La manifestación del Bien y el Mal

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EL BIEN Y EL MAL

Romanos 8.19 RVR60
Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Comentario Al Nuevo Testamento LA GLORIOSA ESPERANZA (Romanos 8:18–25)

El mundo de la creación espera con anhelante expectación, el día en que los que son hijos de Dios se van a manifestar en toda su gloria.

Pues toda la creación espera con anhelo el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos

Apologética ¿QUÉ ES EL MAL?

«¿Qué es el mal? Quizá usted replique: La corrupción. Innegablemente es una definición general del mal, porque implica oposición a la naturaleza, como también herir.

Apologética ¿QUÉ ES EL MAL?

Cuando lo bueno que debería haber está ausente de algo, eso es malo. Después de todo, si no tengo una verruga en mi nariz, eso no es malo; porque, en primer lugar, no debe estar allí. Sin embargo, si a un hombre le falta la habilidad para ver, eso es malo. Asimismo, si una persona carece de la bondad y el respeto por la vida humana que debería tener, entonces puede asesinar. El mal es, en realidad, un parásito que no puede existir salvo como una grieta en algo que debiera ser sólido.

Gloriosa esperanza

Lo que tenemos por cierto es que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
2. El anhelo ardiente de la creación es aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
Estamos esperando que esa gloria se manifieste. Estamos en los días que la creación está sometida a la esclavitud de la caducidad.
En este mundo la juventud desaparece y se marchita el encanto. Es por eso que el mundo es caduco y espera un liberación y una realización total.
El mundo judío dividía la historia del tiempo en la presente y en la que habrá de manifestarse.
a. La presente es la mala, sometida al pecado, a la muerte a la corrupción.
b. Luego tenemos la futura manifestación “el día del Señor” en ese día habrá una renovación total y de las ruinas de este mundo surgirá un nuevo mundo.
Desde el AT el pensamiento judío habla de esa renovación.
Isaías 65.17 RVR60
Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.
En el corazón judío había el deseo de un mundo renovado.
Es por eso que el apostol Pablo dota a la naturaleza de sensibilidad y esperando ese día donde el pecado será quebrantado en su totalidad, la muerte no tendrá lugar y la corrupción habrá pasado y vendrá la gloria de Dios.
El apostol Pablo plasma en el texto, de manera poética, que el estado de la naturaleza es peor que el de los seres humanos, porque estos habían pecado deliberadamente, pero la naturaleza había sido sojuzgada involuntariamente.
Es decir, que la naturaleza estaba involucrada en las consecuencias del pecado humano. Esa fue la consecuencia de la caída de Adán y Eva.
Pablo aquí espera la liberación de la muerte y de la corrupción que ha traido al mundo el pecado del ser humano.
Por lo tanto, ese es el anhelo ardiente. Habrá una redención del cuerpo. No habrá más corrupción, ni muerte, ni pecado, sino que habrá un cuerpo apto para la vida del ser humano espiritual.
Lo que plantea Pablo es que la situacion humana no es desesperada sino que “somos salvos por esperanza”. El ser humano que empezó en una cueva no tiene por qué terminar en las ruinas.
Nosotros vemos lo que ocurre pero tambien, como Pablo, vemos lo que ocurrirá.
Es por eso que hay una anhelante expectación, (apokaradokía), que describe la actitud del que adelanta la cabeza y mirada escudriñando el horizonte para descubrir en la distancia las primeras señales del amanecer de la gloria de Dios.
Para Pablo la vida no era una espera fatigosa y frustrante, sino una expectación gozosa y trepidante.
El cristiano está involucrado en la situación humana. Por dentro, tiene que luchar con su propia naturaleza humana pecadora, por fuera tiene que vivir en un mundo de muerte y corrupción.
Esa es la razón por la que no vivimos en este mundo solamente, sino tambien en Cristo. Lo que quiero decir es que el cristiano no mira solo lo que está en este mundo sino tambien las cosas hacia Dios. Es cierto, vemos el pecado, pecamos, pero tambien vemos el poder, la misericordia, el amor de Dios. Por lo tanto, la clave es la esperanza y nunca la desesperación. No esperamos la muerte sino la vida.
Cuando tu cuerpo esté cabalmente santificado ya no es, ni será instrumento de pecado. La gloria que disfrutaremos en el Señor no solo será revelada sino que nos transformará:
Filipenses 3.21 RVR60
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
¿Quienes aguardan por esa manifestación?
No pueden ser los ángeles, ellos no están sujetos a la vanidad, ni han visto la corrupción.
Tampoco Satanás y sus demonios porque ellos ya saben su final.
Los hijos de Dios
Por lo tanto, la creación significa el orden natural, que fue maldecida como consecuencia del pecado de Adán y Eva.
Será el evento divino al que nos movemos. Hay toda una espera del maravilloso momento en que los hijos de Dios reciban lo que les pertenece.
El mal (sufrimiento) es resultado del pecado. De no haber pecado los seres humanos no tendrían que haber sufrido. La gloria de Dios es lo que Dios quiere revelarlos a sus hijos e hijas.
¿Cuál es el mal de este tiempo?
La enfermedad, el desengaño, el desempleo, la pobreza, la frustración.
¿Qué aguardamos? La nueva era de Dios, no de los humanos, sino de Dios.
Estudios Bíblicos ELA: Salvos por la fe (Romanos parte I) Capítulo 8: ¿Para qué sufrir? Romanos 8:18–30

Todos los hijos de Dios han pasado por tiempos difíciles en los cuales les ha tocado sufrir. A veces ha sido por causa de alguna enfermedad. En otras ocasiones ha sido por persecución o por algún mal que otra persona les haya hecho.

En medio de la aflicción siempre surge la pregunta: “¿Por qué?” Dios no siempre manda una respuesta específica para cada ocasión en que nos encontramos. A veces nos quedamos con esa interrogante durante largos días, semanas, o aun años, sin encontrar la contestación.

Sin embargo, Dios nos ha dado algunas respuestas que se aplican en forma general a cualquier tipe de sufrimiento. En el plan que Dios tiene para nuestras vidas, incluye los mismos propósitos para todos los que son Sus hijos.

Pablo acaba de explicar el mensaje del evangelio que establece que los justos vivirán por la fe en Cristo. Este evangelio debe producir un cambio radical en la vida de quien ha confiado en Cristo de verdad; debe resultar en una vida santa.

En medio de las aflicciones que sufría la iglesia primitiva, Pablo explica la relación que existe entre el sufrimiento y la vida santa: un fruto de ella es aprender a tener paciencia en las aflicciones. A continuación, Pablo presenta tres razones por las cuales el cristiano auténtico debe perseverar en medio del sufrimiento.

TRES RAZONES PARA TENER PACIENCIA EN LA

AFLICCION:

* LA GLORIA FUTURA 18–25

* LA AYUDA DEL ESPIRITU 26–27

* EL PROPOSITO DE DIOS 28–30

LA GLORIA FUTURA 8:18–25

Debemos tener paciencia en medio de la tribulación porque la gloria que ha de manifestarse en nosotros sobrepasará a las aflicciones temporales. Aunque es cierto que sufrimos en esta vida, a la larga los beneficios superarán al sufrimiento. Cuando termine esta época y estemos con Cristo, la gloria que gozaremos juntamente con El será mucho mayor que todo lo que hayamos sufrido (8:18).

Aunque la Palabra de Dios no apoya el concepto de la unidad del universo en el mismo sentido en que lo hacen las religiones orientales, sí demuestra que existe unidad en el propósito eterno de Dios para la creación. El universo entero está sufriendo las consecuencias del pecado, pues ha contaminado la creación perfecta que Dios formó, y ha introducido el dolor y la muerte. Los resultados del pecado afectan todo lo que Dios hizo. Su creación espera anhelante la obra por la cual Dios terminará con el dolor y la muerte (8:19–22). Esta liberación ocurrirá en el momento en que el pueblo de Dios empiece a gozar su redención. Así que la naturaleza espera, al igual que nosotros, el dia de nuestra redención.

Nosotros esperamos esta redención con completa certidumbre, pues tenemos al Espíritu Santo como una evidencia adelantada lantada de que Dios terminará esta obra en nosotros. La obra completa de Dios incluye tanto la salvación eterna del alma como la redención del cuerpo que pondrá fin al dolor y la muerte (8:23). Aunque no podemos ver con anticipación lo que Dios hará, la presencia de Su Espíritu nos permite esperar confiadamente en que Dios cumplirá Su promesa (8:24–25).

LAS AFLICCIONES ACTUALES

NO PUEDEN COMPARARSE

CON NUESTRA GLORIA FUTURA

1. El Señor Jesucristo previno que en el mundo habría sufrimiento.- En efecto, Él habló acerca de ello, pero no debemos asustarnos porque cuando hizo esta declaración, agregó algo aún más importante y trascendente, que saldríamos victoriosos de la prueba. Leamos . Jesús dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Es bien importante aquí la palabra aflicción, que en el original griego thilpsis, significa estar bajo una gran presión, como una prensa que ejerce una gran fuerza sobre algo. También significa estar bajo un inmenso peso de angustia, tribulación y adversidad. Esta expresión además se utilizaba en el proceso de exprimir las uvas siendo pisoteadas y trituradas en el lagar o estanque para producir el vino. Todo esto nos lleva a concluir que no solamente se trata de persecuciones, sino también de una diversa variedad de aflicciones que podemos llegar a sufrir. Al considerar las palabras de Jesús, estas aflicciones pueden ser por ejemplo conflictos de tipo familiar, emocional como estados depresivos, económicos y también enfermedad.  Pero como hemos dicho, la segunda parte de la declaración del Señor Jesús es sublime y esperanzadora, Él agregó: “…pero confiad, yo he vencido al mundo.”
2. Dios nos enseña cómo salir victoriosos sobre la aflicción.- Hay varias claves que Dios nos presenta para lograrlo: a. La primera es descansar en Él. Pero ¿Qué significa descansar en Dios? Cristo mismo lo dijo en el versículo en referencia: “pero CONFIAD” . Eso es aprender a descansar en Dios, simplemente es tener fe en Él. Un buen ejemplo de victoria, es cuando Israel y el pastorcito David se encontraban bajo presión de sus enemigos los filisteos y en particular del gigante Goliat, quien los desafiaba y humillaba. Leamos . “Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Dios que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Puedes ir, y que Dios esté contigo.” Seguro que la primera vez que David enfrentó al oso y el león no fue fácil, vivió angustias, pero pronto aprendió que confiar en el Señor es la clave. Vamos a la segunda clave b. Eludir la autosuficiencia. En el remate de Cristo dijo: “Yo he vencido al mundo.” Qué bueno que el Señor aclaró que esa victoria no fue el mérito nuestro, no la adquirió el hombre, sino Cristo mismo. Eso nos demuestra por qué tantos fracasos y derrotas. Hay muchos casos donde supuestamente el hombre había descansado en Dios, pero que no eran otra cosa sino que el ser humano estaba basado en su propia autosuficiencia y creía que estaba descansando en Dios. El secreto de David contrario a Goliat, quien se jactó de su propia fuerza y estatura, medía mas de 3 metros, fue que él si descansó en Dios.
3. Esté seguro que de veras se convirtió a Cristo y persevere en Él.- y 13. “Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” La palabra persevere tiene una raíz en el griego muy parecida a aflicción. Es hupomeno, que significa no desplomarse bajo presión en el conflicto. La única manera para lograr eso es una vida arrepentida confesando los pecados y siendo limpios por la sangre de Cristo. Arrepiéntase pero por sobre todo sea fiel a Cristo en su vida, en la iglesia y en lo que Dios le encomendó. Repita conmigo esta oración de arrepentimiento: Señor Jesús, reconozco que soy pecador y te he fallado. Perdóname y límpiame de toda maldad con la preciosa sangre que derramaste en la cruz. Perdóname también por no confiar en Ti. Ayúdame en mis aflicciones y de hoy en adelante así como te he entregado mi vida, te entrego todos mis problemas. Ayúdame a seguirte y serte fiel. Amén.
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