos.
2 Reyes 4:
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2º Reyes 4.31–33 NTV
Giezi se adelantó apresuradamente y puso la vara sobre el rostro del niño, pero no pasó nada. No daba señales de vida. Entonces regresó a encontrarse con Eliseo y le dijo: «El niño sigue muerto». En efecto, cuando Eliseo llegó, el niño estaba muerto, acostado en la cama del profeta. Eliseo entró solo, cerró la puerta tras sí y oró al Señor.
1º Reyes 8.27 RVR60
Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?
1 Reyes 8:27
El Padre no solamente ve en secreto, sino también está en secreto. Él llena todo lugar secreto con su presencia, al igual que los lugares públicos; sin embargo, Él trasciende toda limitación espacial.
2º Reyes 4.33 RVR60
Entrando él entonces, cerró la puerta tras ambos, y oró a Jehová.
2 REyes 4:
2 Reyes
1º Reyes 8.27–30 RVR60
27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? 28 Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti; 29 que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar. 30 Oye, pues, la oración de tu siervo, y de tu pueblo Israel; cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona.
Salmo 139.7–10 NTV
7 ¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia! 8 Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú. 9 Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, 10 aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza.
Salmo 13
Isaías 66.1–3 RVR60
Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra. El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones,
Isaías 66.1–4 NTV
1 Esto dice el Señor: «El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Podrían acaso construirme un templo tan bueno como ése? ¿Podrían construirme un lugar de descanso así? 2 Con mis manos hice tanto el cielo como la tierra; son míos, con todo lo que hay en ellos. ¡Yo, el Señor, he hablado! »Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido, a los que tiemblan ante mi palabra. 3 Pero a los que escojan sus propios caminos y se deleiten en sus pecados detestables, no les aceptaré sus ofrendas. Cuando tales personas sacrifiquen un toro, no será más aceptable que un sacrificio humano. Cuando sacrifiquen un cordero, será como si hubieran sacrificado un perro. Cuando traigan una ofrenda de grano, igual sería que ofrecieran sangre de cerdo. Cuando quemen incienso, será como si hubieran bendecido a un ídolo. 4 Yo les enviaré grandes dificultades: todas las cosas que ellos temían. Cuando los llamé, no me respondieron. Cuando les hablé, no me escucharon. Pecaron deliberadamente ante mis propios ojos y escogieron hacer lo que saben que yo desprecio».
Jeremías 23.27–30 NTV
27 Con decir estos sueños falsos, pretenden hacer que mi pueblo me olvide, tal como lo hicieron sus antepasados, al rendir culto a los ídolos de Baal. 28 »Que estos falsos profetas cuenten sus sueños, pero que mis verdaderos mensajeros proclamen todas mis palabras con fidelidad. ¡Hay diferencia entre la paja y el grano! 29 ¿No quema mi palabra como el fuego? —dice el Señor—. ¿No es como un martillo poderoso que hace pedazos una roca? 30 »Por lo tanto —dice el Señor—, estoy en contra de estos profetas que se roban mensajes el uno al otro y alegan que provienen de mí.
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Hechos de los Apóstoles 7.48–50 NTV
48 Sin embargo, el Altísimo no vive en templos hechos por manos humanas. Como dice el profeta: 49 “El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies. ¿Podrían acaso construirme un templo tan bueno como ése? —pregunta el Señor—. ¿Podrían construirme un lugar de descanso así? 50 ¿Acaso no fueron mis manos las que hicieron el cielo y la tierra?”.
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El hombre o mujer que ore de esta forma, es bendecido ya que al orar tendrá paz de corazón y mente. Sabrá que el Padre en su amor infinito, dará al que suplica lo que sea mejor para él y para todos los interesados. También sabrá que este mismo Padre es capaz de hacer infinitamente más que todo lo que pedimos o imaginamos.
Efesios 3.14–21 NTV
Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios. Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén.
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Efesios 3.14–15 NTV
Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre, el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra.
Efesios 3.16–17 NTV
Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes.
fesios 3:14-15
Efesios 3.18–19 NTV
Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios.
Efesios 3.20–21 NTV
Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. ¡Gloria a él en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones desde hoy y para siempre! Amén.
Efesisos 3: 16 - 17
E
Ventura, S. V. (1985). En Nuevo diccionario biblico ilustrado (p. 993). TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
Apocalipsis 22.12 RVR60
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
Apocaipsis 22.12
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