iDisciple
Innegociable imperativo
Análisis del versículo
Lección 1
Semejanza con Cristo
El punto central es este: Dios quiere que los suyos lleguen a ser como Cristo, porque su voluntad para el pueblo de Dios es la semejanza con Cristo.
Dios ‘predestinó [a su pueblo] a ser transformados según la imagen de su Hijo’. Con la caída, Adán perdió buena parte (aunque no toda) de la imagen divina en la cual había sido creado. Dios ha restaurado esa imagen en Cristo. Ser conformados a la imagen de Dios significa ser como Jesús, y el propósito eterno de la predestinación de Dios es el de hacernos semejantes a Cristo.
Hay un cambio de perspectiva, del pasado al presente; de la predestinación eterna de Dios a la transformación presente de nuestro ser por medio del Espíritu Santo; del propósito eterno de Dios de hacernos semejantes a Cristo, a su obra en la historia realizada por medio del Espíritu para transformarnos a la imagen de Cristo.
Y si Dios está trabajando en dirección a esta meta, no es una sorpresa que nos llame a colaborar con él. ‘Síganme,’ dice. ‘Imítenme’.
Tenemos, entonces, tres perspectivas (pasado, presente y futuro), todas las cuales apuntan en la misma dirección: el propósito eterno de Dios (fuimos predestinados…); el propósito histórico de Dios (estamos siendo transformados por el Espíritu Santo); y el propósito escatológico y final de Dios (seremos como él es…). En conjunto estas tres perspectivas apuntan a la misma meta de la semejanza con Cristo, porque la semejanza con Cristo es el propósito de Dios para su pueblo.
La verdad concentrada:
Una vista general del Cristo
Debemos tener la actitud de CRISTO.
Debemos tener la actitud de Servicio
Es decir, así como Jesús realizó lo que en su cultura era el trabajo de un esclavo, nosotros también debemos estar dispuestos a realizar en nuestro contexto cultural cualquier tarea, y a no considerarla servil ni degradante.
Debemos se como Cristo en su amor.
Llevar ‘una vida de amor’ es un mandamiento que indica que toda nuestra conducta debería estar caracterizada por el amor, pero ‘se entregó por nosotros’ es una clara referencia a la cruz. Pablo nos está comprometiendo a ser como Cristo en su muerte; nos alienta a amar con el amor del calvario.
¿Se da cuenta? Pablo nos anima a ser como el Cristo de la encarnación, el Cristo del lavamiento de pies, y el Cristo de la cruz.
Estos sucesos en la vida de Cristo muestran con claridad lo que significa parecernos a Cristo en la práctica
Debemos se como Cristo en su paciente resistencia.
Cada uno de los capítulos de la primera carta de Pedro contiene una alusión al sufrimiento en nombre de Cristo, ya que el trasfondo de la carta es el comienzo de la persecución.
En particular en el capítulo 2, Pedro exhorta a los esclavos cristianos a soportar cuando los castiguen injustamente, y a no devolver mal por mal (1 Pedro 2:18). Hemos sido llamados a conducirnos de esta manera porque Cristo también sufrió, y nos dejó un ejemplo para que siguiéramos en sus pasos (1 Pedro 2:21).
Este llamado a la semejanza de Cristo cuando sufrimos injustamente puede llegar a ser cada vez más relevante a medida que en la actualidad aumenta la persecución en muchos contextos culturales.
Debemos se como Cristo en su misión
Al orar, Jesús dijo a su Padre: ‘Como tú me enviaste al mundo, yo los envío también al mundo’; y al comisionar a sus discípulos, dijo: ‘Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes’. Estas palabras tienen un significado inmenso.
Estas palabras no son solamente una versión de la Gran Comisión registrada por Juan en su Evangelio; también son una indicación de que la misión de los discípulos en el mundo debía semejarse a la de Cristo. ¿En qué sentido? Las palabras clave son ‘yo los envío también al mundo’. Es decir, así como Cristo tuvo que entrar en nuestro mundo, nosotros debemos entrar en los mundos de otras personas.
Aplicaciones prácticas
La semejanza con Cristo y el misterio del sufrimiento
No cabe duda de que el sufrimiento es en sí mismo una cuestión enorme, y hay muchos caminos que los cristianos recorren para tratar de comprenderlo. Pero hay uno que se destaca, y es que el sufrimiento es parte del proceso por el que Dios nos vuelve semejantes a Cristo. Ya se trate de una desilusión o de una frustración, tenemos que verlo a la luz de Romanos 8:28–29.
Según Romanos 8:28, Dios siempre está obrando por el buen propósito de quienes les pertenecen, y según Romanos 8:29 este buen propósito es hacernos semejantes a Cristo.
La semejanza con Cristo y el desafío de la evangelización
¿Por qué ocurre con frecuencia que nuestros esfuerzos de evangelización sucumben en el fracaso? Podemos dar varias razones, y no quiero simplificar la respuesta, pero una de las razones principales es que no nos parecemos al Cristo que proclamamos.