LA IGLESIA VIII OBEDIENCIA
1.-Predicando con poder.
Hemos aprendido que una iglesia llena del Espíritu es unida, magnificada, y se multiplica. Satanás quiere dividir a la iglesia, avergonzar a la iglesia, y reducir a la iglesia; y lo hará, si se lo permitimos.
Pero la iglesia descrita aquí triunfó completamente sobre los ataques de Satanás. El pueblo siguió unido (Hechos 5:12), magnificado (Hechos 5:13), y se multiplicaba (Hechos 5:14). Multitudes eran añadidas al Señor, y por primera vez Lucas menciona la salvación de mujeres. Tanto en su Evangelio como en Hechos, Lucas tiene mucho que decir en cuanto a las mujeres y su relación con Cristo y la iglesia. En Hechos hay por lo menos una docena de referencias a mujeres, conforme Lucas muestra el papel clave que las mujeres desempeñaron en la iglesia apostólica. Esto es algo asombroso si se considera la posición general de las mujeres en la cultura de ese día (ve Gálatas 3:26–28).
Dios dio a los apóstoles poder para realizar grandes milagros. Aunque es cierto que algunos de los miembros comunes ejercieron poderes milagrosos (Hechos 6:8), fueron primordialmente los apóstoles los que realizaron los milagros. Estas señales y maravillas fueron la manera de Dios de autenticar su ministerio (Romanos 15:18–19; 2 Corintios 12:12; Hebreos 2:4).