¡Firmes Por La Verdad!

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13Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 14a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 15Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.

16Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, 17conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.

INTRODUCCIÓN
Sermones de Spurgeon—Volumen 2 No. 1546: Hombres Fascinados

Bien, ahora, supongan que, después de todo, algunos de ustedes, damas y caballeros, dijeran: “Vemos qué puede hacer el Evangelio, pero vamos a probar algo más”, serían unos insensatos. Yo estoy dispuesto siempre a probar alguna nueva máquina: vamos a probar la luz eléctrica uno de estos días en vez de la de la luz de gas, cuando estemos seguros de ella; pero ¡supongan que todo se apagara y nos quedáramos en la oscuridad! Yo esperaré hasta que el invento haya sido probado. Así podría suceder con las nuevas luces religiosas que descubren los hombres, que son como débiles focos comparados con el esplendente sol de la verdad del Evangelio; no vamos a probar nada nuevo a riesgo de nuestras almas. Vamos a adherirnos al viejo, viejo Evangelio hasta que se desgaste. Cuando se agote, y ya no salve más, y ya no consuele más, y no nos conduzca más cerca de Dios, entonces será el tiempo de que pensemos en algo novedoso. Pero como eso no ha ocurrido todavía, permítanme decirles que voy a clavar otro clavo en los viejos colores de mi enseña y voy a fijarlos de nuevo en el viejo mástil

No se trata de permanecer fiel durante un tiempo, sino de permanecer FIEL HASTA LA MUERTE () Si Satanás tiene éxito en trastornar a los predicdores de la Palabra, es como si hubiese un árbol muy frondoso que súbitamente fuera derribado por el hacha, y se quedara postrado en el polvo hasta que se marchitara y se pudriera; pero, ¿dónde están las aves del cielo que hacían nido en sus ramas y adónde huyeeron esas bestias del campo que se encontraban una reconfortante sombra debajo de su ramaje? El espanto se ha apoderado de ellos, y huyen aterados. Todos los que eran alentados por la palabra del predicador, fortalecidos por su ejemplo, y edificados por su enseñanza, están llenos de humillación y tristeza, y claman: “ay, hermano mío!”. Pero hermanos míos, cuán glorioso es el espéctaculo del Hombre o Iglesia que persevera hasta el fin como un ministro de Cristo. en ésta ocasión no esta dirigido a los apóstoles, sino a los discípulos. Los discipulos, viendo las inmensas piedras que fueron usadas en la construcción del Templo, admiraban grandemente el edificio, y esperaban que el Señor expresara al paso unas pocas palabras de encomio; en vez de lo cual, Él, que no vimo a admirar la arquitectura, sino a labrar piedras vivas procedentes de la cantera de la naturaleza, para usarlas en la construcción de un templo espiritual, transformó sus observaciones en una aplicación práctica, al advertirles de un tiempo de tribulación, en el que habría tal tribulación como no la había habido nunca antes, y agregó: “Ni la habrá”. Describió que los falsos profetas abundarían, y el amor de muchos se enfriaría, y les advirtió que “el que persevere hasta el fin, este será salvo”. Precisamente a 500 años después de la Reforma en los países Europeos, muchos profesantes y creyentes verdaderos han admirado y no dejan de ser sorprendidos por tal obra divina dentro de su Iglesia que Dios obro por medio de hombres a los caules se les ha reconocido como grandes arquitectos, peritos y obreros en la purificación de la iglesia de Cristo, pero al igual que a los discípulos el Señor nos vuelve a enfocar nuestras miradas pra que no solo nos quedemos viendo aquellos reformadores, y entonces así nos exhorta a continuar hasta el fin. Así que esta solemne verdad se aplica a cada uno de los qu estamos aquí reunidos. Queridos hermanos y amigos, la perseverancia no es la porción de unos cuantos, no es par alos laboriosos predicadores de la Palabra, o para los líderes consistentes de la Iglesia; es la porción común de cada creyente en la Iglesia. Debe ser así, pues sólo así demuestran que son creyentes.

I.- UN DISTINTIVO

Es su señal Escritural. “Por sus frutos los conocerán” Aunque las obras no justifican al hombre delante de Dios, sí justifican la profesión de un hombre delante de sus semejantes.
INTRODUCCION
Yo no puedo decir si tienes razón en llmarte cristiano excepto por tus obras; por tus obras, entonces como dice Santiago, serás justificado.
La analogía nos muestra que es la Perseverancia en la Verdad la que debe señalar al cristiano. ¿Cómo conozco al gandor de una carrera? Allá está la meta, y allí es donde debo juzgar quién es el ganador, no aquí, en el punto de partida, pues “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Así que yo puedo deducir de la analogía que Pablo constantemente nos recuerda, basándose en los juegos de antaño, que sólo aquel que continúe hasta alcanzar la meta, podrá ser considerado cristiano del todo.
El juicio del sentido común de la humanidad nos dice que aquellos que simplemente comienzan, pero NO permanecen, NO serán salvos.
El Sentido Común nos muestra que un hombre debe permanecer, pues de lo contrario no puede ser salvo, porque los peores hombres son aquellos que comienzan pero luego Renuncian. ¿Dónde podríamos encontrar en los registros historicos al Hijo de Perdición? Pues está en medio de los apóstoles. El hombre que había obrado milagros y había predicado el Evangelio, vendió a su Maestro por treinta piezas de plata; Judas Iscariote traiciona al Hijo del Hombre con un beso. ¡Que infame notoriedad ha alcanzado Demás, que amó al presente mundo malvado! ¿Cuanto daño le hizo a Pablo Alejandro el calderero? “Me ha causado muchos males” dijo él- “el Señor le pague conforme a sus hechos”. Y sin embargo estuvo una vez en sumo peligro, e incluso expuso su propia persona en el teatro de Éfeso, para rescatar al apóstol. Nadie es tan malo com el que en un tiempo parecía ser bueno. Aquello que es mejor cuando está maduro, es peor cuando se pudre… El sentido común nos enseña que no es comenzar sino continuar firmes hasta el fin lo que marca el tiempo del hijo de Dios. Los que regresan a la perdición no son santos para nada, pues la perseverancia es la Insignia de los Justos.
Esto está confirmado por la Observación. No crean que se trata solamente de los jóvenes. Es un hecho muy lamentable que hay, proporcionalmente, más rebeldías entre los viejos que entre los jóvenes, y si quieren encontrar a un gran pecador en ese sentido, lo encontrarán, de seguro, el 90%
Es preciso que me aplasten hasta matarme antes que me arrebaten mis convicciones en cuanto a la verdad de las doctrinas de la gracia en su forma antigua". La solemnidad de estas palabras provienen del hecho de que la antigua fe evangélica había sido abandonada en todo el país. Cuando en muchas ramas del no-conformismo, el arminianismo se estaba y a transformando en el modernismo que tantos estragos había de causar en el presente siglo,las esperanzas de Spurgeon en cuanto al futuro inmediato se vieron ensombrecidas por las señales de decadencia inminente en las iglesias. Vio cómo la historia se repetía. Las confesiones y catecismos del siglo diecisiete se echaban por la borda ("en estos tiempos es muy común reírse de los puritanos y decir que su fe está en desuso"), pero declaró que lo que se estaba admirando en nombre del progreso terminaría en las mismas condiciones espirituales que siguieron a la era puritana.Después de aquel periodo en que la verdad prevaleció en el país, dijo en 1883, “vino una época de fatuidad en que nuestro no-conformismo existía, pero se extinguía gradualmente, pasando primero al arminianismo y luego al Unitarianismo, hasta casi dejar de ser. Los hombres saben que ha sido así y no obstante se empeñan en volver a representar el mismo drama. Leen la historia, pero piden que la antigua doctrina sea de nuevo abandonada... ¡Oh, necios y tardos de corazón! ¿No les enseñará la historia? No, si la Biblia no les enseña”. “Si no oyen a Cristo y a sus apóstoles, tampoco creerán aunque otro fantasma unitario paseante sus ojos. No hay duda de que se acercan días malos a menos que la Iglesia abrace de nuevo la verdad estrechándola contra su corazón”. Empero en estos años de creciente oscuridad, Spurgeon recordó la lección que Dios había grabado en él en aquellos lejanos días de New Park Street. Su confianza en el no-conformismo contemporáneo se había derrumbado, pero no su confianza en Dios. Aunque la Iglesia hubiese de pasar años de esterilidad y decadencia a causa de su infidelidad; aunque los ministros fieles lleguen a ser cada vez menos, hasta el punto de que un niñito pueda contarlos ", a pesar de todo esto, "mi Señor avivará su verdad enterrada, tan cierto como que es Dios". Incluso admitía la posibilidad de lo peor: "¿Qué pasará si el creciente error de esta época hubiera de silenciar la última lengua que proclame el antiguo Evangelio?"Sigue inmediatamente su respuesta: "Que la fe no flaquee. Oigo el estruendo de los pasos de legiones de soldados de la cruz. ¡Oigo la voz de las trompetas de las huestes de predicadores!" . Sin duda vendría el día en que la verdad que él había proclamado brotaría de nuevo en labios de miles. Al volver la mirada desde este líder cristiano del pasado siglo hasta los días en que vivimos,tenemos la creencia de que hemos llegado al fin de una era. Hace más de setenta años, su convicción era que la Iglesia estaba “descendiendo, descendiendo, descendiendo”, y al mirar retrospectivamente hacia aquellos años de creciente desorden y decadencia, sólo podemos sacar la conclusión de que debemos casi haber llegado al fondo. Las actividades de tiempos recientes han sido los espasmos de la muerte y no los principios de una nueva vida. Las grandes campañas que han sido saludadas como paralelos de Pentecostés, se ven en su verdadera dimensión cuando se comprende que sólo pudieron organizarse al precio de la cooperación con aquellos que niegan el mensaje apostólico. La autoridad de las Escrituras ha sido cada vez más desestimada, de modo que hemos llegado al punto en que los hombres creen que, con tal que cualquier movimiento, tanto si es dentro del ecumenismo como si es dentro del evangelicalismo, pueda afirmar que tiene el apoyo de muchas oraciones, la colaboración de líderes eminentes y la obtención de los resultados consiguientes, está necesariamente por encima de la necesidad de ser escrutado bíblicamente. Ante la Iglesia está la alternativa de la ruina o la renovación. De los olvidados sermones de Spurgeon que hemos citado abundantemente, se desprende un mensaje que tiene poder para despertarnos de nuevo. Aunque ese mensaje ha de sacarse nuevamente de la Escritura, -pues ningún despertamiento futuro será jamás una mera imitación del pasado-en estas páginas hemos oído, en un lenguaje cuyo fervor jamás amortiguará el tiempo,principios que Dios siempre ha honrado en el avivamiento de Su obra. Para los miembros de la nueva generación a quienes Dios ha escogido para el ministerio de la Palabra, vienen como especial llamamiento.En un tiempo como el nuestro, la proclamación y práctica de estos principios no puede existir sin que haya mucha oposición; pero que los hombres sobre quienes recae este deber examinen los motivos que les impulsan. Que procuren que su fuerza no sea la propia, sino la de Cristo y entonces, que ninguno rehuya enfrentarse con el deber de buscar una profunda Reforma de la Iglesia "El que nada entre dos aguas puede trampear por el mundo sin muchas censuras", nos recordaba Spurgeon, “pero pocas veces ocurrirá lo mismo con un verdadero hombre de Dios." "Manteneos en la posición de que de gracia somos salvos . En estos días malos, resistid audazmente y protestad contra todo evangelio que oculte la gracia soberana como fuente de la salvación por Jesucristo." “Hemos de defender la fe; pues, ¿qué habría sido de nosotros si nuestros padres no la hubieran sostenido?… Imaginad que en aquellos tiempos pasados, Lutero, Zwinglio,Calvino y sus compañeros hubiesen dicho: “El mundo está en desorden, pero si tratamos de arreglarlo no haremos sino armar un gran alboroto y caer en desgracia. Vayamos a nuestras cámaras, pongámonos el gorro de dormir y durmamos mientras duran los malos tiempos y quizás cuando despertemos las cosas habrán mejorado». Semejante conducta por parte de ellos habría hecho que nosotros recibiéramos una herencia de error. Época tras época habría descendido a las profundidades infernales y los pestilenciales pantanos del error lo hubieran tragado todo".
Es preciso que me aplasten hasta matarme antes que me arrebaten mis convicciones en cuanto a la verdad de las doctrinas de la gracia en su forma antigua".
La solemnidad de estas palabras provienen del hecho de que la antigua fe evangélica había sido abandonada en todo el país. Cuando en muchas ramas del no-conformismo, el arminianismo se estaba y a transformando en el modernismo que tantos estragos había de causar en el presente siglo,las esperanzas de Spurgeon en cuanto al futuro inmediato se vieron ensombrecidas por las señales de decadencia inminente en las iglesias. Vio cómo la historia se repetía. Las confesiones y catecismos del siglo diecisiete se echaban por la borda ("en estos tiempos es muy común reírse de los puritanos y decir que su fe está en desuso"), pero declaró que lo que se estaba admirando en nombre del progreso terminaría en las mismas condiciones espirituales que siguieron a la era puritana.Después de aquel periodo en que la verdad prevaleció en el país, dijo en 1883, “vino una época de fatuidad en que nuestro no-conformismo existía, pero se extinguía gradualmente, pasando primero al arminianismo y luego al Unitarianismo, hasta casi dejar de ser. Los hombres saben que ha sido así y no obstante se empeñan en volver a representar el mismo drama. Leen la historia, pero piden que la antigua doctrina sea de nuevo abandonada... ¡Oh, necios y tardos de corazón! ¿No les enseñará la historia? No, si la Biblia no les enseña”. “Si no oyen a Cristo y a sus apóstoles, tampoco creerán aunque otro fantasma unitario paseante sus ojos. No hay duda de que se acercan días malos a menos que la Iglesia abrace de nuevo la verdad estrechándola contra su corazón”. Empero en estos años de creciente oscuridad, Spurgeon recordó la lección que Dios había grabado en él en aquellos lejanos días de New Park Street. Su confianza en el no-conformismo contemporáneo se había derrumbado, pero no su confianza en Dios. Aunque la Iglesia hubiese de pasar años de esterilidad y decadencia a causa de su infidelidad; aunque los ministros fieles lleguen a ser cada vez menos, hasta el punto de que un niñito pueda contarlos ", a pesar de todo esto, "mi Señor avivará su verdad enterrada, tan cierto como que es Dios". Incluso admitía la posibilidad de lo peor: "¿Qué pasará si el creciente error de esta época hubiera de silenciar la última lengua que proclame el antiguo Evangelio?"Sigue inmediatamente su respuesta: "Que la fe no flaquee. Oigo el estruendo de los pasos de legiones de soldados de la cruz. ¡Oigo la voz de las trompetas de las huestes de predicadores!" . Sin duda vendría el día en que la verdad que él había proclamado brotaría de nuevo en labios de miles. Al volver la mirada desde este líder cristiano del pasado siglo hasta los días en que vivimos,tenemos la creencia de que hemos llegado al fin de una era. Hace más de setenta años, su convicción era que la Iglesia estaba “descendiendo, descendiendo, descendiendo”, y al mirar retrospectivamente hacia aquellos años de creciente desorden y decadencia, sólo podemos sacar la conclusión de que debemos casi haber llegado al fondo. Las actividades de tiempos recientes han sido los espasmos de la muerte y no los principios de una nueva vida. Las grandes campañas que han sido saludadas como paralelos de Pentecostés, se ven en su verdadera dimensión cuando se comprende que sólo pudieron organizarse al precio de la cooperación con aquellos que niegan el mensaje apostólico. La autoridad de las Escrituras ha sido cada vez más desestimada, de modo que hemos llegado al punto en que los hombres creen que, con tal que cualquier movimiento, tanto si es dentro del ecumenismo como si es dentro del evangelicalismo, pueda afirmar que tiene el apoyo de muchas oraciones, la colaboración de líderes eminentes y la obtención de los resultados consiguientes, está necesariamente por encima de la necesidad de ser escrutado bíblicamente. Ante la Iglesia está la alternativa de la ruina o la renovación. De los olvidados sermones de Spurgeon que hemos citado abundantemente, se desprende un mensaje que tiene poder para despertarnos de nuevo. Aunque ese mensaje ha de sacarse nuevamente de la Escritura, -pues ningún despertamiento futuro será jamás una mera imitación del pasado-en estas páginas hemos oído, en un lenguaje cuyo fervor jamás amortiguará el tiempo,principios que Dios siempre ha honrado en el avivamiento de Su obra. Para los miembros de la nueva generación a quienes Dios ha escogido para elministerio de la Palabra, vienen como especial llamamiento.
en estos tiempos es muy común reírse de los puritanos y decirque su fe está en desuso
"), pero declaró que lo que se estaba admirando en nombre del progreso terminaría en las mismas condiciones espirituales que siguieron a la era puritana.Después de aquel periodo en que la verdad prevaleció en el país, dijo en 1883, “vino una época de fatuidad en que nuestro no-conformismo existía, pero se extinguía gradualmente, pasando primero al arminianismo y luego al Unitarianismo, hasta casi dejar de ser.
Los hombres saben que ha sido así y no obstante se empeñan en volver a representar el mismo drama. Leen la historia, pero piden que la antigua doctrina sea de nuevo abandonada... ¡Oh, necios y tardos de corazón! ¿No les enseñará la historia? No, si la Biblia no les enseña”. “Si no oyen a Cristo y a sus apóstoles, tampoco creerán aunque otro fantasma unitario paseante sus ojos. No hay duda de que se acercan días malos a menos que la Iglesia abrace de nuevo la verdad estrechándola contra su corazón”. Empero en estos años de creciente oscuridad, Spurgeon recordó la lección que Dios había grabado en él en aquellos lejanos días de New Park Street. Su confianza en el no-conformismo contemporáneo se había derrumbado, pero no su confianza en Dios. Aunque la Iglesia hubiese de pasar años de esterilidad y decadencia a causa de su infidelidad; aunque los ministros fieles lleguen a ser cada vez menos, hasta el punto de que un niñito pueda contarlos ", a pesar de todo esto, "mi Señor avivará su verdad enterrada, tan cierto como que es Dios". Incluso admitía la posibilidad de lo peor: "¿Qué pasará si el creciente error de esta época hubiera de silenciar la última lengua que proclame el antiguo Evangelio?"Sigue inmediatamente su respuesta: "Que la fe no flaquee. Oigo el estruendo de los pasos de legiones de soldados de la cruz. ¡Oigo la voz de las trompetas de lashuestes de predicadores!"
“Si no oyen a Cristo y a sus apóstoles, tampoco creerán aunque otro fantasma unitario paseante sus ojos. No hay duda de que se acercan días malos a menos que la Iglesia abrace de nuevo la verdad estrechándola contra su corazón”. Empero en estos años de creciente oscuridad, Spurgeon recordó la lección que Dios había grabado en él en aquellos lejanos días de New Park Street. Su confianza en el no-conformismo contemporáneo se había derrumbado, pero no su confianza en Dios. Aunque la Iglesia hubiese de pasar años de esterilidad y decadencia a causa de su infidelidad; aunque los ministros fieles lleguen a ser cada vez menos, hasta el punto de que un niñito pueda contarlos ", a pesar de todo esto, "mi Señor avivará su verdad enterrada, tan cierto como que es Dios". Incluso admitía la posibilidad de lo peor: "¿Qué pasará si el creciente error de esta época hubiera de silenciar la última lengua que proclame el antiguo Evangelio?"Sigue inmediatamente su respuesta: "Que la fe no flaquee. Oigo el estruendo de los pasos de legiones de soldados de la cruz. ¡Oigo la voz de las trompetas de lashuestes de predicadores!"
 New Park Street 
. Su confianza en el no-conformismo contemporáneo se habíaderrumbado, pero no su confianza en Dios. Aunque la Iglesia hubiese de pasar años deesterilidad y decadencia a causa de su infidelidad;
aunque los ministros fieles lleguen a ser cada vez menos, hasta el punto de que un niñito pueda contarlos ", a pesar de todo esto, "mi Señor avivará su verdad enterrada, tan cierto como que es Dios". Incluso admitía la posibilidad de lo peor: "¿Qué pasará si el creciente error de esta época hubiera de silenciar la última lengua que proclame el antiguo Evangelio?"Sigue inmediatamente su respuesta:
Incluso admitía la posibilidad de lo peor: "¿Qué pasará si el creciente error de esta época hubiera de silenciar la última lengua que proclame el antiguo Evangelio?"Sigue inmediatamente su respuesta:
"Que la fe no flaquee. Oigo el estruendo de lospasos de legiones de soldados de la cruz. ¡Oigo la voz de las trompetas de lashuestes de predicadores!"
. Sin duda vendría el día en que la verdad que él había proclamado brotaría de nuevo en labios de miles. Al volver la mirada desde este líder cristiano del pasado siglo hasta los días en que vivimos,tenemos la creencia de que hemos llegado al fin de una era. Hace más de setenta años, suconvicción era que la Iglesia estaba “descendiendo, descendiendo, descendiendo”, y al mirar retrospectivamente hacia aquellos años de creciente desorden y decadencia, sólopodemos sacar la conclusión de que debemos casi haber llegado al fondo. Las actividadesde tiempos recientes han sido los espasmos de la muerte y no los principios de una nueva vida. Las grandes campañas que han sido saludadas como paralelos de Pentecostés, se venen su verdadera dimensión cuando se comprende que sólo pudieron organizarse al preciode la cooperación con aquellos que niegan el mensaje apostólico. La autoridad de lasEscrituras ha sido cada vez más desestimada, de modo que hemos llegado al punto en quelos hombres creen que, con tal que cualquier movimiento, tanto si es dentro delecumenismo como si es dentro del evangelicalismo, pueda afirmar que tiene el apoyo demuchas oraciones, la colaboración de líderes eminentes y la obtención de los resultadosconsiguientes, está necesariamente por encima de la necesidad de ser escrutado bíblicamente. Ante la Iglesia está la alternativa de la ruina o la renovación. De los olvidados sermones deSpurgeon que hemos citado abundantemente, se desprende un mensaje que tiene poderpara despertarnos de nuevo. Aunque ese mensaje ha de sacarse nuevamente de laEscritura, -pues ningún despertamiento futuro será jamás una mera imitación del pasado-en estas páginas hemos oído, en un lenguaje cuyo fervor jamás amortiguará el tiempo,principios que Dios siempre ha honrado en el avivamiento de Su obra.
Para losmiembros de la nueva generación a quienes Dios ha escogido para elministerio de la Palabra, vienen como especial llamamiento.
En un tiempo como el nuestro, la proclamación y práctica de estos principios no puede existir sin que haya mucha oposición; pero que los hombres sobre quienesrecae este deber examinen los motivos que les impulsan.
Que procuren que sufuerza no sea la propia, sino la de Cristo y entonces, que ninguno rehuya enfrentarse con eldeber de buscar una profunda Reforma de la Iglesia "El que nada entre dos aguas puede trampear por el mundo sin muchas censuras", nosrecordaba Spurgeon, “pero pocas veces ocurrirá lo mismo con un verdadero hombre deDios." "
Manteneos en la posición de que de gracia somos salvos
. En estos díasmalos,
resistid audazmente y protestad contra todo evangelio que oculte lagracia soberana como fuente de la salvación por Jesucristo.
" “Hemos dedefender la fe; pues,
¿qué habría sido de nosotros si nuestros padres no lahubieran sostenido?...
Imaginad que en aquellos tiempos pasados, Lutero, Zwinglio,Calvino y sus compañeros hubiesen dicho: “El mundo está en desorden, pero si tratamosde arreglarlo no haremos sino armar un gran alboroto y caer en desgracia. Vayamos anuestras cámaras, pongámonos el gorro de dormir y durmamos mientras duran los malostiempos y quizás cuando despertemos las cosas habrán mejorado».
Semejante conductapor parte de ellos habría hecho que nosotros recibiéramos una herencia deerror. Época tras época habría descendido a las profundidades infernales y los pestilenciales pantanos del error lo hubieran tragado todo".
C. H. Spurgeon, como el soldado de Pompeyo, se quedó en su puesto cuando en torno suyo,la Iglesia estaba abandonando su deber. Lo hizo convencido de que a pesar de las apariencias, no sería "el último puritano”. También previno solemnemente a sus contemporáneos que Inglaterra jamás vería otro avivamiento si no había una restauración de la verdad. Durante más de medio siglo su convicción ha pasado desapercibida, -el hombre ha sido encomiado y su fe ha sido olvidada- pero los creyentes tienen hoy motivos para renovadas esperanzas y redobladas oraciones. Si las doctrinas de la gracia captan a la nueva generación que está dentro de la Iglesia, como esperamos lo están haciendo, podemos llegar a ver convertida en realidad en nuestros días,por lo menos en parte, la firme esperanza de Spurgeon: “La doctrina actualmente rechazada como teoría gastada de los puritanos y los calvinistas,conquistará aún el pensamiento humano y reinará suprema. Tan seguro como que el sol que esta noche se pone saldrá mañana a la hora predestinada, la verdad de Dios brillará sobre toda la tierra". Demos gracias a Dios porque los anales olvidados de este siervo de Cristo están con nosotros y cierto número de ellos va a ser nuevamente publicado. No olvidemos tampoco lo que él consideraba como el mensaje de su vida. Nos lo da en un sermón sobre “El Paracleto” predicado hace noventa años y no conocemos mejor resumen de todo lo que hemos procurado decir:"La única manera de que la Iglesia pueda mantener su posición y contestar a sus calumniadores es por medio del verdadero poder de Dios. ¿Ha hecho algo por el mundo?¿Puede producir resultados? Pues por sus frutos se demostrará que es un árbol de vida para las naciones. El Espíritu de Dios pronto contestaría a nuestros adversarios, si pusiéramos en Él nuestra confianza y renunciáramos a toda esta idolatría de la erudición,la inteligencia, el genio, la elocuencia y la retórica humana y qué sé yo cuantas cosas más.Silenciaría a algunos de ellos convirtiéndolos como contestó a Saulo de Tarso transformándolo de perseguidor en apóstol. A otros los silenciaría confundiéndolos, haciéndoles ver cómo sus propios hijos y parientes eran llevados al conocimiento de la verdad. Si no hay poder espiritual milagroso en la Iglesia de Dios en este día, es que es una impostora. En este momento, la única vindicación de nuestra existencia es la presencia y la obra del Paracleto entre nosotros. ¿Está Él obrando todavía y dando testimonio de Cristo? Me temo que no es así en algunas iglesias, pero aquí le contemplamos. Mirad sus obras en este lugar. Hace casi veinte años comenzó nuestro ministerio en esta ciudad, con mucha oposición y criticas hostiles, siendo condenado el predicador como hombre vulgar poco instruido, y de hecho, como fenómeno pasajero. Jesucristo fue predicado en un lenguaje más sencillo que el que los hombres estaban acostumbrados a oír y todos nuestros sermones estaban impregnados del Evangelio antiguo. Muchos otros púlpitos eran intelectuales,pero nosotros éramos puritanos. La mercancía ofrecida por la mayoría de los predicadores consistía en ensayos retóricos, pero nosotros dimos al pueblo el Evangelio, presentamos al mundo las doctrinas de los reformadores, la verdad calvinista, la enseñanza agustiniana y el dogma paulino. No nos avergonzamos de ser el «eco de un evangelismo “caduco” como nos llamó cierto pedante. Predicamos a Cristo y a éste crucificado, y en el espacio de estos veinte años, ¿nos ha faltado jamás una congregación? ¿Cuándo es que este vasto edificio no se ha llenado totalmente? ¿Nos han faltado jamás conversiones? ¿Ha pasado un Domingo sin que las hubiera? ¿No ha sido la historia de esta iglesia, desde su pequeñez en Park Street hasta ahora una marcha triunfal, con los corazones y las almas de los hombres como despojo de guerra, en la cual el estandarte ha sido Cristo crucificado? Y así es en todas partes. Que los hombres vuelvan al Evangelio y lo prediquen ardientemente, no con palabras hermosas y afectadas y discursos retóricos, sino constreñidos por un corazón encendido, y enseñados por el Espíritu de Dios; entonces se verán grandes señales y maravillas".
Lo hizo convencido de que a pesar de lasapariencias, no sería "el último puritano”.
También previno solemnemente a suscontemporáneos que Inglaterra jamás vería otro avivamiento si no había una restauraciónde la verdad. Durante más de medio siglo su convicción ha pasado desapercibida, -elhombre ha sido encomiado y su fe ha sido olvidada- pero los creyentes tienen hoy motivospara renovadas esperanzas y redobladas oraciones.
Si las doctrinas de la graciacaptan a la nueva generación que está dentro de la Iglesia, como esperamos loestán haciendo, podemos llegar a ver convertida en realidad en nuestros días,por lo menos en parte, la firme esperanza de Spurgeon:
“La doctrinaactualmente rechazada como teoría gastada de los puritanos y los calvinistas,conquistará aún el pensamiento humano y reinará suprema. Tan seguro comoque el sol que esta noche se pone saldrá mañana a la hora predestinada, la verdad de Dios brillará sobre toda la tierra".
Demos gracias a Dios porque los anales olvidados de este siervo de Cristo están connosotros y cierto número de ellos va a ser nuevamente publicado. No olvidemos tampoco loque él consideraba como el mensaje de su vida. Nos lo da en un sermón sobre “ElParacleto” predicado hace noventa años y no conocemos mejor resumen de todo lo quehemos procurado decir:"La única manera de que la Iglesia pueda mantener su posición y contestar a suscalumniadores es por medio del verdadero poder de Dios. ¿Ha hecho algo por el mundo?¿Puede producir resultados?
Pues por sus frutos se demostrará que es un árbol de vida para las naciones.
El Espíritu de Dios pronto contestaría a nuestros adversarios, sipusiéramos en Él nuestra confianza y renunciáramos a toda esta idolatría de la erudición,la inteligencia, el genio, la elocuencia y la retórica humana y qué sé yo cuantas cosas más.Silenciaría a algunos de ellos convirtiéndolos como contestó a Saulo de Tarsotransformándolo de perseguidor en apóstol. A otros los silenciaría confundiéndolos,haciéndoles ver cómo sus propios hijos y parientes eran llevados al conocimiento de la verdad.
Si no hay poder espiritual milagroso en la Iglesia de Dios en este día, esque es una impostora.
En este momento, la única vindicación de nuestraexistencia es la presencia y la obra del Paracleto entre nosotros
. ¿Está Él obrando todavía y dando testimonio de Cristo? Me temo que no es así en algunas iglesias,pero aquí le contemplamos. Mirad sus obras en este lugar. Hace casi veinte años comenzó nuestro ministerio en esta ciudad, con mucha oposición y criticas hostiles, siendo condenado el predicador como hombre vulgar poco instruido, y de hecho, como fenómeno pasajero.
Jesucristo fue predicado en un lenguaje más sencillo que el que loshombres estaban acostumbrados a oír y todos nuestros sermones estabanimpregnados del Evangelio antiguo.
Muchos otros púlpitos eran intelectuales,pero nosotros éramos puritanos. La mercancía ofrecida por la mayoría de lospredicadores consistía en ensayos retóricos, pero nosotros dimos al pueblo elEvangelio, presentamos al mundo las doctrinas de los reformadores, la verdad calvinista, la enseñanza agustiniana y el dogma paulino.
No nosavergonzamos de ser el «eco de un evangelismo “caduco” como nos llamó cierto pedante.
Predicamos a Cristo y a éste crucificado,
y en el espacio de estos veinte años, ¿nos hafaltado jamás una congregación? ¿Cuándo es que este vasto edificio no se ha llenadototalmente? ¿Nos han faltado jamás conversiones? ¿Ha pasado un Domingo sin que lashubiera? ¿No ha sido la historia de esta iglesia, desde su pequeñez en Park Street hastaahora una marcha triunfal, con los corazones y las almas de los hombres como despojo deguerra, en la cual el estandarte ha sido Cristo crucificado? Y así es en todas partes.
Que loshombres vuelvan al Evangelio y lo prediquen ardientemente, no con palabrashermosas y afectadas y discursos retóricos, sino constreñidos por un corazónencendido, y enseñados por el Espíritu de Dios; entonces se verán grandesseñales y maravillas".
Sermones de Spurgeon—Volumen 2 No. 1546: Hombres Fascinados

hemos de esperar que ni el predicador, ni ninguno de sus oyentes se vuelvan unos insensatos por haber quedado fascinados al extremo de abandonar el glorioso Evangelio de Jesucristo. ¡Oh, que todos ustedes conocieran su poder, y que todos fueran salvados por él! Que Dios nos conceda que lo sean, por Jesucristo nuestro Señor. Amén

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