LA COMPETENCIA DEL MINISTRO (2 Corintios 3.5-6)

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El ministro esta expuesto a la presión de los resultados.
La palabra “ministro” (diakonos) quiere decir servidor, ayudante. Significa “alguien que sirve o atiende las necesidades de otro”.
-La palabra “ministro” (diakonos) quiere decir servidor, ayudante. Tiene el sentido de “alguien que sirve o atiende las necesidades de otro”.
-La palabra “competente” (hikanoo) quiere decir calificar. Tiene el sentido de “hacer apto, preparar o hacer adecuado”.
-La versión en ingles The Message traduce este verso: “His letter authorizes us to help carry out this new plan of action...”
En español: “Su carta nos autoriza a ayudar a llevar a cabo este nuevo plan de acción...”
-Saber que nuestra competencia, nuestra calificación, nuestra autorización proviene de Dios, determina el éxito de nuestro ministerio, y nos libera de la presión por los resultados. “El Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” ().
Hechos de los Apóstoles 9.31 RVR60
31 Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo.
Hechos 9.31

Competencia espiritual

-Aquí Pablo habla de nuestra competencia espiritual, la cual es la esencia en el ministerio. No de nuestras habilidades personales, las cuales son herramientas para ejercer el ministerio.
1 Timoteo 1.12–14 RVR60
12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. 14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
1 Timoteo 1.12 RSV
12 I thank him who has given me strength for this, Christ Jesus our Lord, because he judged me faithful by appointing me to his service,
-El ministro ha sido calificado por Dios mediante la obra de salvación.
1 Corintios 6.11 RVR60
11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
-La condición principal del ministro debe ser la espiritual. Es de su responsabilidad hacer la obra de Dios utilizando los conocimientos técnicos para ejecutar con responsabilidad y sabiduría la labor del ministerio.

Nuevo plan de acción

-Dios nos cambio los planes y nos involucro en Su propósito. Para nosotros, el ministerio es el nuevo plan de acción; no el nuestro, sino el de Dios.
1 Timoteo 1.12–13 RVR60
12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.
El evangelio de la gracia es el “nuevo plan de acción: de Dios. Se trata de un ministerio que actúa directamente en el espíritu del hombre. La ley justificaba al hombre mediante el cumplimiento de ritos y mandamientos. Pero el ministerio del espíritu, el de justificación, justifica al hombre mediante una transformación, un nuevo nacimiento.
2 Corintios 3.18 RVR60
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2 Corintios 3.18 NTV
18 Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.
-El ministro trabaja en un plan que no es suyo:
No es de su iniciativa
-Trabaja en un proyecto que es el propio. Cuando el Señor llamo a sus discipulados, les dijo: “venga en pos de mi y los haré pescadores de hombres”.
No habla de si mismo
-Enseña una revelación que ha recibido, no es propia.
2 Pedro 1.20–21 NTV
20 Sobre todo, tienen que entender que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los profetas 21 ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios.
Esta obra no es de su propiedad
-Cuida una obra que no es de el.
Hechos de los Apóstoles 20.28 RVR60
28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.
Hechos 20.
Administra una obra que el no hace
-El ministro no tiene incidencia alguna en la obra de regeneración; pues esto obra exclusiva de Dios.

Competencia espiritual

-Aquí Pablo habla de nuestra competencia espiritual, la cual es la esencia en el ministerio. No de nuestras habilidades personales, las cuales son herramientas para ejercer el ministerio.
1 Timoteo 1.12–14 RVR60
12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. 14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
-El ministro ha sido calificado por Dios mediante la obra de justificación.
1 Corintios 6.11 RVR60
11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
-La condición principal del ministro debe ser la espiritual. Es de su responsabilidad hacer la obra de Dios utilizando los conocimientos técnicos para ejecutar con responsabilidad y sabiduría la labor del ministerio; pero la condición espiritual es la esencia de su ministerio.

El ministerio del Espíritu

-Pablo hace un contraste entre dos ministerios; entre la ley y el espíritu; entre el viejo pacto y el nuevo pacto. El contraste no se da entre dos métodos de interpretación (uno literal y otro espiritual), sino entre dos métodos o ministerios que Dios usa para tratar con el hombre: uno mediante la ley, y el otro mediante el Espíritu Santo.
-Se presenta entonces:
El pacto de la letra. El ministerio de muerte o de condenación; el cual pone un velo en el entendimiento.
El nuevo pacto, del espíritu. El ministerio del espíritu; el ministerio de justificación.
El primero, el de la letra se grabo de manera externa; en tablas de piedra (la ley). Un ministerio que trabaja fuera del hombre.
El segundo, el del espíritu, se escribe en “tablas de carne del corazón”.
-Ezequiel anunciando el nuevo pacto, presenta sus características:
Un nuevo corazón. (); para que anden en las ordenanzas de Dios.
Un corazón nuevo (); y añade, “pondré dentro de vosotros mi Espíritu”; para que sean pueblo de Dios.

La gloria de Dios

-En ambos ministerio actuaba el Espíritu de Dios, y se manifestaba la gloria de Dios. Una es la gloria de la ley y otra la de la justificación.
-La gloria de Dios en la ley se manifestó por medio de un fuego consumidor. La gloria de Dios en la justificación, se manifestó a través de la imagen de Jesucristo, lleno de gracia y de verdad.
-La gloria de la ley, que se reflejaba en el rostro de Moisés, no causo un efecto perdurable en el pueblo. Ni siquiera querían ver el rostro de Moisés. Esta gloria, dice Pablo, “había de perecer”. Pero Dios lo hizo competente para ese ministerio.
-Cuando habla de “perecer”, no habla de “desaparecer”, sino de ser “desactivado, inactivo o inútil.
-La gloria de la justificación, no solo se refleja en el rostro, sino que va mas profundo. Es una gloria mas eminente, pues es la que permanece. Es el ministerio de la “transformación”.
2 Corintios 3.18 RVR60
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2 Corintios 3.18 NTV
18 Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.
-La gloria que reflejaba Moises era una gloria “prestada”, no era suya, por eso ponia un velo sobre su rostro.
-Jesucristo es la gloria del único Dios, la imagen misma de Su sustancia.
-Dios nos ha hecho competentes para el ministerio del espíritu. El que permanece (continúa). La gloria que transforma el corazón.

Dos aplicaciones:

Trabajando con el ministerio del espíritu
-Muchos trabajan con el ministerio de la ley. Este produce un efecto momentáneo y aparente. Pone la mirada en lo que sera abolido. Produce legalismo y religiosidad. Agrada el ojo.
-Trabajar con el ministerio del espíritu, produce un cambio verdadero, una transformación interna, la cual se refleja en lo externo y en la vida practica. No necesita de una ley para hacer las cosas. El fruto es un resultado natural de un nuevo corazón.
Juan 15.5 RVR60
5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
La transformación del ministro
-Nuestro ministerio debe experimentar una transformación constante.
Transformar: “metamorpho”. Es el mismo vocablo para “transfigurar”. Quiere decir “cambiar de apariencia”. Tiene el sentido de “la expresión que se manifiesta en un cambio de naturaleza o esencia”.
-”de gloria en gloria”, se trata de un fortalecimiento de nuestra esencia como ministros, nuestra identidad como ministros competentes de un nuevo pacto.
-El ministerio de la ley mata; pero el ministerio del espíritu es vida y es multiplicador. Por eso Jesús vino y cumplió la ley; es decir, la declaro inactiva e inútil para obrar en el corazón del hombre. De hecho, Jesús fue muerto cumpliendo la ley.
Gálatas 3.13–14 RVR60
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), 14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Gálatas 3.13–14 NTV
13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero». 14 Mediante Cristo Jesús, Dios bendijo a los gentiles con la misma bendición que le prometió a Abraham, a fin de que los creyentes pudiéramos recibir por medio de la fe al Espíritu Santo prometido.
-Pero Cristo se multiplico a través del ministerio del Espíritu, el cual fue derramado sobre sus discípulos.
-Debemos estar llenos del E.S. para multiplicarnos a través de nuevos lideres, para no ser reemplazados por otro líder.
Cuando el pastor es llamado por Dios, los resultados son producidos por Aquel quien lo ha llamado.
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