CRISTiano INFLUENCER
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Preámbulo:
Preámbulo:
Nos encontramos en un tiempo conocido como la globalización porque el mundo está interconectado a través de los medios masivos de comunicación. Vivimos en constante influencia de los modelos presentados en los medios masivos. Se suele admirar a estos modelos, referentes de éxito; ahora los hay tantos, ¿quién no quisiera ser como ellos? ¿tener la fama, o el dinero o la belleza, o la inteligencia? Por otro lado hay líderes que desorientan, que decepcionan, como los líderes políticos, religiosos, los referentes familiares, etc. Entonces tenemos a una generación que está desencantada, que no se convence, que ya no tiene ideales, sino solo busca escapar, o sobrevivir, o desatenderse.
Tu vida y la mía está en constante influencia. Tienes a un referente, será tu profesor de universidad, un escritor o filósofo, o tu padre, o un líder o héroe que aún permanece en la tumba. Parece que hoy en día uno no puede vivir desconectado y la verdad que uno no es selectivo con las cosas que ve y oye.
Salomón dijo:
Todas las cosas son fatigosas, el hombre no puede expresarlas. No se sacia el ojo de ver, ni se cansa el oído de oír.
Salomón no tenía facebook, pero lo que dice es que al parecer el hombre tiene una búsqueda insaciable, encuentra algo que lo satisface por un momento pero luego cambia, así siempre está buscando.
Salomón fue el hombre más sabio, solo tienes que leer los proverbios y este libro que escribió para comprobarlo. Este rey era un investigador y un filósofo que cuestionaba la manera de vivir debajo del sol.
Él llegó a algunas conclusiones:
Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.
El hombre trabaja toda su vida:
¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
El hombre cambia su método pero al final sigue haciendo lo mismo.
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¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.
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Salomón probó y experimentó todos los placeres terrenales y en esto concluyó:
Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.
Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.
El hombre sabio o necio igual tiene un mismo final:
Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.
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Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.
Salomón experimentó lo que llamaríamos la frustración de la vida, o al dilema de la vida hagas lo que hagas igual morirás.
Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Hay una pregunta que es planteada por el mismo Salomón y es reiterada varias veces, encontrando algunas respuestas de satisfacción temporal:
¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol?
He aquí la primera respuesta:
No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.
Vemos que Dios no es ningún aguafiestas sino por el contrario es recompensador del trabajo de uno. Pero no es lo único que Salomón ha visto, no es lo único que tiene como respuesta:
Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Salomón ve a los que viven para agradar a Dios, los ve que reciben el fruto de su trabajo pero que les es añadido gozo.
Salomón describe la faena de todos los hombres en el cap. 3.1-8 y vuelve con la pregunta:
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
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Pero ahora añade algo revolucionario para el pensamiento de uno que vive afanado con el final fatal de la muerte:
El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones, sin embargo el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio y hasta el fin.
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¿qué ha puesto Dios en la mente de los hombres? Un anhelo de eternidad, en definitiva el hombre anhela perpetuidad porque fue creado así.
Pero el hombre no lo descubre porque vive afanado con los ojos en la tierra que solo considera como mejor la vida que lleva y los frutos temporales de su trabajo.
Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;
Y esta es una bendición de Dios, como lo hace al sacar el sol para los buenos y malos. Pero el hombre no ve más allá de sus narices, sin embargo Salomón entendió algo:
Sé que todo lo que Dios hace será perpetuo; no hay nada que añadirle y no hay nada que quitarle; Dios ha obrado así para que delante de El teman los hombres.
Salomón señaló al inicio que lo único que no ha cambiado en el mundo son las cosas creadas, y aunque el hombre innove su trabajo y complique su existencia, sí solo levantara la vista vería quién le puede dar trascendencia a su vida.
Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.
El hombre no llega a entender la sed de eternidad que puso Dios en él, el hombre ha perdido todo sentido de vida verdadera, es decir no sabe vivir como para lo que fue creado. Pero Dios puede restaurar lo que ha sido de un principio.
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Salomón sigue describiendo lo que ha visto de la vida del hombre en la tierra y señala que hay maldad en los habitantes de la tierra.
Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí impiedad; y en lugar de la justicia, allí iniquidad.
Pero ve más y entiende que Dios los juzgará en definitiva a todos. ¿Qué a ti? ¿estas listo para ser juzgado por tu creador?
Salomón dice que el hombre viviendo en su vanidad no es mejor que los animales.
Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
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Pero aún así cuando Dios les demuestra que su vida de violencia e injusticia los rebaja a la condición de animales ellos siguen pensando que lo mejor para ellos es:
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Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?
Salomón dice que el hombre viviendo en su vanidad no es mejor que los muertos.
Salomón dice que el hombre viviendo en su vanidad no es mejor que los muertos o los que no han podido nacer, esto lo ve así por la maldad con la que los hombres se tratan:
Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador.
Y alabé yo a los finados, los que ya murieron, más que a los vivientes, los que viven todavía.
Salomón señala que hay cosas buenas como los beneficios del trabajo que ya hemos visto pero también destaca la amistad:
Además, el provecho de la tierra es para todos; el rey mismo está sujeto a los campos. El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
Destaca la vida verdaderamente piadosa, y esta es que puede tener una relación con su creador pero sin olvidar que él es Dios y el hombre una criatura.
Destaca
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Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal.
Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.
Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios.
Otro mal que Salomón destaca es de aquellos que quieren enriquecerse y disfrutar de la vida y dejar bienes para sus hijos pero:
El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal; las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano.
Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano. Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano?
Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano.
Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal;
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Salomón señala que el hombre nunca se sacia con las cosas terrenales con las que se afana o en las que se ocupa:
Mejor es lo que ven los ojos que lo que el alma desea. También esto es vanidad y correr tras el viento.
Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su deseo no se sacia.
Entonces vuelve a plantear las siguientes preguntas que solo demuestran cuan vana es al vida enfocada en lo terrenal:
Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre? Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?
Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre?
Y pasamos a presentar las conclusiones de Salomón:
Hay injusticias en la tierra
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Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.
No hay hombre justo en la tierra
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Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
El hombre solo busca el mal
He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.
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No hay poder en el hombre para librarse de su destino fatal
No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni la impiedad librará al que la posee.
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Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos.
Hay una manera de librarse
Hay una manera de librarse
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Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia;y que no le irá bien al impío, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no teme delante de la presencia de Dios.
¿Por qué tienes que temer? Porque aunque tienes que disfrutar de la vida en definitiva Dios te juzgará.
Alégrate, joven, en tu mocedad, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y el gusto de tus ojos; mas sabe que por todas estas cosas, Dios te traerá a juicio.
Esto no es una licencia para hacer lo que queramos sino una advertencia. Salomón a descrito todo lo que ha visto y que toda la vida del hombre ignorando a Dios es una vanidad en el tiempo terrenal y para la eternidad.
Es como lo dijo Juan:
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
Si haz leído los juicios contra la impiedad de los hombres y aún quieres seguir en tus caminos te recordamos que te espera.
Salomón prosigue con el consejo:
Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo.
La vida es corta para vivir enojado, pero aún es más corta para desperdiciarlo en el mal, en los vicios. Recuerda que la etapa de la juventud es corta para invertirlo en mal y luego cosechar las consecuencias.
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;
No se porque dirá acuerdate. Si todos los jóvenes tienen presente a Dios por lo menos en una señal de la cruz o cuando tienen que desquitarse o maldecir un acontecimiento o a alguien.
La invitación está allí regresa a tu creador y ponle color a tu vida, ponle sabor a tu trabajo, ponle música al día de tu muerte porque con Dios aunque la muerte llegue hay vida eterna.
Dije además en mi corazón en cuanto a los hijos de los hombres: Ciertamente Dios los ha probado para que vean que son sólo animales.
Salomón concluye:
El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre.
Otra vez teme a Dios, es un temor saludable porque te pone en resguardo no para huir de él sino para recurrir a su perdón.
Tienes dos opciones:
Ser juzgado por Dios y lo serás aunque no creas en él. Serás juzgado por un Juez totalmente justo que no te juzgará por apariencias sino por las intenciones del corazón.
Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.
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La segunda alternativa es recurrir a la invitación de Dios:
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Dios puede perdonarte porque puede juzgarte en la muerte de su Hijo Jesucristo. Tenemos chande porque Dios ya juzgó a su Hijo en lugar nuestro por nuestros pecados.
El Dios que puso eternidad en nosotros nos ama y quiere restaurar lo dañado por el pecado.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Alguien en definitiva será juzgado tú o Cristo. Si depositas toda tu confianza y esperanza en el pago de Jesús en la cruz y te arrepientes de tus pecados y confías en que Cristo resucitó de la muerte para darte vida para siempre, entonces tu vida de vanidad se convertirá en una vida con propósito.
Para todos los que ya acudieron a la cruz de Cristo. Para los que ya tienen esa vida eterna. Te pregunto ¿Has vuelto o estas viviendo una vida de vanidad? ¿Estas afanado con esta vida o estas viviendo la vida de Cristo en ti? ¿Ven otros el color, el sabor, la música de Cristo en tu vida? ¿Cristiano estás apagándote o irradiando la vida de Cristo?
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Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
No permitas que el mundo te influencie o te moldee, sino permite que Dios te siga transformando para que puedas impactar la vida de tu entorno.
Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
Recuerda que:
Creados y renacidos para modelar su vida a través de nosotros.
Creados y renacidos para modelar su vida a través de nosotros.
y debido a su gloria y excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos.