Sermón sin título (6)
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Hechos 9:20-31
Hechos 9:20-31
20En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. 21Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? 22Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.
I Saulo predicando a Cristo
I Saulo predicando a Cristo
I Saulo predicando a Cristo
Saulo predicando a Cristo
A- Después de su conversión estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco (19). Evidentemente Ananías le “sirvió de enlace” para que fuera aceptado plenamente por la comunidad cristiana.
Después de su conversión estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco (19). Evidentemente Ananías le “sirvió de enlace” para que fuera aceptado plenamente por la comunidad cristiana.
En seguida (20), que equivale a “inmediatamente” (18)—Saulo comenzó a predicar en Damasco. ¿Cómo podemos armonizar esto con su declaración de que después de su conversión se fue a Arabia? (). La solución más simple es dar por sentado que él comenzó inmediatamente a predicar su fe recién hallada. Cuando descubrió que necesitaba pensar por completo en algunas de las interpretaciones teológicas de su mensaje hasta que estuviera satisfecho de ellas se retiró a Arabia para tener un período de meditación y oración. Esta residencia en Arabia debió ser después del capítulo 21 y antes del 26.
B- Saulo predicaba… en las sinagogas. Puesto que era un rabí instruido en Jerusalén a los pies de Gamaliel, él sería más que bienvenido en cualquier sinagoga judía e invitado a predicar. Pero ahora no estaba dando una interpretación rabínica de la ley; ahora predicaba a Cristo… que éste era el Hijo de Dios. ¡Cuán sorprendidos debieron quedar sus oyentes! Era bien sabido que Saulo había perseguido a los cristianos en Jerusalén, y que había venido a Damasco con el único propósito de desarraigar esa herejía. Había llegado para arrestar a los de “ese Camino” y encadenarlos para enviarlos a Jerusalén para ser juzgados por el Sanedrín (21). Ahora, ¡él mismo estaba predicando esa “herejía”! Es difícil imaginar la sorpresa y consternación que causaría en sus oyentes judíos cuando descubrieran lo que les estaba enseñando el discípulo de Gamaliel. ¡No nos extrañe que el texto diga: le oían… atónitos! (21).
Saulo predicaba… en las sinagogas. Puesto que era un rabí instruido en Jerusalén a los pies de Gamaliel, él sería más que bienvenido en cualquier sinagoga judía e invitado a predicar. Pero ahora no estaba dando una interpretación rabínica de la ley; ahora predicaba a Cristo… que éste era el Hijo de Dios. ¡Cuán sorprendidos debieron quedar sus oyentes! Era bien sabido que Saulo había perseguido a los cristianos en Jerusalén, y que había venido a Damasco con el único propósito de desarraigar esa herejía. Había llegado para arrestar a los de “ese Camino” y encadenarlos para enviarlos a Jerusalén para ser juzgados por el Sanedrín (21). Ahora, ¡él mismo estaba predicando esa “herejía”! Es difícil imaginar la sorpresa y consternación que causaría en sus oyentes judíos cuando descubrieran lo que les estaba enseñando el discípulo de Gamaliel. ¡No nos extrañe que el texto diga: le oían… atónitos! (21).
Sin duda hubo mucha argumentación con los escribas en la sinagoga (cf. 6:9). Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco. Demostrando es literalmente “juntando”, queriendo decir aquí, deduciendo o demostrando que Jesús era el Cristo (22). El principal mensaje de Pablo como el de Pedro (2:36; 3:13–21), era que Jesús era el Mesías. Los judíos no podían refutar la predicación llena de poder del mensaje de Pablo.
II Saulo escapando de los judíos (9:23–25)
A- Era inevitable que la vida de Pablo pronto estuviera en peligro. No podía escapar de ser amenazado con el mismo destino de su Señor y del mártir Esteban. De modo que no es sorprendente leer que pasados muchos días—posiblemente incluyendo los meses que estuvo en Arabia ()—los judíos resolvieron en consejo matarle (23)—el mismo verbo de . Afortunadamente sus asechanzas (complot, la misma palabra que la Septuaginta emplea en en conexión con el asesinato del rey) llegaron a conocimiento de Saulo. Mientras tanto, los judíos guardaban las puertas de día y de noche para matarle (24).
B- Pero Saulo se escapó. Esta acción difícil fue realizada solamente porque los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta (25). Por el muro es literalmente “a través de la pared”. Pablo mismo nos cuenta: “Y fui descolgado del muro en un canasto por una ventana, y escapé de sus manos” (, RSV). Hackett cuenta que a la izquierda de la puerta oriental de Damasco él vio dos o tres ventanas en la pared que se abrían al interior de las casas dentro de la ciudad.49 Josefo emplea la frase “a través de un muro” para describir el escape de los espías en Jericó. El camino natural para bajar a un hombre por el muro sería meterlo en una canasta sostenida por una cuerda. Este método todavía es empleado en los países bíblicos.
Saulo escapando de los judíos (9:23–25)
Pero Saulo se escapó. Esta acción difícil fue realizada solamente porque los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta (25). Por el muro es literalmente “a través de la pared”. Pablo mismo nos cuenta: “Y fui descolgado del muro en un canasto por una ventana, y escapé de sus manos” (, RSV). Hackett cuenta que a la izquierda de la puerta oriental de Damasco él vio dos o tres ventanas en la pared que se abrían al interior de las casas dentro de la ciudad.49 Josefo emplea la frase “a través de un muro” para describir el escape de los espías en Jericó. El camino natural para bajar a un hombre por el muro sería meterlo en una canasta sostenida por una cuerda. Este método todavía es empleado en los países bíblicos.
Era inevitable que la vida de Pablo pronto estuviera en peligro. No podía escapar de ser amenazado con el mismo destino de su Señor y del mártir Esteban. De modo que no es sorprendente leer que pasados muchos días—posiblemente incluyendo los meses que estuvo en Arabia ()—los judíos resolvieron en consejo matarle (23)—el mismo verbo de . Afortunadamente sus asechanzas (complot, la misma palabra que la Septuaginta emplea en en conexión con el asesinato del rey) llegaron a conocimiento de Saulo. Mientras tanto, los judíos guardaban las puertas de día y de noche para matarle (24).
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