El Evangelio y Nuestros Argumentos

Evangelio   •  Sermon  •  Submitted
0 ratings
· 27 views
Notes
Transcript

Romanos 1.16–17 LBLA
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivira.
El Evangelio tiene el poder de derribar todo argumento, que tengamos enraizado en nuestro terco corazón, ese argumento que paralizar nuestros esfuerzos para dar la pelea a nuestro pecado, Él tiene el poder de quitar y romper toda atadura que nos lleve cautivo a nuestros complejos de impotencia.
Nuestra naturaleza pecaminosa está en constante comparación con nuestros hermanos, vemos con desdén y desprecio a los hermanos que tienen pecados visibles o socialmente señalados, nos justificamos diciendo que nuestro pecado no es como el de ellos o creemos que nuestro pecado no es tan dañino como el pecado que ellos tienen.
Éste argumento tiene la cualidad de alojarse en nuestra mente y en nuestro corazón y levantar barreras que impiden un crecimiento espiritual negando entonces toda rendición de nuestra alma a la voluntad de Dios.
Este momento quita toda posibilidad de ver la profundidad de nuestro pecado.
romanos 1.26-
Romanos 1.26–32 LBLA
26 Por esta razón Dios los entregó a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza; 27 y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío. 28 Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen; 29 estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismosos, 30 detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres, 31 sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados; 32 los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.

Pablo y la homosexualidad

es uno de los pasajes más controversiales de la Escritura. Es el pasaje más largo de la Biblia que trata el tema de la homosexualidad.
En los últimos años muchos han intentado sugerir que la comprensión tradicional de estos versículos está equivocada, que más bien esto se refiere a personas que actúan contra su propia naturaleza, o que solo hace referencia al sexo homosexual promiscuo y no a las relaciones estables a largo plazo. Sin embargo, el pasaje literalmente dice “contra la naturaleza”.
Esto significa que la homosexualidad es una violación de la naturaleza creada que Dios nos concedió.
Pablo está diciendo: Aquí hay una manera en la que Dios, en Su ira, ha entregado a los seres humanos a sus sobredeseos para que experimenten las consecuencias.
Y eso no le detiene para identificarlas como ajenas a la intención del Creador para el florecimiento humano. Pablo está diciendo: Aquí hay una manera en la que Dios, en Su ira, ha entregado a los seres humanos a sus sobredeseos para que experimenten las consecuencias.
(Así es como el final del versículo 27 debe entenderse:
Romanos 1.27 LBLA
27 y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío.
romanos
“el castigo que merecían” es solo cosechar los resultados de la adoración a los ídolos. “El castigo que merecían” no está restringido al pecado de la homosexualidad).
La Biblia es clara tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento al enseñar que el sexo homosexual activo como un patrón de comportamiento establecido infiere una actitud de rechazo al señorío de Jesús y deja a las personas fuera de Su reino (ver ), aunque nunca fuera de Su alcance (v 11).
La Biblia es clara tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento al enseñar que el sexo homosexual activo como un patrón de comportamiento establecido infiere una actitud de rechazo al señorío de Jesús y deja a las personas fuera de Su reino (ver ), aunque nunca fuera de Su alcance (v 11).
1 Corintios 6.9–10 LBLA
9 ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
1 Corintios 6.9–11 LBLA
9 ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
Aquí debemos hacer dos observaciones. La primera es que en Pablo hace alusión a todo tipo de sexo fuera del matrimonio
Romanos 1.24 LBLA
24 Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos;
roman
y después, de una manera más específica, al sexo homosexual (v 26-27), y lo define como un deseo excesivo que da como resultado y a la vez manifiesta la ira de Dios al entregarlos “a pasiones vergonzosas”.
y después, de una manera más específica, al sexo homosexual (v 26-27), y lo define como un deseo excesivo que da como resultado y a la vez manifiesta la ira de Dios al entregarlos “a pasiones vergonzosas”. Es un hecho inevitable que la Biblia cataloga a la homosexualidad como pecado. Sin embargo, en otras de sus cartas, Pablo menciona otros ejemplos del comportamiento idólatra.
Es un hecho inevitable que la Biblia cataloga a la homosexualidad como pecado. Sin embargo, en otras de sus cartas, Pablo menciona otros ejemplos del comportamiento idólatra.
Colosenses 3.5 LBLA
5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
Pablo identifica la “avaricia, la cual es idolatría”. La avaricia (es decir, el deseo constante y el impulso destructivo por tener más) es un indicio de la adoración a ídolos al igual que la inmoralidad sexual.
Y después en Pablo dice algo inesperado.
Gálatas 4.8–9 LBLA
8 Pero en aquel tiempo, cuando no conocíais a Dios, erais siervos de aquellos que por naturaleza no son dioses. 9 Pero ahora que conocéis a Dios, o más bien, que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis otra vez a las cosas débiles, inútiles y elementales, a las cuales deseáis volver a estar esclavizados de nuevo?
Se dirige a los cristianos que habían sido paganos antes de que llegaran a confiar en Cristo y que ahora están siendo tentados a aceptar todas las leyes religiosas judías como un medio para ser salvos.
Les dice: “Ustedes […] eran esclavos de los que en realidad no son dioses [eso es indiscutible; ellos habían sido paganos] ¿cómo es que quieren regresar a esos principios ineficaces y sin valor? ¿Quieren volver a ser esclavos de ellos?”.
¿Cuál es el punto de lo que Pablo está diciendo? Pablo enseña que buscar la bendición y la salvación por medio de la moralidad bíblica (erigir un gobernante y un salvador que no es Dios) es idolatría tanto como la avaricia o la homosexualidad.
Vamos a adorar lo que creemos que necesitamos para satisfacernos, para darnos “vida”.
Si no adoramos a Dios, adoraremos a algo más: placer sexual, amontonar posesiones, guardar reglas; y ninguno de estos es más (ni menos) grave que los otros.
Por lo que la segunda observación necesaria es que mientras que la homosexualidad sí es un pecado, es un pecado; no es el peor pecado.
Toda inmoralidad sexual es pecaminosa (); y Pablo está a punto de enumerar otros pecados en los versículos del 29 al 31 a los que denomina “maldad”, actos que surgen de nuestro rechazo a la verdad acerca de Dios, que dañan nuestras relaciones horizontales y que merecidamente acarrean la ira de Dios (v 18).
Esto significa que hay dos formas de malentender (o ignorar) la palabra de Dios en este punto:
❂ Algunas iglesias, en un esfuerzo por parecer relevantes a la cultura, y para parecer amorosas y hospitalarias con la gente homosexual, le han restado importancia a la clara enseñanza de la Escritura sobre la homosexualidad (como la que aparece en versículos 26 y 27) o la han negado. Podemos definir este enfoque como “liberal”.
❂ Otras iglesias toman lo que la Biblia dice sobre la homosexualidad muy en serio, pero a la vez de una manera muy farisaica. Ven la homosexualidad como el pecado máximo (si no lo dicen, hablan y viven como si lo fuera).
No buscan amar o acoger a los homosexuales. Pueden pretender amar y llevarse bien con sus vecinos ateos o con sus amigos que viven en adulterio, pero no con los homosexuales. Tal vez podríamos definir a este enfoque como “conservador”.
Pablo no está enseñando ninguno de estos dos enfoques. Tiene claro que la homosexualidad es (literalmente) uno de esos “sobredeseos vergonzosos” (v 26).
Pero no olvides que después presenta una larga lista de pecados que, para muchos de nosotros, son mucho más familiares o “respetables”: envidia, chismes, desobediencia, deslealtad (v 29-30).
Romanos 1.29–30 LBLA
29 estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismosos, 30 detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres,
romanos
¡Y entre los que hacen estas cosas Pablo espera una cosecha para el evangelio!
No está diciendo: No importa lo que hagan; Dios solo quiere que sean felices.
Pero tampoco está diciendo: Lo que hacen es tan grave que no los quiero amar ni quiero compartir con ustedes las buenas nuevas porque están más allá del alcance del evangelio.
¿Cómo sabes que en el fondo estás diciendo esto último? Porque ves los actos homosexuales como una “perversión”, pero no ves al engaño o a la soberbia como una “depravación” (v 28).
Solo captamos el evangelio cuando entendemos, como lo hizo Pablo, que yo soy el peor pecador que conozco () y que si Jesús vino a morir por nosotros, no hay nadie que esté fuera de Su alcance.
1 Timoteo 1.15 LBLA
15 Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, entre los cuales yo soy el primero.
Esto nos libera para obedecer a Jesús amando a nuestro prójimo y poder aceptar la definición que Jesús hizo de la palabra “prójimo” como aquella persona que nuestra iglesia o nuestra cultura cataloga de irremediable ().
Viéndonos en es perturbador porque, como ya hemos visto, todos nos encontramos ahí de una manera u otra.
No es una lista exhaustiva de las manifestaciones de la idolatría (de “estimar que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios”, v 28) pero sí es una lista de amplio alcance.
Aquí se incluye el desorden económico (“avaricia”, v 29),
el desorden social (“homicidios, disensiones, engaño y malicia”, v 29),
el quebrantamiento familiar (“se rebelan contra sus padres”, v 30)
y el quebrantamiento en las relaciones (“insensatos, desleales, insensibles, despiadados”, v 31).
Esto es lo que los teólogos llaman la doctrina de la depravación total: mientras que no todo lo que hacemos siempre es completamente pecaminoso, nada de lo que hagamos está completamente sano y salvo del pecado.
¿A qué se refiere Pablo al principio del versículo 32 cuando dice que las personas saben que “quienes practican tales cosas merecen la muerte”? Probablemente se está refiriendo a nuestras conciencias.
Casi todas las personas, en todas las sociedades, han entendido que existe el bien y el mal.
Tal vez creamos que tenemos el derecho de definirlos, pero todos estamos de acuerdo con que existen. Sabemos que hay cosas que merecen un castigo. Y sin embargo, Pablo dice que los seres humanos “aprueban a quienes las practican” (v 32), es decir, aprueban a quienes promueven e impulsan la idolatría.
Es fácil ver esto en los demás y más difícil verlo en nosotros.
Pero vale la pena preguntar:
¿Alguna vez he animado a mis hijos a convertir sus logros académicos en un ídolo?
¿He mostrado mi apoyo silenciosamente a la envidia que siente mi amigo?
¿He permitido que el chisme corra a mi alrededor sin ponerle freno?
que hizo todo y nos hizo a Su imagen para que conociéramos y reflejáramos Su carácter. Y ese mismo Dios nos ha dado, en juicio, lo que nosotros hemos escogido: la vida sin Él, adorando a cosas que no pueden satisfacer. En la belleza del mundo debemos ver la existencia de Dios. En la miseria y los defectos del mundo debemos ver la sentencia de Dios. Y al ver todo eso, volvemos al lugar donde vemos la misericordia de Dios: la cruz.
Romanos 1.16–17 LBLA
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego. 17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: Mas el justo por la fe vivira.
hoy sabiendo que no tenemos que temer la ira de Dios porque hemos recibido Su justicia.
Esto nos da la humildad y a la vez la libertad para preguntar: ¿Qué ídolos podrían estar (o ya están) compitiendo para desplazar a mi Creador en mi corazón y en mi vida? Este pasaje nos insta a buscar áreas en las que estamos siendo envidiosos, calumniadores, desleales, lujuriosos, etc.
Estas cosas son señales de que estamos adorando a un ídolo; ese algo que no es Dios se ha vuelto nuestro amo funcional.
Keller, Timothy. para Ti (Spanish Edition) (Posición en Kindle495-587). Poiema Publicaciones. Edición de Kindle.
Related Media
See more
Related Sermons
See more