Profundizando en la Palabra, Una Iglesia de paz, amor y compasión
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Tomado de Justo González
Tomado de Justo González
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Pocas Palabras
Pocas Palabras
Quien estudie los hechos se dará cuenta que hay breves pasajes que dicen mucho. Lucas lo que parece que nos quiere decir es que pocas palabras son mejor que muchas.
Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón.De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente.Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres;tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.
Hechos
En este pasaje no sabemos cuánto tiempo y por eso es de pocas palabras.
En el capítulo anterior acaba de contarnos acerca de Ananías y Safiras y luego nos habla de como el sumo sacerdote y otros persiguieron a Pedro y a Juan, por lo tanto este pasaje solo habla de lo que ocurrió entre el episodio de Ananías y Safiras y el de la persecución del sumo sacerdote, por lo tanto es muy probable que esto que dice haya durado un día o cuanto más unas semanas. Por lo tanto, esto es uno de esos resumenes.
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Los discípulos nos dicen que
Este pasaje no solo nos dice cuatro cosas sino que “perseveraban”. Si somos una comunidad de fe y esperanza debemos serlo en la perseverancia. No nos gusta la espera y se nos dificulta. Entre más rápido se hagan las cosas mejor.
En un momento el viaje se hacía a pie y de San Juan a Ponce no era nada cerca. Luego el viaje fue a caballo y bien ya era mejor porque eran solo par de días. Ahora hay carros y no usamos la Piquiña sino la autopista. Ahora por la autopista nos parece demasiado largo el camino. Las rutas de este país nos parecen largas hasta que descubrimos que de Estados Unidos de un lugar a otro son horas y horas. En Colombia son horas y horas y así sucesivamente. Entonces, nos damos cuenta que de Bayamón a Ponce es solo un paso.
En casa, mi abuelo, luego mi tío, estaban todo un año cuidando un cerdo. Luego de mucho darle de comer tenía su día. Tardaba once meses en hacerlo chicharrón y nunca se pensaba en si se tardó mucho. Vamos a un restauran y si la chuleta Kan Kan se tarda 20 minutos perdemos la paciencia.
De igual manera vinieron las plumas para mojar en tinta cada cinco o seis letras, luego la computadora y se se pone lenta nos desesperamos. Hemos perdido la costumbre de la perseverancia. Si las cosas no se resuelven rápido nos movemos a otra cosa.
Lo mismo acontece en la vida de la Iglesia. Queremos que nuestros planes den fruto de la noche a la mañana. No somos como la avena instantanea, ni como el café instantáneo, no somos una iglesia compuesta por cristianos instantáneos.
Sí es instantáneo la aceptación de Jesús como salvador. Hay una decisión inmediata. A esa conversión le sigue un proceso de crecimiento, de disciplina, de conversión de los rincones oscuros que todavía quedan en nuestra vida, de irnos formando y conformando a la mente de Cristo.
Allí dice: Perseveraban no que perseveraron… no como algo que se hizo y se completó, sino que perseveraban como algo que hacían día y noche, algo que hacían todo el tiempo, a pesar de las dificultades.
Hemos visto a lo largo de la historia que la vida cristiana es una de perseverancia. Trataron de eliminar a Pedro y a Juan a ellos perseveraban.
El Imperio Romano trató de obligar a los creyentes a olvidar la fe, pero con todo y ellos perseveraban - y muchos perseveraban hasta la muerte en el martirio.
En tiempos de la Reforma, Cosidoro de Reina y otros once monjes se vieron obligados a huir de Sevilla, llevando consigo el sueño de traducir la Biblia al castellano. Se les persiguió por todas partes. Juan Perez de Pineda tradujo el Nuevo Testamento y fue confiscado y destruido. El dinero que Cosidoro logró reunir para publicar la Biblia se perdió. Huyó de Inglaterra por falsas acusaciones, pero perseveró y esa es la razón por la que tenemos hoy la Biblia.
Aquí en Puerto Rico, quienes ecucharon y aceptaron la prédica de los misioneros Discípulos de Cristo pronto enfrentaron grandes dificultades, pero con todo perseveraron. Porque don Suncho Rodríguez, Vicente Ortiz, Florentino, cuando le invitaron a ser alcalde pero prefirió ser pastor, por la perseverancia de Celsa Agosto y de Miguel Ángel Morales, porque perseveraron estan escritos en el libro de la vida, por toda esa perseverancia es que estamos aquí.
Y esa fe por la que vivieron, esa fe por la que perseveraron, es la fe por la que vivimos y que esperamos un día puedan decir de nosotros:
Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
Esa fe se conjuga con la esperanza, pues es:
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
¿La fe nos llama a perseverar en qué?
En la doctrina de los apóstoles
En la doctrina de los apóstoles
Es decir en la enseñanza de los apóstoles.
Puede interpretarse de dos manera:
a. En el sentido de estar firmes en lo que los apóstoles estaban enseñando.
b. Tambien en la práctica de aprender constantemente de los apóstoles.
Bueno si lo que tenemos que hacer es simplemente perseverar en la doctrina de los apóstoles no aprenderemos nada. Esa es la razón por la que cuando Galileo sugirió que la Tierra giraba alrededor del Sol se le mandó a callar, pues los apostoles no habian enseñado eso. De igual manera ocurre con la esclavitud indígena, pues tampoco la enseñaron los apostoles.
Ciertamente la esperanza es lo que Cristo hizo pero si la esperanza no se hace desde Cristo para el futuro no hay tal esperanza. Una esperanza que no espera no es esperanza. Seguiremos en la doctrina -enseñanza aunque los apóstoles no estén.
NO es una mera doctrina, ni de un credo, sino de acciones, de ejemplos, de experiencias que nos hacen cada día ser creyentes en Jesucristo. Esto lo explica:
Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
Esta será la evidencia de la acción de Dios en la vida de los discípulos. Esa perseverancia de los apostoles trajo como consecuencia el arresto y con el arresto la obediencia. La perseverancia provocó que el pueblo viera que los discípulos no solo enseñaban sino que tambien obedecían. El Concilio les dijo que no predicaran y ellos siguieron predicando. Esa predicación fue vista en el milagro del cojo y en todas las maravillas.
Esa obediencia mediante la cual los apóstoles enseñan incluye una disposición de dar testimonio en el Templo, aunque no tenían, en el sentido estricto, autoridad para ello.
Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
esa era la lección para aquellos primeros discípulos, que no sabían, que no era gente importante, ni con autoridad, ni con derecho a enseñar, pero que viendo a los apóstoles hacerlo tambien ellos sienten el deber, aunque sea gente sin letra y del vulgo.
Es mediante la obediencia que enseñaban los apostoles que se incluía la disposicion de pagar el precio de su fe. Es por eso que es mejor obedecer a Dios antes que las autoridades humanas. Cuando se les amenaza no se dejan amedrentar, cuando se les azota, salen del Concilio gozosos, porque los insultaron a causa del nombre de Cristo.
Por encima de todo ello, nos dice Lucas ya en:
Y todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo.
La comunión
La comunión
Hechos 6.42
Hehos 5.42
Es la segunda cosa en la que los discipulos perseveraban. La comunión los unos con los otros. Si hay una palabra griega que todos conocemos es Koinonía. Esto no es la comunión, es decir, el partimiento del pan, sino es la comunión entre aquellos primeros hermanos.
En muchas ocasiones nos referimos a ella como “compañerismo”. Eso es cierto, pero es mucho más que eso, es una sociedad. Jacobo y Juan eran Koinonoi en la barca en la que pescaban. Esto no quiere decir que eran compañeros sino que tenían las cosas en común en la barca. Es por eso que podemos hablar de la comunión del Espíritu Santo como una que significa la sociedad que el Espíritu Santo nos hace ser.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
Si interpretamos la comunión del Espíritu Santo como algo individualista llegamos a pensar que la Iglesia no hace falta, porque hemos interpretado la comunión del Espíritu Santo como algo mío, individual, pero si vemos la “Comunión del Espíritu Santo” como la afirmación de que le es dado la comunidad de creyentes como herencia común comenzamos a contrarrestar ese indiviudalismo, pues el Espíritu me acompaña, no solo como individuo, sino tambien y sobre todo porque soy miembro de esa comunidad cuya herencia común es el Espíritu Santo, soy parte de la corporación cuyo capital, por decir así, es el Espíritu Santo.
Es por ello que la comunión es esa asociación que el Espíritu Santo crea y que llamamos la iglesia, por lo tanto, no se trata nada más de que el Espíritu nos acompaña, sino que por medio del Espíritu somos una comunidad, una corporación, una sociedad, de la que formamos parte. Por lo tanto, usted no forma parte de esta sociedad del Espíritu por que usted ofrenda o diezma sino porque usted a querido, como estos hermanos/as ser miembro de esta sociedad de fe. Es la humildad a la que le convoca el Espíritu y a la que no permitía el Imperio Romano que usted formara parte. Si el Imperio no le permitía usted no podía ser ciudadano, pero por medio del Espíritu Santo usted queda llamado a pertenecer a su sociedad que no es otra cosa que la comunidad de fe.
Por eso es que tenían todas las cosas en “común” y “todo lo repartían según la necesidad de cada uno”. Es por eso que adorar a traves de los diezmos y ofrenda es una consecuencia de ser miembros de la sociedad o comunidad de fe. Es por ello que la comunidad era de un corazón y un alma.
No le podemos restar importancia a estos capítulos porque han sido mal interpretados y le han restado vitalidad a la vida actual de la iglesia.
La comunión o Koinonía a que se refiere nuestro texto no es el comunalismo dogmático, en lo cual gente vende lo que tiene, porque tener es malo, sino que es el comunalismo del amor y la esperanza. Es el impulso de responder a la necesidad, como lo hace esta iglesia. Por eso, ya puedo decir que “SOMOS UNA IGLESIA DE PAZ, AMOR Y COMPASIÓN”. Por eso Lucas no nos presenta una iglesia ideal sino una iglesia real en el libro de los hechos. Con sus arrugas y verrugas, pero es la iglesia del Señor.
¿Entonces, qué será para nosotros esa iglesia que persevera en la comunión? No quiere decir asistir a la Cena del Señor todas las semanas, sino que se refiere a perseverar en Koinonía. Es por eso que habla de vender las cosas, pues era la manera de ayudar. Ahora usted trabaja y puede diezmar y ofrendar. A eso le llamamos mayordomía. La mayordomía es más que dar mis diezmos y ofrendas, es acudir a la necesidad.
Basileo de Cesarea, uno de los escritores cristianismo antiguo lo dice de otra manera, aproximadamente para el siglo IV:
“
“Si alguien le quita la ropa a otro se llama ladrón, ¿por qué le damos otro nombre a quien puede vestir un desnudo y no lo hace? El pan que acaparas le pertenece a los pobres - que no se pudra el pan en tu casa - y el calzado que se llena de hongo en tu casa le pertenecen al descalzo” y luego continúa “tu que cuidas y adornas tus caballos y no miras a tu hermano desnudo, tú cuyo trigo se pudre y no alimentas al hambriento…
Si perseveramos en la comunión y en esperanza, entonces estamos viviendo con quien de veras cree que llegará cuando:
Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno;
Un día no tendremos ni hambre, ni sed, ni el sol caerá sobre nosotros ni el calor. Perseverar en la esperanza hace que nuestras vidas sean moldeadas por la comunión para ese día venidero. Esta Koinonía no es otra cosa que el anticipo de ese gran día. Es por ello que quien persevera comparte lo que tiene, no porque alguien lo ordene, ni porque sea un mandado divino, sino porque compartiendo disfruta de ese anticipo que nos espera.
Cuando eso ocurre a la Iglesia llega el pobre, el rico, el que sea y es atendido para que viva en Koinonía. Esto es muy dificil en una sociedad en la que las primaras palabras que aprendemos es “esto es mío” y se nos valora por ello, no por lo que compartimos, sino por lo que tenemos.
Somos señal de una comunidad de esperanza precisamente porque da testimonio y practica un modo de vivir en Koinonía. Por eso esta iglesia no se come el pan aquí sino que lo lleva a las casas de los encamados. Luego estaremos haciendo un llamado a quienes quieran participar de tan hermosa experiencia. Esa es una señal que da testimonio de una iglesia en Koinonía. Una iglesia es esperanza, cuando un matrimonio obsecionado con ganar más, con tener más, con tener un carro mejor que el del vecino, encuentra en la Iglesia otro modo de ver y organizar su vida. Una iglesia es señal de esperanza cuando llegamos y nos abrazamos, cuando no hablamos de la gente, como lo hacen en los trabajos, en los escenarios seculares. Sino que perseveramos en estar en comunión.
En el partimiento del pan
En el partimiento del pan
Era la celebración de la comunión. Se supone que es la noche de fiesta y el apostol Pablo dice: “la noche que fue entregado…, es decir, la noche de la traición… aquella noche dijo: “uno me va a entregar…” ¿Seré yo maestro? Es la noche de la tristeza porque antes que el gallo cante me negarás tres… Noche del arrepentimiento, Pedro lloró amargamente. Noche de remordimiento, por lo que hizo Judas. Noche de angustia … Padre pasa de mi esta copa… A toda esta noche dificil Jesús tomó pan .... no tomó otra cosa, ni oro, ni una trompeta para anunciar, ni piedras preciosas, sino el alimento más común. Mientras sea de noche y vivamos en este mundo celebraremos el partimiento del pan en memoria de él.
Era la celebración de la comunión. Se supone que es la noche de fiesta y el apostol Pablo dice: “la noche que fue entregado…, es decir, la noche de la traición… aquella noche dijo: “uno me va a entregar…” ¿Seré yo maestro? Es la noche de la tristeza porque antes que el gallo cante me negarás tres… Noche del arrepentimiento, Pedro lloró amargamente. Noche de remordimiento, por lo que hizo Judas. Noche de angustia … Padre pasa de mi esta copa… A toda esta noche dificil Jesús tomó pan .... no tomó otra cosa, ni oro, ni una trompeta para anunciar, ni piedras preciosas, sino el alimento más común. Mientras sea de noche y vivamos en este mundo celebraremos el partimiento del pan en memoria de él.
En las oraciones
En las oraciones
Jesús oraba. Para Jesús la oración es la experiencia de que el cielo está abierto. En las oraciones encontramos vitalidad. En el monte de la transfiguración el rostro de Jesús brillaba como el sol. Todo en Dios resplandece. En la oración los discípulos descubren y encuentran al Padre.
Perseverar en la oración es batallar. Como Jesús lo hizo:
diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Es la oración la lucha en la que pretendemos hacer la voluntad de Dios.Jesús venció la angustia con la oración. El miedo fue vencido con la oracion. El autor de Hebreos dice: “en aquellos dias de su vida mortal presentó oraciones y súplicas con grandes gritos...
Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
Jesús en la oración les deja claro a los discípulos quién es Dios y cuál es la forma en la que deben perseverar. En la oración Jesús se ponía a la disposición de los discípulos.
Hoy perseveramos y lo hacemos de la misma manera recibiendo.