BATALLANDO LA INCREDULIDAD DE LA IMPACIENCIA

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INTRODUCCION

A nadie nos gusta esperar, el hombre quiere la comodidad. Lo quiero ahora y punto y si tienes dinero pues mejor aun pues no te hace falta a nadie. PERO EN DIOS NO SE ACTUA ASI. CUANDO ESPERAMOS EN DIOS ESTAMOS EN OBEDIENCIA, Y DIOS BENDICE A LOS QUE LE OBEDECEN. Por eso la palabra paciencia es la habilidad de esperar sin apresuramientos o impetuosidad y la impaciencia es el rehusarse a esperar por la gente o acontecimientos, a menudo mostrando una falta de fe. Y la impaciencia es el fruto de la incredulidad. Y el arma principal es la Palabra de Dios, especialmente sus promesas. Por una parte, el impaciente y el incredulo tienta a darse por vencido, a tirar la toalla.

4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.

Por otra parte, la impaciencia te tienta a tomar medidas impulsivas y contraatacantes contra los obstáculos en tu camino. Te tienta a ser impetuoso o precipitado o impulsivo o imprudente.
Salmo 130.5 RVR60
Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado.
¿Cómo batalla el salmista contra la impaciencia en su corazón?
Espero en el Señor; en El espera mi alma,
y en su palabra tengo mi esperanza.
Por una parte, te tienta a darte por vencido, a tirar la toalla. Si habrá frustración, oposición y dificultad, entonces lo olvidaré. Por otra parte, la impaciencia te tienta a tomar medidas impulsivas y contraatacantes contra los obstáculos en tu camino. Te tienta a ser impetuoso o precipitado o impulsivo o imprudente.
“Esperando en el Señor” es una manera de describir lo opuesto de la impaciencia en el Antiguo Testamento. Esperando en el Señor es lo opuesto de correr adelante del Señor y es lo opuesto de abandonar al Señor. Es quedarse en el lugar indicado mientras El dice que te quedes, o es ir al paso que El marca cuando te dice que procedas. No es impetuoso y no es inconsolable.
Ahora, ¿Cómo sostiene su paciencia el salmista mientras espera en el Señor que le demuestre el siguiente paso? El versículo 5 dice: “Espero en el SEÑOR; en El espera mi alma, y EN SU PALABRA TENGO MI ESPERANZA.”
2. Por otra parte, la impaciencia te tienta a tomar medidas impulsivas y contraatacantes contra los obstáculos en tu camino. Te tienta a ser impetuoso o precipitado o impulsivo o imprudente.
La fuerza que lo sostiene en paciencia es la esperanza, y la fuente de la esperanza es la Palabra de Dios. “¡En su palabra tengo mi esperanza!” Y la esperanza es la fe en el tiempo futuro. Hebreos dice, “La fe es la certeza de lo que se espera.”
Así que lo que tenemos en el es una ilustración clara que la manera de batallar la impaciencia es de fortalecer tu esperanza (o fe) en Dios, y la manera de fortalecer tu esperanza en Dios es escuchar su Palabra, especialmente sus promesas.
Si tú estás tentado a no esperar a Dios apaciblemente, a permitirle a El que te diga tu siguiente paso—si tú estás tentado a abandonarlo o a proceder sin El—por favor entiende que éste es un momento para gran batalla espiritual. Toma la espada del Espíritu que es la palabra de Dios (), y clava la maravillosa promesa contra el enemigo que es la impaciencia.
I. EL LADO IMPETUOSO DE LA IMPACIENCA
EL SILENCIO DE DIOS
Ahora veamos una ilustración de Israel cuando no hizo esto. Durante la época de Isaías, Israel fue amenazado por enemigos como Asiria. Durante esos tiempos Dios envió al profeta con su palabra para decirle a Israel cómo quería que respondieran a la amenaza. Pero una vez Israel se impacientó con el tiempo de Dios. Estaba demasiado cercano el peligro. Las probabilidades del éxito eran demasiado pequeñas. describe lo que hizo Israel en su impaciencia.

1¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! 2Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.

¡Ay de los hijos rebeldes, declara el SEÑOR, que ejecutan planes, pero no los míos, y hacen alianza, pero no según mi Espíritu, para añadir pecado sobre pecado! Los que descienden a Egipto sin consultarme, para refugiarse al amparo de Faraón, y buscar abrigo a la sombra de Egipto.
Esto es lo opuesto a esperar en el Señor. Israel se impacientó. Dios no los había librado de su enemigo en el tiempo o en la manera que ellos habían esperado, y se les había terminado la paciencia. Ellos acudieron a Egipto para que los ayudara. Hicieron un plan y un tratado, pero no eran de Dios. Las palabras clave en el verso 2: “Los que descienden a Egipto SIN CONSULTARME.”
Esta es una ilustración perfecta del lado impetuoso de la impaciencia. Aquí es donde muchos de nosotros pecamos casi a diario: Surgiendo adelante con nuestros propios planes sin detenernos a consultar con el Señor.
A. La Advertencia del Señor
Así que el Señor nos da una advertencia en el versículo 3: “El amparo de Faraón [¡el rey de Egipto!] será vuestra vergüenza, y el abrigo a la sombra de Egipto, vuestra humillación.” En otras palabras, tu impaciencia te va a producir una consecuencia indeseada. Egipto no te abrigará; será tu vergüenza. Tu impaciencia se convertirá en tu humillación.
Esto es una advertencia para todos nosotros. Cuando hay obstáculos en tu camino y el Señor dice espera, más vale que confiemos en él y esperemos, porque si salimos adelante sin consultarlo, nuestros planes probablemente no son sus planes y nos traerán vergüenza en vez de gloria.

10¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.

5 Fíate de Jehová de todo tu corazón,

Y no te apoyes en tu propia prudencia.

Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reina Valera Revisada (1960). (1998). (). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
Reina Valera Revisada (1960). (1998). (). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
¿Que debería de haber hecho Israel? ¿Qué deberíamos de hacer cuando nos sentimos atrapados por obstáculos y frustración? La respuesta se encuentra en el versículo 15 y en el versículo 18.

15Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.

Versículo 15: “En quietud y confianza está vuestro poder.” En otras palabras, si estás quieto en Dios, si lo buscas a Él en vez de ir corriendo a Egipto, si confías en el, entonces él te dará toda la fuerza que necesitas para ser paciente y sobrellevar las tensiones donde te encuentras.

18Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.

Entonces el versículo 18: “¡Cuán bienaventurados son todos los que en El esperan!” Dios promete que si esperas su guía y ayuda pacientemente, en vez de irte de cabeza “sin consultarle”, El te dará una gran bendición.
Predicándole a Tu Propia Alma
Esta es la manera en que tú batallas la incredulidad de la impaciencia. Le predicas a tu alma con advertencias y promesas. Tú dices, Mira lo que le pasó a Israel cuando actuaron impacientemente y acudieron a Egipto para ayuda en vez de esperar a Dios. Fueron avergonzados y humillados. Y luego le dices a tu alma: pero mira lo que nos promete Dios si descansamos en él si somos callados y confiados. El nos hará fuertes y nos salvará. El dice que nos bendecirá si lo esperamos pacientemente.
Entonces quizás uses la promesa en ,

y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.

Ni el ojo había visto a un Dios fuera de ti que obrara a favor del que esperaba en El.
Y finalmente en 40:31,

31pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
B. AUNUQUE A VECES NO ENTENDEMOS ¡DIOS SABE LO QUE ESTA HACIENDO!
Así que batallas la incredulidad de la impaciencia utilizando las promesas de Dios para persuadir a tu corazón que el tiempo oportuno de Dios y la guía de Dios y la soberanía de Dios van a tomar esta situación frustrada, encajonada y no productiva y convertirla en algo eternamente valioso. Vendrá una bendición, una fortaleza, una vindicación, una ascendencia con alas como águilas.
LA II GUERRA MUNDIAL
En tiempos de la II Guerra Mundial habia un hombre llamado John y el llega a la iglesia con temor, al terminar el culto el hombre llega donde el pastor y le dice: Pastor ora por mi casa y por mi viña para que no caiga ningun misil. Llamaron al grupo de intercesion y emepzaron a orar. Despues de tres dias John estando en casa escucha un estruendo ¡BOOM! Sale corriendo de la casa y su mirada lo pone donde su viña y ve que sale un gran humo, al llegar alla se temia lo peor, al llegar no habia caido una bomba sino un avion lleno de bombas. al siguiente domingo el va todo enojado donde el pastor. El pastor le dice ¡ NO LO SE! ¡NO LO ENTIENDO! PERO UNA COSA SI QUE SE, ¡ DIOS SABE LO QUE HACE!
DIOS SABE LO QUE ESTA HACIENDO
II. MUESTRANOS SU GLORIA
II. Por qué debemos esperar en Dios. Por lo que Él es. «Solamente él es mi roca y mi salvación; es mi refugio» (v. 2). Puede parecer una extraña figura de lenguaje, esperar en «una Roca», pero el significado es de tremenda importancia. Es esperar en la venida de una fuerza y estabilidad irresistibles. Solo Él debe ser nuestra Fuerza, nuestro Salvador y Refugio. Necesito de Él como «mi Roca» (Fuerza), para mantenerme firme en medio de todas las malvadas fuerzas del mundo. Necesito de Él como «mi Salvación», para librarme de las sutiles tentaciones y concupiscencias de la carne. Necesito de Él como «mi Defensa», para salvarme de las añagazas y de los dardos encendidos del diablo. «Alma mía, reposa solamente en Dios» (v. 5)
III. Cómo deberíamos esperar. Deberíamos esperar como aquellos que esperan el cumplimiento de su Palabra, y la manifestación de su carácter. «Porque de él procede mi esperanza… no resbalaré» (vv. 5–6). Es el corazón creyente y expectante el que espera las ventanas abiertas del cielo, y la bendición derramada (). «Abre tu boca, y yo la llenaré» (). Es solo cuando se cierran todas las otras puertas, y quedan silenciados todos los vanos deseos del yo, que quedamos en posición de probarlo y de decir en verdad: «De él procede mi esperanza». Cuando quedamos así limitados a la fe en Él, podemos también decir: «No resbalaré». Los que esperan en el Señor tendrán nuevo vigor.
IV. El resultado de esperar en Dios. Habrá un claro y alentador testimonio de su fidelidad. «Esperad en él en todo tiempo, … derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio» (v. 8). Por experiencia, él puede decir al pueblo: Confiad en Él en todo tiempo, por todo derramad vuestro corazón a Él; porque Él es un refugio, y y una presente ayuda a aquellos que esperan en Él. Los que esperan en Él son benditos, y son hechos bendición para otros.
Piper, J. (2012). Colección de sermones de John Piper. Minneapolis, MN: Desiring God.
Piper, J. (2012). Colección de sermones de John Piper. Minneapolis, MN: Desiring God.
Piper, J. (2012). Colección de sermones de John Piper. Minneapolis, MN: Desiring God.
Colección de sermones de John Piper Batallando la incredulidad de la impaciencia

La paciencia en hacer la voluntad de Dios no es una virtud opcional en la vida cristiana. Y la razón no es porque la fe no es una virtud opcional. La paciencia en hacer el bien es el fruto de la fe. Y la impaciencia es el fruto de la incredulidad. Y bien la batalla contra la impaciencia es la batalla contra la incredulidad. Y el arma principal es la Palabra de Dios, especialmente sus promesas.

¿JESUS SABIA LO QUE ESTABA HACIENDO AL DEMORARSE EN SANAR A LAZARO?
Manser, M. H. (2012). Diccionario de temas bíblicos. (G. Powell, Ed.). Bellingham, WA: Software Bíblico Logos.
Juan 11.1–7 RVR60
Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez.
juan 11
Juan 11 RVR60
Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.)Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él. Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él. Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él. Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él.Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado.Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí.María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.Jesús lloró.Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera? Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir. Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho. Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Así que, desde aquel día acordaron matarle. Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se alejó de allí a la región contigua al desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos. Y estaba cerca la pascua de los judíos; y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la pascua, para purificarse. Y buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se preguntaban unos a otros: ¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta? Y los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno supiese dónde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen.
Vemos el amor de Dios, el te ama primero, el cuida tu vida. Sus discipulos no lo entendieron porque dijeron si duerme sanara. Jesus les dijo: Lazaro ha muerto.
A. LA INCREDULIDAD Y LAS CONVERSACIONES DE MARTA Y MARIA
Juan 11.21 RVR60
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Juan 11.32 RVR60
María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Juan 11:
Y MARTA LE DIJO A MARIA: EL MAESTRO ESTA AQUI Y TE LLAMA.
Dice la palabra de Dios que se levanto deprisa y vino a El. TENEMOS QUE TENER PUESTOS LOS OJOS EN JESUS. Hay hermanos que escuchan la palabra y la reciben con gozo pero al llegar a casa se olvidan de la palabra y le llega el desanimo
Juan 11.39–40 RVR60
Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días.Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
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III. EN ÉL ESTAMOS COMPLETOS
Colosenses 2.10 RVR60
y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
EL CRACTER DE LA VIÑA DE JOHN (II parte)
Al cabo de tres dias Jhon va a la viña para ver como habia quedado y al mirar encuentra que el agujero estaba inundado de agua. Ese verano fue unos de los veranos mas secos de la historia. PERO EN LA CASA DE JOHN NO FALTABA EL AGUA. DIOS SABIA LO QUE ESTABA HACIENDO.
Colosenses 2.10 RVR60
y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
Juan 7.37 RVR60
En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
CONCLUSION
DIOS CUIDA NUESTRA CASA, AUNQUE VENGA LA ENFERMEDAD, LA PRUEBA, DIOS NOS BENDECIRA EN GRAN MANERA SI ESPERAMOS A EL Y EN SU PALABRA. EL SEÑOR A SU TIEMPO RESPONDERA, NO SEAMOS INCREDULOS NI IMPACIENTES EN HACER LAS COSAS A NUESTRA MANERA
Salmo 40.1 RVR60
Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
No seas incredulo y ven al Señor, no podemos vivir una religion, eso lo quiere el diablo que te quiere quitar la vida de Dios, pues tu vida esta escondida en Dios. El pueblo de Israel cavo cisternas rotas que no retienen el AGUA y por eso le llego la incredulidad y no creyeron las palabras y las promesas de Dios
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