La misericordia de Dios
Concepto:
Puede definirse como la bondad o el amor de Dios mostrado a quienes están en miseria o angustia, independientemente de su condición de indignidad.
Si la gracia de Dios contempla al ser humano como culpable ante Dios, y por consiguiente necesitado de perdón, la misericordia de Dios lo contempla como alguien que carga con las consecuencias del pecado, que está en una condición lamentable y que por lo tanto necesita ayuda divina.
La misericordia de Dios es generosa
La misericordia de Dios es duradera
No es sólo al amor que lo soporta, sino el amor que actúa
No es sólo al amor que lo soporta, sino el amor que actúa
No es sólo al amor que lo soporta, sino el amor que actúa
Su misericordia no anula su justicia
Su misericordia no anula su justicia
Su misericordia no anula su justicia
Si empezamos con las suposiciones de que Dios es un ser integrado y que los atributos divinos son armoniosos, definiremos los atributos dependiendo unos de otros. Por tanto, la justicia es una justicia amorosa y el amor es un amor justo. La idea de que pueda haber un conflicto entre ambos puede haber surgido por la definición aislada de estos atributos. Aunque la concepción del amor apartado de la justicia, por ejemplo, pueda derivarse de fuentes externas, no es una enseñanza bíblica.
Dios no retrasa su ira porque aguanta el deseo de castigar, sino que él no procede con impulso, sino con un amor que permite ver al hombre como un ser miserable y necesitado.
Dios aplica misericordia aún cuando manifiesta su ira
Si Dios no nos ha pagado de acuerdo a nuestros pecados, quiere decir que la ira se desvió a la persona de Jesús.
Dios manifiesta su misericordia a todos
Puede definirse como la bondad o el amor de Dios mostrado a quienes están en miseria o angustia, independientemente de su condición de indignidad.
Dios es misericordioso aún con los que estaban ajenos a sus promesas y pacto. (el por su misericordia nos incluye a todos)
¿CUÁL DEBE SER NUESTRA RESPUESTA ANTE LA MISERICORDIA DE DIOS?
EN EL N.T JESÚS CONDENA A LOS FARISEOS POR SU FALTA DE MISERICORDIA. LES MUESTRA LA PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO.
cierto sacerdote…un levita. Los sacerdotes y los levitas eran los oficiales más importantes en el judaísmo. Aparentemente, los mencionados en la parábola habían concluido sus deberes en el templo en Jerusalén y ahora regresaban a su ciudad. Temerosos de contaminarse por tocar un cadáver (Lv 21:1), o pensando que quizá estarían ladrones aún por allí, se negaron a detenerse y prestar ayuda.