EL ACCESO A LA SABIDURIA DE DIOS
Algunas veces hemos hablado de tres tipos de conocimiento:
• El racional, el que fundamentalmente se enseñan en colegios, institutos y universidades. La estructura de nuestra sociedad y cultura hace que sea este tipo de conocimiento sea al cual más tiempo y energías se le brinda. Por mucho tiempo se consideró el método por excelencia, el que era realmente objetivo y verdadero. La idea de este método es que por medio del razonamiento, sea por deducción o por inducción, uno llega a entender la realidad que lo rodea y de uno mismo.
• El observacional es otro tipo de conocimiento que se basa en observar los hechos. No es sólo razonamiento, sino aplicar los sentidos para comprobar la veracidad de los razonamientos, o inclusive ver como para comenzar el proceso de pensamiento. Uno aprende viendo. El impacto de la observación sobre la persona es mucho más fuerte que el de la mera razón. Uno aprende observando a otro. Esto lo dijimos la vez pasada.
• El experiencial es todavía más fuerte. No es una mera observación de algo externo, sino es ser partícipe con aquello que se pretende aprender.
I. EL CONOCIMIENTO EXPERIENCIAL NO DESHABILITA EL RACIONAL
La experiencia te habilita al entendimiento, un entendimiento que antes no podía darse.
Moraleja: no te bajes de la cruz. Entiende que no puedes producir el milagro de la transformación. Esa persona necesita un encuentro transformador con el Señor.
A. SABIDURÍA Y MADUREZ (1 CO. 2:6)
Ahora, ¿qué dice nuestro texto? “Hablamos sabiduría con los que han alcanzado madurez”. Pablo aclara que no habla sabiduría del mundo, sino sabiduría que no es de este mundo. Habla la sabiduría de Dios. Pero habla esta sabiduría de Dios con los que han alcanzado madurez.
II. ACCESO A LA SABIDURÍA DE DIOS
Lo que el texto dice es que Dios tiene preparadas cosas para nosotros que son totalmente novedosas, que no las hemos visto ni oído y ni siquiera imaginado. Son cosas totalmente nuevas. Son cosas que Dios quiere mostrarnos, revelarnos. Cosas ocultas para la razón natural, pero que Dios preparó para nosotros.