Carácter forjado: Obediencia
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· 1,972 viewsPrincipios bíblicos acerca de la obediencia con el fin de forjar dicha actitud en el corazón de los hombres.
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Propósito del sermón. Si por la gracia de Dios soy útil en la comunicación de su Palabra, ha sido mi intención una vez trabajada en mi la actitud de obediencia, darla a conocer en los principios bíblicos de modo que sea útil y práctica al diario vivir a fin de que ello se traduzca en una vida bienaventurada y de agrado al Señor.
Objetivos.
Exponer el concepto bíblico de obediencia.
Explicar la bioquímica detrás de la obediencia
Alentar una actitud de obediencia que ayude a forjar el carácter
INTRODUCCIÓN
Hace tiempo leí una frase que decía algo como “la mayoría de los pastores e iglesias se preocupan demasiado por la estructura, los programas y la logistica de la iglesia, pero se preocupa muy poco por las actitudes”. En otras palabras, se preocupa demasiado por lo externo y muy poco por lo interno. Podría ser apropiado para una empresa estar enfocado en esos aspectos pero no para una iglesia la cual es comparada con un cuerpo. La iglesia debe verse no solo en el aspecto de organización, también debe verse como un organismo donde las actitudes importan y que de hecho importan mas que la organización. Por ello el asunto del carácter no puede ni debe ser relegado puesto que los ojos de Dios no solo miran las acciones sino hasta las intenciones del corazón. Puede existir la iglesia que en apariencia luce maravillosa cuando ante los ojos de Dios está en graves problemas, solo hay que mirar algunas de las iglesias en el libro de Apocalipsis para darse cuenta de lo que digo. La importancia del carácter radica en que Dios quiere una iglesia pura que logre reflejar la gloria de Cristo al mundo, ahí la justificación de nuestro tema.
Ya hemos abordado la primera virtud del carácter cristiano que fue la humildad. No continué con ello puesto que consideré haber expuesto lo suficiente con el tema para trabajar por mucho tiempo. Ahora quiero continuar con una actitud igualmente importante en el cristiano, esa actitud es la obediencia. Tan provechosa y difícil es la obediencia como la humildad. Lograr forjar una actitud de humildad y obediencia será difícil pero ¡cuanto beneficio traerá a nuestras almas!
UNA ACTITUD DE OBEDIENCIA
UNA ACTITUD DE OBEDIENCIA
Quiero distinguir entre una actitud de obediencia y simple obediencia porque me parece que debemos separarlas una de la otra. La simple obediencia es fortuita y en ocasiones egoista.
Si en el trabajo en que estoy de pronto veo que se abre la oportunidad para un ascenso entonces y empiezo a mejorar mi actitud hacia los jefes para obedecer con presteza y excelencia a sus ordenes de manera que pueda conseguir el puesto, entonces estoy mostrando una obediencia fortuita y egoista.
Entiendo que en un trabajo hay personas quienes odian esa actitud y siguen con su mediocridad justificandose de que ellos no son interesados.
La realidad es que ninguna de esas dos acciones es correcta. La primera porque su motivación para obedecer es meramente egoista y en el segundo caso porque se busca justificar la mediocridad.
Cuando hablo de una actitud de obediencia me refiero a que es algo que nos caracteriza en cualquier situación y bajo cualquier nivel de presión. Algunas personas pueden mantener su obediencia mientras una presión fuerte esté sobre ellos. Eso sucedió con el rey Joás
1 De siete años era Joás cuando comenzó a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba.
2 E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote.
2 Cronicas
17 Muerto Joiada, vinieron los príncipes de Judá y ofrecieron obediencia al rey; y el rey los oyó.
18 Y desampararon la casa de Jehová el Dios de sus padres, y sirvieron a los símbolos de Asera y a las imágenes esculpidas. Entonces la ira de Dios vino sobre Judá y Jerusalén por este su pecado.
2 Crónicas
Miren cuan poco tiempo pasó antes de que el rey Joás, presionado por la adulación de los principes, de pronto abandonara a Dios para adorar a los ídolos de su momento.
La gran decepción de muchos padres cristianos es ver que sus hijos solo fueron obedientes cuando ellos podían ejercer suficiente presión sobre ellos. Una vez que la presión de los padres no es suficiente para hacer que los hijos hagan lo que ellos quieren entonces comienza una gran amargura en el alma.
Una de las mejores cosas que usted puede hacer en una edad temprana a su hijo es forjar en su carácter una actitud de obediencia ante el Señor, eso es básico en la formación del carácter.
Uno de los grandes gozos de un padre y de un pastor es ver a aquellos que han sido puesto bajo su cuidado que son obedientes aun cuando la figura de autoridad no está presente ni ejerciendo influencia. Pablo podía decirlo de la iglesia Tesalónica y por ello su tono es tan calido y amoroso para ellos.
4 Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor, en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado.
LA VERDADERA ACTITUD DE OBEDIENCIA DEBE SOPORTAR CUALQUIER SITUACIÓN Y BAJO CUALQUIER NIVEL DE PRESIÓN
Es tan honroso la persona que bajo una circunstancia fácil y con poca presión decide obedecer con excelencia como una persona en una circunstancia difícil con mucha presión que también lo hace.
¿A qué me refiero con esto? Lo diré con un ejemplo...
Dos líderes de una iglesia vieron a un hombre que podía ser candidato para formar parte del liderazgo. Se veía como un buen prospecto así que platicaron qué podían hacer para probar que realmente lo fuera. Uno de los líderes dijo: Hagamos cada quien una prueba y si pasa ambas pruebas entonces le hacemos saber nuestras intenciones para con él. Ambos estuvieron de acuerdo con ello. El primer líder dijo voy a invitar a los pastores de las iglesias hermanas para el día de mañana y le voy a pedir ahorita mismo al hermano que se prepare un tema para impartir a los pastores, si lo hace bien, por mí, pasa la prueba. El otro líder dijo, mi prueba será esta. Voy a tirar un poco de basura debajo de los tapetes en la guardería y le voy a pedir que se encargue de limpiar la guardería (que en esta historia estaba moderadamente limpia) el sábado a la hora que pueda.
El candidato fue informado por el primer líder de la tarea y efectivamente se esforzó mucho en hacer un estudio bañado en oración y meditación de las Escrituras. Los pastores salieron contentos y gozosos de aquella reunión por aquél hombre. Entonces el primer líder le dijo al otro, ya pasó mi prueba, veamos como le va con la tuya. El segundo líder le pidió entonces que limpiara la guardería el sábado a la hora que pudiera. Aceptó hacerlo. El segundo líder esperó con ansia el sábado y cuando fue el día estuvo expectante de la llegada de aquél hombre, pasó mediodia y no llegaba, llegaron las 6 de la tarde y no llegaba, fue hasta las 9 de la noche cuando se apareció. Miró que la guardería estaba ligeramente sucia de modo que solo acomodo algunas cosas y se fue. El segundo líder quedó muy triste por eso y debido a ello el candidato fue descalificado.
Lamentablemente esta historia no es un caso aislado de lo que ocurre en muchas iglesias. La misma Escritura nos cuenta un caso similar con el rey Saúl. Fisicamente el hombre que parecía ser el mas adecuado para el reinado en Israel. Su primer victoria hizo que se ganara el favor de todo el pueblo, sin embargo, sería la obediencia a Dios la que pondría a prueba a este hombre que parecía calificar para ser el indicado. Dios le dijo que debía exterminar a los amalecitas con todo lo que tenían.
Digamos que en la iglesia un hermano tiene el encargo de preparar un estudio el día de mañana donde van a estar varios pastores, todos ellos sedientos por escuchar la Palabra de Dios. El hermano se prepara arduamente con estudio y oración, y el Señor le da gracia para ese momento. Sin embargo, el sábado le tocaba al hermano hacer el aseo de la iglesia, le iban a dejar solo una pequeña parte para limpiar pero iba a tener que hacerlo solo en el horario que mas facil le quedara. Ese hermano como ve que es poca cosa y como nadie lo va a presionar, nadie le va a aplaudir si se esmero, entonces decide hacer su parte rápidamente
1 Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.
2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto.
3 Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
1 Aconteció un día, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven y pasemos a la guarnición de los filisteos, que está de aquel lado. Y no lo hizo saber a su padre.
2 Y Saúl se hallaba al extremo de Gabaa, debajo de un granado que hay en Migrón, y la gente que estaba con él era como seiscientos hombres.
3 Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote de Jehová en Silo, llevaba el efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido.
Noten ustedes que dice “está atento” v. 1. El mandato era prestar atención para obedecer de cumplir todo lo que Dios le había encomendado. Pero… ¿que hizo Saúl?
9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.
10 Y vino palabra de Jehová a Samuel, diciendo:
11 Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y se apesadumbró Samuel, y clamó a Jehová toda aquella noche.
Después de aquello Samuel se encontró con Saúl y tuvieron un dialogo del cual podemos extraer enseñanza muy apropiada para lo que estamos estudiando.
16 Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él le respondió: Di.
17 Y dijo Samuel: Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?
18 Y Jehová te envió en misión y dijo: Ve, destruye a los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes.
19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová, sino que vuelto al botín has hecho lo malo ante los ojos de Jehová?
20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes bien he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas.
21 Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.
1 Samuel 15:
Noten ustedes que el mandato de Dios fue destruir todo pero Saúl había dejado lo mejor con vida, sin embargo, Saúl creía que con lo que había hecho había obedecido a la voz de Dios (v. 20).
Para Dios no existe la obediencia a medias, si no es obediencia total es desobediencia.
PARA DIOS NO EXISTE LA OBEDIENCIA A MEDIAS, SI NO ES OBEDIENCIA TOTAL ES DESOBEDIENCIA
Debido a la desobediencia de Saúl, éste fue desechado por Dios para ser confirmado como rey de Israel y su dinastía como los futuros sucesores.
26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra de Jehová, y Jehová te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.
La desobediencia a Dios es grave no solo porque nos descalifica para mayores responsabilidades en los planes de Dios sino porque constituye un acto de rebelión orgullosa. Cada vez que desobedecemos la palabra de Dios pecamos en la misma manera que Adán y Eva, los cuales desobedecieron a Dios porque, haciendole caso a la serpiente, ¡querían ser como Dios! Quizá usted no lo había pensado así pero lo que usted está declarando cada vez que desobedece a Dios es que usted es el dios de su vida, por eso la desobediencia es tan grave como la adivinación o como la idolatría (v. 23).
Muchas veces ocurre que en el momento de la prueba, cuando se nos presenta la disyuntiva entre obedecer a Dios y desobedecerle, muchas veces racionalizamos las cosas para que los dos caminos parezca que tienen un letrero que dice obediencia. De esta manera no solo calmamos nuestras conciencias cuando desobedecemos sino que hasta pensamos que estamos agradando a Dios cuando en realidad estamos en un terrible pecado de rebelión idolatrica.
Saúl creyó que sus planes eran mejores que los de Dios, ¿por qué matar a todos los animalitos obedeciendo a la voz de Dios cuando podemos ofrecerlos en sacrificios a Él y gozarnos en el alimento? Él racionalizó las cosas, incluso las tapó con cierta fachada de religiosidad.
El hombre religioso que vive en desobediencia a menudo trata de tapar sus pecados con una fachada de sacrificio o religión externa. Dios no se complace con ello, el placer y agrado de Dios está en que se escuche atentamente a su voz y se le obedezca (v. 22).
Cultivar una actitud de obediencia debe entonces comenzar por escuchar atenta y humildemente a la voz de Dios cumpliendo con cada detalle, en cualquier circunstancia y bajo cualquier presión lo que Él requiere de nosotros.
Ya hemos visto a dos reyes y su actitud de obediencia, ¿que hay con los demás?. La historia de los reyes en Israel nos presenta la trágica realidad del hombre, todos somos pecadores. No había un solo rey obediente en su totalidad. Debido a que la bendición de Dios estaba condicionada a la obediencia del pueblo y de su rey, la nación nunca llegó a disfrutar la plenitud de la bendición de Dios sobre ellos.
David, el hombre cuyo corazón era conforme al de Dios cometió adulterio y se vio implicado en un asesinato premeditado.
La historia de tantos fracasos terminó dejando a la nación de Israel con una expectativa creciente en un futuro rey que con su rectitud pudiese traer la bendición plena sobre la nación. Para el tiempo posterior a Malaquías (ultimo libro del A.T.) que se le conoce como los 400 años de silencio empezó a circular literatura apocalíptica, es decir, libros que hablaban de la consumación de los planes de Dios trayendo salvación a Israel y destrucción a sus enemigos. Tal literatura, no inspirada por Dios, al parecer nació como intentos de dar esperanza a una nación esclavizada.
Salomón,
No es coincidencia que el ultimo libro del Antiguo Testamento concluya anunciando la venida del Sol de justicia y el primer libro del Nuevo Testamento inicia diciendonos...
deja al final con un mal sabor de boca. Hubo tantos reyes, muchos malos, unos que producían mucha expectativa solo para terminar defraudando, otros que permanecían en el limite de lo socialmente aceptable pero que su corazón no estaba de completo con Dios, unos que tuvieron una excelente carrera solo para fracasar al final, unos cuyo corazón era recto pero que tuvieron un grave error debido al cual tuvieron que sufrir graves consecuencias. Ninguno fue completamente obediente, capaz de ser el vehiculo a través del cual Dios derramara su bendición sobre todo el pueblo. Ninguno… hasta que llegamos a Jesucristo.
versiculos que hablen de ello
1 Libro de la genealogía de Jesús, el Mesías, hijo de David, hijo de Abraham:
Jesús el Mesías, Jesús el Cristo, Jesús el Úngido. Los reyes, los profetas y los sacerdotes eran las personas úngidas en el Antiguo Testamento. La referencia a Jesús como el Úngido lo señalaba a Él particularmente como el Rey prometido por Dios para gobernar a Israel y traerle liberación.
Mateo el evangelista, con su evangelio pretende podernos presentar a Jesús como ese digno Rey provisto por Dios para salvar a su pueblo.
En el capitulo 3 versículos 13-17 se nos relata el bautismo de Jesús. Una de las problematicas que nos enfrentamos con ese evento es que solo los pecadores se bautizaban, porque Juan bautizaba para arrepentimiento. Si Jesús era el Cristo que venía a traer justicia perpetua, Él no podía ser un pecador. ¿entonces por qué se bautizó? Juan incluso se resistía a bautizar al Señor...
14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.
Mateo 3:14-17
Aquí hay una clave importante que muchas veces una lectura superficial no nos permite darnos cuenta. Jesús le dijo “así conviene que cumplamos toda justicia”. Jesús obedeció hasta el mas mínimo detalle de lo que su tarea demandaba, él cumplió TODA JUSTICIA.
La razón por la cual Jesús se bautizó no fue porque Él tuviese pecado sino porque Él se identificó con los pecadores. Él es el Rey que se identificó con su pueblo para representarlo delante de Dios.
En ese acto de obediencia del Hijo la voz del Padre resonó de los cielos...
17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Jesús fue la complacencia del Padre todo el tiempo de su vida. A diferencia de los otros reyes, Jesús fue obediente en todo. Pero para que Él pudiera traer salvación para los pecadores era necesario que diera su vida por nosotros
23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
22 Y según la Ley, casi todo ha de ser purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
El único que ha sido digno de sentarse en el trono y reinar a las naciones fue mofado por los hombres y herido hasta la muerte.
22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
24 El mismo llevó (cargó) nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por Sus heridas fueron ustedes sanados.
Filipenses 2.8-11
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Dios resucitó a Jesús declarando públicamente que Él no era un impostor por la forma en que murió, sino que así tuvo que morir para mostrar lo terrible de nuestro pecado y que todos pudieran ver a Aquél que tomó el lugar de nosotros, pecadores.
Es gracias a la perfecta obediencia de Cristo (su justicia) que Dios puede declarar como justo al pecador que pone su fe en Jesús.
Esto es absolutamente importante que lo entendamos al tratar el tema de la obediencia. Es verdad que hemos de forjar una actitud de obediencia en nuestro carácter pero no es la obediencia nuestra la que nos coloca en la bendición de Dios, es gracias a la perfecta obediencia de Jesucristo que Dios mira nuestra imperfecta obediencia y la percibe como un acto de adoración a Él. Eso hemos de tener como fundamento de nuestra obediencia.
Por cierto, ¿sabe usted cual es el primer acto de obediencia que Dios le cuenta? Sin este primer acto de obediencia, no importa que otra cosa haya hecho, nada de ello cuenta delante de Dios, este primer acto de obediencia es la fe.
5 Es por medio de El que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los Gentiles, por amor a Su nombre;
18 Porque no me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los Gentiles, en palabra y en obra,
Creer en Cristo y reconocerlo como el único y suficiente Salvador es un acto de obediencia, no un sentimiento.
Cuando
5 Es por medio de El que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los Gentiles, por amor a Su nombre;
Solo después de que usted obedece a la orden de Jesucristo de arrepentirse y creer en Él es que usted empieza a gozar de salvación y Dios comienza a contar sus futuras obras, no como medios de salvación sino como la manifestación apropiada de la obediencia que usted profesó y que también dichos actos son recompensados por el Señor.
Conclusión
Vemos que se nos demanda una obediencia total a Dios. El Señor no quiere el 70% de nuestro corazón aunque parezca que es mucho. Tampoco quiere el 90% aunque parezca que eso es demasiado. Dios quiere el 100% de nosotros porque Él es digno de recibir nuestra completa lealtad. Nunca alcanzaremos ese ideal en esta vida pero eso no disminuye la demanda.
La medida de nuestra lealtad no es un hermano, ni una hermana, el pastor o la esposa del pastor, nuestra medida es Jesucristo. Una vez que hemos obedecido al evangelio, nuestro deber es seguir sus pisadas, obediencia al costo que requiera, bajo cualquier nivel de presión y en todos los detalles que Dios nos requiera.
No olvidemos aquella simple pero maravillosa promesa de Dios.
30 Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.
juan 15
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
LA BIOQUIMICA DE LA OBEDIENCIA
LA BIOQUIMICA DE LA OBEDIENCIA
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos.
13 El que menosprecia el precepto perecerá por ello; Mas el que teme el mandamiento será recompensado.
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Lucas
28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
13 El que menosprecia el precepto perecerá por ello; Mas el que teme el mandamiento será recompensado.
2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.
3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.
3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos.
3 Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
2 cor
1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.
26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos.
27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.
1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante.
26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos.
27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.
6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.