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Evangelización Información Avanzada  •  Sermon  •  Submitted
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La Evangelización es la proclamación de las buenas noticias de la salvación en Jesucristo, a fin de obtener la reconciliación del pecador con Dios Padre a través del poder regenerador del Espíritu Santo.
La palabra deriva del sustantivo griego "euangelion", buenas nuevas, y del verbo "euangelizomai", anunciar, proclamar o traer buenas noticias.
La evangelización se fundamenta en la iniciativa de Dios mismo.
Porque Dios actuó, los creyentes tienen un mensaje que compartir con otros.
"Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su único Hijo"
Juan 3.16 NTV
»Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
). "Pero Dios demuestra su propio amor por nosotros en esto: mientras aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros " (). Como un Padre que añora la vuelta de su hijo perdido, como una mujer que busca afanosamente a un hijo extraviado, o diligentemente una moneda perdida, un pastor que deja a resto de su rebaño para buscar una oveja perdida (), Dios ama a los pecadores y busca activamente su salvación. Dios es siempre misericordioso, "no quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento" ().Dios, a su vez, espera que su pueblo comparta su anhelo de salvar al perdido. Para creer en el evangelio la gente primero debe oírlo y entenderlo (). Así, Dios ha designado embajadores, agentes de su reino, para ser sus ministros de la reconciliación del mundo ().El Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial (1974) dio una definición amplia de evangelismo. Según el Pacto de Lausanne, "evangelizar es difundir las buenas noticias de que Jesucristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos según las Escrituras y que, en cuanto Señor reinante, ofrece ahora el perdón de los pecados y el don liberador del Espíritu a todos los que se arrepientan y crean. Nuestra presencia cristiana en el mundo es imprescindible para la evangelización, como también lo es ese diálogo cuyo propósito es escuchar con sensibilidad, para entender. Pero la evangelización propiamente tal es la proclamación del Cristo histórico, bíblico, como Salvador y Señor, a fin de persuadir al pueblo de venir personalmente a El y reconciliarse así con Dios. Al hacer la invitación del evangelio no somo libres de encubrir el costo de ser discípulos.Jesús todavía llama a todos los que quieran seguirlo, a negarse a sí mismos, a tomar su cruz e identificarse con su nueva comunidad. Los resultados de la evangelización incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a su iglesia y el servicio responsable en el mundo."El MensajeA la luz de esta declaración se pueden distinguir los componentes de la evangelización. Primero, está el mensaje. Para ser bíblica, la evangelización debe tener contenido e informar acerca de la verdadera naturaleza de las cosas espirituales. Debe tratar la naturaleza del pecado y la urgencia del pecador (); enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido (; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Teologicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
"Pero Dios demuestra su propio amor por nosotros en esto: mientras aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros " (
Romanos 5.8 NTV
pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
). Como un Padre que añora la vuelta de su hijo perdido, como una mujer que busca afanosamente a un hijo extraviado, o diligentemente una moneda perdida, un pastor que deja a resto de su rebaño para buscar una oveja perdida (), Dios ama a los pecadores y busca activamente su salvación. Dios es siempre misericordioso, "no quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento" ().Dios, a su vez, espera que su pueblo comparta su anhelo de salvar al perdido. Para creer en el evangelio la gente primero debe oírlo y entenderlo (). Así, Dios ha designado embajadores, agentes de su reino, para ser sus ministros de la reconciliación del mundo ().El Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial (1974) dio una definición amplia de evangelismo. Según el Pacto de Lausanne, "evangelizar es difundir las buenas noticias de que Jesucristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos según las Escrituras y que, en cuanto Señor reinante, ofrece ahora el perdón de los pecados y el don liberador del Espíritu a todos los que se arrepientan y crean. Nuestra presencia cristiana en el mundo es imprescindible para la evangelización, como también lo es ese diálogo cuyo propósito es escuchar con sensibilidad, para entender. Pero la evangelización propiamente tal es la proclamación del Cristo histórico, bíblico, como Salvador y Señor, a fin de persuadir al pueblo de venir personalmente a El y reconciliarse así con Dios. Al hacer la invitación del evangelio no somo libres de encubrir el costo de ser discípulos.Jesús todavía llama a todos los que quieran seguirlo, a negarse a sí mismos, a tomar su cruz e identificarse con su nueva comunidad. Los resultados de la evangelización incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a su iglesia y el servicio responsable en el mundo."El MensajeA la luz de esta declaración se pueden distinguir los componentes de la evangelización. Primero, está el mensaje. Para ser bíblica, la evangelización debe tener contenido e informar acerca de la verdadera naturaleza de las cosas espirituales. Debe tratar la naturaleza del pecado y la urgencia del pecador (); enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido (; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Teologicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
). Como un Padre que añora la vuelta de su hijo perdido, como una mujer que busca afanosamente a un hijo extraviado, o diligentemente una moneda perdida, un pastor que deja a resto de su rebaño para buscar una oveja perdida (), Dios ama a los pecadores y busca activamente su salvación. Dios es siempre misericordioso, "no quiere que nadie perezca, sino que todos lleguen al arrepentimiento" (
2 Pedro 3.9 NTV
En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido, quiere que todos se arrepientan.
).Dios, a su vez, espera que su pueblo comparta su anhelo de salvar al perdido. Para creer en el evangelio la gente primero debe oírlo y entenderlo (). Así, Dios ha designado embajadores, agentes de su reino, para ser sus ministros de la reconciliación del mundo ().El Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial (1974) dio una definición amplia de evangelismo. Según el Pacto de Lausanne, "evangelizar es difundir las buenas noticias de que Jesucristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos según las Escrituras y que, en cuanto Señor reinante, ofrece ahora el perdón de los pecados y el don liberador del Espíritu a todos los que se arrepientan y crean. Nuestra presencia cristiana en el mundo es imprescindible para la evangelización, como también lo es ese diálogo cuyo propósito es escuchar con sensibilidad, para entender. Pero la evangelización propiamente tal es la proclamación del Cristo histórico, bíblico, como Salvador y Señor, a fin de persuadir al pueblo de venir personalmente a El y reconciliarse así con Dios. Al hacer la invitación del evangelio no somo libres de encubrir el costo de ser discípulos.Jesús todavía llama a todos los que quieran seguirlo, a negarse a sí mismos, a tomar su cruz e identificarse con su nueva comunidad. Los resultados de la evangelización incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a su iglesia y el servicio responsable en el mundo."El MensajeA la luz de esta declaración se pueden distinguir los componentes de la evangelización. Primero, está el mensaje. Para ser bíblica, la evangelización debe tener contenido e informar acerca de la verdadera naturaleza de las cosas espirituales. Debe tratar la naturaleza del pecado y la urgencia del pecador (); enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido (; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Teologicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
Para creer en el evangelio la gente primero debe oírlo y entenderlo
Romanos 10.14–15 NTV
¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en él? ¿Y cómo pueden creer en él si nunca han oído de él? ¿Y cómo pueden oír de él a menos que alguien se lo diga? ¿Y cómo irá alguien a contarles sin ser enviado? Por eso, las Escrituras dicen: «¡Qué hermosos son los pies de los mensajeros que traen buenas noticias!».
). Así, Dios ha designado embajadores, agentes de su reino, para ser sus ministros de la reconciliación del mundo ().El Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial (1974) dio una definición amplia de evangelismo. Según el Pacto de Lausanne, "evangelizar es difundir las buenas noticias de que Jesucristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos según las Escrituras y que, en cuanto Señor reinante, ofrece ahora el perdón de los pecados y el don liberador del Espíritu a todos los que se arrepientan y crean. Nuestra presencia cristiana en el mundo es imprescindible para la evangelización, como también lo es ese diálogo cuyo propósito es escuchar con sensibilidad, para entender. Pero la evangelización propiamente tal es la proclamación del Cristo histórico, bíblico, como Salvador y Señor, a fin de persuadir al pueblo de venir personalmente a El y reconciliarse así con Dios. Al hacer la invitación del evangelio no somo libres de encubrir el costo de ser discípulos.Jesús todavía llama a todos los que quieran seguirlo, a negarse a sí mismos, a tomar su cruz e identificarse con su nueva comunidad. Los resultados de la evangelización incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a su iglesia y el servicio responsable en el mundo."El MensajeA la luz de esta declaración se pueden distinguir los componentes de la evangelización. Primero, está el mensaje. Para ser bíblica, la evangelización debe tener contenido e informar acerca de la verdadera naturaleza de las cosas espirituales. Debe tratar la naturaleza del pecado y la urgencia del pecador (); enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido (; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Teologicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
). Así, Dios ha designado embajadores, agentes de su reino, para ser sus ministros de la reconciliación del mundo (
2 Corintios 5.11–21 NTV
11 Dado que entendemos nuestra temible responsabilidad ante el Señor, trabajamos con esmero para persuadir a otros. Dios sabe que somos sinceros, y espero que ustedes también lo sepan. 12 ¿Estamos de nuevo recomendándonos a ustedes? No, estamos dándoles un motivo para que estén orgullosos de nosotros, para que puedan responder a los que se jactan de tener ministerios espectaculares en vez de tener un corazón sincero. 13 Si parecemos estar locos es para darle gloria a Dios, y si estamos en nuestro sano juicio, es para beneficio de ustedes. 14 Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla. Ya que creemos que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua. 15 Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos. 16 Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano. En un tiempo, pensábamos de Cristo sólo desde un punto de vista humano. ¡Qué tan diferente lo conocemos ahora! 17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! 18 Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a sí mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. 19 Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. 20 Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo cuando les rogamos: «¡Vuelvan a Dios!». 21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.
).El Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial (1974) dio una definición amplia de evangelismo. Según el Pacto de Lausanne, "evangelizar es difundir las buenas noticias de que Jesucristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos según las Escrituras y que, en cuanto Señor reinante, ofrece ahora el perdón de los pecados y el don liberador del Espíritu a todos los que se arrepientan y crean. Nuestra presencia cristiana en el mundo es imprescindible para la evangelización, como también lo es ese diálogo cuyo propósito es escuchar con sensibilidad, para entender. Pero la evangelización propiamente tal es la proclamación del Cristo histórico, bíblico, como Salvador y Señor, a fin de persuadir al pueblo de venir personalmente a El y reconciliarse así con Dios. Al hacer la invitación del evangelio no somo libres de encubrir el costo de ser discípulos.Jesús todavía llama a todos los que quieran seguirlo, a negarse a sí mismos, a tomar su cruz e identificarse con su nueva comunidad. Los resultados de la evangelización incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a su iglesia y el servicio responsable en el mundo."El MensajeA la luz de esta declaración se pueden distinguir los componentes de la evangelización. Primero, está el mensaje. Para ser bíblica, la evangelización debe tener contenido e informar acerca de la verdadera naturaleza de las cosas espirituales. Debe tratar la naturaleza del pecado y la urgencia del pecador (); enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido (; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Teologicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
"evangelizar es difundir las buenas noticias de que Jesucristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos según las Escrituras y que, en cuanto Señor reinante, ofrece ahora el perdón de los pecados y el don liberador del Espíritu a todos los que se arrepientan y crean.
El Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial (1974) dio una definición amplia de evangelismo. Según el Pacto de Lausanne,
"evangelizar es difundir las buenas noticias de que Jesucristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos según las Escrituras y que, en cuanto Señor reinante, ofrece ahora el perdón de los pecados y el don liberador del Espíritu a todos los que se arrepientan y crean.
La evangelización propiamente es la proclamación del Cristo histórico, bíblico, como Salvador y Señor, a fin de persuadir al pueblo de venir personalmente a El y reconciliarse así con Dios.
Nuestra presencia cristiana en el mundo es imprescindible para la evangelización, como también lo es ese diálogo cuyo propósito es escuchar con sensibilidad, para entender. Pero
Al hacer la invitación del evangelio no somo libres de encubrir el costo de ser discípulos.
la evangelización propiamente tal es la proclamación del Cristo histórico, bíblico, como Salvador y Señor, a fin de persuadir al pueblo de venir personalmente a El y reconciliarse así con Dios. Al hacer la invitación del evangelio no somo libres de encubrir el costo de ser discípulos.Jesús todavía llama a todos los que quieran seguirlo, a negarse a sí mismos, a tomar su cruz e identificarse con su nueva comunidad. Los resultados de la evangelización incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a su iglesia y el servicio responsable en el mundo."El MensajeA la luz de esta declaración se pueden distinguir los componentes de la evangelización. Primero, está el mensaje. Para ser bíblica, la evangelización debe tener contenido e informar acerca de la verdadera naturaleza de las cosas espirituales. Debe tratar la naturaleza del pecado y la urgencia del pecador (); enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido (; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Teologicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
Jesús llama a todos los que quieran seguirlo, a negarse a sí mismos, a tomar su cruz e identificarse con su nueva comunidad.
Los resultados de la evangelización incluyen la obediencia a Cristo, la incorporación a su iglesia y el servicio responsable en el mundo."El Mensaje a la luz de esta declaración se pueden distinguir los componentes de la evangelización.
Primero, está el mensaje.
Para ser bíblica, la evangelización debe tener contenido e informar acerca de la verdadera naturaleza de las cosas espirituales. Debe tratar la naturaleza del pecado y la urgencia del pecador
.23); enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido (; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Tecnológicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
Romanos 3.23 NTV
23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.
Romanos 3.23 RVR60
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Debemos enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido
.17; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Tecnológicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
Juan 3.17 RVR60
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
2 Corintios 5.19 NTV
19 Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación.
2 Corintios 5.19 RVR60
19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
enfatizar el amor de Dios y su disposición a reconciliarse con el perdido (; ). Debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios: que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ). La palabra evangelizadora debe contener también la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo (; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Tecnológicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
Romanos 2.16 NTV
16 Y el mensaje que proclamo es que se acerca el día en que Dios juzgará, por medio de Cristo Jesús, la vida secreta de cada uno.
Se debe incluir una clara afirmación de la centralidad de Jesucristo en el plan redentor de Dios
Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo y que Cristo murió por nuestros pecados y fue resucitado de entre los muertos, según las Escrituras (; ; ).
debe contener en sustancia la promesa del perdón de los pecados y el don regenerador del Espíritu Santo a todos los que se arrepientan de su pecado y pongan su fe y confianza (es decir, crean) en Jesucristo.
—Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. 40 Pedro siguió predicando por largo rato, y les rogaba con insistencia a todos sus oyentes: «¡Sálvense de esta generación perversa!».
Hechos de los Apóstoles 2.37–41 NTV
37 Las palabras de Pedro traspasaron el corazón de ellos, quienes le dijeron a él y a los demás apóstoles: —Hermanos, ¿qué debemos hacer? 38 Pedro contestó: —Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo. 39 Esta promesa es para ustedes, para sus hijos e incluso para los gentiles, es decir, para todos los que han sido llamados por el Señor nuestro Dios. 40 Entonces Pedro siguió predicando por largo rato, y les rogaba con insistencia a todos sus oyentes: «¡Sálvense de esta generación perversa!». 41 Los que creyeron lo que Pedro dijo fueron bautizados y sumados a la iglesia en ese mismo día, como tres mil en total.
(; ). En síntesis, el mensaje evangelizador se basa en la palabra de Dios; busca narrar la historia de que Dios ya ha actuado.El MétodoEn segundo lugar, está el método. Las buenas noticias se pueden dar de varias maneras. Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio; en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc. Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones. Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos. Además, los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender (). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Tecnológicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
El Método
Las escrituras no señalan un solo método para transmitir el evangelio.
en el NT los creyentes compartían su fe a través de la predicación formal y la enseñanza, en sus contactos personales y encuentro ocasionales. Por consiguiente, los cristianos se han sentido libres para idear diversos modos de evangelizar: personal, masivo (campañas de renacimiento), saturación (es decir, cobertura de una área dada), amistad, etc.
Al difundir el evangelio han aprendido a usar varios medios de comunicación, incluyendo la más reciente tecnología impresa y de telecomunicaciones.
Todos estos medios son permisibles si presentan el mensaje clara, honesta y compasivamente; la presentación agresiva, manipuladora, intimidante o mal intencionada del mensaje del evangelio en realidad impide el evangelismo eficaz, aunque parezca producir "resultados".Aunque en la evangelización hay lugar legítimo para la agresividad e incluso para la confrontación, la integridad y el amor deben ser la base de todos los métodos.
Los que comparten las buenas noticias deben conocer a sus oyentes lo suficiente como para hablar a sus necesidades, en formas que éstos puedan entender.
1 Corintios 9.19–23 NTV
19 A pesar de que soy un hombre libre y sin amo, me he hecho esclavo de todos para llevar a muchos a Cristo. 20 Cuando estaba con los judíos, vivía como un judío para llevar a los judíos a Cristo. Cuando estaba con los que siguen la ley judía, yo también vivía bajo esa ley. A pesar de que no estoy sujeto a la ley, me sujetaba a ella para poder llevar a Cristo a los que están bajo la ley. 21 Cuando estoy con los gentiles, quienes no siguen la ley judía, yo también vivo independiente de esa ley para poder llevarlos a Cristo; pero no ignoro la ley de Dios, obedezco la ley de Cristo. 22 Cuando estoy con los que son débiles, me hago débil con ellos, porque deseo llevar a los débiles a Cristo. Sí, con todos trato de encontrar algo que tengamos en común, y hago todo lo posible para salvar a algunos. 23 Hago lo que sea para difundir la Buena Noticia y participar de sus bendiciones.
). Tratándose de métodos evangelízadores, Pablo habla todavía con autoridad y penetración: "y rueguen por nosotros también, a fin de que Dios abra una puerta para nuestro mensaje... de modo que yo lo proclame claramente, como debo hacerlo. Sean prudentes con los de afuera; aprovechen al máximo cada oportunidad. Que su conversación sea siempre tolerante, sazonada con sal, para que sepan cómo responder a cada uno" (Colos. 4:3).Las MetasFinalmente, están las metas de la evangelización, que básicamente intenta atraer a la gente a una nueva relación con Dios a través de Jesucristo. A través del poder del Espíritu Santo se esfuerza para avivar el arrepentimiento, el compromiso y la fe. Su meta es nada menos que la conversión del pecador a una forma de vida radicalmente nueva. ¿Cómo, entonces, sabemos cuándo ha tenido lugar la evangelización, cuándo se ha entregado el mensaje? ¿Cuándo se le ha entendido cabalmente, y se ha llevado al oyente a decidirse en pro o en contra del mensaje recibido? Tecnológicamente, por supuesto, los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador; pero en la práctica, el portador del mensaje determina en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación. Esto significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo. En muchos círculos evangélicos, por ejemplo, la gente hace una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor. Esto muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.Se les ha ofrecido y han aceptado "gracia barata" en vez de la gracia libre pero costosa del evangelio. "Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
La oración es clave importante
Colosenses 4.3 NTV
3 Oren también por nosotros, para que Dios nos dé muchas oportunidades para hablar de su misterioso plan acerca de Cristo. Por eso estoy aquí en cadenas.
Las Metas
las metas de la evangelización debe ser que básicamente la gente comience una nueva relación con Dios a través del arrepentimiento de sus pecados y la obre de Jesucristo en la cruz.
Los resultados de la evangelización están en manos del Espíritu, no del evangelizador;
pero en la práctica, el portador del mensaje es clave para determinar en buena medida el alcance de la respuesta del oyente, porque él ha establecido los términos de la invitación.
Significa que aunque la evangelización se concentra por definición en la necesidad de responder a Dios en arrepentimiento y fe iniciales, su mensaje debe contener también algo acerca de las obligaciones del discipulado cristiano.
En su entusiasmo por compartir los beneficios del evangelio los evangelizadores no se atreven a desestimar las obligaciones que conlleva el recibirlo.
Debemos enseñar marcadamente a la gente una distinción entre aceptar a Cristo como Salvador y aceptarlo como Señor.
Muy a menudo deja a los convertidos con la impresión que pueden obtener el perdón de sus pecados sin tener que comprometer obediencia a Cristo y servicio en su iglesia. Tales nociones no se encuentran en el NT y en parte pueden explicar por qué la conversión tiene tan poca permanencia en los convertidos modernos.
"Considerar el costo" es parte esencial de la respuesta al mensaje del evangelio, no algo que se pueda dejar para más adelante. La conversión a Jesucristo implica más que el perdón de los pecados, incluye obediencia a los mandamientos de Dios y la participación en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Como dijo Jesús "Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado" ().Una forma de mantener la conexión entre la conversión y el discipulado es mantener juntas, en la evangelización, la proclamación y la demostración. En el ministerio de Jesús y en la vida de la iglesia apostólica, la predicación y el actuar, el decir y el hacer estuvieron siempre unidos (e.g., ; ; ). La proclamación de la salvación sin demostrar su poder transformador en frutos del Espíritu y en buenas obras es tan inadecuada como mostrar los efectos de la nueva vida en Cristo sin explicar su fuente. Anunciar la buena nueva de la salvación sin mostrar el amor de Cristo en la preocupación personal y social no es evangelizar en el estilo del NT. En este acercamiento holístico a la evangelización distinguimos entre regeneración y santificación, y afirmamos que los dos se deben mantenerse muy unidas.
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