El Inmenso valor de conocer a Cristo
Introduccion
También es importante que nosotros nos demos cuenta de que algunas de las cosas que podríamos considerar como ventaja o ganancia realmente pueden ser una pérdida para nosotros si es que se interponen en el camino de nuestro conocimiento y de nuestra confianza en Jesús. Nacer en un hogar cristiano, ser instruido y confirmado, recibir una educación cristiana y ser miembros de una congregación cristiana, todas son grandes bendiciones y ventajas en sí mismas, pero nunca las podemos considerar como boletos seguros que nos conducirán a la vida eterna. Asimismo otras bendiciones legítimas que el Señor nos da, como la inteligencia, el dinero, la simpatía y la educación, incluso nuestras victorias morales en lo personal, realmente se pueden llegar a convertir en estorbos para nuestra salvación, si por alguna razón las consideramos más importantes que conocer a Cristo o si ponemos nuestra confianza en esas cosas en vez de depositar toda nuestra confianza en Cristo.
Mediante Cristo, Pablo obtuvo una justicia que hace posible que los pecadores permanezcan de pie ante el trono del juicio de Dios. Antes de llegar a conocer a Jesús, Pablo confiaba en la justicia que él pensó que obtenía por la clase de vida que llevaba. Pero una vez que las Escrituras le fueron abiertas, el apóstol llegó a darse cuenta de cuán inútil es en realidad toda la justicia humana.
También es importante que nosotros nos demos cuenta de que algunas de las cosas que podríamos considerar como ventaja o ganancia realmente pueden ser una pérdida para nosotros si es que se interponen en el camino de nuestro conocimiento y de nuestra confianza en Jesús. Nacer en un hogar cristiano, ser instruido y confirmado, recibir una educación cristiana y ser miembros de una congregación cristiana, todas son grandes bendiciones y ventajas en sí mismas, pero nunca las podemos considerar como boletos seguros que nos conducirán a la vida eterna. Asimismo otras bendiciones legítimas que el Señor nos da, como la inteligencia, el dinero, la simpatía y la educación, incluso nuestras victorias morales en lo personal, realmente se pueden llegar a convertir en estorbos para nuestra salvación, si por alguna razón las consideramos más importantes que conocer a Cristo o si ponemos nuestra confianza en esas cosas en vez de depositar toda nuestra confianza en Cristo.