que estamos sembrando?
7No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
7 No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. 8 El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
Cada sembrador decide qué clase de cosecha tendrá. No se pueden sembrar mangos y esperar manzanas. El mismo principio se aplica en el reino espiritual. Hay dos campos donde el creyente puede sembrar, en la carne o en el espíritu. Si siembra en la carne recogerá los frutos de la carne pero si siembra en el Espíritu tendrá una siega espiritual.