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CAPITULO 1 REVELACION DE DIOS
CAPITULO 1 REVELACION DE DIOS
Capítulo 1
LA REVELACIÓN DE DIOS
I. La necesidad de una revelación
Zofar indicó la dificultad de que el hombre llegase a conocer a Dios en su pregunta a Job: «¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?» ().
· La mente carnal es incapaz de comprender a Dios.
· Las investigaciones científicas se limitan forzosamente a lo material, y los sabios carecen de datos para poder penetrar en el secreto de la realidad espiritual, que se esconde detrás de la «apariencia» de lo que se percibe por los sentidos.
· Ha de ser Dios mismo, pues, por su propia iniciativa, quien levante el velo. Esto es lo que quiere decir la palabra «Revelación»: «Descorrer un velo para poner de manifiesto lo que antes fue escondido.»
II. Los medios de la revelación de Dios
A. Por las obras de Dios en la naturaleza (; ). En el versículo que se cita de Romanos, Pablo insiste en que los idólatras quedaban sin excusa, ya que Dios, desde el principio, había revelado «Su eterno poder y deidad» a los hombres, por medio de Sus obras en la creación. Lo que se puede deducir acerca de la existencia y la naturaleza de Dios por una consideración de Sus obras, con referencia especial al hombre, se llama la «teología natural».
Por ejemplo, el hecho de que observamos un plan ordenado, tanto en los astros como en la célula orgánica más insignificante, delata la presencia del Gran Arquitecto. Esta revelación de Dios en Sus obras puede ser un principio de luz, pero no nos basta, pues no revela el amor de Dios ni señala ninguna provisión para la salvación del hombre pecador.
B. En la historia. Toda la historia de Israel en el Antiguo Testamento, y de la Iglesia en el Nuevo Testamento, es una revelación de Dios, quien se da a conocer por Su intervención en los asuntos de los hombres. «Mi Padre, hasta ahora, trabaja, y yo trabajo», dijo el Señor a los judíos (). Los salmistas y los profetas apelan constantemente a esta revelación de Dios para convencer a Israel de su pecado y para llamar al pueblo al camino de la obediencia y de la fe. Para los israelitas, Jehová era siempre el Dios que les había sacado de la esclavitud de Egipto. Estúdiense los y 106, el primero de los cuales presenta la obra de Dios a favor de Su pueblo desde el punto de vista de Su propia fidelidad a Sus promesas, mientras que el segundo recapitula la misma historia para hacer resaltar la rebeldía del pueblo.
C. Por mensajeros divinamente inspirados. Éstos son los profetas del Antiguo Testamento, y los apóstoles del Nuevo Testamento. De su inspiración trataremos en el próximo estudio.
D. En Su Hijo (). Ésta es la revelación máxima y final que Dios ha dado de sí mismo. «Aquel Verbo», quien siempre había expresado el misterio de la deidad y había sido el Agente de la creación, «fue hecho carne y habitó entre nosotros, y vimos su gloria …» ( y 18). Tanto el corazón como el pensamiento de Dios se manifiestan en un hombre y en las circunstancias de una vida humana. La revelación llega a su punto máximo en la Cruz y la Resurrección. Desde luego, todo esto se relaciona también con la historia, porque los Evangelios, además de ser Palabra inspirada, son también documentos históricos, de modo que la fe puede descansar con toda certidumbre sobre la Persona de Cristo que en ellos se presenta.
E. En la Biblia. La revelación en la historia y en el Hijo se da a conocer por medio de un Libro Escrito, la Palabra de Dios. Este tema es tan amplio que lo trataremos aparte en el tercer estudio.
III. La revelación subjetiva
A la revelación externa, por los medios señalados, ha de corresponder una revelación interna, que es obra del Espíritu Santo dentro de nosotros, quien la imprime en nuestro corazón. Las condiciones que transforman la revelación externa en la interna son el arrepentimiento y la fe. Léase .
Objetividad:
se refiere a expresar la realidad tal cual es. También indica cualidad de objetivo.
La objetividad está desligada de los sentimientos y de la afinidad que una persona pueda tener con respecto a otro individuo, objeto o situación. La objetividad solo debe indicar aquello que es real y existente, es decir, que es imparcial.
Por tanto, la objetividad es una cualidad que puede ser difícil de practicar, ya que el ser humano formula un criterio personal de lo que considera verdadero, real o falso a partir de sus experiencias y percepciones, así como de su cultura, creencias, ideologías o sentimientos.
En este sentido, objetividad es un término que se relaciona con los significados de verdad, ética, epistemología, análisis de datos, ecuanimidad y honradez, y es aplicable en diversas actividades del desarrollo humano.
Por tanto, la objetividad se aplica en diferentes áreas como la medicina, el arbitraje deportivo, el dictamen judicial, las conclusiones de un experimento científico, la publicación de una información periodística, la elaboración de un texto científico o informativo, entre otras.
La objetividad permite la presentación del conocimiento de manera neutral, por ello, es una característica imprescindible de todos los contenidos que exponen los resultados de una investigación o análisis científico que pretenda aportar información.
Como se puede ver, la objetividad se aplica de diversas maneras en las que las posturas personales y subjetivas se apartan para no afectar un juicio, contenido o información acerca de la realidad. De allí que, al no implicar sentimientos o arraigos, la objetividad genere calma y tranquilidad.
Por ejemplo, se considera como objetivo afirmar que una mujer está embarazada, y, en cambio, es tenido como subjetivo asegurar con exactitud la cantidad de días que tiene de embarazo.
La objetividad, por tanto, se refiere a la realidad o al objeto en sí mismo, y se aleja de cualquier susceptibilidad que pueda tener un individuo.
Algunos sinónimos de objetividad son neutralidad, imparcialidad y honestidad. Lo contrario a objetividad es subjetividad.
Vea también Objetivo.
Objetividad y subjetividad
Como ya se mencionó, la objetividad se basa en los hechos reales y verificables dictaminando juicios imparciales y sin prejuicios. Por el contrario, la subjetividad se refiere a lo subjetivo, parte de los sentimientos, deseos particulares, y también se ve afectada por las experiencias anteriores.
Mientras la objetividad se limita a dar a conocer un resultado, descripción o hecho, la subjetividad los analiza partiendo de su opinión e intereses propios.
Objetividad y epistemología
La epistemología, como teoría del conocimiento, se ocupa de evaluar las circunstancias, origen y validez a través de las cuales el ser humano adquiere el conocimiento.
Por esta razón, la epistemología se relaciona con el término objetividad, ya que esta reconoce que el individuo adquiere el conocimiento desde la realidad, y que, por medio de la razón y tras un proceso mental, puede generar una afirmación objetiva o confiable.
Preguntas
1. ¿Qué quiere decir la palabra «revelación» en su sentido bíblico, y por qué es necesario que Dios tenga que actuar así?
2. ¿Cuáles son los distintos medios que emplea el Señor para revelarse a los hombres? (Cítense textos apropiados.)
3. En los capítulos 11 y 16 de Mateo, Cristo habla de dos importantes revelaciones que ha dado Su Padre. ¿Cuáles son?[1]
[1] Trenchard, E. (1972). Bosquejos de docrina fundamental (pp. 13–16). Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz.