El poder del pecado secreto

Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 977 views

El pecado que cometemos en secreto será descubierto y sufrimos las consecuencias. Nos atormenta, nos causa daño de manera individual y a una comunidad. Debemos arrepentirnos antes que nos alcance nuestro pecado.

Notes
Transcript
Handout

La falsa seguridad de ocultar

Contar la anécdota del pintor que pintaba unos muebles en una casa con una pintura muy clara. Solo se veía después de unas horas. En uno de los muebles encontró una cartera y la abrió para ver su contenido. Pensaba que nadie se daría cuenta, pero no fue así porque la pintura reveló que el la había abierto.

Tendencia humana

La tendencia humana es ocultar cualquier error que hayamos cometido. Si cometemos un error, esperamos que nadie se dé cuenta. Si nos pasa un accidente, lo que esperamos es que nadie esté presente o nos vea para irnos. Es nuestra tendencia natural porque creemos que así estaremos seguros: no siendo transparentes.
Esto fue lo que pensó Acán. Pensó que nadie se daría cuenta, que no se sabría lo que había hecho porque nadie estaba ahí, que no había forma de que se supiera y que ocultar esa información le daba seguridad.

Palabra persuasiva

Una palabra muy persuasiva del Señor Jesús debe ser suficiente para todo ser humano y sobre todo para el creyente.
Lucas 8.17 NVI
17 No hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada oculto que no llegue a conocerse públicamente.
Tenemos que entender con quién hemos comenzado una relación. No es sólo alguien que conoce nuestras acciones más secretas, sino también las intenciones de nuestras acciones.
1 Corintios 4.5 NVI
Por lo tanto, no juzguen nada antes de tiempo; esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.

El pecado de Acán

Josué 7.1–26 NVI
1 Sin embargo, los israelitas desobedecieron al Señor conservando lo que él había decidido que fuera destinado a la destrucción, pues Acán hijo de Carmí, nieto de Zabdí y bisnieto de Zera, guardó para sí parte del botín que Dios había destinado al exterminio. Este hombre de la tribu de Judá provocó la ira del Señor contra los israelitas. 2 Josué envió a unos hombres de Jericó hacia Hai, lugar cercano a Bet Avén, frente a Betel, y les dijo: «Vayan a explorar la tierra.» Fueron, pues, a explorar la ciudad de Hai. 3 Poco después regresaron y le dieron el siguiente informe a Josué: «No es necesario que todo el pueblo vaya a la batalla. Dos o tres mil soldados serán suficientes para que tomemos Hai. Esa población tiene muy pocos hombres y no hay necesidad de cansar a todo el pueblo.» 4 Por esa razón, sólo fueron a la batalla tres mil soldados, pero los de Hai los derrotaron. 5 El ejército israelita sufrió treinta y seis bajas, y fue perseguido desde la puerta de la ciudad hasta las canteras. Allí, en una pendiente, fueron vencidos. Como resultado, todo el pueblo se acobardó y se llenó de miedo. 6 Ante esto, Josué se rasgó las vestiduras y se postró rostro en tierra ante el arca del pacto del Señor. Lo acompañaban los jefes de Israel, quienes también mostraban su dolor y estaban consternados. 7 Josué le reclamó a Dios: —Señor y Dios, ¿por qué hiciste que este pueblo cruzara el Jordán, y luego lo entregaste en manos de los amorreos para que lo destruyeran? ¡Mejor nos hubiéramos quedado al otro lado del río! 8 Dime, Señor, ¿qué puedo decir ahora que Israel ha huido de sus enemigos? 9 Los cananeos se enterarán y llamarán a los pueblos de la región; entonces nos rodearán y nos exterminarán. ¡Qué será de tu gran prestigio! 10 Y el Señor le contestó: —¡Levántate! ¿Qué haces allí postrado? 11 Los israelitas han pecado y han violado la alianza que concerté con ellos. Se han apropiado del botín de guerra que debía ser destruido y lo han escondido entre sus posesiones. 12 Por eso los israelitas no podrán hacerles frente a sus enemigos, sino que tendrán que huir de sus adversarios. Ellos mismos se acarrearon su destrucción. Y si no destruyen ese botín que está en medio de ustedes, yo no seguiré a su lado. 13 ¡Levántate! ¡Purifica al pueblo! Diles que se consagren para presentarse ante mí mañana, y que yo, el Señor, Dios de Israel, declaro: “¡La destrucción está en medio de ti, Israel! No podrás resistir a tus enemigos hasta que hayas quitado el oprobio que está en el pueblo.” 14 Mañana por la mañana se presentarán por tribus. La tribu que yo señale por suertes presentará a sus clanes; el clan que el Señor señale presentará a sus familias; y la familia que el Señor señale presentará a sus varones. 15 El que sea sorprendido en posesión del botín de guerra destinado a la destrucción será quemado junto con su familia y sus posesiones, pues ha violado el pacto del Señor y ha causado el oprobio a Israel. 16 Al día siguiente, muy de madrugada, Josué mandó llamar, una por una, a las tribus de Israel; y la suerte cayó sobre Judá. 17 Todos los clanes de Judá se acercaron, y la suerte cayó sobre el clan de Zera. Del clan de Zera la suerte cayó sobre la familia de Zabdí. 18 Josué, entonces, hizo pasar a cada uno de los varones de la familia de Zabdí, y la suerte cayó sobre Acán hijo de Carmí, nieto de Zabdí y bisnieto de Zera. 19 Entonces Josué lo interpeló: —Hijo mío, honra y alaba al Señor, Dios de Israel. Cuéntame lo que has hecho. ¡No me ocultes nada! 20 Acán le replicó: —Es cierto que he pecado contra el Señor, Dios de Israel. Ésta es mi falta: 21 Vi en el botín un hermoso manto de Babilonia, doscientas monedas de plata y una barra de oro de medio kilo. Me deslumbraron y me apropié de ellos. Entonces los escondí en un hoyo que cavé en medio de mi carpa. La plata está también allí, debajo de todo. 22 En seguida, Josué envió a unos mensajeros, los cuales fueron corriendo a la carpa de Acán. Allí encontraron todo lo que Acán había escondido, 23 lo recogieron y se lo llevaron a Josué y a los israelitas, quienes se lo presentaron al Señor. 24 Y Josué y todos los israelitas tomaron a Acán, bisnieto de Zera, y lo llevaron al valle de Acor, junto con la plata, el manto y el oro; también llevaron a sus hijos, sus hijas, el ganado, su carpa y todas sus posesiones. Cuando llegaron al valle de Acor, 25 Josué exclamó: —¿Por qué has traído esta desgracia sobre nosotros? ¡Que el Señor haga caer sobre ti esa misma desgracia! Entonces todos los israelitas apedrearon a Acán y a los suyos, y los quemaron. 26 Luego colocaron sobre ellos un gran montón de piedras que sigue en pie hasta el día de hoy. Por eso aquel lugar se llama valle de Acor. Así aplacó el Señor el ardor de su ira.
Josue 7.1-
¿Cuáles son tus impresiones sobre este relato? ¿Cómo te hace sentir?

El pecado de Acán: una acción consciente.

El pecado de este hombre consistió en romper un pacto que Dios había hecho con el pueblo de Israel. El pueblo se había comprometido a cumplir con las condiciones de este acuerdo o pacto: destruir las naciones que ocupaban la tierra de Canaán y todo aquello que Dios dijera.
Dios había sido explícito en cuanto a la expectativa y las consecuencias si alguien decidía no obedecer el pacto. Así que no fue un error. Fue una acción consciente.
Easí que no fue un error. Fue una acción consciente
Ellos no estaban obligados a hacer el pacto y alguien pudo decidir no ser parte. Es como casarse. Nadie está obligado a hacerlo, pero si lo hace debe cumplir lo que se promete el día en que se contraen nupcias.

Consecuencias lógicas

Cuando una persona no cumple sus votos de fidelidad en la relación, no puede esperar que la relación continúe igual. No puede esperar que no haya repercusiones. La confianza que su cónyuge tenía ha sido destrozada, hay un corazón herido, si hay niños, es una acción que los marca, sobre todo si se llega a la separación de esa familia. Si usted quebranta los votos de un matrimonio debe esperar consecuencias lógicas.
Es igual con el pecado. Si usted decide quebrantar las leyes de Dios, no puede esperar que su vida continúe igual. Es ilógico que su vida no sea afectada. Su vida y la de otras personas será afectada y puede serlo en muchas maneras.

Pecar es un proceso

Cuando uno de nosotros peca, no es un acto repentino como a veces pensamos. Es una decisión que implicó varios pasos. Cuando Acán finalmente confiesa lo que hizo nos revela lo que pasó en su caso:
Josué 7.20–21 NBLH
20 Y Acán respondió a Josué: “En verdad he pecado contra el Señor, Dios de Israel, y esto es lo que he hecho. 21 Cuando vi entre el botín un hermoso manto de Sinar y 200 siclos (2.28 kilos) de plata y una barra de oro de cincuenta siclos de peso, los codicié y los tomé; todo eso está escondido en la tierra dentro de mi tienda con la plata debajo.”
Vi…condicié…tomé…escondí
Este proceso es descrito por el apóstol Santiago:
Santiago 1.13–15 NBLH
13 Que nadie diga cuando es tentado: “Soy tentado por Dios.” Porque Dios no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie. 14 Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión. 15 Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte.

¿Cuál es la importancia de saber que pecar es un proceso?

Como es un proceso, hay varios pasos y eso me da la oportunidad de parar este proceso.

Pasiones

Lo primero que me dice Santiago es que Dios no es la fuente de mi tentación, no lo es ni siquiera el Diablo. En mi habitan pasiones o malos deseos que son contrarios a Dios.
Saber que tengo estos deseos deben llevarme a tomar por lo menos dos decisiones: no alimentar esos deseos y no ponerme en una posición vulnerable.

¿Qué hacen esas pasiones?

Llevan y seducen. No son acciones bruscas o torpes. Nos daríamos cuenta. Este vocabulario sugiere unos diálogos con nosotros mismos en los que eso que queremos hacer lo justificamos y nos imaginamos el placer que experimentaremos haciéndolo.

Concebir

Es cuando esas pasiones no las detuvimos y las alimentamos. Cuando encuentran la oportunidad de darse, se dan y no hay vuela atrás. Ya se concibe el pecado, ese es el resultado de las pasiones que no fueron sometidas a Dios.

Resultado: muerte

Ya lo que viene es el resultado lógico y fue lo que le pasó a Acán.

El Proceso de descubrimiento

Dios revela el pecado del pueblo, da detalles, pero no dice quien lo hizo. Le da esa encomienda a Josué.
Josué 7.11 NVI
11 Los israelitas han pecado y han violado la alianza que concerté con ellos. Se han apropiado del botín de guerra que debía ser destruido y lo han escondido entre sus posesiones.
Todavía después de haber dicho todo esto, hace que Josué de varios pasos echando suertes. Todo esto implicaba un proceso. ¿Esta Dios dándole tiempo a Acán de que se arrepintiera y confesara lo que había hecho? Yo creo que sí, pues eso es congruente con la naturaleza de Dios.
2 Pedro 3.9 NVI
9 El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.

Ni confiesa ni trata de escapar

A pesar de que el proceso fue largo, Acán no hace nada que fuera lógico. Si el se arrepentía y confesaba que lo había hecho antes de que fuera descubierto, quizás habría tenido una oportunidad. Pero si no lo iba a hacer, ¿por qué no escapó?
Es es el efecto que tiene el pecado en nuestra mente. Nos inhabilita para pensar lógicamente. Se nos nubla la razón y terminamos tomando decisiones que rayan en lo estúpido.
Echamos a perder el negocio familiar que tomó años a nuestros abuelos o padres levantar por tomar una decisión deshonesta. Echamos a perder un matrimonio de años, quizás hasta con hijos, por alguien que nos atrae fisicamente.

El Proceso de descubrimiento

El alcance del pecado

Acán no solo trajo consecuencias sobre sí, sino que también su familia sufrió por él. Por más que creamos que somos individuos independientes, no lo somos. Somos miembros de una colectividad de algún tipo. Dios nos creo para vivir en comunidad y nuestra conducta beneficia o perjudica a la comunidad de la que somos parte.

El pecado de uno afecta a la iglesia

Hebreos 12.15 NBLH
15 Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados.
El pecado tiene la capacidad de crear heridas entre nosotros que hacen que raíces de amargura broten de entre los hermanos. Las ofensas de labios, la deshonestidad, los engaños en los negocios entre los hermanos, la inmoralidad sexual, etc.
hebreos 12.15El pecado tiene la capacidad de crear heridas entre nosotros que hacen que raíces de amargura broten de entre los hermanos. Las ofensas de labios, la deshonestidad, los engaños en los negocios entre los hermanos, la inmoralidad sexual, etc.
El pecado tiene la capacidad de crear heridas entre nosotros que hacen que raíces de amargura broten de entre los hermanos. Las ofensas de labios, la deshonestidad, los engaños en los negocios entre los hermanos, la inmoralidad sexual, etc.
Además, el pecado no confrontado en una congregación impide que la gracia de Dios se manifieste, que las personas no se arrepientan, que la gente no se bendecida y que haya juicio de parte de Dios.
También el pecado de uno de los miembros de la familia tiene el mismo efecto. Podría ser que alguna familias no logren salir de problemas porque hay pecado y no se han arrepentido. Lo han tolerado siempre y la gracia de Dios no se manifiesta en esa familia.
Hebreos 12.15 NBLH
15 Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados.

Conclusión

El pecado es un peligro para nosotros. Es perjudicial para nuestra vida, para nuestra congregación, para nuestra familia y para nuestro país.
No podemos vivir una doble vida. El pecado secreto en nuestra vida, el que nadie ve o el que nadie que nos conozca ve, nos afecta. Dios nos está dando la oportunidad de que nos arrepintamos de nuestros pecados. Nos está dando la oportunidad de que confesemos nuestros pecados.
Dios tiene los medios para revelar los pecados de los que no te has arrepentido. Está dándote la oportunidad de que lo hagas tú.
Algunas personas tendrán que confesar sus pecados ante sus hermanos. Algunas personas tendrán que confesar sus pecados a sus familias.
Confesar es un gran paso, pero el arrepentimiento es el gran paso. Arrepentirse es apartarse de eso que desagrada a Dios y que lo ofende.
Related Media
See more
Related Sermons
See more