01 La Personalidad del Espíritu Santo
La Personalidad del Espíritu Santo
R60 Luke 11:13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan
¿Qué significa el Espíritu Santo para ti? ¿Qué tan consciente estás de su persona y de su obra? ¿Tienes una idea de lo mucho que dependemos de Él cada día? O más aún, ¿sabes que como hijo de Dios estás habitado por el Espíritu y está contigo adondequiera que vas? Está contigo cuando vienes a la iglesia, pero también cuando vas al trabajo. Está contigo en la casa, y también cuando sales de compras.
¿Qué tipo de relación debemos tener con el Espíritu Santo? ¿Podemos orar al Espíritu? ¿Debe ser adorado? ¿Podemos cantarle? ¿Cuándo fue la última vez que pediste al Señor que derrame su Espíritu en tu vida y en la iglesia?
Hay doctrinas que sabemos que son esenciales, como lo es por ejemplo la doctrina de la existencia de Dios. Dios existe y ha hablado. Él mismo nos ha dicho que anda buscando adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. Debemos conocer cómo es Él y lo que demanda de sus criaturas.
Otra doctrina esencial es la cristología. Jesucristo es Dios y hombre. Por eso pudo morir en nuestro lugar y su justicia ser puesta en nuestra cuenta.
“Todos estaríamos de acuerdo en que desestimar o pasar por alto la doctrina del Padre sería terrible. Todos estaríamos de acuerdo en que también es terrible pasar por alto la doctrina y la verdad concernientes al Hijo eterno. ¿Nos percatamos siempre de que es igualmente pecaminoso desestimar o pasar por alto la doctrina del Espíritu Santo?” (Lloyd-Jones, Dios el Espíritu Santo, p.13).
La doctrina del Espíritu Santo también es esencial. Su existencia es vital; su obra es imprescindible.
Toda ocasión en que has podido ver tu pecado y arrepentirte, allí hubo una obra del Espíritu, pues Él es quien convence de pecado. Podemos dar mil argumentos a un pecador para demostrarle que está en falta delante de Dios, y si el Espíritu no obra, todo esfuerzo será infructífero.
Un pecador puede escuchar mil sermones evangelísticos, y si el Espíritu no vivifica el alma, no entenderá. La diferencia entre un pecador que se arrepiente y el que no, no radica en la inteligencia, sino de Dios que abre los ojos de ciegos por su Espíritu.
Su presencia y obra es imprescindible para nuestra obediencia (Ez. 36:26-27).
Por Él perseveramos en la verdad (1 Juan 2:20, 27).
Uno de los errores que se han enseñado con respecto a la doctrina del Espíritu Santo es la negación de que es una persona, o que sea una persona distinta al Padre y al Hijo.
Para algunos el Espíritu es una especie de metáfora—una forma de hablar acerca de Dios en sentido figurado.
Otros hablan del Espíritu como una mera fuerza o poder. La palabra “espíritu” tanto en hebreo como en griego significa “viento”. Tenemos el vocablo neumático que viene del griego pneuma, que se usa para ‘espíritu’ en el NT. Y como el viento es algo poderoso pero impersonal, algunos piensan así del Espíritu Santo. Lo ven como una manifestación del poder de Dios.
R60 Acts 10:37 Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: 38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Si el Espíritu Santo es poder, se estaría haciendo una repetición innecesaria. No es lo mismo decir que el Espíritu Santo tiene poder, a decir que es poder.
R60 1 Corinthians 2:1 Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. 2 Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. 3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder,
R60 Romans 15:13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Estos pasajes nos muestran que no es lo mismo hablar del Espíritu Santo y hablar de poder.
Argumentos para demostrar la Personalidad del Espíritu Santo
Permítanme hacerles un resumen de los argumentos bíblicos que demuestran que el Espíritu Santo es una persona.
El Espíritu Santo posee atributos de personalidad.
Es presentado como alguien que tiene mente e inteligencia; escudriña, revela, conoce.
R60 1 Corinthians 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Tiene emociones.
R60 Ephesians 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Tiene voluntad.
R60 Acts 16:6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. 8 Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. 9 Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. 10 Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio. 11 Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis.
R60 1 Corinthians 12:11 Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.
El Espíritu realiza acciones que sólo una persona puede hacer.
—Da testimonio y habla.
R60 John 15:26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.
R60 Romans 8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
R60 Acts 5:32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.
No era un asunto de ellos únicamente.
R60 Mark 13:11 Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
R60 Acts 21:11 quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.
1 Timoteo 4:1
Apoc 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22.
Una iglesia viva es aquella que escucha la voz del Espíritu de Dios. La iglesia muerta es la que se desentiende de lo que el Espíritu nos comunica. El que tenga oídos que oiga. Es un llamado a todos.
R60 Luke 2:26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
R60 1 Corinthians 2:10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Un atributo o energía no puede hablar.
—Intercede.
R60 Romans 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
—Aparta a algunos para el servicio a Dios.
R60 Acts 13:2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 3 Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron. 4 Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia, y de allí navegaron a Chipre.
En este contexto podemos mencionar algunas cosas que aunque no las hace el Espíritu mismo, son cosas que sólo se le pueden hacer a una persona.
—Se le puede mentir al Espíritu.
R60 Acts 5:3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
—Se le puede blasfemar.
R60 Matthew 12:31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.
No tendría sentido hablar de blasfemia a menos que no sea una persona. Este no es un pecado contra una simple fuerza o viento. Se dice que este pecado es imperdonable. ¿Qué es más blasfemo? ¿Pecar contra una fuerza o pecar contra Dios?
—Se dice que viene y es enviado.
R60 John 16:7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
—Puede ser resistido.
R60 Acts 7:51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
El Espíritu se relaciona con otras personas.
Se relacionó con los apóstoles.
R60 Acts 15:28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:
Se relaciona con las personas en general.
R60 John 16:8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.
En especial con su pueblo.
R60 1 Corinthians 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Ayuda a los suyos (Fil. 1:19).
Se presenta relacionándose con el Señor Jesucristo.
R60 John 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Una de las razones aducidas para decir que el Espíritu no es una persona es el hecho de que la palabra ‘Espíritu’ en griego es un sustantivo neutro. Por eso es visto por algunos como algo impersonal. Sin embargo, si observan algunos de los pasajes en que se habla del Espíritu, se usa el pronombre masculino de la tercera persona del singular ‘él’ (Juan 16:13). No se usa el pronombre neutro, como la regla exigiría.
¿Qué Implica la Personalidad del Espíritu Santo?
Si no estamos tratando con algo impersonal, si no estamos tratando con una mera fuerza o viento o poder, si es una persona, entonces tenemos que tratarlo como tal.
Si nos habla, debemos escucharle.
Si es el Consolador, debemos permitir que obre libremente su ministerio de consolación.
Si santifica, entonces no le ofendamos con nuestros pecados. Somos templo del Espíritu.
Si nos dio la Palabra de Dios, entonces debemos suplicarle su iluminación para entenderla y aplicarla.
El hecho de que el Espíritu Santo sea una persona tiene grandes implicaciones. Todavía no hemos considerado el hecho de que las Escrituras enseñan que el Espíritu es Dios. Eso lo trataremos en nuestro estudio siguiente. Ahora quiere sólo concentrarme en el hecho de su personalidad.
Si tiene voluntad, quiere decir que Él no hace las cosas necesariamente como queremos y cuando queremos. Debemos rogar que obre en nosotros. No tenemos garantías de que la obra que Dios ha realizado en otras épocas en otras iglesias, la realizará igualmente con nosotros. No depende de la aplicación de tres pasos que garantizan la victoria. La Biblia no sugiere eso en ningún lugar.
Si queremos que el Espíritu dé vida a los pecadores, incluyendo a nuestros hijos, tenemos que clamar para que Dios le envíe y produzca convicción de pecado, que les abra los ojos para ver las realidades del cielo y del infierno, que les haga ver que no hay escapatoria del juicio a no ser por medio de Jesucristo y que les muestre la bendita suficiencia del Salvador para redimir y perdonar. Sin Él, todo es muerte y ceguera.
Si el Espíritu es una persona podemos tener comunión con Él. Nuestra relación con Él puede mejorar o empeorar. Podemos serle motivo de gozo o de tristeza.
Si es una persona, puede ser agradada o desagradada. Cuando nos muestra algo por las Escrituras, debemos procurar obedecer con alegría, aunque sea contrario a nuestros deseos, y aunque implique negación personal y sacrificio.
R60 Galatians 5:16 ¶ Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Así como Cristo vino a salvarnos sin nosotros merecerlo, somos igualmente indignos de recibir los beneficios de la obra del Espíritu Santo.
“¡Cuán agradecidos debemos estar de que el Espíritu sea una persona! Porque precisamente por ser persona nos puede convencer de pecado y con ello guiarnos hasta Dios, morar dentro de nosotros y darnos poder sobre el pecado, e iluminar nuestra mente para entender la Biblia, conducirnos a fin de poder descubrir la voluntad de Dios, dirigirnos en oración, y llamar a ministros, ancianos y diáconos como oficiales de la iglesia” (Edwin Palmer, pp. 10-11).
R60 1 Corinthians 3:16 ¶ ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
No le contristemos. Entristecerle es un acto de ingratitud ante todo lo que representa y hace por nosotros.
R60 Hebrews 10:29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?
El texto habla de “menospreciar”, “tener en poco”
Spurgeon escribió:
Blessed Spirit of the Lord, forgive us for being so despiteful to You by our forgetfulness of You, by our proud self-sufficiency, by resisting Your influences, and by quenching Your fire! Henceforth, work in us according to Your own excellence. Make our hearts tenderly impressible, then turn us as wax to the seal, and stamp upon us the image of the Son of God. [1]
“Su presencia es un cielo para el alma; su ausencia es un infierno de corrupciones y miseria” (Thomas Charles, Spiritual Counsels, pp.116-17).
Oh Espíritu Santo.
Así como el sol está lleno de luz, el océano lleno de agua y el cielo lleno de gloria, así esté mi corazón lleno de ti.
Todos los propósitos divinos de amor y la redención obrada por Jesús serían en vano a menos que Tú obres en mi interior, regenerando por medio de tu poder, dándome ojos para ver a Jesús, mostrándome las realidades del mundo invisible.
Entrégate a mí sin medida, como una fuente perfecta, como riquezas inagotables.
Lamento mi frialdad, pobreza, vacuidad, visión imperfecta, servicio lánguido, oraciones que no oran y alabanzas que no alaban.
No permitas que te contriste o resista.
Ven como poder, para expulsar toda pasión rebelde, para reinar supremo y guardarme tuyo.
Ven como maestro, guiándome a toda verdad, llenándome de todo entendimiento.
Ven como amor, para que pueda adorar al Padre y amarle como mi todo.
Ven como gozo, para habitar en mí, moverte en mí, darme vida a mí.
Ven como luz, iluminando la Escritura, moldeándome con sus leyes.
Ven como santificador, para que cuerpo, alma y espíritu sean plenamente tuyos.
Ven como ayudador, con fuerza para bendecir y guardar, dirigiendo cada paso.
Ven como embellecedor, trayendo orden en medio de la confusión, belleza en medio del caos.
Magnifica ante mí tu gloria magnificándote en mí, y hazme oler a tu fragancia.
“Donde se le robe su gloria, y sea deshonrado y negado, allí todo es oscuridad y desolación—¡manifestándose la monotonía y la esterilidad del invierno, el estupor y el frío mismo de la muerte! ¡Ven, Espíritu bendito y eterno! Imparte a nuestras mentes vida, luz y unción, mientras investigamos tu obra vital y gloriosa” (Octavius Winslow, The Work of the Holy Spirit, p.12).
----
[1]Spurgeon, R. C. H. (2000). Your Available Power (electronic ed.) (107). Escondito, California: Ephesians Four Group.