Esperanza de vida
¿Hay esperanza para mi?
Esto nos llevará a mayor comprensión de lo que es la esperanza cristiana. Romanos 8:24, 25 revela que esperanza significa esperar algo pacientemente. “Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; ya que lo que alguno ve, ¿para qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos.” Esperamos por lo que aún no tenemos. Esperamos pacientemente que Dios cumpla sus promesas. Pero, por fe, estamos seguros que sí las cumplirá. Segunda de Corintios 3:12 explica que “teniendo tal esperanza, actuamos con mucha franqueza”. Nosotros no dudamos. Estamos seguros y confiados sabiendo que Dios cumplirá sus promesas. Nosotros los creyentes tenemos “la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, prometió esta vida desde antes del principio de los siglos” (Tito 1:2). Nuestra esperanza cristiana está basada en Dios que no miente. Está basada en las promesas que Dios nos ha dado en las Escrituras.
Romanos 10:11 declara: “Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado”, o “defraudado”. Porque las promesas de Dios son seguras, Josué dijo: “No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió” (Josué 21:45). F. F. Bruce dice: “Una esperanza que falla en su reconocimiento avergüenza al individuo, pero la esperanza basada en la promesa de Dios tiene asegurado su cumplimiento” (Bruce, Romans [Roma nos], p. 123).
Alejandro Campbell tuvo un debate con Robert Owen en 1828 sobre el tema de la existencia de Dios. En preparación para el debate, el Sr. Owen visitó al Sr. Campbell en su hogar en Bethany, Virginia, ahora Virginia Occidental. El Sr. Owen había pasado su vida negando a Dios, Cristo y la inspiración de la Biblia.
En una de sus excursiones alrededor de la granja, llegaron al cementerio familiar del Sr. Campbell, donde el Sr. Owen paró y se dirigió al Sr. Campbell:
“Tengo una ventaja sobre el cristiano: no temo morir. La mayoría de los cristianos temen la muerte; pero, si se arreglaren unos cuantos asuntos de mis negocios, estaría yo perfectamente dispuesto a morir en cualquier momento.”
Contestó el Sr. Campbell: “Bueno, dices que no temes la muerte. ¿Tienes alguna esperanza en la muerte”?
Después de una pausa solemne, ¡el Sr. Owen contestó que no tenía!
Replicó el Sr. Campbell, señalando a un buey cerca: “Entonces, estás en un mismo nivel con ese animal bruto. Él ha comido hasta saciarse, y se queda parado en la sombra, ahuyentando las moscas con su cola, y no tiene ni esperanza en, ni miedo de la muerte” (Robert Richardson, Memoirs of Alexander Campbell [Memorias de Alejandro Campbell], vol. 1, p. 242).